miércoles, 31 de octubre de 2012

Serbia y Montenegro



Serbia y Montenegro, antiguo Estado federal del sureste de Europa, que desapareció como tal tras independizarse las dos repúblicas que lo formaban, Serbia y Montenegro, a principios de junio del año 2006. Situado en la península de los Balcanes, fue denominado República Federal de Yugoslavia hasta el 4 de febrero de 2003.
La República Federal de Yugoslavia (Savezna Republika Jugoslavija) se formó tras la disolución de la República Federal Socialista de Yugoslavia, provocada por las respectivas proclamaciones de independencia de cuatro de las seis repúblicas que la constituían: Croacia, Eslovenia y Macedonia en 1991, y Bosnia-Herzegovina en 1992. Así, el 27 de abril de 1992, Serbia y Montenegro anunciaron la formación de la República Federal de Yugoslavia, que declararon sucesora legal de la República Federal Socialista de Yugoslavia. Esta acción constituyó una ratificación de la separación de las otras cuatro repúblicas, cuya soberanía ya había sido reconocida por la comunidad internacional. No ocurrió lo mismo con la autoproclamada República Federal de Yugoslavia; el 22 de septiembre, la Asamblea General de la ONU decidió que esta federación no podía asumir automáticamente el lugar de la República Socialista Federal de Yugoslavia, y la excluyó de la Asamblea General, aunque recibió la opción de volver a solicitar el acceso por derecho propio.
El 4 de febrero de 2003, el Parlamento federal yugoslavo aprobó el texto constitucional que certificaba la desaparición de la República Federal de Yugoslavia y el nacimiento de un nuevo Estado que mantenía, al menos durante los siguientes tres años, la unidad federativa de sus dos repúblicas integrantes. La denominación de tal entidad fue Serbia y Montenegro (Srbija i Crna Gora), hoy desaparecida.
2
HISTORIA
Esta sección refiere la historia de la disolución de la República Socialista Federal de Yugoslavia. Para consultar más detalles sobre la historia del anterior Estado yugoslavo, véase Yugoslavia.
Desde el final de la II Guerra Mundial hasta 1990, Yugoslavia fue un Estado comunista que rompió sus lazos con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), en la década de 1950, y se convirtió en un importante miembro de la Organización de Países No-Alineados. En enero de 1990, la Liga de los Comunistas de Yugoslavia (denominación del partido comunista desde 1952) acordó ceder su monopolio del poder político. Los grupos nacionalistas y conservadores recibieron un gran apoyo en las elecciones de 1990, las primeras elecciones libres desde la II Guerra Mundial. En diciembre de ese año, un antiguo dirigente comunista, el nacionalista Slobodan Milosevic, fue reelegido presidente de Serbia y se convirtió, de inmediato, en el principal protagonista, cuando no causante, de los conflictos bélicos que estallaron posteriormente en los Balcanes y que, genéricamente, se conocen como guerra de la antigua Yugoslavia. Comenzó su mandato estableciendo la ley marcial en 1990 en Kosovo, territorio que había luchado por su independencia durante gran parte de la década de 1980, suspendiendo su asamblea legislativa y restringiendo severamente el antiguo autogobierno de la provincia. Ese mismo año, Voivodina también perdió su autonomía.
2.1
El inicio del conflicto
En mayo de 1991, estalló una crisis constitucional cuando Serbia y Montenegro bloquearon la llegada de un croata a la presidencia colectiva de Yugoslavia. Después de que los parlamentos de Croacia y Eslovenia aprobaran sendas declaraciones de independencia el 25 de junio, el gobierno ordenó al Ejército federal, dominado por oficiales serbios, que eliminaran a los secesionistas. Hubo una guerra de diez días en Eslovenia, pero acabó con la derrota serbia. La guerra en Croacia, que enfrentó, de un lado, a las tropas federales y a milicias serbias formadas espontáneamente, contra las fuerzas croatas, duró siete meses y finalizó en enero de 1992 con un alto el fuego; Croacia perdió el control de más de un tercio de su territorio y conocidas ciudades antiguas, como Dubrovnik, fueron dañadas.
