Etiopía (nombre oficial, Ityjopya,
República Federal Democrática de Etiopía), antigua Abisinia, república situada
en el este de África, limitada al noreste por Eritrea y Yibuti, al este y
sureste por Somalia, al suroeste por Kenia, y al oeste y noroeste por Sudán. La
superficie del país es de 1.133.380 km². La capital de Etiopía es Addis Abeba.
2
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TERRITORIO Y
RECURSOS
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El llamado macizo o meseta Etíope
cubre más de la mitad de la superficie total del país. Está dividido
diagonalmente, desde el noreste hasta el suroeste, por el Gran Rift Valley. La
altitud media de este macizo es de 1.680 m. Estas tierras altas están
atravesadas por numerosos ríos y profundos valles en la zona septentrional,
coronados por montañas, la más alta de las cuales es Ras Dashan (4.620 m). El
lago Tana, donde nace el Nilo Azul, también se encuentra en el área norte. Los
bordes nororientales del macizo están definidos por pronunciados escarpes, que
caen unos 1.220 m o más hacia la depresión de Danakil. Por el contrario,
al oeste, los bordes del macizo Etíope descienden suavemente hacia las áreas
desérticas de Sudán. En los extremos sureste y suroeste, las tierras pierden
altitud hasta enlazar con el lago Turkana (o lago Rodolfo), en la vecina Kenia.
La secesión de Eritrea en 1993 dejó a Etiopía sin salida al mar.
2.1
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Clima
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El clima de Etiopía varía, de
acuerdo con la altitud. La zona tropical, por debajo de los 1.800 m, tiene
una temperatura media anual aproximada de 27 °C y recibe menos de 510 mm
anuales de lluvia. La zona subtropical, que incluye la mayor parte de la
llanura elevada y se alza entre 1.830 y 2.440 m sobre el nivel del mar,
tiene una temperatura media aproximada de 22 °C con unas precipitaciones
anuales que van de 510 a 1.525 mm. Por encima de 2.400 m se encuentra
una zona templada con temperaturas medias de alrededor de 16 °C y unas
precipitaciones anuales entre 1.270 y 1.780 mm. La estación de las lluvias
tiene lugar entre mediados de junio y septiembre, seguida por una estación seca
que puede ser interrumpida en febrero o marzo por una corta estación de
lluvias.
2.2
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Recursos naturales
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Los recursos de Etiopía son
principalmente agrícolas. La meseta es fértil y todavía no está completamente
desarrollada. La diversidad de suelos, clima y altitudes permite la obtención
de una gran variedad de productos agrícolas. Hay también una gran variedad de
depósitos minerales; los principales explotados comercialmente son hierro,
cobre, cinc, plomo, potasio, oro y platino.
2.3
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Flora y fauna
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La vegetación también refleja la gran variedad
de las altitudes. Las áreas más bajas de la zona tropical están escasamente
cubiertas con arbustos desérticos, espinosos, y hierbas crasas de la sabana. En
los valles y gargantas, crecen exuberantes casi todas las formas de vegetación
africanas. La zona templada es principalmente una pradera. Se puede encontrar
vegetación afroalpina en las laderas más altas.
Las especies de animales salvajes más
grandes de África se encuentran en la mayor parte del país. Éstas incluyen
jirafas, leopardos, hipopótamos, leones, elefantes, antílopes y rinocerontes.
Son comunes el lince, el chacal, la hiena, y varias especies de monos. Las aves
rapaces incluyen águilas, halcones y buitres. Se encuentran abundantes garzas,
loros y pájaros para caza como agachadizas, perdices, cercetas, palomas y
avutardas. Entre la gran variedad de insectos están la langosta y la mosca
tsetsé.
2.4
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Suelos
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Las montañas de Etiopía están formadas
por rocas cristalinas y metamórficas plegadas y fracturadas, coronadas por
calizas sedimentarias y areniscas, y por gruesas capas de lava volcánica. Las
lluvias torrenciales de la principal estación lluviosa tienen un gran poder
erosivo, especialmente en áreas donde la vegetación natural ha desaparecido.
Las lluvias lavan también los fértiles suelos de montaña, especialmente
aquéllos sobre rocas cristalinas. Los suelos volcánicos son más difícilmente
lavados y por tanto son más fértiles.
2.5
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Temas
medioambientales
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La población de Etiopía está creciendo
con una tasa anual del 2,23% (2008), y el gobierno no ha podido desarrollar la
infraestructura necesaria para admitir este aumento de población. Por ejemplo,
sólo el 22% (2004) de la población tiene acceso a agua potable.
La erosión del suelo es un grave
problema en Etiopía. La deforestación, el sobrepastoreo y una pobre gestión del
suelo aceleraron la tasa de erosión durante las décadas de 1970 y 1980. Un
porcentaje extremadamente alto, el 80% (2005), de la población activa de
Etiopía trabaja en el sector agrícola, mayoritariamente con criterio de
subsistencia. Muchos agricultores de la zona montañosa cultivan en las laderas,
provocando que la capa superior del suelo se lave durante las inundaciones
repentinas. La presencia de mosquitos portadores de la malaria ha impedido que
los agricultores desarrollen zonas de cultivo en las potencialmente más
productivas llanuras. La deforestación y la desertización se han visto
empeoradas por la vasta utilización de combustibles tradicionales como la leña,
que representa el 95,88% del consumo de energía total (1997).
