Rumania (nombre oficial, România,
Rumania), república situada en el sureste de Europa, limita al norte con
Ucrania, al este con Moldavia, al sureste con el mar Negro, al sur con
Bulgaria, al suroeste con Serbia y al oeste con Hungría. Rumania tiene 238.391
km² de superficie. Su capital es Bucarest.
Rumania tiene una forma ovalada, con
una longitud máxima de este a oeste de 740 km y de norte a sur de 475 km.
2.1
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Relieve e
hidrografía
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La topografía de Rumania es
accidentada. La meseta de Transilvania, que ocupa el centro del país, presenta
terrenos abruptos junto a anchos valles y extensas laderas aptas para el
cultivo. Las montañas la rodean casi por completo: los Cárpatos lo hacen por el
norte y este; Moldoveanu (2.543 m) y el pico más alto del país está en los
Alpes Transilvanos, al sur, los cuales se prolongan hasta alcanzar el Danubio,
que forma gargantas en las montañas Banto; un pequeño grupo de alineaciones, el
macizo de Bihor, está al oeste de la cuenca del Danubio. En las restantes áreas
de Rumania predominan las tierras bajas; en el oeste está la llanura del río
Tisza, que engloba el Banato, adyacente a la frontera serbia y
Crisana-Maramures, limítrofe con Hungría. Las llanuras más extensas son las
tierras bajas de Valaquia, localizada entre los Alpes Transilvanos y Bulgaria,
y las de Moldavia, al este de los Cárpatos. Una baja meseta bordea el mar Negro
en el extremo este y forma parte de Dobrudja, o Dobrogea, que continúa en
dirección sur hacia Bulgaria.
El río más importante es el Danubio,
que traza la parte oriental de la frontera con Serbia y la mayor parte de la
frontera con Bulgaria. El curso bajo del Danubio (al este de la garganta de las
Puertas de Hierro cerca de Drobeta-Turnu Severin) y el delta que forma en su desembocadura
son muy pantanosos. Otros ríos importantes, todos ellos formando parte del
sistema del Danubio, son el Mures, Prut, Olt y Siret. Rumania tiene numerosos y
pequeños lagos montañosos, pero los más grandes son lagunas salinas en la costa
del mar Negro; la más importante de estas es la de Razelm.
Rumania presenta un clima templado. La
meseta de Transilvania, los Cárpatos y las tierras bajas del oeste tienen
veranos calurosos e inviernos fríos, con amplitudes térmicas que varían entre
los 37,8 ºC y - 31,7 ºC. Las tierras bajas de Valaquia, Moldavia
y Dobrudja cuentan con veranos más cálidos y, de vez en cuando, sufren periodos
de mucho frío en invierno; las temperaturas registradas en Bucarest y las
tierras bajas varían entre los 38,9 ºC y los - 23,9 ºC. El
promedio de precipitaciones en las llanuras es de 508 mm, mientras que en las
montañas varía de 508 mm hasta 1016 mm y se concentran en la mitad del año más
calurosa.
Los principales recursos de Rumania son
agrícolas, pero el país también dispone de importantes yacimientos minerales,
en concreto petróleo, gas natural, sal, carbón, lignito, mineral de hierro,
cobre, bauxita, manganeso, plomo y cinc.
En las llanuras de Valaquia y
Moldavia predomina la estepa arbolada, hoy muy clareada por la agricultura. Los
frutales son comunes en las zonas al pie de las montañas. Los bosques que se
encuentran en las pendientes más suaves están compuestos por especies de
árboles de hoja caduca como abedul, haya y roble. Las coníferas predominan en
las zonas elevadas de las montañas, sobre todo pinos y píceas. Por encima de
los 1750 m, aproximadamente, la flora es alpina.
La vida animal es abundante en
muchas partes del país. Las especies más grandes, presentes principalmente en
los Cárpatos, son jabalí, lobo, lince, zorro, oso, rebeco, corzo y cabra
montesa. En las llanuras los animales característicos son ardillas, liebres,
tejones y turones. Abundan muchas especies de pájaros; la región del delta del
Danubio (hoy, en parte, una reserva natural) es un punto de parada para las
aves migratorias. Entre los peces que se pueden encontrar en los ríos y costas
están el lucio, el esturión, la carpa, el arenque, el salmón, la perca y la
anguila.
Los suelos son fértiles en la mayoría
del país. En la parte occidental el suelo está formado sobre todo por la
descomposición de las calizas, mientras que en el este del país predomina el
chernozem, formado por tierras negras, ricas en humus y muy apropiadas para el
cultivo de cereales.
2.6
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Temas
medioambientales
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La polución industrial de aire y agua es un
serio problema medioambiental en Rumania. Las fábricas, plantas químicas y
centrales térmicas del país dependen fuertemente del carbón como combustible,
un proceso que emite niveles peligrosos de dióxido de carbono y anhídrido
sulfuroso. Los centros industriales de Copsa Mica, en el centro de Rumania, y
de Giurgiu, en el sur, tienen graves problemas de polución del aire. Bucarest,
la capital, tiene asimismo serios niveles de polución atmósferica. Las
filtraciones de las fábricas acaban en el Danubio y en otros ríos, convirtiendo
el agua en no potable para beber y amenazando a los diversos ecosistemas del
delta del Danubio. El delta, el más extenso de Europa, fue declarado Patrimonio
de la Humanidad en 1991. Sus lagos y marismas albergan a cientos de especies de
aves y docenas de especies de peces y reptiles. Pero a consecuencia de la
polución del aire y del agua, 61 especies estaban en peligro de extinción en
Rumania en 1996.
Las prácticas anárquicas, y sobre todo una
deficiente rotación de cultivos, han provocado una grave degradación y erosión
del suelo en Rumania. En la década de 1980 se desecaron grandes extensiones de
marismas a lo largo del Danubio para convertirlas en tierra de cultivo y
aumentar así la producción de alimentos. Sin embargo, la deforestación no es
problema en Rumania. En 2003, el 27% de la superficie total del país estaba
arbolado. El gobierno ha ratificado el Tratado Antártico y otros acuerdos
medioambientales internacionales relativos a polución del aire, biodiversidad,
cambio climático, desertización, especies en peligro de extinción, cambio
medioambiental, vertidos peligrosos, derecho del mar, prohibición de ensayos
nucleares, protección de la capa de ozono, contaminación naval y humedales.
La población de Rumania (2008), es
22.246.862 habitantes, con una densidad de población de 97 hab/km². El 45% de
sus habitantes se considera población rural.