La república de Macedonia se separó pacíficamente en noviembre de 1991. En marzo de 1992, Bosnia-Herzegovina también declaró su independencia de Yugoslavia, aunque los serbios de esta república habían boicoteado con anterioridad el referéndum sobre la independencia, no reconociendo por tanto la validez de su resultado. Un mes más tarde, sólo tres meses después del alto al fuego en Croacia, estalló la guerra en Bosnia-Herzegovina. Los croatas, musulmanes y serbios que allí vivían formaron diferentes facciones; croatas y musulmanes lucharon juntos algunas veces. El 27 de abril de 1992, Serbia y Montenegro, las repúblicas restantes de la antigua federación yugoslava, acordaron unirse y establecieron la República Federal de Yugoslavia (RFY). Esta acción reconocía tácitamente la independencia de las cuatro repúblicas separatistas, aunque Serbia continuó apoyando a las fuerzas serbias en Bosnia.
Pese a que la ONU no permitió que la RFY asumiera automáticamente el lugar de la antigua República Socialista Federal de Yugoslavia, la autoproclamada Federación tuvo la opción de volver a solicitar el acceso por derecho propio; no obstante, el intento del entonces primer ministro federal, Milan Panic, de seguir esta opción provocó una crisis política que concluyó con su caída en octubre. La República Federal de Yugoslavia no volvió a intentar obtener formalmente el reconocimiento por parte de la ONU. La comunidad internacional fue casi unánime al ratificar la decisión de la ONU, y la República Federal de Yugoslavia no pudo recobrar el antiguo lugar de Yugoslavia en otras organizaciones internacionales, como en la Organización de Países No-Alineados, e incluso no fue reconocida por casi ningún país. La principal excepción fue China, aunque Rusia mantuvo lazos de amistad con la Federación y le proporcionó un considerable reconocimiento de facto, si bien no de iure.
En mayo de 1992, Bosnia-Herzegovina fue reconocida por la ONU como Estado independiente; no obstante, la guerra continuó y los serbobosnios formalizaron la creación de la llamada República Serbia de Bosnia, donde llevaron a cabo una estrategia de limpieza étnica. En 1993, los serbios controlaban casi las dos terceras partes de Bosnia-Herzegovina, mientras que los croatas exigían casi un 20% del territorio ocupado por los serbios y más de tres millones de personas perdieron su hogar como resultado del conflicto.
2.2
El embargo comercial
La economía y el nivel de vida en la RFY se deterioraron como resultado de la guerra en Bosnia y de las sanciones comerciales y económicas de la ONU. En mayo de 1992, la Comunidad Europea (CE, actual Unión Europea) estableció el embargo comercial a la RFY, en un intento de interrumpir la guerra, al presionar a los dirigentes serbios para que cortasen el suministro militar a los combatientes serbobosnios. El presidente serbio Slobodan Milosevic, criticado por la comunidad internacional por el papel de su gobierno en la instigación a la guerra al ser uno de los principales promotores de la creación de la Gran Serbia (que englobaría a todos los serbios en un mismo Estado, con la consiguiente desaparición política de Bosnia-Herzegovina), comenzó a instar a los dirigentes serbobosnios para que aceptaran los planes de paz de la ONU y la CE y, así, conseguir que la ONU levantara las sanciones y que la situación de la Federación se aliviara. Pero la guerra no se interrumpió.
En diciembre de 1992, tras su reelección, el líder serbio contrarrestó los desafíos a su autoridad: destituyó al primer ministro Milan Panic, más moderado, y al presidente federal Dobrica Cosic. Amenazado por la posibilidad de una moción de censura, Milosevic disolvió el Parlamento y convocó elecciones en diciembre de 1993, en las que su formación, el Partido Socialista de Serbia, obtuvo 123 de los 250 escaños con que contaba el Parlamento serbio, por lo que pudo formar un gobierno monocolor. En enero de 1994, la RFY firmó un pacto con Croacia para mejorar las relaciones económicas entre los dos países, pero el acuerdo se interrumpió poco después del reconocimiento oficial de la independencia de la autoproclamada República Autónoma de Krajina por los serbios en Croacia. En este momento, se estimaba que más de 750.000 habitantes de las repúblicas yugoslavas de Serbia y Montenegro habían perdido sus trabajos desde que se impusieron las sanciones de la ONU, lo que suponía que prácticamente la mitad de la población del país estaba sin empleo. La inflación se disparó y alcanzó niveles astronómicos, aunque pudo reducirse tras la puesta en circulación de un nuevo dinar como moneda oficial. Durante 1994, las luchas esporádicas continuaron en Bosnia.