El gobierno de Etiopía comenzó a
organizar programas de conservación en las áreas rurales durante la década de
1970, formando a los agricultores para combatir la erosión mediante la
construcción de terrazas y la plantación de árboles. También ha cerrado algunas
zonas de colina al desarrollo agrícola. Cerca del 17% (2007) del territorio de
Etiopía está oficialmente protegido, aunque su sistema de parques nacionales y
reservas padece la caza furtiva y tala ilegal de árboles.
El país alberga 626 especies de
aves y 255 de mamíferos; de las especies animales presentes, 93 están en
peligro de extinción.
Etiopía ha ratificado acuerdos
internacionales orientados a la protección de la biodiversidad, especies en
peligro de extinción y la capa de ozono. El país también ha firmado tratados
sobre limitación de pruebas nucleares y armas químicas y biológicas. Etiopía
forma parte del Convenio del Patrimonio de la Humanidad.
3
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POBLACIÓN
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La mayor parte de los habitantes
de Etiopía sobrevive gracias a la agricultura, básicamente de subsistencia. La
población se concentra sobre todo en la región de la meseta central, donde los
recursos agrícolas están más desarrollados. La composición étnica es muy
diversa, como resultado de una integración racial y lingüística que comenzó en
la antigüedad.
Según el censo de 1984, Etiopía
tenía una población, incluyendo Eritrea, de 42.019.418 habitantes. La población
excluyendo Eritrea era de 39.570.266 habitantes. La población estimada en 2008
era de 78.254.090 habitantes, lo que supone una densidad media de 70 hab/km²
aproximadamente. La esperanza de vida es de 48,3 para los hombres y 50,6 años
para las mujeres. Los amhara, pueblo de las montañas con un origen parcialmente
semítico, y los tigreanos (étnicamente relacionados con los primeros)
constituyen cerca del 32% de la población total. Ocupan las montañas de
Etiopía, especialmente al norte de los 10° de latitud N y al oeste de los 40°
de longitud E, y la antigua provincia de Shoa (Shewa) y, hacia el sur, llegan
hasta Addis Abeba, la capital. Los oromo, un pueblo de pastores y agricultores
viven principalmente en la parte central y suroeste de Etiopía, y constituyen
cerca del 40% de la población siendo, por tanto, el mayor grupo étnico. Los
shangalla, un pueblo que se encuentra en la parte oriental del país, desde la
frontera con Eritrea hasta el lago Turkana, constituyen únicamente el 5% de la
población. Los somalíes, que viven en el este y sureste, sobre todo en la
región de Ogadén, equivalen aproximadamente en número a los shangalla. Los
danakil habitan las llanuras semidesérticas de las montañas. La población no
indígena incluye yemeníes, armenios y griegos.
3.1
|
Divisiones
administrativas
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Antes dividida en 14 provincias,
Etiopía fue reorganizada bajo la Constitución de 1987 en 24 regiones
administrativas y 5 regiones autónomas. En 1991 el gobierno provisional diseñó
nuevas fronteras para catorce regiones con autogobierno, siguiendo consideraciones
étnicas. Las elecciones para las asambleas regionales tuvieron lugar en 1992.
La provincia de Eritrea pasó a ser una república independiente en 1993.
3.2
|
Ciudades
principales
|
En 2003 Addis Abeba, la capital,
tenía una población de 2.723.482 habitantes. Otras grandes ciudades son: Dire
Dawa (227.494 habitantes), Gonder (156.087 habitantes) y Dese (135.529).
3.3
|
Religión
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Cerca de la mitad de la
población es cristiana y el cristianismo predomina en las provincias norteñas.
La Iglesia Unida ortodoxa etíope, una de las más antiguas del mundo cristiano,
encabezada por un patriarca y ligada a la Iglesia copta de Egipto, fue la
iglesia estatal en Etiopía hasta 1974. Todas las regiones del sur tienen
mayoría musulmana. En la región de Gamu-Gofa y partes de Sidamo y Arusi se
encuentran numerosos cultos animistas. Etiopía albergó alrededor de 30.000
falashas, quienes practican un judaísmo que probablemente se remonta a los
contactos con antiguos judíos de lengua árabe. A mediados de la década de 1980
más de 12.000 falashas se trasladaron a Israel. La mayoría de los que quedaron
emigraron a Israel entre 1989 y 1991. Su situación en la actualidad es bastante
conflictiva, al sentirse marginados por el resto de la sociedad israelí.
