miércoles, 7 de agosto de 2013

Pará (estado)


Pará (estado), estado brasileño situado en la región Norte, atravesado por la línea del ecuador y por el río Amazonas. Limita al norte con Guyana, Surinam y el estado del Amapá; al noreste con el océano Atlántico; al este con los estados de Maranhão y Tocantins; al sur con el estado de Mato Grosso, y al oeste con el estado de Amazonas y Roraima. Tiene una superficie de 1.253.164 km², lo que le convierte en el segundo estado de Brasil en cuanto a extensión, el equivalente al 14% del territorio nacional. Su capital es la ciudad de Belém (con una población de 1.408.847 habitantes en 2007), el mayor puerto de la Amazonia.
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GEOGRAFÍA FÍSICA
El aspecto físiográfico predominante en Pará lo impone el río Amazonas, que atraviesa 800 km del estado, de oeste a este, hasta alcanzar el océano Atlántico, con una descarga que equivale a la cuarta parte de las aguas que vuelcan en los océanos todos los ríos del mundo. Recibe por la margen derecha a sus grandes tributarios, el Tapajós, el Xingu y el Tocantins; por la margen izquierda, a los ríos Trombetas, Paru y Jari. En la ribera del Amazonas, cerca de la frontera con el estado homónimo, se encuentran numerosos lagos, como el Grande y el de Curaí.
En la desembocadura del Amazonas se encuentra la isla de Marajó, con una superficie de 42.964 km2. El río Tocantins se corresponde con la mayor parte del río Pará en el lado sur de la isla, mientras que la corriente principal del Amazonas discurre por el norte. Los ríos Pará y Amazonas están ligados por numerosos canales.
El territorio del estado abarca cuatro regiones geomorfológicas diferentes: tierras bajas o vega del valle del Amazonas; tierra firme o bajas altiplanicies sedimentarias terciarias; depresiones formadas en los basamentos cristalinos en la Amazonia septentrional y meridional; y, finalmente, altiplanicies residuales de la Amazonia septentrional y meridional.
La humedad y la temperatura son muy elevadas en el estado de Pará, como lo demuestra el hecho de que las temperaturas medias anuales están por encima de los 26 °C. Hay grandes oscilaciones térmicas entre el día y la noche, principalmente en el interior, debido al fenómeno de la continentalidad, pero las variaciones anuales son pequeñas y solamente las marca la mayor o menor presencia de lluvias. Predomina en todo el estado la floresta amazónica con dos rasgos distintivos: la vegetación de tierra firme, en la que sobresale el castaño, y la de la ribera, donde crece la siringa. También se encuentra vegetación de campos en Marajó y vegetación de sabana en el sur.
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ECONOMÍA
Manganeso en la cuenca del río Vermelho, afluente del Itacaiuna, bauxita en el valle del Trombetas, piedra calcárea en Itaituba y Marabá y sal gema en el curso medio del Amazonas son las grandes riquezas de la región.
El estado se destaca, además de por las industrias extractivas minerales ya mencionadas, por la explotación maderera, la cría de bovinos y de búfalos, el cultivo de arroz, yute, mandioca, pimienta y sisal y la producción de castaña, látex, plantas oleaginosas y animales salvajes.
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HISTORIA
El territorio del actual Pará, que por el Tratado de Tordesillas debería haber pertenecido a la Monarquía Hispánica, no comenzó a ser colonizado hasta finales del siglo XVI, con la unión de las monarquías ibéricas (que se prolongó entre 1580 y 1640). Este impulso se produjo, en gran medida, porque la desembocadura del Amazonas estaba siendo ocupada por holandeses, ingleses y franceses, quienes construyeron fuertes y pequeños núcleos de población para la explotación de las ‘drogas del sertão’ (maderas, animales salvajes).
Después de la expulsión de los franceses de la isla de São Luís, en Maranhão, el gobierno portugués fundó el fuerte de Presépio, origen de la futura Belém, en enero de 1616, creó el estado del Grão Pará y Maranhão —que se separó del estado de Brasil en 1621— e incentivó la cosecha de las ‘drogas del sertão’, el cultivo de la caña de azúcar, el algodón, el café, el cacao y la llegada de colonos. Encaró, además, la evangelización de la inmensa población indígena existente con la instalación en el territorio de varias órdenes religiosas. Surgieron muchos conflictos entre misioneros y colonos por la explotación de la mano de obra indígena, lo que motivó la expulsión del padre António Vieira en 1661. Más tarde, se creó la Compañía General del Comercio del Grão Pará y Maranhão para el fomento de la región y se introdujeron esclavos negros procedentes de África.
Como los conflictos perduraron, Pombal expulsó a los jesuitas, proclamó la libertad de los indígenas y publicó el Diretório dos Indios (1758), por el que se establecía la autoridad civil sobre las misiones. Durante el siglo XVIII se aceleró el progreso de Pará con la llegada de muchos colonos de las islas Azores y se elevaron varios núcleos a la categoría de villas.
En el siglo XIX, la provincia del Pará se vio envuelta en conflictos armados, conocidos como la ‘Cabanagem’, y llegó a proclamar la separación del resto de Brasil. A finales de ese siglo, y durante el primer cuarto del siglo XX, la explotación del látex dio un nuevo impulso a la región. El estancamiento económico posterior que siguió al retroceso en el comercio del látex sólo consiguió frenarse con una política gubernamental consistente en crear órganos públicos especialmente dedicados a la Amazonia.
En 1953 se creó la Superintendencia del Plan de Valorización de la Amazonia (SPVEA), con la inversión de numerosos recursos y la elaboración de proyectos. En la década de 1970, la apertura de grandes carreteras, como la Belém-Brasilia y la Transamazónica, y la creación de núcleos agrícolas, tuvieron como finalidad integrar a la región junto con las otras del país y fomentar su población.
El descubrimiento de importantes yacimientos en la región de la serra dos Carajás, sobre todo de hierro y oro, desplazó un nuevo contingente poblacional llegado del Nordeste y de otras regiones del país, lo que provocó numerosos conflictos sociales.
Población del estado (2005), 6.970.586 habitantes.



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