Moldavia (república) (nombre oficial, Republica
Moldova, República de Moldavia), república del sureste de Europa que limita
al norte, este y sur con Ucrania y al oeste con Rumania. La actual Moldavia se
denominó República Socialista Soviética (RSS) de Moldavia durante la época en
la que perteneció a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El
río Prut es la frontera occidental natural de Moldavia y el río Dniéster forma
parte de las fronteras nororiental y suroriental. Chisinau (Kishinev), la
capital, es también la ciudad más importante. Moldavia tiene un total de 33.700
km² de superficie.
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TERRITORIO Y
RECURSOS
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Moldavia es en su mayor parte una
llanura ondulada. La altitud del país es de 147 m de promedio, con un
máximo de 430 m. A pesar de su poca altura, el relieve es muy escalonado
en algunos lugares. El clima es continental, con algunas modificaciones debidas
a la influencia del mar Negro. Los inviernos son fríos, con temperaturas
diarias en enero entre los -3 ºC y los -5 ºC de promedio. Los veranos
son cálidos, con temperaturas que por lo general sobrepasan los 20 ºC y
con máximas diarias de hasta 40 °C en ocasiones. Las precipitaciones son
bastante irregulares y ligeras en el sur, con unos 350 mm de promedio anual. En
las mayores alturas, las precipitaciones son más abundantes y pueden superar
los 600 mm anuales. En el sur y en el sureste se practica el cultivo de
regadío. Todos los ríos y arroyos vierten sus aguas al mar Negro; el Dniéster y
el Prut son los dos ríos más largos. Los tipos de vegetación predominantes son
la estepa y la estepa arbolada; los bosques de hayas, robles y carpes solían
ocupar un tercio de la superficie de Moldavia, pero hoy están limitados a la
parte central del país. Una amplia variedad de fauna habita la República,
aunque algunas especies, como los lobos, han descendido de modo drástico en el
último siglo. Los corzos son abundantes; debido a la reducción de otras
especies de venados, se introdujo el ciervo moteado procedente de la parte más
oriental de Rusia. También son comunes las comadrejas, los tejones y las
martas.
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TEMAS
MEDIOAMBIENTALES
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Se han relacionado los altos niveles de
pesticidas y fertilizantes con las elevadas tasas de enfermedad y mortalidad
infantil. La contaminación del suelo y de las aguas subterráneas son problemas
asociados. En la actualidad no tiene parques nacionales ni zonas protegidas,
aunque Moldavia es parte integrante de los acuerdos globales sobre cambios
climáticos y biodiversidad. Hay una gran variedad de fauna, aunque la población
de algunas especies, como los lobos, ha disminuido dramáticamente durante el
siglo pasado.
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POBLACIÓN
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Con una población (según estimaciones
para 2008) de 4.324.450 habitantes, Moldavia tiene la mayor densidad de todas
la repúblicas de la antigua URSS, con 130 hab/km² aproximadamente. La esperanza
de vida en 2008 era de 67 años para los hombres y 74 años para las mujeres.
Moldavia es también unas de las repúblicas menos urbanizadas de la antigua
URSS; el 46% de la población vive en ciudades. Chisinau, la capital y principal
ciudad del país, tenía una población (según estimaciones para 2003) de 662.000
habitantes. Otras ciudades importantes son Tiraspol (186.000 habitantes) y
Tighina (133.000 habitantes).
Los moldavos, que hablan rumano (una
lengua románica), constituyen algo menos de dos tercios de la población. A este
grupo le siguen en importancia los grupos étnicos ucraniano y ruso, cada uno
con el 13% de la población total. Otros grupos étnicos son el búlgaro y el
gagauzo, un pueblo cristiano que habla una lengua turca; éstos, que viven en el
suroeste del país, han manifestado su deseo de una mayor autonomía en años
recientes. Los rusos, que viven en la orilla oriental del río Dniéster y han
declarado su independencia de Moldavia apoyados por el XIV Cuerpo del Ejército
Ruso, han respaldado las acciones de los gagauzos. El cristianismo ortodoxo es
la religión tradicional de Moldavia.