3.4
|
Lenguas oficiales y
habladas
|
De los más de 70 idiomas que
se hablan en Etiopía, la mayoría pertenece a las ramas semítica y cusítica de
la familia afroasiática. El idioma de la liturgia de la Iglesia etíope, llamada
ge' ez, dio lugar al grupo de idiomas semíticos: amárico, tigrinya y tigré. El
amárico, idioma oficial del país, lo habla cerca del 60% de la población. Mucha
gente habla también inglés y árabe.
4
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EDUCACIÓN Y CULTURA
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La educación se ha expandido de
forma considerable desde 1952, año en que sólo el 4% de la población adulta
estaba instruida. Desde entonces, se han abierto muchas escuelas, y nuevas
generaciones de profesores se han graduado en varias de las escuelas de
formación del profesorado. En 1979 se inició un programa para disminuir el
analfabetismo; en 2005 el 45,1% de la población adulta sabía leer y escribir.
La enseñanza es gratuita desde la escuela primaria hasta la universidad, pero
sólo cerca de un tercio de los niños en edad escolar dispone de instalaciones
escolares. En 2000 cerca de 6,65 millones de estudiantes acudían a 11.780
escuelas primarias y 1.495.445 alumnos a las escuelas secundarias dirigidas por
el gobierno y grupos religiosos. La Universidad de Addis Abeba (1950) tiene
ramas en Awassa, Bahir Dar, Debra Zeit y Gonder. La Universidad de Agricultura
de Alemaya fue fundada en 1962. En 2002–2003 había 147.954 estudiantes en las
universidades y colegios universitarios.
Etiopía tiene una rica tradición
literaria, que incluye traducciones de códices del griego antiguo, árabe y
otros idiomas al ge' ez amárico moderno. La mayoría de los trabajos son de
naturaleza teológica o mitológica, mientras la literatura secular es
principalmente histórica. El arte eclesial y la arquitectura son muy ricas y
reflejan la larga historia de cristiandad en Etiopía. El arte eclesial y los
frescos tienen influencias tanto bizantinas como coptas. La orfebrería etíope en
plata es muy conocida por la imaginación y habilidad de sus artesanos.
5
|
ECONOMÍA
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A principios de la década de 1990
Etiopía era una de las naciones más pobres de la Tierra. En 2006 su producto
interior bruto se estimaba en 13.315 millones de dólares (datos del Banco
Mundial), dando una renta per cápita de tan sólo 172,60 dólares. La esperanza
de vida era de 49,4 años; la tasa de mortalidad infantil era de 90 fallecidos
por cada 1.000 nacidos vivos, y el hambre una amenaza constante. La economía de
Etiopía sigue dependiendo mucho de los ingresos del sector agrícola. Su
participación en una economía monetaria está limitada; una gran parte del
comercio se lleva a cabo mediante trueque en los mercados locales. El presupuesto
anual de 2002 incluía 1.606 millones de dólares de ingresos, y 1.110 millones
de dólares de gastos totales.
5.1
|
Agricultura
|
La agricultura tradicional, incluyendo la ganadería,
es la forma más característica de la actividad económica etíope. Plantaciones
comerciales, muchas de las cuales están dirigidas por el gobierno, proporcionan
café, azúcar, frutas y verduras a las industrias de envasado de alimentos del
país y para la exportación. Se cultivan a nivel comercial ciertas legumbres así
como semillas oleaginosas. El principal cultivo para la alimentación y el
consumo local son los cereales. Las sequías periódicas han reducido de forma
significativa el volumen de la producción agrícola y han forzado a Etiopía a
importar alimentos básicos. Además, la guerra civil interrumpió el sistema de
distribución de alimentos.
A pesar de los programas
gubernamentales de diversificación, el café sigue siendo la mercancía más
importante de la cual depende la economía. El café pudo tener su origen en
Etiopía; se cree que su nombre deriva de la región de Kaffa. Realmente hay
arbustos silvestres de café y una gran parte de la producción se basa en el
cuidado por parte de los campesinos de un grupo específico de arbustos. Como
resultado de ello, cerca de un cuarto de la población está dedicada a la
producción de café.
En 2006 la producción ganadera incluía
cerca de 43,1 millones de cabezas de vacunos, 23,6 millones de ovinos, 18,6
millones de caprinos, 34,2 millones de aves de corral, y en menor número
caballos, mulas, burros y camellos. Cerca de un tercio del ganado vacuno son
bueyes que se utilizan para las labores pesadas. Las ovejas y cabras se crían
por su piel, leche y carne.
5.2
|
Minería
|
Aunque Etiopía cuenta con muchos depósitos
minerales, gruesas coladas de lava volcánica cubren las rocas más antiguas que
contienen mineral y dificultan su explotación. Desde la antigüedad se han
explotado los afloramientos de hierro, cobre, cinc y plomo. Se explotan
pequeñas cantidades de mineral de manganeso, oro y platino, y se han encontrado
yacimientos de petróleo y gas natural. A finales de la década de 1980 se
obtuvieron cerca de 135.000 t de sal. Etiopía cuenta también con considerables
depósitos de potasio de alta calidad aún sin explotar.