3.1
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Características de
la población
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Los rumanos, que constituyen el 89,5%
de la población según el censo de 2002, son descendientes de los pueblos que
habitaban la Dacia en tiempos de su conquista por los romanos (hacia el
106 d.C.). Las minorías importantes son los húngaros —que componen un 6,6%
de la población y están asentados principalmente en Transilvania— y los romanís
(gitanos), que forman un 2,5% de la población. Rumania también tiene pequeñas
minorías de ucranianos, alemanes (que viven la mayoría en el Banato), judíos,
rusos, serbios, croatas, turcos, búlgaros, tártaros y eslovacos.
Rumania es uno de los países de
Europa oriental donde el crecimiento vegetativo ha sido negativo desde mediados
de la década de 1990: en 2005, la cifra se estimaba en - 0,12%.
3.2
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Divisiones
administrativas y ciudades principales
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El país se divide en 41
distritos y la municipalidad de Bucarest, que es la capital y la ciudad más
grande (1.853.000 habitantes, estimados en 2003) y también el primer centro
industrial y comercial del país.
Otras ciudades importantes (con población
estimada en 2002) son: Constanţa (310.471 habitantes), el único puerto rumano
en el mar Negro; Iaşi (320.888 habitantes), centro comercial; Cluj-Napoca
(317.953 habitantes), centro comercial e industrial; Timişoara (317.660
habitantes), centro industrial; Galaţi (298.861 habitantes), centro naval y
metalúrgico; Braşov (284.596 habitantes), notable por la manufactura de tejidos
y productos químicos y metálicos; Craiova (302.601 habitantes), centro textil,
eléctrico y químico; y Ploieşti (232.527 habitantes), centro de la industria
del petróleo.
La organización religiosa más grande de
Rumania es la Iglesia ortodoxa rumana, a la que están adheridos el 87% de los rumanos.
Además, el país cuenta con un número considerable de protestantes de varias
confesiones (7,5%) y católicos, el 5% de la población (en especial entre las
minorías húngaras y alemanas de Transilvania), además de judíos (principalmente
en Bucarest) y musulmanes, sobre todo entre las minorías tártaras y turcas.
La lengua oficial es el rumano (véase
Lengua rumana), una de las lenguas románicas, hablada por más del 85% de la
población. Otras lenguas que se hablan son húngaro, alemán y romaní (zíngaro).
La educación primaria en Rumania es gratuita
y obligatoria entre los 7 y los 14 años de edad, y la mayoría de los
estudiantes eligen continuar su educación a partir de los 16 años. No hay prácticamente
analfabetos: en 2003, el 98,4% de la población sabía leer y escribir. El
sistema educativo incide mucho en los estudios prácticos y técnicos.
3.4.1
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Escuelas
elementales y secundarias
|
En 2000 había matriculados 1,09
millones de niños en las 6.086 escuelas primarias de Rumania, mientras que 2,25
millones de estudiantes asistían a las escuelas secundarias. Además, el país
tiene numerosos centros de formación profesional.
3.4.2
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Universidades y
colegios
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En las instituciones de enseñanza
superior se inscribieron 582.221 estudiantes en 2001–2002. Rumania cuenta con
siete universidades, entre las que destacan la Universidad de Bucarest (1864),
la Universidad de Cluj-Napoca (1919) y la Universidad de 'Al. I. Cuza'
(Alejandro Ion Cuza) de Iaşi (1860). Además, Rumania tiene cuatro universidades
politécnicas. Bajo el gobierno de Nicolae Ceausescu (1967-1989), la admisión en
la universidad dependió normalmente de la participación en las organizaciones
de las juventudes comunistas y un periodo estipulado de trabajo experimental en
la industria o la agricultura.
La cultura rumana es, en gran medida,
derivada de la romana, con influencias culturales de eslavos, magiares (húngaros),
griegos y turcos. La tradición literaria y musical de base popular siempre ha
destacado en la cultura rumana, superando las influencias occidentales que
aparecieron en diversas épocas. La literatura, el arte y la música rumanas
alcanzaron su madurez en el siglo XIX.
La literatura rumana es rica y variada,
pudiendo establecerse cinco periodos. La literatura de los siglos XV al
XVIII fue principalmente religiosa. La forma literaria dominante en el
siglo XVIII fue histórica y un número de importantes obras promocionaron
la idea de la latinidad de los orígenes y la lengua del pueblo rumano. En el
siglo anterior a la I Guerra Mundial, la literatura rumana alcanzó la
madurez favoreciendo la concienciación nacional; destacan las figuras del poeta
y dramaturgo Vasile Alecsandri, el poeta romántico Mihail Eminescu e Ion Luca
Caragiale, un dramaturgo cuyas obras satirizaron la vida burguesa de finales
del siglo XIX. Entre la I y la II Guerra Mundial, la literatura
rumana trató ampliamente temas nacionales y la novela apareció por vez primera
en un primer plano; el novelista más destacado fue Mihail Sadoveanu. Desde
finales de la década de 1940 hasta la década de 1980, el realismo soviético
caracterizó la literatura excepto durante un breve periodo a finales de la
década de 1960 cuando se relajó el control gubernamental sobre las actividades
culturales. El autor de teatro rumano Eugéne Ionesco alcanzó la fama después de
la II Guerra Mundial mientras vivía en Francia.
El arte, al igual que la
literatura rumana, alcanzó su punto culminante durante el siglo XIX
destacando el retratista Theodor Aman y el paisajista Nicolae Grigorescu. El
realismo soviético dominó el arte rumano durante el periodo 1945-1990. Una
destacada contribución a los conceptos del arte moderno del siglo XX fue la
obra del escultor francés de origen rumano Constantin Brancusi.
Un número de músicos rumanos
alcanzaron el reconocimiento internacional en el siglo XX. El más
destacado entre ellos fue Georges Enesco, violinista y compositor, que es
quizás mejor conocido por sus rapsodias rumanas, y el pianista Dinu Lipatti.
Las principales bibliotecas son la Biblioteca
Central del Estado y la Biblioteca de la Academia de Rumania, ambas en
Bucarest; el Museo de Arte de Rumania, en Bucarest, contiene magníficas
colecciones de arte nacional, occidental y oriental. Hay varios museos de arte
por todo el país.