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ECONOMÍA
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La agricultura en Moldavia ocupa
cerca de un 41% de la población activa y aporta el 18% del producto interior
bruto del país. Moldavia es un importante productor de uvas, tabaco y aceite de
rosas; otros cultivos son el trigo, la remolacha azucarera y las frutas. Es
también importante la ganadería, dedicada a la producción de carne y la
elaboración de productos lácteos. La industria, que aporta el 15% del producto
interior bruto y proporciona el 16% del total del empleo, se basa en la
elaboración de productos alimenticios, especialmente vino y azúcar refinada;
entre los productos industriales destacan la confección, los materiales de
construcción, la maquinaria agrícola y los refrigeradores. Como en la mayoría
de las antiguas repúblicas de la URSS, la economía de Moldavia ha sufrido una
caída desde la ruptura de las relaciones comerciales, que se agravó a causa de
la guerra civil en la región de Trans-Dniéster. Tan sólo en 1992, el producto
interior bruto descendió el 30%. La industria ligera, que depende en gran
medida del comercio exterior de la República, fue la que más sufrió. Moldavia
usó el rublo ruso como moneda de curso legal hasta noviembre de 1993, fecha en
que emitió su propia moneda, el leu. En 2006, 13,10 leu equivalían a 1
dólar estadounidense.
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GOBIERNO
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La vigente Constitución de Moldavia entró en
vigor en julio de 1994 y fue posteriormente enmendada en 2004.
El principal cuerpo legislativo es el
Parlamento, una asamblea unicameral de 104 diputados. Los votantes eligen a los
diputados y al presidente para un periodo de cinco años. El presidente elige a
los miembros del Consejo de Ministros para ayudar en las funciones de gobierno.
Los partidos políticos de Moldavia más destacados son el Partido Demócrata
Agrario, dirigido por los antiguos comunistas, el Frente Popular, favorable a
la incorporación de Moldavia en Rumania; y varios grupos socialistas.
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HISTORIA
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La historia de Moldavia es compleja por
el hecho de que el territorio que ocupa en la actualidad la república no
recibió el nombre de Moldavia hasta 1940: el territorio de la actual república
ocupa los dos tercios centrales de la región históricamente conocida como
Besarabia. Durante siglos, el nombre de Moldavia se refería a una extensa
región que se extendía desde el mar Negro hasta Bukovina, una antigua provincia
de Rumania, y desde el río Siret hasta el Dniéster.
Establecida en el siglo XV, Moldavia
tiene una larga historia de dominación exterior. Cayó bajo la soberanía del
Imperio otomano en el siglo XVI y el Imperio austriaco (véase Austria:
Despotismo ilustrado) anexionó la parte septentrional del país en el
siglo XVIII. Desde 1812 a 1856 los rusos ocuparon la parte oriental, a la
que llamaron Besarabia. En 1856 Besarabia fue devuelta a Moldavia, que se unió
a Valaquia para formar el Reino de Rumania en 1859. Sin embargo, la integridad
territorial del nuevo Estado no duró mucho: en 1878 el Ejército ruso
reconquistó Besarabia, que perteneció al Imperio Ruso hasta 1917. En marzo de
1918 Besarabia votó a favor de unirse de nuevo a Rumania y en la Conferencia de
Paz de París en 1920 Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y otros países
occidentales reconocieron oficialmente la unión, pero no así el nuevo gobierno
soviético, que tomó las medidas necesarias para recuperar los territorios
perdidos. En 1924 se estableció la República Socialista Soviética Autónoma
(RSSA) de Moldavia dentro de la URSS, y se trazó la frontera con Rumania. La
localidad ucraniana de Balta fue su capital hasta 1929, fecha en la que la
capital se transfirió a Tiraspol. Menos de un tercio de la población de la RSSA
de Moldavia era rumana a mediados de la década de 1920.
