martes, 7 de mayo de 2013

Llanura




Llanura, superficie plana de tierra, a menudo de gran extensión, resultado de la erosión o de la deposición de materiales. Constituyen casi el 55% de la superficie continental, aunque también aparecen en los suelos oceánicos, con el nombre de llanuras abisales y plataformas. Las llanuras de la superficie terrestre están relacionadas con las antiguas rocas que forman los interiores estables de los continentes, en contraste con las márgenes, de tectónica inestable, de los continentes, donde existen sistemas montañosos. Las llanuras necesitan millones de años para su formación, por lo que la superficie debe ser estable. A ambos lados del ecuador se extienden, simétricamente, sendas zonas de llanura: una serie en el hemisferio norte y otra en el hemisferio sur. Las plataformas de Norteamérica y Sudamérica forman un par y las plataformas africana y euroasiática otro. La siberiana y australiana se pueden considerar como un tercer grupo.
2

TIPOS DE LLANURAS
Los planos de erosión, conocidos como superficies de erosión o de planación son resultado del desgaste de las rocas sobre la superficie terrestre. El término ‘superficie de planación’ es más preciso porque muchas de las superficies que podrían denominarse superficies de erosión no son planas. Las principales formas de planicies son: pedillanuras; penillanuras; llanuras de corrosión (etchplains); panllanuras; superficies de erosión marítima o plataformas litorales y superficies de crioaplanamiento o llanuras originadas por el proceso de calentamiento y enfriamiento térmicos.
2.1

Penillanuras
El término ‘penillanura’ (literalmente ‘casi llanura’) fue introducido a finales del siglo XIX por el geógrafo estadounidense William Morris Davis para representar la fase final de su teoría de la evolución del paisaje, que denominó ‘ciclo geográfico’, aunque es más conocida como ‘ciclo erosivo’. Aunque su concepción de la evolución unidireccional del paisaje, a través de una fase de juventud, de madurez y de envejecimiento, ha sido ampliamente criticada por ser demasiada simplista, se ha corroborado la existencia de las penillanuras, asociadas a climas húmedos y templados. Son superficies casi sin accidentes topográficos que muestran escasa relación con la estructura geológica subyacente y que están determinadas por su proximidad al nivel base, esto es, al límite inferior en el cual todavía actúan los procesos de erosión subaéreos, especialmente los asociados con los cursos de agua.
En términos generales, se considera como nivel base el nivel del mar, pero también existen numerosos niveles base locales o temporales. Las penillanuras se generan como consecuencia de la erosión de las formas de relieve y por la remoción del material meteorizado y erosionado.
2.2

Pedillanuras
Las pedillanuras, tal como las definió por primera vez el geomorfólogo sudafricano L. C. King, son superficies originadas por el retroceso de escarpes y por la pedimentación. Los pedimentos son plataformas cóncavas de pendientes muy suaves a pies de laderas abruptas o escarpes. Como estos escarpes son erosionados, a menudo de forma uniforme, en toda su longitud, proceso llamado retroceso paralelo, los pedimentos crecen cada vez más. Con frecuencia los retrocesos paralelos se producen sobre más de una cara de una meseta, que con el paso del tiempo da origen a una colina residual de laderas escarpadas o monte isla (inselberg), rodeada de pedimentos. Las mesas y los cerros testigo tienen orígenes similares. Las pedillanuras tienen lugar cuando prácticamente todos los inselbergs han desaparecido, lo que permite que una serie de pedimentos se fundan en un solo bloque.
Los pedimentos y, por tanto, las pedillanuras se desarrollan mejor en regiones semiáridas, donde las infrecuentes pero fuertes precipitaciones pueden arrastrar los derrubios acumulados bajo laderas escarpadas (véase Modelado desértico).
2.3