Antes de la II Guerra Mundial la
economía era fundamentalmente agrícola, pero la implantación y el desarrollo de
varios planes quinquenales durante el periodo comunista transformaron la
economía que, en la actualidad, está dominada por la industria y el creciente
sector servicios. La escasez crónica de bienes de consumo y la profunda
degradación del medioambiente son algunas de las consecuencias del énfasis
puesto en la industria pesada. En 2006 los analistas internacionales estimaron
en 121.609 millones de dólares el producto interior bruto (PIB), lo que suponía
una renta per cápita de 5.632,60 dólares.
Después del derrocamiento del régimen de
Ceausescu en diciembre de 1989, la economía rumana prácticamente se derrumbó y
las exportaciones cayeron en picado. Los programas de reforma económica
introducidos en 1990 establecieron la devaluación de la moneda, la supresión de
las subvenciones en la mayor parte de los bienes de consumo y la privatización
de las empresas de propiedad estatal con la finalidad de establecer en Rumania
un sistema de libre mercado.
5.1
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Agricultura y
ganadería
|
Un 42,7% de la superficie del país
se utiliza para cultivo agrícola, que en 2005 empleaba un 32% de la población
activa.
En 2006 los principales cultivos (con
su producción anual en toneladas métricas) eran: maíz (8,98 millones), trigo
(5,53 millones), patatas o papas (4,02 millones), uvas (1 millón), remolacha o
betabel (1.152.200), y una amplia gama de otras frutas. Sus extensos viñedos
hacen de Rumania uno de los principales productores de vino.
En 2006 la cabaña ganadera
constaba de: 2,86 millones de cabezas de ganado vacuno, 6,62 millones de
porcino, 7,61 millones de ovejas (borregos) y 95,8 millones de aves de corral.
Los bosques, que cubren aproximadamente
el 26,7% de la superficie total, son de propiedad estatal. En 2006 la
producción alcanzó 13,8 millones de m³. El mar Negro y la región del delta del
Danubio son famosas por sus capturas de esturión y el país emprende
considerables campañas de pesca en el océano Atlántico. En 2005 las capturas
anuales alcanzaban unas 13.352 toneladas.
El principal recurso minero de Rumania
es el petróleo. En 2004 la producción anual de crudo de petróleo era de 42,5
millones de barriles y la de gas natural de 12.300 millones de m³. El primer
centro petrolero es Ploieşti. A finales de la década de 1980 se encontraron
importantes reservas petrolíferas en el mar Negro.
La parte occidental de los Alpes
Transilvanos tiene yacimientos de carbón bituminoso, mineral de hierro y hay
yacimientos dispersos de lignito. La producción anual de carbón en 2003 fue de
32,6 millones de t; la producción de mineral de hierro alcanzó las 74.331
toneladas. Los grandes depósitos de sal en los Cárpatos producen más de 5
millones de toneladas al año.
Tras la II Guerra Mundial Rumania desarrolló
una política de rápida industrialización centrada en la industria pesada
(especialmente maquinaria y productos químicos) y, a menor escala, en los
bienes de consumo. A finales de la década de 1980 destacaron la producción de
acero (alcanzó unos 13,9 millones de t), de fertilizantes químicos (2,9
millones de t anuales) y de cemento (12,4 millones de t), además de receptores
de radio y televisión, automóviles, alimentos procesados, neumáticos, tejidos
de algodón, lana y seda, ropa, zapatos y frigoríficos.
En 2004, la industria seguía siendo un
sector poderoso dentro del PIB, con el 33,7% de la producción y un crecimiento
anual del 4%. Destacan las industrias textil, metalúrgica, automovilística,
química, de alimentación, minera y de refinado de petróleo.
En 2003 Rumania producía al año 51.697
millones de KWh de electricidad, muy por encima de los 35.800 millones de kWh
en 1970. Un 60,46% se produce en instalaciones térmicas de combustión de
petróleo, gas natural y carbón de baja calidad, y el resto en instalaciones
hidroeléctricas, de las que la más grande era el proyecto del Danubio Puertas
de Hierro I (a realizar conjuntamente con Serbia y Montenegro).
El 1 de julio de 2005 entró
en circulación el nuevo leu rumano (RON) y comenzó a dejar de usarse el antiguo
leu (ROL); el cambio supuso que 1 RON equivaliera a 10.000 ROL.
El leu (en plural, lei) está dividido en 100 bani. A finales del siglo XX,
debido a problemas en la economía del país, el leu fue devaluado (octubre de
1990), estableciendo una equivalencia de 35 lei por un dólar estadounidense; en
2006, 2,80 lei equivalían a un dólar estadounidense. El Banco Nacional (1880)
es el banco emisor de divisas.
Desde mediados de la década de
1940 hasta la de 1980, el comercio exterior en Rumania fue un monopolio
estatal. En 2004 las exportaciones suponían 23.485 millones de dólares; las
partidas principales se componían de combustibles, maquinaria, muebles,
productos textiles y químicos; las importaciones, valoradas en 32.664 millones
de dólares, tenían su mayor peso en el crudo de petróleo y en los equipos
industriales. Los principales socios comerciales de Rumania son la Unión
Europea, Turquía y Rusia.
Rumania cuenta con 10.781 km de trazado
ferroviario y unos 198.817 km de carreteras. Los puertos principales son Constanţa,
en el mar Negro, y Galaţi y Brăila, en el bajo Danubio; Giurgiu, que está
conectada por un oleoducto con el campo petrolífero de Ploieşti, es un
importante puerto fluvial. Un canal, inaugurado en 1984, enlaza Constanţa con
Cernavoda, un puerto fluvial del Danubio. La flota mercante alcanza un
desplazamiento de 269.530 t de peso muerto. La compañía aérea estatal TAROM
conecta Bucarest con otras ciudades rumanas y extranjeras. Había 61 aeropuertos
y aeródromos en 2004.
Los servicios postales, telegráficos y
telefónicos son de propiedad estatal. En 2005 el país tenía 203 teléfonos por
cada 1.000 habitantes y estaban registrados 8 millones de aparatos de radio y 9
millones de receptores de televisión. El país cuenta con 163 periódicos diarios
y publicaciones periódicas, y varias corresponden a las minorías no rumanas. En
2003 había 4 millones de usuarios de Internet y casi 7 millones de teléfonos
móviles o celulares.
En 2006 la población activa era de
10,1 millones de personas, de los que una buena parte eran miembros de
organizaciones de trabajadores afiliadas a sindicatos. En 2004 trabajaba en el
sector económico primario el 31,6% de los trabajadores, en la industria el
30,7% y en los servicios el 37,7%.
La actual Constitución de Rumania fue
promulgada el 8 de diciembre de 1991, que fue ampliamente revisada en 2003. El
Estado rumano es una república presidencial multipartidista que garantiza los derechos
humanos y la economía de libre mercado.