5.3
|
Industria
|
La industria está orientada hacia la
transformación de productos agrícolas. Le sigue en importancia la industria textil.
Durante la década de 1960 el valor bruto de los productos manufacturados creció
considerablemente. La base industrial se había ampliado con el establecimiento
de distintas industrias metalúrgicas y productoras de bienes de consumo y
mercancías industriales. El principal centro industrial es Addis Abeba.
5.4
|
Energía
|
Etiopía cuenta con un gran potencial
para producir energía hidroeléctrica; en 2003 se generó de esta manera
alrededor del 98,87% de su relativamente baja producción anual de energía
eléctrica (2.058 millones de KWh). Sin embargo, alrededor del 92% de las
necesidades totales de energía son cubiertas mediante la explotación forestal.
La demanda de madera y carbón es una de las principales causas de deforestación
y erosión en Etiopía.
5.5
|
Moneda y banca
|
El birr etíope es la moneda
emitida por el Banco Nacional de Etiopía (8,70 birr etíopes equivalen a un
dólar; 2006). Otros bancos del país son el Banco Comercial de Etiopía y el
Banco para el Desarrollo Agrícola e Industrial.
5.6
|
Comercio exterior
|
Etiopía es ante todo un exportador
de productos agrícolas e importador de bienes de consumo. En 2003 las
exportaciones alcanzaban unos 513 millones de dólares, y las importaciones
2.686 millones de dólares. El café alcanzaba más del 60% del total de las
exportaciones y es el bien más preciado y que obtiene mayor cantidad de
divisas. Otras importantes exportaciones son las legumbres, pieles, cueros y
semillas oleaginosas. Las transacciones comerciales se realizan principalmente
con Italia, Estados Unidos, Alemania y Japón.
5.7
|
Transportes y
comunicaciones
|
Las características del terreno de Etiopía hacen
difíciles las comunicaciones terrestres. El transporte aéreo es de gran
importancia a causa de las dificultades que presenta la comunicación terrestre.
La compañía estatal, Líneas Aéreas Etíopes, se encarga de los vuelos nacionales
e internacionales. Hay aeropuertos internacionales en Addis Abeba, Dire Dawa y
Jimma. La capital está conectada por ferrocarril con el puerto de Yibuti, en
una ensenada del golfo de Adén. La independencia de Eritrea en 1993 significó
que Etiopía perdiera su salida al mar. Algunos acuerdos con Eritrea, sin
embargo, garantizaron su acceso continuo a Massawa y Āseb, puertos del mar
Rojo, que son los principales canales para el comercio de Etiopía. Etiopía
tiene 39.477 km de carreteras, de los cuales alrededor del 13% están asfaltados.
En la década de 1970 se completó la construcción de una autopista que une Addis
Abeba con Nairobi, la capital de Kenia.
En 2000 Etiopía tenía unos 9 teléfonos
en uso por cada 1.000 habitantes, y se estima que se utilizaban 12 millones de radios
y 367.000 televisores. La Voz de Etiopía emite radiofónicamente a diario en los
principales idiomas del país, además de árabe, inglés y francés. Las emisiones
de la televisión están controladas por el gobierno.
6
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GOBIERNO
|
Desde 1974 hasta 1987, Etiopía estuvo
gobernada por un Consejo Administrativo Militar Provisional (CAMP), también
conocido como Dergue, formado por aproximadamente 80 miembros (la mayor parte
de ellos, perteneciente a las Fuerzas Armadas o la policía). El CAMP se hizo
con el poder tras la caída del emperador Hailé Selassié I, el 12 de septiembre
de 1974, hecho que vino acompañado de la suspensión de la Constitución revisada
en 1955, de la disolución del Parlamento bicameral y, en marzo de 1975, de la
abolición de la monarquía hereditaria. Al frente del CAMP estaba su presidente,
que era el máximo dirigente del país. El CAMP propugnaba que el Estado
desempeñara un papel predominante en la economía del país y estableciera un
modelo de socialismo específicamente etíope, bajo un sistema de partido único.
La Unión de Organizaciones Marxista Leninistas fue fundada en 1977 con tal
carácter de único partido legal, pero fue disuelta poco tiempo después. En
septiembre de 1984, el Partido de los Trabajadores, comunista, quedó instituido
como único grupo político legal. La Constitución de 1987 configuró al Estado
como una república, cuya jefatura era desempeñada por un presidente elegido
indirectamente cada cinco años por el Shengo, la asamblea nacional unicameral.
En 1991 el régimen marxista fue
derribado por la alianza de dos movimientos rebeldes, el Frente Democrático
Revolucionario del Pueblo Etíope y el Frente de Liberación del Pueblo de
Eritrea. Bajo un acuerdo democrático provisional, un Consejo de Representantes
de 87 miembros eligió un presidente y programó la celebración de elecciones
generales para 1995. En ellas triunfó la coalición liderada por Miles Serrovi.
El siguiente paso, decisivo, fue la promulgación, ese mismo año, de un nuevo
texto constitucional.