En un intento de cortar el flujo de armas de la RFY a Bosnia, la ONU rebajó en octubre las sanciones económicas a la Federación, sujetas a revisión periódica. Esta medida se tomó en parte debido a los problemas para llevar a cabo las sanciones, y bajo la condición de que la RFY suspendiera su ayuda a los combatientes serbios en Bosnia-Herzegovina y Croacia. En marzo de 1995, el gobierno ruso, que era el principal proveedor de armas, petróleo y otros productos a la RFY, firmó un acuerdo de cooperación militar con la Federación, aunque no debía entrar en vigor hasta el final de las sanciones. Grecia y Albania también mantuvieron contactos diplomáticos informales con la RFY; se cree que gran parte del petróleo transportado por mar desde 1992, en contra de las sanciones a la Federación, se llevó a cabo a través de Albania.
Sin embargo, los efectos de las presiones económicas por parte de la comunidad internacional obligaron a Milosevic a ser más receptivo a las propuestas del Grupo de Contacto, formado por Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido y Rusia. En el verano de 1995, la idea de la formación de la Gran Serbia se derrumbó cuando el Ejército croata acabó con la República Autónoma de Krajina; al mismo tiempo, la ocupación por parte de los serbobosnios de ciudades protegidas por la ONU en Bosnia provocó la respuesta armada de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), doblegando la actitud de los serbios de Bosnia. La participación de Milosevic como único interlocutor de los serbobosnios resultó decisiva para alcanzar los Acuerdos de Dayton (21 de noviembre de 1995), con lo que se aseguró el levantamiento de las sanciones impuestas a la Federación. Así, el 1 de octubre de 1996, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas votó a favor de terminar con ellas, aunque se reservó el derecho a restablecerlas si no se respetan los acuerdos. Un día después, la OTAN y la Unión Europea Occidental (UEO) levantaron el bloqueo naval en el Adriático, impuesto en 1993 para reforzar las sanciones.
2.3
Levantamiento del embargo, elecciones y guerra
El 3 de octubre de 1996, los presidentes de Bosnia-Herzegovina, Alija Izetbegovic, y de Serbia, Slobodan Milosevic, se reunieron por primera vez desde el comienzo de la guerra de Bosnia en 1992. Restablecieron las relaciones diplomáticas entre ambos países y acordaron la libre circulación de los ciudadanos entre sus territorios sin necesidad de visado, así como la creación conjunta de vías férreas y carreteras. Tras el encuentro, Milosevic manifestó el respeto de su país por la integridad territorial de Bosnia, renunciando de esta manera a la idea de constituir una Gran Serbia. Por su parte, Izetbegovic reconocía a las repúblicas de Serbia y Montenegro como las sucesoras del antiguo Estado federal de Yugoslavia.
El 3 de noviembre de 1996 se celebraron elecciones parlamentarias, que dieron la victoria a la coalición formada por el Partido Socialista Serbio del presidente Milosevic e Izquierda Unida Yugoslava, un partido neocomunista liderado por su mujer, Mirjana Markovic. Sin embargo, no consiguieron los escaños necesarios para obtener una mayoría absoluta en la cámara baja del Parlamento federal que les permitiera poder modificar la Constitución vigente y fortalecer el gobierno central.
El éxito electoral de Milosevic se debió, en parte, a su férreo control sobre buena parte de los medios de comunicación. Dos semanas después, el presidente serbio anuló los resultados de las elecciones municipales recién celebradas en Serbia tras hacerse públicos los primeros resultados, que daban como vencedora a la coalición opositora Zajedno ('Unidos'), integrada por tres partidos cuyo heterogéneo ideario abarcaba desde el nacionalismo panserbio hasta el reformismo liberal. La anulación de los comicios provocó masivas protestas en Belgrado y otras ciudades de Serbia, en las que los manifestantes instaron a Milosevic a que reconociera los resultados electorales.