6.1
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Poder ejecutivo y
legislativo
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En virtud de la Constitución de
1991, el poder ejecutivo recae en el presidente, que es el jefe de Estado,
elegido por sufragio universal cada cinco años, el cual nombra a un primer
ministro, que es el jefe de gobierno. El presidente es también el comandante en
jefe de las Fuerzas Armadas.
El poder legislativo reside en el
Parlamento Rumano (Parlamentul Romaniei), de carácter bicameral, que se
renueva electoralmente cada cuatro años. Está integrado por una cámara baja, la
Cámara de Diputados (Camera Deputatilor), conformada por 332 escaños
(varios de ellos, garantizados para la representación de las minorías étnicas);
y por una cámara alta, el Senado (Senatul), compuesta por 137 miembros.
El Tribunal Supremo es la autoridad
judicial superior de Rumania y sus miembros supervisan a los tribunales inferiores.
Los tribunales menores comprenden los Juzgados de Distrito y Locales.
Hasta el levantamiento de 1989, la principal
organización política del país era el Partido Comunista de Rumania, que se
conoció desde 1948 hasta 1965 como Partido Obrero de Rumania. El secretario
general del partido, Nicolae Ceausescu, fue la figura política más poderosa en
el país y el Partido Comunista controlaba casi todos los aspectos del gobierno.
Tras la caída de Ceausescu se
disolvió el Partido Comunista, por lo que muchos antiguos miembros formaron el
Frente de Salvación Nacional (FSN). En mayo de 1990, en las primeras elecciones
multipartidistas libres desde la II Guerra Mundial, el FSN obtuvo una
victoria aplastante. El Frente Democrático de Salvación Nacional (FDSN),
escindido del FSN, ganó las elecciones celebradas en 1992. La Convención
Democrática de Rumania también obtuvo escaños en el Parlamento.
A comienzos del siglo XXI, los
principales partidos políticos rumanos eran el izquierdista Partido Social
Demócrata (que agrupó, en 2001, al Partido de la Democracia Social de Rumania,
al Partido Social Demócrata de Rumania y al FDSN), el Partido Humanista Rumano
(PHR), el Partido Nacional Liberal, el Partido Demócrata, la Unión Democrática
Húngara de Rumania (UDHR) y el ultranacionalista Partido de la Gran Rumania.
6.4
|
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Salud y bienestar
social
|
El gobierno rumano supervisa un sistema
de seguridad social que engloba atención médica, vacaciones en balnearios,
ayudas familiares y pensiones de jubilación. Las estadísticas oficiales
atribuyen a Rumania un médico para cada 521 personas y una cama de hospital
para cada 2003. La utilización de métodos anticonceptivos y el aborto,
actividades prohibidas durante el régimen de Ceausescu interesado en
incrementar la tasa de natalidad, se legalizaron después del levantamiento de
diciembre de 1989.
El servicio militar es obligatorio para
todos los hombres por un periodo de ocho a doce meses. En 2004 las Fuerzas
Armadas contaban con 97.200 efectivos, de los que 66.000 estaban en el
Ejército, 7.200 en la Armada y 14.000 en las Fuerzas Aéreas. La Securitate
(una fuerza policial secreta bien armada leal a Ceausescu) fue subordinada al
Ejército después del levantamiento de 1989.
El territorio que forma la actual
Rumania apareció por primera vez en la historia como parte integrante de la
provincia romana de Dacia, conquistada por el emperador Trajano hacia el
106 d.C. La mayoría de sus habitantes, conocidos como los dacios,
procedían de Tracia, en el norte de Grecia. Tras la conquista, se enviaron
colonos romanos a la provincia, desarrollándose el área considerablemente al
construirse carreteras, puentes y grandes murallas; sus restos son todavía
visibles en el actual puerto de Constanţa, en el mar Negro y en la región de la
Drobudja (Drobogea). Durante el siglo III d.C. se iniciaron las
incursiones de los godos en la región, después de atravesar el Danubio, a las
que siguieron posteriores oleadas de invasores como hunos, eslavos y búlgaros,
que hicieron de Dacia un constante campo de batalla, mientras la población
romanizada mantuvo la lengua y la identidad latina. Gradualmente, a través de
matrimonios se produjo la asimilación de este grupo con las tribus eslavas,
desarrollándose un grupo étnico diferenciado, denominado valacos (en eslavo, vlachs)
cuyas costumbres nómadas y belicosas se convirtieron en una amenaza constante
para el vecino Imperio bizantino. Bajo el dominio búlgaro, en el siglo IX,
se introdujo el cristianismo ortodoxo.
Hacia finales del siglo XIII la
expansión húngara condujo a gran parte de la población de las provincias
occidentales a instalarse al sur y este de los Cárpatos, donde se establecieron
los principados de Valaquia y después de Moldavia, cada uno gobernado por
príncipes nativos o vaivodas (en ruso voevoda, 'líder del
ejército'), muchos de los cuales reconocieron el señorío feudal de los reyes de
Hungría o Polonia. Con la derrota de los húngaros por los turcos otomanos en la
batalla de Mohács (1526) Moldavia y Valaquia cayeron bajo el dominio turco, que
duró tres siglos. Al acabar el siglo XVI, el príncipe Miguel de Valaquia
unió los dos principados temporalmente y se enfrentó de forma permanente al
sultán turco; durante un tiempo Miguel se opuso con éxito a los otomanos,
conquistó Transilvania en 1599 y Moldavia en 1600, pero fue asesinado al año
siguiente y el espíritu de independencia decayó.
Los otomanos restablecieron su control en
los principados después de la muerte de Miguel, imponiendo fuertes
restricciones políticas. Finalmente los rumanos se dirigieron a Rusia en
petición de ayuda; ante el crecimiento de la influencia rusa a comienzos del
siglo XVIII, el gobierno otomano estableció el conocido sistema de
fanariotas: Moldavia y Valaquia serían gobernadas por los hospodars
(príncipes rumanos que el gobierno otomano ponía al frente de la administración
de los principados de Moldavia y Valaquia desde el siglo XV) de elección
turca (en eslavo antiguo gospodl, 'señor'), normalmente miembros de
familias griegas de Fanar, un distrito de Constantinopla, de donde proviene el
nombre. Muchos nobles rumanos (o boyardos) se aliaron con los fanariotas
gobernantes y el griego se convirtió en lengua oficial.