En virtud de la Constitución de
1995, la jefatura del Estado corresponde al presidente, el cual es elegido por
la Asamblea Parlamentaria Federal, órgano legislativo bicameral que integran el
Consejo de Representantes del Pueblo y el Consejo de la Federación. El
presidente sólo puede permanecer en el cargo durante un máximo de dos periodos
de seis años. El poder legislativo también designa, entre sus miembros, al
primer ministro, el cual se encuentra al frente del Consejo de Ministros y es
el jefe del poder ejecutivo. Por lo que respecta al poder judicial, el órgano
superior es el Tribunal Supremo Federal (última instancia en los casos de
competencia federal), mientras que a los tribunales supremos regionales compete
la administración de justicia en los ámbitos regionales, así como la primera
instancia federal. Los jueces federales son propuestos por el primer ministro y
designados por el Consejo de Representantes del Pueblo.
A finales de la década de 1980 el
Ejército etíope contaba con 313.000 miembros, la Aviación con 4.000, y la
Marina con 1.800. Bajo el CAMP, Etiopía dependía en gran manera del
equipamiento militar procedente de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS) en sus luchas contra las fuerzas secesionistas de Eritrea,
Tigre y Oromo. También hubo tropas cubanas estacionadas desde 1977 hasta 1989.
Con la independencia de Eritrea y el fin de la guerra civil en 1993, los
efectivos militares se dividieron con el nuevo país; en 2004 se estimó que las
Fuerzas Armadas etíopes se habían visto reducidas a 182.500 soldados.
7
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HISTORIA
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Etiopía puede ser considerada como una
de las cunas de la humanidad. Restos fósiles de homínidos encontrados en el
valle de Awash datan de hace unos 3 millones de años, y evidencias posteriores
sugieren una ocupación humana continua. Durante el primer milenio a.C.,
pueblos semíticos de Saaba (Saba) cruzaron el mar Rojo y conquistaron a los
camitas de la costa de lo que posteriormente ha llegado a ser el Imperio
etíope. Hacía el siglo II d.C. los vencedores habían establecido el reino
de Aksum, gobernado por la dinastía salomónida, que se consideraba descendiente
del rey bíblico Salomón y la reina de Saba. Aksum se convirtió al cristianismo
en el siglo IV, siguiendo la misma tradición que los cristianos coptos de
Egipto, y su imperio floreció durante algunos cientos de años. Desde el
siglo VII en adelante, Aksum fue declinando al tiempo que los salomónidas
iban perdiendo el control de su reino gradualmente. A principios del
siglo X la dinastía fue expulsada y desplazada por la dinastía Zagwe,
familia que gobernaba una región de la meseta central conocida como Lasta.
Desde 1260 los salomónidas consiguieron reasentar su autoridad gradualmente
sobre una gran parte de Etiopía, aunque los musulmanes mantenían el control de
la región costera y el sureste. Durante el reinado de Zara Yakub (1434-1468),
se reformó la administración de la Iglesia de Etiopía, que se había visto
dividida por facciones, y se codificaron las doctrinas. Alrededor de esta
época, apareció un sistema político que duraría hasta mediados del
siglo XX. Se caracterizaba por monarcas absolutistas que exigían un
servicio militar y diezmos a cambio de concesiones de tierras.
7.1
|
Influencia europea
|
Cuando los musulmanes de Harar invadieron
Etiopía a principios de 1527, el emperador, como se había pasado a denominar al
gobernante, pidió ayuda a los portugueses, y así derrotaron a los musulmanes en
1542. En 1557 llegaron misioneros jesuitas, pero sus continuos intentos para
convertir a los emperadores etíopes desde el cristianismo copto al catolicismo
fueron infructuosos, y dieron lugar a inseguridad social y política por parte
de aquellos que sentían la Iglesia copta como la espina dorsal de una cultura
etíope independiente.
Después de un periodo de turbulencias y
confusión dinástica en 1632, fue proclamado emperador Fasiladas. Le sucedió su
hijo, Juan I, en 1637. En el siglo XVII renació artísticamente la
cultura etíope, al ser expuesta a estilos de expresión procedentes de la Europa
occidental y el mundo musulmán. Esto se hizo realidad especialmente durante el
reinado del hijo de Juan, Iyasus I, también conocido como Iyasus el
Grande. Tras ser coronado en 1682, Iyasus fue conocido como un amante de las
artes, así como modernizador y brillante estratega militar. Durante su reinado
se construyeron algunos de los más bellos edificios etíopes y se restableció la
autoridad gubernamental en provincias del sur que habían sido usurpadas por los
musulmanes u otras tribus.
Tras el fallecimiento de Iyasus en 1706,
Etiopía entró en otro largo periodo de confusión dinástica y decadencia,
durante el cual el país se dividió en varias regiones.