En 1939 Besarabia fue cedida a la URSS
en el Pacto Molótov-Ribbentrop, el acuerdo germano-soviético que establecía las
áreas de influencia de Alemania y Rusia en Europa oriental. Aunque Rumania
declaró su neutralidad en septiembre de 1939, la URSS la obligó a ceder
Besarabia y las tropas soviéticas ocuparon la región en junio de 1940; en un
primer momento, las autoridades soviéticas continuaron denominando al nuevo
territorio Besarabia, pero el 2 de agosto de 1940, se proclamó la República
Socialista Soviética (RSS) de Moldavia y se abolió la antigua RSSA. La región
del Trans-Dniéster fue transferida a la nueva República, mientras el resto de
la antigua república autónoma de Moldavia pasó a Ucrania. Las tropas rumanas
ocuparon de nuevo la RSS desde 1941 a 1944, fecha en la que el Ejército
soviético retomó el territorio. Permaneció como parte de la Unión Soviética
hasta su desintegración en 1991, cuando se estableció la República de Moldavia.
El país se unió a la Comunidad de Estados Independientes (CEI) en el mismo año
y se convirtió en 1992 en miembro de la Organización de las Naciones Unidas
(ONU).
El problema étnico y territorial
ha protagonizado la vida política de Moldavia desde finales de la década de
1980, lo que ha desembocado en una guerra civil que ha provocado la muerte de
cientos de personas. Después de que en 1989 fuera promulgada una ley que
declaraba el idioma rumano oficial, en el sur y en el este del país aparecieron
movimientos separatistas. Los dirigentes locales se negaron a hacer efectiva la
ley lingüística en la zona oriental del Dniéster, donde residen gran número de
eslavos pero que no constituyen la mayoría de la población. Se formó el grupo Yedinstvo
(en ruso ‘unidad’) que exigía mayor autonomía para esta zona.
En septiembre de 1990, después de la
celebración de un referéndum de autonomía, la minoría rusófona fundó la
República del Trans-Dniéster, que fue precedida por la formación de la
República de los Gagauzos en el sureste por la minoría turca. En 1991, fecha en
que Moldavia declaró su independencia de la URSS y se eligió democráticamente
al presidente de la República, el Trans-Dniéster declaró la independencia de
Moldavia. Pronto se produjeron enfrentamientos y en 1992 el recién elegido
presidente moldavo Mircea Snegur autorizó una intervención militar en contra de
los rebeldes, quienes, con la ayuda de grupos de cosacos rusos y del
XIV Cuerpo del Ejército ruso, consolidaron el control sobre el área en
disputa. El gobierno moldavo hizo varias peticiones inútiles para conseguir la
intervención de la ONU, pero se tuvo que conformar con la creación de una
fuerza de pacificación combinada ruso-moldava. En mayo en 1993, Moldavia hizo
varias concesiones a la oposición, como permitir la presencia del Ejército ruso
hasta que se le concediera a la región un estatuto político especial.
Insatisfecho, el gobierno del Trans-Dniéster pidió que el Parlamento
rescindiera parte de su declaración de independencia de 1991 y el Estado
retornara a una posición política subordinada a la CEI.
En febrero de 1994, Moldavia
celebró sus primeras elecciones parlamentarias. El Partido Demócrata Agrario
obtuvo un gran número de escaños, seguido de un bloque de partidos socialistas,
con quienes finalmente formó coalición. En un referéndum celebrado en marzo de
1994, el 90% de los electores apoyó el mantenimiento de Moldavia como país
independiente con las fronteras de 1990, incluida la región del Trans-Dniéster.
En abril de 1994 el Parlamento moldavo suspendió la Ley de 1989, que
consideraba el rumano como idioma oficial.
En julio se adoptó una nueva
Constitución que pretendía la reconciliación interétnica, al conceder una
importante autonomía para los gagauzos del sur y los rusófonos del
Trans-Dniéster, concediéndoles el derecho a usar su idioma, aparte del moldavo,
así como a dotarse de órganos ejecutivos y legislativos propios, y
reconociéndose el derecho de estos territorios a la secesión si Moldavia se
reunificara algún día con Rumania.