La influencia rusa se hizo predominante
después de 1750 y continuó durante un siglo. En 1774 Rusia derrotó a Turquía,
la cual se vio forzada entonces a prometer un tratamiento menos severo sobre
Moldavia y Valaquia. En 1802 Rusia obtuvo un lugar en la elección de los hospodars
y en 1812 habiendo derrotado de nuevo a Turquía en la Guerra Turco-rusa de
1806-1812, obtuvo Besarabia, que anteriormente había formado parte del
principado de Moldavia. El debilitamiento de la influencia rusa se hizo más
evidente tras el comienzo de la guerra de Independencia griega en 1821. En
1829, por el Tratado de Adrianópolis que establecía la independencia griega,
los principados, aunque permanecían nominalmente bajo el control turco, se
hicieron más autónomos; se puso fin al sistema de fanariotas y Rusia se
convirtió en el Estado protector no reconocido de los dos principados, una
situación que no le gustaba a las grandes potencias europeas, que habían
empezado a intervenir en los asuntos de los Balcanes durante la guerra de
Independencia griega.
7.1
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Unificación e
independencia
|
Después de la derrota rusa en la guerra
de Crimea se puso fin al protectorado ruso y se devolvió parte de Besarabia a
Moldavia. Bajo el control conjunto de Francia, Gran Bretaña, Austria y Turquía,
la cuestión de la unión de Valaquia y Moldavia se convirtió en un asunto
destacado que se resolvió en 1859, cuando el coronel Alejandro Ion Cuza fue
elegido príncipe común. En 1861 los dos principados se unieron creando el
principado autónomo de Rumania, reconocido por el sultán turco. En Bucarest se
estableció una cámara legislativa y un único ministerio.
En 1866 una conspiración destronó al
príncipe Alejandro. Un gobierno provisional eligió entonces al príncipe Karl
Eitel Friedrich de Hohenzollern-Sigmaringen, quien gobernó con el nombre de
Carol I y el sultán lo invistió como príncipe heredero. A su llegada se adoptó
una Constitución basada en la carta belga de 1831. Carol entró en la Guerra
Turco-rusa de 1877-1878 como aliado ruso y proclamó la plena independencia de
Rumania, que fue reconocida en 1878 por el Congreso de Berlín, si bien el nuevo
estado se vio forzado a devolver su parte de Besarabia a Rusia.
En 1881 Carol I fue proclamado
rey de Rumania. En las Guerras Balcánicas Rumania se mantuvo neutral durante el
transcurso de la primera contra Turquía (1912) aunque se unió a Serbia y Grecia
en su enfrentamiento contra Bulgaria durante la segunda (1913). Por el Tratado
de Bucarest, firmado el 10 de agosto de 1913, Rumania obtuvo la región
meridional de la Dobrudja, que su ejército había ocupado, por lo que se
convirtió en la potencia balcánica más importante.
Cuando empezó la guerra, Carol, a pesar
de su amistad con Austria, declaró la neutralidad de Rumania. En octubre de
1914 falleció el rey que fue sucedido por su sobrino Fernando I. Hasta 1916 el
reino mantuvo su neutralidad, pero ese año fuerzas rumanas invadieron la
Transilvania húngara, siendo rechazadas por los ejércitos austro-húngaros,
alemanes y búlgaros que invadieron el país y en menos de seis meses controlaban
la mayor parte de su territorio. Sin embargo, el triunfo de los Aliados en
noviembre de 1918, permitió a Rumania volver a entrar en guerra el 10 de
noviembre y ocupar nuevamente Transilvania y otros territorios. Por los
tratados de Saint-Germain-en-Laye (con Austria) y Trianón (con Hungría),
Rumania se adjudicó la soberanía sobre la mayor parte de Bucovina, toda
Transilvania, una franja de la llanura húngara al oeste de las tierras altas
transilvanas (Crisina-Maramures) y la parte noreste del Banato, una superficie
total de 133.765 km2. Rumania también ocupó Besarabia y fue
ratificada en su posición por los aliados, aunque Rusia rechazó reconocer la
soberanía rumana del área. Como resultado de los acuerdos de paz, el país
obtuvo más del doble de su superficie, configurándose la 'Gran Rumania'.
Tras la I Guerra Mundial el
gobierno rumano se enfrentó a los problemas interiores de la reforma
constitucional, la reforma agraria y el retraso en la reconstrucción económica.
En 1923 se adoptó una nueva Constitución en la que se disponía la emancipación
política de los judíos. El Partido Liberal estuvo en el poder, dirigido por Ion
Bratianu, quien desde 1922 hasta 1926, y de nuevo en 1927, gobernó
prácticamente de forma dictatorial. Sin embargo, la oposición campesina al
gobierno liberal y a su política dictatorial causó una constante tensión
política. En las relaciones exteriores continuó la disensión con la Unión
Soviética respecto a la posesión de Besarabia. En 1925 el príncipe heredero
Carol había sido excluido de la sucesión al trono por su padre Fernando I,
quien nombró heredero a su nieto Miguel, que en el momento de acceder al trono
en 1927 contaba con tan sólo 6 años de edad.
En 1928 la oposición a Bratianu
tuvo como resultado la llegada al poder del Partido Nacional Campesino, bajo la
dirección de Iuliu Maniuon que llegó a ser primer ministro y apoyó la vuelta
del príncipe heredero a Bucarest en 1930 proclamándose rey con el nombre de
Carol II, a pesar de la profunda oposición de los liberales. Las condiciones
económicas del país se agravaron y el desarrollo de un movimiento fascista
rumano (la denominada Guardia de Hierro, dirigida por Corneliu Zelea-Codreanu)
incrementó la tensión política. La tendencia creciente hacia el fascismo se
manifestó en las severas leyes antijudías, la rígida censura y los intentos del
propio monarca Carol para establecer una dictadura, lo que al final consiguió
en 1938.
Aunque Rumania inicialmente fue neutral en la
II Guerra Mundial, su política interna la llevó a desarrollar una política
de amistad con Alemania. En junio de 1940 la Unión Soviética, sin oposición de
Alemania, con la cual había firmado un pacto de no agresión en agosto de 1939,
ocupó Besarabia y el norte de Bucovina. El 20 de agosto, ante las presiones de
Alemania e Italia, Rumania cedió 44.988 km2 de Transilvania a
Hungría, y el 7 de septiembre se cedió el sur de la Dobrudja a Bulgaria. El
ejército alemán ocupó Rumania bajo el pretexto de proteger los campos de
petróleo del ataque británico. Estas pérdidas territoriales supusieron una gran
conmoción popular que hizo que el rey Carol II nombrara al general Ion
Antonescu jefe de gobierno con amplios poderes desarrollando su actividad con
el apoyo de la Guardia de Hierro. El 6 de septiembre de 1940 obligó al rey a
abdicar y abandonar el país. El sucesor de Carol, Miguel, fue rey sólo en el
título, ya que el poder lo mantenía el general Antonescu; un intento de golpe
de Estado por parte de la Guardia de Hierro en enero de 1941 fracasó gracias al
apoyo que los alemanes prestaron a Antonescu, después de una auténtica masacre.