La única fuerza unificadora durante
todo este periodo era la Iglesia etíope. Con el apoyo de altos jerarcas
eclesiásticos, un afortunado bandido de la frontera noroccidental, Ras Kassa
quien había vencido a unos cuantos pequeños gobernantes feudales en distintos
lugares del país se hizo coronar como emperador portando el nombre de
Teodoro II en 1855. Más tarde, cuando Teodoro encarceló a algunos
oficiales británicos por conspirar contra él, el gobierno británico mandó una
fuerza expedicionaria a Etiopía; el emperador prefirió suicidarse (1868) antes
que ser hecho prisionero. Después de luchar contra otros aspirantes al trono
durante cuatro años, Dejaz Kassai, gobernador de la provincia de Tigre, fue
coronado como Juan IV gracias a la ayuda británica.
En la década de 1870, Egipto era
el principal enemigo externo del Imperio, que era poco más que una colección de
estados semiindependientes. En 1875 el jedive Ismail Bajá extendió la
protección egipcia al gobernante musulmán de Harar y mandó atacar Etiopía,
tanto desde el norte como desde el este. Juan IV frenó la invasión
egipcia, pero la continua expansión de Egipto por el mar Rojo y los puertos
somalíes restringió el suministro de armas y otros bienes a Etiopía.
Juan IV murió defendiendo su frontera occidental contra los sudaneses en
1889. Le sucedió Menelik II, quien estableció su capital en Addis Abeba y consiguió
unificar las provincias de Tigre y Amhara en su reino de Shoa.
7.2
|
Guerras
Italo-etíopes
|
Con la apertura del canal de Suez
en 1869, la costa del mar Rojo se fue convirtiendo en una franja cada vez más
atractiva para los poderes europeos como área de colonización. Italia centró su
atención en Etiopía; se apoderó de Āseb en 1872 y Massawa en 1885. En 1889
Menelik y los italianos firmaron el Tratado de Wichale (Ucciali). El tratado
establecía supuestamente acuerdos de amistad y cooperación, pero las versiones
amárica e italiana del mismo eran diferentes, y los italianos reclamaron que
toda Etiopía quedaba bajo su protección. Como resultado, en 1895, se inició una
guerra entre ambos países, y las tropas italianas fueron derrotadas al año
siguiente en Adua. Italia se vio forzada a reconocer la independencia de
Etiopía y respetar sus fronteras. El sucesor de Menelik, el emperador Lij Iyasu
(reinado 1913-1916), fue depuesto en favor de su tía, coronada como la
emperatriz Zauditu. Tafari Makonnen, su primo, fue elegido como heredero; subió
al trono con el nombre de Hailé Selassié I. En 1931 dio a Etiopía su primera
Constitución.
Con la llegada al poder del
dictador Benito Mussolini, se reanudaron los planes italianos para Etiopía, y
en octubre de 1935 Italia invadió el país. Hubo un intento por parte de la
Sociedad de Naciones de detener la conquista pero fracasó. Addis Abeba cayó
ante los invasores, y en mayo de 1936 Mussolini proclamó al rey de Italia
Víctor Manuel III emperador de Etiopía. Hailé Selassié se vio forzado a
abandonar el país y refugiarse en Inglaterra, pero fue restituido en su trono
por fuerzas británicas y etíopes en 1941.
7.3
|
Último reinado de
Hailé Selassié
|
De acuerdo con los términos del
tratado de paz de los aliados con Italia, firmado en 1947, se tenía que llegar
a un acuerdo antes de un año sobre los planes para las antiguas colonias
italianas de Eritrea, Somalia y Libia. Ante la ausencia de tal acuerdo, sin
embargo, se dejó la decisión en manos de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU). La Asamblea General de Naciones Unidas votó la federación de Eritrea con
Etiopía, que debería completarse para septiembre de 1952. Sin embargo, una vez
que se completó la federación, Hailé Selassié acabó con la autonomía de
Eritrea. Hacia 1962 se había reducido a una provincia de Etiopía, dando lugar
al establecimiento de un movimiento nacional de resistencia, el Frente de
Liberación de Eritrea, y al comienzo de una lucha militar que culminaría
treinta años después con la expulsión del gobierno etíope y la independencia de
Eritrea.
En 1955 Hailé Selassié promulgó una
Constitución revisada; se trataba de un leve intento para modernizar el país.
Aunque daba ciertos poderes limitados al Parlamento, los sectores progresistas
del país lo consideraban insuficiente. Tras un intento fallido por parte de
miembros de la guardia imperial de expulsar a Hailé Selassié del trono en
diciembre de 1960, el emperador aumentó los esfuerzos gubernamentales para el
desarrollo económico y las reformas sociales.
A lo largo de la década de
1960, Hailé Selassié se preocupó cada vez más de los asuntos exteriores. En
1963 desempeñó un destacado papel en la formación de la Organización de la
Unidad Africana, cuya secretaría se situó en Addis Abeba. El año siguiente, una
antigua disputa de fronteras entre Etiopía y la República de Somalia pasó a ser
un conflicto armado. Se pactó una tregua, estableciendo una zona
desmilitarizada a lo largo de la frontera, pero las hostilidades se repetían
esporádicamente. También aparecieron problemas en 1965 con Sudán, a la cual
Etiopía acusó de ayudar a los independentistas de Eritrea. El conflicto se
intensificó cuando 7.000 eritreos escaparon a Sudán en 1967 a causa de las
represalias militares etíopes contra los secesionistas. En diciembre de 1970 el
gobierno declaró el estado de sitio en algunas partes de Eritrea, pero no logró
poner fin a la guerra de guerrillas.