Ante la presión en el interior y en el exterior de la república, el Parlamento serbio aprobó en febrero de 1997 reconocer los resultados y, por tanto, la victoria de la oposición. Sus eufóricos dirigentes fueron más allá, y aseguraron que lucharían con denuedo por desalojar a Milosevic del poder, pero la coalición, presa de las discrepancias ideológicas y de la lucha por el poder entre sus dirigentes, se resquebrajó a gran velocidad, gracias a lo cual Milosevic pudo mantenerse en su puesto. Ante la imposibilidad legal de iniciar un tercer mandato como presidente de Serbia, en el mes de julio obtuvo la aprobación de la Asamblea Federal, que le eligió presidente de la República Federal de Yugoslavia. De este modo, Milosevic abandonó la presidencia serbia y pasó a dirigir, de forma legal, el conjunto de la Federación.
En febrero de 1998, la situación prebélica en Kosovo se agravó, con un incremento de la violencia. Después de que hiciera su aparición un grupo armado albano-kosovar, denominado Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), asesinando a varios policías serbios, unidades del Ejército yugoslavo y de la policía serbia masacraron a los habitantes de varias aldeas, mujeres y niños incluidos, alegando que se trataba de bastiones de la guerrilla. Había comenzado la llamada crisis de Kosovo. Pese a la presión internacional, el presidente yugoslavo rechazó la presencia de una fuerza de pacificación en la antigua provincia. Los enfrentamientos armados se sucedieron a lo largo de 1998, lo que impulsó al denominado Grupo de Contacto (integrado por Estados Unidos, Rusia, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) a convocar, durante los meses de febrero y marzo de 1999, una conferencia en la que representantes de los albaneses de Kosovo y del gobierno serbio llegaran, bajo los auspicios y la presión de las grandes potencias, a un acuerdo duradero. La reunión concluyó sin que se produjeran avances significativos, ya que la parte serbia, al contrario que la albanokosovar (que, en lo fundamental, aceptó las propuestas del Grupo de Contacto relativas a la presencia de fuerzas de pacificación y la necesidad de conceder una amplia autonomía a la región) alegó que las condiciones eran onerosas para Serbia, para quien la soberanía sobre Kosovo era irrenunciable.
Tras dar por concluida la vía diplomática, la OTAN inició, a finales de marzo de ese año, los ataques aéreos contra territorio de la República Federal de Yugoslavia. Pese a que los bombardeos estaban dirigidos contra centros de abastecimiento y producción, infraestructuras y organismos oficiales, las bombas provocaron un elevado número de víctimas entre la población civil de ciudades y pueblos yugoslavos, incluidos los de Kosovo.
Por su parte, el régimen de Milosevic, que ya había iniciado una campaña de 'limpieza étnica' contra los habitantes de etnia albanesa, aceleró la misma en forma de expulsiones y asesinatos, lo que provocó la huida masiva de centenares de miles de personas hacia Albania y la Ex-República Yugoslava de Macedonia.
Milosevic cedió el 3 de junio ante las propuestas de los mediadores y aceptó las principales exigencias de la OTAN. Siete días después, la OTAN suspendió los bombardeos sobre el territorio yugoslavo tras verificar el inicio de la retirada de las tropas serbias de Kosovo; al mismo tiempo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobaba una resolución que legitimaba la inmediata operación militar controlada por la OTAN para desplegar fuerzas internacionales sobre Kosovo, así como la creación en esa provincia de una administración civil bajo dependencia de la ONU. Las manifestaciones contra Milosevic volvieron a congregar a cientos de miles de personas en las calles de Belgrado en agosto.
El día 5 de ese mes, el gobierno de Montenegro realizó una propuesta para convertir a esa república en un Estado dentro de una nueva confederación entre dos estados con iguales derechos, a lo que de inmediato se opuso tajantemente Milosevic.
El 14 de febrero de 2000, los 15 miembros de la UE, siguiendo los criterios de los grupos de oposición yugoslavos, decidieron levantar por un periodo de seis meses el embargo aéreo que pesaba sobre la República Federal de Yugoslavia.