En junio de 1941 el país
entró en la II Guerra Mundial atacando a la Unión Soviética al mismo
tiempo que lo hacía Alemania. Las tropas rumanas volvieron a ocupar Besarabia y
Bucovina y, hacia octubre de 1941, habían avanzado hasta Odesa. En diciembre el
reino declaró la guerra a Estados Unidos. La oposición a Antonescu se mantuvo
activa desde un doble frente: por la Guardia de Hierro antialemana y por el
Partido Nacional Campesino. En la primavera de 1944 el rápido avance soviético
permitió al Ejército Rojo recuperar Besarabia y Bucovina y entrar en territorio
rumano. Ayudados por la inminente llegada de las tropas soviéticas, en la noche
del 23 de agosto, varios generales leales al rey Miguel encabezaron un golpe de
Estado, arrestaron a Antonescu y su gabinete y anunciaron la rendición de
Rumania: el 12 de septiembre la Unión Soviética firmó un armisticio con Rumania
en Moscú.
Un gobierno denominado Frente Democrático,
autorizado por la URSS, se hizo cargo de la administración rumana estableciendo
una coalición de comunistas, liberales y representantes del Partido Nacional
Campesino, aunque los comunistas se hicieron con el poder de forma paulatina.
En marzo de 1945 se formó un gabinete de coalición bajo Petru Groza, líder del
Partido de los Agricultores (un grupo disidente del Partido Nacional
Campesino), con los puestos clave ocupados por los comunistas implantando una
reforma agraria y la desmovilización del Ejército; después de aceptar la
celebración de elecciones libres, Estados Unidos y Gran Bretaña reconocieron
oficialmente al gobierno.
Varios partidos de la oposición, que
recibieron un total de 66 de los 414 escaños, declararon fraudulentos los
resultados de las elecciones celebradas el 19 de diciembre de 1946 que
supusieron un amplio triunfo de los comunistas y sus aliados. El 30 de
diciembre de 1947 el rey Miguel abdicó bajo la presión comunista y se proclamó
la República Popular de Rumania recayendo la autoridad suprema en un Consejo de
Estado formado por cinco miembros. El 13 de abril se adoptó una nueva
Constitución basada en el modelo soviético.
Por el tratado de paz firmado en
París el 10 de febrero de 1947 entre Rumania y los aliados, Transilvania del
norte se devolvió a Rumania, mientras que se dio validez a la transferencia de
los otros territorios realizada en 1940. Se establecieron las reparaciones de
guerra a la Unión Soviética en 300 millones de dólares, que serían pagados en
materias primas, maquinaria, embarcaciones y otros productos en un plazo de
ocho años pero, en 1948, se redujeron a la mitad. El tratado de paz también
limitó el poder de las Fuerzas Armadas rumanas y estipuló que la población
rumana gozaría de todas las libertades personales.
La reorganización de las instituciones
culturales rumanas para adaptarse a los modelos soviéticos fue la principal
característica de la política interior durante 1948 y 1949 siendo frecuentes
las purgas de disidentes, a pesar de las protestas de las potencias
occidentales, que acusaban a Rumania de violación sistemática de los derechos
humanos garantizados en el tratado de paz.
En 1952 y 1965 se adoptaron
nuevas constituciones, pero ninguna de ellas se apartó del modelo de gobierno
soviético. Durante todo el periodo de la posguerra, la dirección de la política
rumana permaneció estable. Gheorghe Gheorgiu-Dej, secretario del Partido
Comunista de Rumania desde 1945, llegó a ser primer ministro en 1952. En 1955
cedió el cargo a Chivu Stoica. Petru Groza, que había asumido el cargo
simbólico de presidente en 1952, murió en 1958 y fue sucedido por Ion Gheorghe
Maurer, que ocupó el puesto de primer ministro en 1961, asumiendo Gheorgiu-Dej
la presidencia. Tras su muerte en 1965, Stoica asumió la presidencia y Nicolae
Ceausescu se hizo secretario del partido. Ceausescu, Maurer y Stoica
funcionaron como una dirección colectiva, pero Ceausescu fue la figura
dominante y en 1967 alcanzó la presidencia.
Durante toda la década de 1950 el
gobierno hizo hincapié en la nacionalización y el desarrollo de la industria.
Este esfuerzo supuso un gran éxito: en las estimaciones oficiales de la década
de 1960, la tasa de crecimiento industrial nacional alcanzó un 12% anual, entre
las más altas de la Europa oriental. En julio de 1949 se inició la
colectivización agraria y, en 1962, el gobierno anunció que todo el terreno
cultivable había sido socializado. No obstante, se les permitió a los
agricultores quedarse con lotes de 0,2 hectáreas para uso privado.
En los primeros años de la
posguerra, bajo la dominación soviética, Rumania cooperó plenamente en el
Kominform, el Consejo de Asistencia Económica Mutua (conocido como COMECON, o
CAME) y, después de 1955, en el Pacto de Varsovia. Sin embargo, desde comienzos
de 1960 Rumania empezó a actuar con un considerable grado de independencia. En
1963 el gobierno rechazó la estrategia del COMECON para la integración de las
economías de los estados comunistas, oponiéndose a los planes que limitaban a
Rumania a desempeñar un papel de suministrador de petróleo, cereales y materias
primas, considerando que estos planes dificultarían su tasa de crecimiento
industrial, que había sido la más alta del bloque soviético en los siete años
anteriores y perjudicaría el apoyo financiero que llegaba de Occidente. Las
protestas rumanas consiguieron algunas concesiones en forma de ayuda soviética
para el desarrollo de una gran planta de acero en Galaţi, a pesar de lo cual en
1964 el gobierno rechazó las propuestas del COMECON.
