martes, 7 de mayo de 2013

Chaco




Chaco o Gran Chaco (del quechua Chacú, ‘país de las cacerías’), llanura aluvial que se extiende por la región centro-meridional de América del Sur; abarca el sector suroriental de Bolivia, la mitad occidental de Paraguay, una porción del noreste y centro de Argentina y una mínima parte del sur de Brasil. Sus límites están determinados al norte y al sur, respectivamente, por los llanos del Mamoré (extensa área de bosques tropicales) y por una franja de transición entre el sector norte de la provincia argentina de Córdoba y el tramo de la provincia de Santa Fe por el que discurre el río Salado; al oeste, por las sierras Pampeanas y las sierras Subandinas, y hacia el este, por el eje fluvial Paraná–Paraguay.
Con una superficie que supera los 675.000 km2, la región se divide en: Chaco boreal, la más extensa de las divisiones, al norte del río Pilcomayo; Chaco central, que se sitúa entre los ríos Pilcomayo y Bermejo (que tienen sus nacientes en la cordillera de los Andes y desembocan en aguas del Paraná-Paraguay tras seguir una dirección noroeste-sureste), y Chaco austral, al sur de éste último, que se prolonga entre el Bermejo y el Salado hasta su contacto con la Llanura pampeana. El primer sector está dividido entre Bolivia, Paraguay y, en menor medida, Brasil, mientras que los otros dos se hallan en territorio argentino, divididos a su vez en cuatro subunidades morfológicas: Chaco alto, Chaco deprimido, Chaco bajo y Diagonal fluvial de Santiago del Estero. La llanura tiene en su conjunto un gran desarrollo horizontal, con pendiente noroeste-sureste, pese a lo cual la red carretera y ferroviaria ha conocido un escaso desarrollo, entre otras razones, por el escaso poblamiento que la región ha conocido.
Desde un punto de vista estructural se trata de una cuenca endorreica sedimentaria rellenada por la erosión de los macizos vecinos. Los agentes que colmataron la cuenca son de origen eólico, fluvial, lacustre y marino. Predominan suelos arenosos y rocas sedimentarias arcillosas; estas últimas dan lugar a la aparición de terrenos anegadizos en el sector chaqueño oriental argentino-paraguayo. Así, durante la estación lluviosa (de diciembre a abril) los ríos inundan ese sector, lo que da lugar a la aparición de amplias áreas pantanosas. La dureza de la citada arcilla, que constituye unas de sus características, dificulta aún más la puesta en cultivo de sus suelos.
Posee en general un clima subtropical árido y caluroso, por lo que las diferencias zonales vienen dadas por las variaciones de temperatura (que aumentan de sur a norte) y por una disminución de las precipitaciones de este (húmedo) a oeste (árido). A lo largo de los cauces presentes en la zona oriental crecen altas cañas de palma que dan paso tierra adentro a formaciones de monte bajo y sabana (ésta última aprovechada para la puesta en marcha de explotaciones ganaderas), mientras que en el oeste se desarrolla una densa vegetación de arbustos espinosos y yermas extensiones áridas. En el bosque chaqueño de Paraguay y el norte de Argentina crece el quebracho, en concreto su variedad roja, que proporciona madera y tanino para el curtido de pieles, y cuya explotación permitió el asentamiento humano en Argentina y Paraguay. En la actualidad, el quebracho se encuentra en total regresión debido, entre otros motivos, a su lenta repoblación. Por su parte, en el Chaco austral se cultiva algodón. La fauna es abundante y variada, e incluye jaguares, ocelotes, tapires, osos hormigueros, capibaras, pecaríes y agutíes. Pájaros, reptiles, e insectos también están bien representados.
El Chaco argentino fue explorado durante el siglo XVI, pero su ocupación no prosperó debido a la belicosidad de los pueblos indígenas del lugar, que fueron sometidos militarmente a finales del siglo XIX; a partir de entonces, se inició la colonización agrícola y ganadera. Las principales ciudades de la región chaqueña son: Mariscal Estigarribia, localidad surgida a partir de un destacamento (fortín) levantado por el Ejército paraguayo, y Filadelfia, cabecera de la colonia menonita de Fernheim, ambas en el sector paraguayo del Chaco boreal; varios puertos fluviales levantados en la margen occidental del río Paraguay, entre los que destaca Villa Hayes; y las ciudades argentinas de Formosa y Resistencia. Entre 1932 y 1935 tuvo lugar en el sector boreal de esta inmensa llanura la denominada guerra del Chaco, librada entre Paraguay y Bolivia por el control de las reservas petrolíferas descubiertas en la región. El Tratado de Buenos Aires (1936) fijó los actuales límites fronterizos de la región.


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