2.4
Fin del régimen de Milosevic
Ante las elecciones legislativas y presidenciales del 24 de septiembre de 2000, Milosevic basó su campaña electoral en determinadas promesas de contenido social. Por su parte, la oposición se agrupó en la coalición Oposición Democrática Serbia (DOS), que eligió como candidato a Vojislav Kostunica, jurista y líder del Partido Democrático de Serbia. En el clima preelectoral se dejaban sentir varias cuestiones: el boicoteo a las elecciones promovido desde Montenegro (incluso por su presidente, Milo Djukanovic); la incertidumbre ante cómo se desarrollarían en Kosovo; el temor oficialista a la derrota anunciada en los sondeos y el de la oposición a un fraude. Dos días después de celebrarse dichos comicios, la Comisión Electoral Federal anunció el triunfo de Kostunica, que habría obtenido el 48,2% de los votos, lo que obligaba a una segunda vuelta que tendría lugar el 8 de octubre. El líder de la DOS denunció esta decisión por fraudulenta, y se atribuyó el 53,9% de los sufragios. La DOS inició el 29 de septiembre una campaña de desobediencia civil contra el régimen de Milosevic y el 2 de octubre convocó una huelga general para lograr el reconocimiento oficial del triunfo de su candidato en la primera vuelta (que también respaldaba la comunidad internacional). El 5 de octubre, tras conocerse la resolución del Tribunal Constitucional de anular totalmente las elecciones presidenciales, miles de ciudadanos se manifestaron en las calles de Belgrado para exigir la marcha de Milosevic, y ocuparon el Parlamento federal y la RTS (televisión pública serbia), mientras las fuerzas policiales consentían tales actos. El 6 de octubre Milosevic reconoció como nuevo presidente a Kostunica y al día siguiente este era investido como tal por el Parlamento.
Las primeras actividades de Kostunica estuvieron encaminadas a la normalización de las relaciones exteriores yugoslavas y a la reincorporación de su país a los distintos foros internacionales. Así, antes de que finalizara el año, consiguió que la UE levantara las sanciones que pesaban sobre Yugoslavia, restableció relaciones diplomáticas con Bosnia-Herzegovina, logró que Yugoslavia fuera readmitida en distintos organismos internacionales como la ONU, el FMI y la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), y solicitó su ingreso en el Consejo de Europa. Por otra parte, la vía reformista de Kostunica y su pretendida transición hacia la democracia, recibieron un fuerte impulso tras una nueva victoria de la DOS, esta vez en los decisivos comicios desarrollados en Serbia el 23 de diciembre de 2000, en los que la coalición consiguió 176 diputados, de los 250 del Parlamento serbio en juego.
El 1 de abril de 2001, Milosevic, acusado por los tribunales del país de malversación de fondos públicos y abuso de poder, fue detenido e ingresó en prisión preventiva, al tiempo que la comunidad internacional solicitaba su extradición y puesta a disposición del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, que le reclamaba por crímenes contra la humanidad. Esta decisión fue finalmente tomada el 28 de junio siguiente por el gobierno serbio de Zoran Djindjic, abriendo una profunda brecha con el gobierno federal de Kostunica, el cual consideraba ilegal la expatriación en tanto el Tribunal Constitucional federal no considerara conforme a Derecho el contenido de un decreto ley promulgado anteriormente por el gobierno yugoslavo para permitir la extradición de ciudadanos yugoslavos a tribunales internacionales (paralizado por la citada instancia dado que la Constitución yugoslava prohibía la extradición de nacionales). El primer ministro yugoslavo, Zoran Zizic, del Partido Socialista Popular, y otros ministros de esta formación montenegrina dimitieron en protesta por la extradición de Milosevic; por su parte, Kostunica, descontento con la actuación del primer ministro serbio, Djindjic, también miembro de la DOS, decidió retirar de dicha coalición al Partido Democrático de Serbia.