7.5
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Relaciones
comerciales
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Mientras la URSS y los estados de
Europa Oriental eran los principales socios comerciales rumanos en la década de
1960, las relaciones comerciales y diplomáticas con el mundo no comunista
mejoraron firmemente. En enero de 1967 Rumania fue la única nación comunista
además de la URSS, que estableció plenas relaciones diplomáticas con Alemania
Occidental (ahora parte de la unificada República Federal de Alemania) y al
mismo tiempo el primer país comunista en establecer relaciones consulares con
la España del general Franco. El comercio con la Unión Soviética, que había
alcanzado más del 50% del comercio exterior rumano a finales de la década de
1950, se redujo a un 30% en 1967, siendo compensado por el desarrollado con
países occidentales.
En 1964 el primer ministro Maurer
visitó Pekín y Moscú en un intento, sin éxito, de reconciliar a las dos
potencias comunistas. La política exterior rumana mantuvo su independencia de
actuación: Ceausescu instó a la retirada de las tropas soviéticas de Alemania
Oriental (hoy parte de la unificada República Federal de Alemania), Polonia y
Hungría. También, ante los intentos soviéticos para fortalecer el Pacto de
Varsovia, se negó a participar en maniobras militares conjuntas del Pacto,
solicitando incluso su abolición y la de la OTAN. A mediados de 1967 Rumania no
asistió a una conferencia de países comunistas convocada por la URSS para
criticar la actividad de Estados Unidos en Vietnam y cuando el Pacto de
Varsovia invadió Checoslovaquia (hoy dividido en República Checa y Eslovaquia)
en agosto de 1968 criticó de forma dura y abierta su intervención.
7.7
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Las décadas de 1970
y 1980
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Rumania continuó ejerciendo una política
exterior no alineada a pesar de la desaprobación del bloque soviético,
incrementando activamente sus contactos con Occidente. Después de una visita
del presidente estadounidense Richard Nixon en 1969, el presidente Ceausescu
estuvo varias veces en Estados Unidos, consiguiendo que este país concediera a
Rumania el rango de 'nación más favorecida' en el terreno comercial en 1975 y
un acuerdo de ayuda económica de diez años de duración en 1976. En 1972 Rumania
ingresó en el Fondo Monetario Internacional y en el Banco Mundial y en 1976
firmó el primer pacto formal (sobre tejidos) entre la Comunidad Económica
Europea y un Estado de Europa del Este. Como jefe de la única nación de Europa
Oriental que había reconocido al estado de Israel, en 1977 Ceausescu ayudó a
preparar la histórica visita del presidente egipcio Anwar al-Sadat a Israel.
Tampoco se dejaron de lado las buenas
relaciones con el bloque comunista y en 1970 firmó un tratado de amistad y
cooperación con la URSS y otro con Hungría en 1972; el presidente soviético
Leonid I. Brezhnev visitó el país en 1976 y Ceausescu viajó a la Unión
Soviética y a la República Democrática de Alemania Oriental (ahora parte de la
unificada República Federal de Alemania). Rumania también firmó acuerdos
hidroeléctricos con Yugoslavia (1976) y Bulgaria (1977). En 1971 se incorporó
al Banco de Inversión Internacional Comunista y ese mismo año, dando un paso
sin precedentes en el bloque soviético, Ceausescu visitó la República Popular
China para firmar acuerdos económicos y de transporte aéreo. En 1980 rechazó
apoyar la invasión soviética de Afganistán.
Moderado en política exterior,
Ceausescu impuso estrictamente la ortodoxia comunista en asuntos interiores. En
1971 tomó medidas enérgicas sobre todo lo relativo a cualquier disidencia
política y cultural. En 1975 fue reelegido jefe de Estado y en 1977 se
reorganizó el partido y el gobierno. A pesar del enorme daño causado por las
graves inundaciones de 1970 y 1975 y el terremoto de 1977, la economía mantuvo
su crecimiento, especialmente la industria pesada y el comercio exterior. Sin
embargo los salarios reales se incrementaron poco y comenzaron a escasear los
alimentos, el petróleo y la electricidad en la década de 1980, ya que Ceausescu
utilizó prácticamente todas las reservas de divisas de Rumania para liquidar la
fuerte deuda exterior, estimada en 11.000 millones de dólares. El resentimiento
popular hacia el dirigente comunista se agravó tras el forzado programa de
reasentamientos de campesinos en viviendas colectivas, anunciado en 1988, lo
que significaba la destrucción de más de 8.000 pueblos.
La represión brutal de Ceausescu de las
manifestaciones antigubernamentales en Timişoara volvió al ejército contra él,
por lo que el 22 de diciembre de 1989 se vio forzado a huir de Bucarest con su
esposa Elena; capturados y juzgados en secreto, fueron ejecutados el 25 de
diciembre. Un órgano de gobierno provisional, el Consejo de Salvación Nacional,
dirigido por Ion Iliescu, revocó muchas de las políticas represivas de
Ceausescu y encarceló a algunos de los destacados dirigentes del régimen. En
mayo de 1990 el Frente de Salvación Nacional (FSN), formado mayoritariamente
por antiguos comunistas, ganó las elecciones multipartidistas legislativas y
presidenciales, e Iliescu fue proclamado presidente de Rumania. En junio miles
de mineros fueron llevados a Bucarest para reprimir las manifestaciones antigubernamentales;
en octubre se introdujo un programa de austeridad económica y, a finales de
1991, entró en vigor una nueva Constitución. En octubre de 1992 el presidente
Iliescu consiguió la reelección y en noviembre formaron un nuevo gobierno los
independientes y los miembros del Frente Democrático de Salvación Nacional
(FDSN), uno de los dos partidos surgidos tras la división del FSN. Sin embargo
las manifestaciones populares contra la inflación, el desempleo y los bajos
salarios continuaron y fueron en aumento durante toda la primavera de 1993
después de que el Gobierno retirara las subvenciones a los productos y
servicios, por lo que los trabajadores del sector público demandaron salarios
más altos. En febrero de 1994 más de dos millones de trabajadores efectuaron
una huelga general para protestar por las carencias que establecía la reforma
económica.
A comienzos de la década de 1990
Rumania sufrió una significativa agitación étnica, consecuencia del desarrollo
de movimientos ultranacionalistas que centraron sus ataques en los gitanos
(provocando un éxodo masivo a Alemania) y en los húngaros de Transilvania, lo
que hizo que las relaciones con Hungria se hicieran muy tensas. Durante el
verano de 1993 el gobierno rumano reconoció los derechos educativos y
lingüísticos a las etnias alemana y húngara dentro de sus fronteras. Sin
embargo la entrada en el gobierno de nacionalistas procedentes de Romania Mare
y del Partido de la Unidad Nacional Rumana en 1994, amenazó la coexistencia
pacífica con la minoría húngara de Transilvania.