A principios de la década de 1970
Hailé Selassié siguió desempeñando un papel importante en asuntos
internacionales, ayudando a mediar en disputas entre Senegal y Guinea, Tanzania
y Uganda, y las zonas norte y sur de Sudán. A pesar de todo, ignoró en gran
manera urgentes problemas internos: la gran desigualdad en la distribución de
la riqueza, el subdesarrollo rural, la corrupción en el gobierno, la inflación
galopante, el desempleo, y las severas sequías y hambrunas en el norte entre
1972 y 1975.
7.4
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Régimen de Mengistu
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En febrero de 1974 los
estudiantes, trabajadores y soldados comenzaron una serie de huelgas y
manifestaciones que culminaron el 12 de septiembre de 1974 al derrocar a Hailé
Selassié tras un golpe militar. Se creó un grupo para dirigir el país,
denominado Consejo Administrativo Provisional Militar, o Dergue. A finales de
1974 se anunció el establecimiento de una economía socialista controlada por el
Estado. A comienzos de 1975 se nacionalizó la tierra cultivable, y una gran
parte de ella fue parcelada en pequeños lotes para entregarla a propietarios
individuales. En marzo de 1975 se abolió la monarquía, y Etiopía pasó a ser una
República.
Durante 1976-1977 el teniente coronel
Hailé Mariam Mengistu se mostró como la principal figura política del país; su
posición se consolidó a comienzos de 1977 cuando varios de sus rivales
potenciales murieron durante una lucha de poder entre dirigentes del Dergue.
Los estudiantes, algunas facciones políticas, y dos movimientos secesionistas
en la región de Ogadén (en el suroeste de Etiopía), y en Eritrea, continuaron
oponiéndose fuertemente al régimen de Mengistu. El largo conflicto se
intensificó a mediados de 1977 y los secesionistas pronto tomaron el poder de
la mayor parte de Ogadén con el destacado apoyo de Somalia. Con posterioridad,
el gobierno etíope recibió ayuda militar a gran escala, incluyendo tropas de
Cuba y consejeros militares de la URSS, lo que le permitió algunas victorias
ante los rebeldes, pero la resistencia a su autoridad continuaba. En septiembre
de 1984, Etiopía pasó a ser un Estado marxista-leninista, con Mengistu como
secretario general del nuevo Partido de los Trabajadores. Con la nueva
Constitución que establecía un gobierno civil, el país cambió su nombre por el
de República Democrática Popular de Etiopía en 1987; la legislatura nacional
eligió a Mengistu como presidente.
Mientras tanto, un programa
gubernamental para reducir la pobreza y aumentar el crecimiento económico se
vio paralizado por una hambruna y una sequía recurrentes. Los impopulares programas
gubernamentales de realojo y urbanización, en sí mismos una respuesta a la
sequía e inseguridad, empeoraron las cosas. La prolongada guerra civil impidió
durante toda la década de 1980 los esfuerzos mundiales de proporcionar
alimentos y ayuda médica al país, con ambos bandos obteniendo capital político
de los suministros de ayuda.
Con el inicio de la década de
1990 comenzó el colapso del bloque soviético y una drástica restricción de su
ayuda que volvió vulnerable al gobierno de Mengistu. Dos movimientos rebeldes
aliados, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE), el
reestructurado y renombrado Frente de Liberación del Pueblo de Tigré (FLPT),
junto a los separatistas del Frente de Liberación del Pueblo de Eritrea (FLPE),
obtuvieron el control de las provincias del norte en 1990. En mayo de 1991,
Mengistu escapó a Zimbabue. Tras la mediación de los Estados Unidos en las
conversaciones de paz, el FDRPE entró en Addis Abeba sin oposición y constituyó
un gobierno nacional interino. Bajo la presidencia de Meles Zenawi, el nuevo
gobierno se encontró con el ingente trabajo de reconstruir la nación. Surgieron
tensiones étnicas, especialmente entre los tigreanos y los oromo, que dejaron
sin validez con las elecciones locales de 1992. Se celebraron elecciones
multipartidistas para una nueva asamblea nacional en 1995.
Mientras tanto, el FLPE estableció un
gobierno provisional en Eritrea. Después de que en 1993 los votantes aprobaran
la secesión, Eritrea declaró su independencia, que fue reconocida por Etiopía.
7.5
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Acontecimientos
recientes
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En junio de 1994 los ciudadanos
etíopes eligieron a sus representantes en la Asamblea Constituyente, encargada
de redactar una nueva Constitución de carácter democrático. El FDRPE obtuvo 484
de los 547 escaños con que contaba la cámara. La nueva ley fundamental, que
garantizaba derechos especiales a los diferentes grupos étnicos del país, quedó
definida en el mes de diciembre.