2.5
Fin de la República Federal de Yugoslavia. Nacimiento de Serbia y Montenegro
En marzo de 2002, Kostunica y el presidente montenegrino, Milo Djukanovic, firmaron un histórico acuerdo en Belgrado. El pacto alcanzado, auspiciado desde la Unión Europea (UE) por su máximo responsable en materias de política exterior y seguridad común, el español Javier Solana, suponía la desaparición de la República Federal de Yugoslavia y el nacimiento, sobre su misma base territorial, de Serbia y Montenegro, nuevo Estado que garantizaba momentáneamente el mantenimiento de la unidad federativa de ambas repúblicas (en peligro por la cada vez más pujante tendencia independentista montenegrina). Una nueva Constitución dotaría a esta entidad de autoridades e instituciones comunes (presidente, Parlamento, Consejo de Ministros, Ejército). Asimismo, se potenciaría el acercamiento de las economías serbia y montenegrina, cuyas respectivas monedas, dinar y euro, seguirían siendo de curso legal.
Cumplidos paulatinamente todos los requisitos procedimentales, el 4 de febrero de 2003 el Parlamento yugoslavo aprobó la denominada Carta Constitucional de la Asociación Confederativa de Serbia y Montenegro. Este hecho sellaba la desaparición oficial de la República Federal de Yugoslavia y el nacimiento de Serbia y Montenegro, cuyos dirigentes y representantes institucionales serían elegidos en los meses siguientes. A partir del 4 de febrero de 2006, es decir, transcurridos tres años, serbios y montenegrinos podrían celebrar un referéndum en el que optarían por la continuidad de esta fórmula federal o por la definitiva desintegración y la constitución de dos repúblicas independientes.
La transición cumplió su primer paso el 7 de marzo de 2003 con la elección parlamentaria del montenegrino Svetozar Marovic, miembro del Partido Democrático de los Socialistas de Montenegro, como presidente federal (y sucesor de Kostunica, que, interinamente, había sido el primer presidente del nuevo Estado); pero este proceso sufrió un duro revés sólo cinco días después, cuando fue asesinado el primer ministro serbio, Zoran Djindjic. Este hecho motivó que la presidenta interina de Serbia, Natasa Micic, declarara el estado de excepción. Djindjic fue sustituido al frente del ejecutivo serbio por Zoran Zivkovic, también miembro del conservador Partido Democrático.
De forma paralela a este proceso de refundación del Estado, el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia proseguía su actividad en La Haya. Así, en enero y febrero de 2003, tres nuevos hitos se sumaron al juicio a Milosevic: la entrega voluntaria de Vojislav Seselj (líder del ultranacionalista Partido Radical Serbio) y del presidente de Serbia entre 1997 y diciembre de 2002, Milan Milutinovic, acusado de los crímenes en Kosovo cometidos en 1998 y 1999; y la condena a 11 años de cárcel de Biljana Plavsic (quien fuera presidenta de la República Serbia de Bosnia).
Kostunica fue elegido primer ministro serbio en marzo de 2004, al conseguir la mayoría en el Parlamento. Por aquellos días, rebrotó la violencia en Kosovo, donde en octubre de ese año se celebraron comicios para elegir la Asamblea que decidiría sobre su estatuto definitivo. La victoria electoral correspondió al partido moderado del presidente Ibrahim Rugova, la Liga Democrática de Kosovo (LDK). Tanto el presidente serbio, Boris Tadic (del Partido Democrático de Serbia, que había sido elegido en julio de ese año 2004) como el propio Kostunica se oponían de forma decidida a la independencia kosovar.
Por su parte, las actitudes políticas de los principales responsables de Montenegro indicaban que los tres años que concertaba la unión federativa acordada en 2003 podrían no completarse. Prueba de ello fueron las declaraciones del primer ministro, Milo Djukanovic, con motivo de la aprobación de la ley de símbolos nacionales en julio de 2004, cuando volvió a afirmar que tanto Serbia como Montenegro merecían ser estados independientes que avanzaran en el camino de la integración europea. Finalmente, según lo dispuesto en 2003, el 21 de mayo de 2006 pudo desarrollarse un referéndum en Montenegro en el que el 55,5% de los sufragios fue favorable a la independencia; la declaración de la misma fue adoptada por el Parlamento montenegrino el 3 de junio siguiente, en tanto que, dos días más tarde, Serbia, que reconoció disuelta la unión, proclamó su propia independencia.


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