Llanuras de corrosión
Las llanuras de corrosión derivan de llanuras preexistentes, y surgen tras la sucesión de acusados procesos de meteorización química y desmantelamiento del material erosionado, o regolita. Están asociadas, por lo general, a zonas cristalinas y a antiguos macizos en zonas de clima tropical, que propicia la rápida meteorización química de las rocas susceptibles a ésta.
2.4

Panllanuras
Se ha propuesto el término ‘panllanura’ para describir superficies de planación, consecuencia de la unión de llanuras aluviales. Tienen su origen en la erosión lateral de corrientes de agua. No obstante, este término apenas se emplea y no se han identificado ejemplos específicos.
2.5

Plataformas litorales
Las terrazas marinas, o plataformas litorales, son llanuras creadas por la acción erosiva del oleaje. Este modelado costero se forma cuando el material erosionado procedente de acantilados es transportado mar adentro a través de una llanura de abrasión marina. La llanura crece a medida que el acantilado retrocede. La formación de estas enormes llanuras marinas se produce a través de una lentísima elevación del nivel del mar durante un considerable periodo de tiempo.
2.6

Superficies de crioplanación
Las superficies de crioplanación o altiplanación son el resultado de la deposición de material meteorizado (generado por la intensa labor de las heladas) en depresiones, a modo de terrazas. Tales superficies son de extensión limitada; la mayor, en Siberia, mide un kilómetro de ancho por unos cuantos de longitud.
2.7

Llanuras aluviales y eólicas
Las llanuras aluviales son las más extensas planicies de deposición. Por lo general, son las llanuras de inundación de los ríos, pero también aparecen llanuras lacustres, como las playas en regiones áridas. Estas llanuras ocupan, aproximadamente, el 2% de África, el 3% de Sudamérica y una mayor proporción en el Asia tropical. Las mayores llanuras aluviales están compuestas por muchos metros de sedimentos fluviales, o aluvión, depositados por los ríos de forma constante, desplazando su cauce en el curso inferior.
Existen varios modelados asociados a las llanuras aluviales, como las barras, levées (terraplenes aluviales), lagos oxbow, marismas y cauces muertos (abandonados).
Por su parte, las llanuras eólicas o llanuras arenosas se denominan mar de arena. Son amplias superficies de escaso relieve, con tenues dunas. El mayor mar de arena es el mar de Selima, que cubre más de 100.000 km2 de superficie, localizado entre las fronteras de Egipto, Sudán y Libia.
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EL ESTUDIO DE LAS LLANURAS
El estudio de las superficies de planación tuvo un papel central en los inicios de la geomorfología como ciencia independiente con William Morris Davis, desde finales del siglo XIX hasta la década de 1950. Durante ese periodo, el primer objetivo de los geomorfólogos era estudiar la evolución de las formas de relieve. Las superficies de aplanación, según este enfoque, representaban la fase final de la evolución, o último estadio del denominado ‘ciclo de Davis’ o ‘ciclo de erosión’. Una de las preocupaciones fue la identificación de las actuales superficies de planación o sus restos, como parte de los esfuerzos por explicar la historia erosiva de la Tierra, o cronología de la denudación.
Aunque este enfoque produjo numerosas revelaciones, a partir de la década de 1960 fue cada vez más criticado. Esta crítica reflejaba los problemas de la datación de las superficies de planación, de la atribución de sus orígenes y de su acomodación a los nuevos conocimientos que se iban adquiriendo sobre los numerosos ajustes del nivel base, ocurridos durante el cuaternario. La amplia glaciación ocurrida durante el pleistoceno y la posterior retirada de los glaciares durante el holoceno, produjeron numerosos cambios en el nivel del mar y de la superficie terrestre, que afectaron profundamente a las formas de relieve. Ya no parecía factible hablar de una evolución lineal, desde el periodo de juventud, de tierras altas hasta el periodo de vejez, al que corresponderían las penillanuras.
Desde entonces, los geomorfólogos se han preocupado menos por las teorías generales y han prestado mayor atención a los procesos que han generado las formas de relieve, incluidas las llanuras, y al uso de sistemas generales y cuantitativos.


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