En mayo de 1995 quedó constituida,
tras la celebración de elecciones parlamentarias, una nueva cámara legislativa,
el Consejo de Representantes del Pueblo, en la que obtuvo la mayoría el FDRPE.
En el mes de agosto, la Asamblea Constituyente transfirió sus poderes de manera
oficial al nuevo legislativo, y el país pasó a denominarse República Federal
Democrática de Etiopía. Durante ese mismo mes, la cámara nombró a Meles Zenawi
primer ministro, mientras que Negaso Gidada accedía a la presidencia del país.
Algunos grupos étnicos, incluidos sectores
de los oromo y los ahmara, mantuvieron sus críticas hacia el nuevo gobierno, al
consideraban tan ilegítimo como su predecesor. La oposición más radical
procedió, no obstante, de la región de Ogadén, en el sureste del país, donde
los rebeldes islamistas de etnia somalí, apoyados por sus parientes que habitan
en Somalia, combatían para lograr la independencia de la región desde el
derrocamiento de Mengistu. A finales de 1996, el Ejército etíope atacó sus
bases somalíes en una ofensiva en la que perdieron la vida más de 200 rebeldes.
También con Eritrea, su vecino
nororiental, el nuevo gobierno mantuvo un litigio territorial que provocó el
inicio de hostilidades. La ocupación, en mayo de 1998, de un sector de la
región autónoma etíope de Tigré (Tigray) por parte de Eritrea (que reivindicaba
ese territorio de acuerdo con los límites establecidos por los mapas italianos
de la época colonial) dio paso, en febrero de 1999, a la generalización de los
combates. Coincidiendo con la conmemoración de la batalla de Adua (1 de marzo
de 1896), Etiopía proclamó su victoria sobre Eritrea, que había aceptado la
mediación de la Organización para la Unidad Africana (OUA). No obstante, las
hostilidades se prolongaron durante los meses siguientes.
En otro orden de cosas, en 1994
los tribunales iniciaron los procesos penales contra miembros y simpatizantes
del régimen de Mengistu por los crímenes cometidos durante el periodo conocido
como Terror Rojo. Hacia 1997, más de 5.000 sospechosos habían sido acusados de
la comisión de delitos tales como tortura, asesinato y genocidio. En 1996 se
inició la vista contra los 80 miembros del Dergue, 23 de los cuales, incluido
Mengistu, fueron juzgados en rebeldía. El gobierno etíope solicitó la
extradición del ex dictador, refugiado en Zimbabue. Los grupos defensores de
los derechos humanos criticaron el hecho de que algunos de los acusados
llevaran en prisión desde 1991.
Fuerzas militares etíopes penetraron a
mediados de mayo de 2000 en territorio eritreo, llegando a ocupar numerosas
localidades fronterizas, y los combates causaron miles de muertos. A finales de
ese mes, Eritrea aceptó retirarse a la zona limítrofe anterior a su invasión de
1998, al tiempo que las tropas etíopes se acercaban a la capital del Estado
vecino, Asmara, y ambos países comenzaban negociaciones de paz en Argelia. El
30 de mayo, Zenawi dio por terminada la ofensiva militar etíope. El 18 de
junio, Etiopía y Eritrea firmaron la paz en Argel, gracias a la mediación de la
OUA, con el consiguiente despliegue de fuerzas de la ONU en la frontera entre
ambos estados.
En octubre de 2001, la Asamblea
Parlamentaria Federal, reunida en sesión conjunta de sus cámaras, eligió
presidente de la República a Girma Wolde-Giyorgis, quien sucedió así en la
jefatura del Estado a Negaso Gidada. Al año siguiente, el país se vio sacudido
por una nueva grave crisis; al igual que en 1984, una pertinaz sequía sumió en
el hambre a millones de personas. Ante esta situación, el primer ministro,
Zenawi, solicitó el auxilio internacional para intentar paliar los que se
preveían como trágicos efectos de la hambruna.
En las elecciones legislativas del 15
de mayo de 2005, celebradas bajo la supervisión de observadores
internacionales, el FDRPE revalidó en las urnas la mayoría absoluta que lograra
en 2000 (lo que supuso la reelección de Zenawi como primer ministro). Sin
embargo, la Coalición por la Unidad y la Democracia (CUD) logró un notable
incremento de sus diputados en el legislativo. Los resultados suscitaron
numerosas y airadas protestas por parte de la oposición (abanderada por la CUD),
que denunció los presuntos fraudes cometidos por el gobierno tanto en la
campaña previa a los comicios como en el escrutinio electoral; la tensión
aumentó y los violentos disturbios y enfrentamientos que tuvieron lugar entre
las fuerzas de seguridad y los manifestantes ocasionaron la muerte de decenas
de personas.
El 9 de octubre de 2007, el
Parlamento reeligió presidente a Girma Wolde-Giyorgis.