En diciembre de 1996 se celebraron
elecciones presidenciales, en las que se alzó con el triunfo Petru Lucinschi,
ex-presidente del Parlamento apoyado por los grupos de izquierda (socialistas,
agrarios), que obtuvo el 54% de los votos, seguido de Mircea Snegur (que se
había desvinculado de los agrarios y había fundado el Partido de la Restauración
y la Reconciliación, más afín a los nacionalistas del Frente Popular), con el
46%. Al contrario de lo sucedido durante el mandato de Snegur, en el que hubo
un acercamiento a Rumania y claro interés por ingresar en organizaciones
políticas y militares occidentales, Lucinschi había prometido que, si ganaba,
Moldavia permanecería neutral y no entraría a formar parte de ninguna alianza
político-militar (tales como la Organización del Tratado del Atlántico Norte o
cualquiera de las formadas por las antiguas repúblicas soviéticas), si bien
buscaría fortalecer las relaciones con Rusia, para lo que se hacía
indispensable llegar a un acuerdo de paz estable en Trans-Dniéster.
En este sentido, las negociaciones
entre el gobierno moldavo y los dirigentes de la región secesionista, que
habían sido suspendidas a mediados de 1996, se reanudaron en 1997. En mayo de
ese año ambas partes firmaron, con la mediación de Rusia, un memorándum en el
que se acordaba establecer las bases que permitieran la resolución pacífica del
conflicto. De acuerdo con lo pactado, Moldavia mantenía las fronteras
internacionalmente reconocidas, incluida la región del Trans-Dniéster. El
documento preveía la existencia de un importante grado de autonomía para esa
región y el desarrollo de futuras conversaciones para determinar la condición
político-administrativa oficial de la región. La salida definitiva de las
tropas rusas quedó supeditada a que ambas partes alcanzaran un acuerdo
aceptable y aceptado por el conjunto de los habitantes del país.
Por otro lado, en las elecciones
legislativas celebradas en marzo de 1998, el restablecido Partido Comunista de
la República de Moldavia quedó en primer lugar tras recibir el respaldo de
buena parte de la población. Pese a ello, no consiguió la mayoría absoluta, por
lo que, en su lugar, una coalición dirigida por el centrista Bloque para una
Moldavia Próspera y Democrática y la reformista Convención Democrática formó
gobierno. En los nuevos comicios legislativos que tuvieron lugar el 25 de
febrero de 2001 (convocados después de que en el anterior mes de diciembre el
Parlamento no pudiera alcanzar un acuerdo para la designación del presidente de
la República), el Partido Comunista obtuvo el 49,9% de los sufragios emitidos.
Gracias a este claro triunfo, los comunistas, con una amplia mayoría
parlamentaria (70 escaños), lograron que dos de sus miembros, Vladímir Voronin
y Vasile Tarlev, se convirtieran, respectivamente, en presidente de la
República y en primer ministro. De igual modo, en las elecciones parlamentarias
de marzo de 2005, el Partido Comunista revalidó victoria por mayoría absoluta
(aunque vio reducidos sus escaños a 56); al mes siguiente, la nueva cámara
reeligió presidente a Voronin, quien, a su vez, volvió a nombrar primer
ministro a Tarlev. El nuevo triunfo comunista estuvo precedido por un
crecimiento económico sostenido y por un notable incremento del nivel de
empleo; asimismo, en un cambio de orientación estratégica respecto a la
adoptada en 2001, alterándose la primigenia filiación a Rusia en favor de
nuevos postulados europeístas (la futura integración del país en la Unión
Europea había sido declarado objetivo básico). Otro factor determinante para el
alejamiento de Rusia había sido la actitud tomada desde Moscú en la cuestión
del Trans-Dniéster, donde aún permanecían estacionadas tropas rusas pese a las
demandas efectuadas desde Chisinau para su retirada.
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