En el ámbito exterior, en 1992 Rumania
firmó un tratado de cooperación con Alemania; consolidó las relaciones con
Francia, Israel, Grecia, Turquía, Moldavia y la Santa Sede; firmó un acuerdo de
cooperación defensiva con Bulgaria y un acuerdo de asociación con la Comunidad
Europea (la actual Unión Europea). En junio de 1993 Rumania recibió una
invitación formal para ingresar en la Unión Europea.
En las elecciones parlamentarias de
noviembre de 1996, el partido del presidente Iliescu fue superado por la
coalición opositora Convención Democrática de Rumania (CDR), encabezada por
Emil Constantinescu, quien le disputaba también la presidencia. La segunda
vuelta de las elecciones presidenciales, celebradas el 17 de noviembre de ese
año, dieron la victoria a Constantinescu con el 54% de los votos, frente al 46%
obtenido por Iliescu. La CDR aplicó un programa de privatizaciones en lo
económico, en tanto que la política exterior se dirigió hacia la integración
rumana en las organizaciones occidentales, principalmente en la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y en la Unión Europea (UE). Ante la
débil mejora económica del país, Constantinescu destituyó en diciembre de 1999
al primer ministro, Radu Vasile, miembro asimismo de la CDR, que desempeñaba el
cargo desde febrero de 1998, al tiempo que Rumania era considerada por la UE
como firme candidata a su integración. En lugar de Vasile, Constantinescu
designó primer ministro al político independiente y ex presidente del Banco
Nacional, Mugur Isarescu.
El 26 de noviembre de 2000 se
celebraron elecciones legislativas y presidenciales. En las primeras, las
formaciones más votadas fueron el Polo Democrático Social (coalición liderada
por el Partido de la Democracia Social de Rumania), que recibió aproximadamente
el 37% de los votos, y el ultranacionalista Partido de la Gran Rumania (21%).
Sus respectivos líderes, Iliescu y Corneliu Vadim Tudor, obtuvieron asimismo el
mayor número de sufragios en las presidenciales, pero al no conseguir ninguno
de los dos más del 50%, tuvieron que acudir a una segunda vuelta. Esta tuvo
lugar el 10 de diciembre de ese mismo año y se saldó con el triunfo de Iliescu,
quien recibió el 66,8% de los votos emitidos y sucedió a Constantinescu en la
jefatura del Estado. El Partido de la Democracia Social de Rumania se aseguró
la mayoría en el nuevo Parlamento, al obtener, junto con sus grupos afines, 155
escaños en la cámara baja y 65 en el Senado; el Partido de la Gran Rumania
consiguió 84 y 37, respectivamente. Así, a finales de diciembre se formó un
gobierno de coalición de izquierdas cuyo primer ministro era Adrian Nastase
(del Partido de la Democracia Social de Rumania), quien fuera ministro de
Asuntos Exteriores entre 1990 y 1992. El Partido de la Gran Rumania quedó en la
oposición.
En marzo de 2001 comenzaron los
preparativos para el futuro ingreso en la OTAN. Nastase consultó a los líderes
de todos los partidos el apoyo que prestarían en esta cuestión. En enero de
2002, para cumplir con las directivas de la Unión Europea, fue derogada la
legislación que seguía considerando delito la homosexualidad. En noviembre de
2002, Rumania fue formalmente invitada a iniciar las negociaciones encaminadas
a su futura adhesión a OTAN. En un referéndum celebrado en octubre de 2003, los
rumanos aprobaron una serie de reformas constitucionales que habilitarían al
país para su futura incorporación a la OTAN y a la UE. Finalmente, el 29 de
marzo de 2004, Rumania se convirtió en miembro de la Alianza Atlántica; por lo
que respecta a su ingreso en la UE, quedó previsto para 2007.
El 28 de noviembre de 2004, se
desarrollaron elecciones legislativas y presidenciales. En las primeras, el
Partido Social Demócrata (PSD, organización que en 2001 había aglutinado al
Partido de la Democracia Social de Rumania, al Partido Social Demócrata de
Rumania y al Frente Democrático de Salvación Nacional) obtuvo 132 diputados y
57 senadores; por su parte, la coalición de centro derecha Justicia y Verdad,
formada por el Partido Liberal Nacional y el Partido Demócrata (PD), consiguió
112 representantes en la cámara baja y 49 en la alta; la tercera fuerza
parlamentaria sería el Partido de la Gran Rumania (48 y 21, respectivamente).
Por lo que respecta a los comicios presidenciales, el primer ministro, Nastase,
candidato del PSD, recabó el 40,9% de los sufragios; Traian Basescu, del PD, el
33,9%; y Corneliu Vadim Tudor, el 12,6%. Los dos primeros concurrieron el 12 de
diciembre a una segunda vuelta, en la que la victoria fue para Basescu (51,2%
de los votos, por el 48,8% de Nastase). Ocho días después, Basescu fue
investido presidente de la República, en tanto que el derrotado Nastase no
tardó en renunciar como primer ministro. Durante ese mismo mes, el nuevo
presidente designó para el cargo de jefe de gobierno a Calin Popescu-Tariceanu,
del Partido Liberal Nacional, cuyo gobierno recibió, antes de que concluyera el
año, la confianza de la cámara gracias al apoyo de fuerzas parlamentarias
minoritarias. Los principales retos de la gestión de Basescu y Popescu-Tariceanu
serían abordar con éxito la lucha contra la corrupción y velar por la
credibilidad y transparencia institucional del Estado, cuya materialización
sería indispensable para la incorporación a la UE. El 25 de abril de 2005, en
lo que supuso un paso previo para esto último, Rumania signó en Luxemburgo su
Tratado de Adhesión a la UE, en la que ingresó oficialmente el 1 de enero de
2007.
En abril de ese año 2007,
después de quebrarse la alianza del Partido Liberal Nacional y el Partido
Demócrata, Popescu-Tariceanu formó un nuevo gobierno, del que salió el PD y en
el que ingresó la Unión de los Magiares de Rumania, que fue aprobado en el
legislativo con el apoyo del opositor PSD. Durante ese mismo mes, el Parlamento
aprobó la suspensión del presidente del país, Traian Basescu, por presunto
abuso del poder; el presidente del Senado, Nicolae Vacaroiu, pasó a ejercer en
funciones la jefatura del Estado. Sin embargo, en un referéndum celebrado el 19
de mayo, la remoción de Basescu fue rechazada por el 75,1% de los votantes.