Estados Pontificios,
territorio italiano que estuvo bajo la autoridad directa y temporal del papa desde
el 756 hasta 1870. También reciben la denominación de territorios del Papado.
Los papas pasaron a ser los gobernantes de la ciudad de Roma y de las zonas
circundantes hacia el siglo VI d.C. Este dominio fue cedido oficialmente al
papa Esteban II por Pipino el Breve, rey de los francos, en el 756 como
agradecimiento por haberle nombrado rey. Sus posesiones se fueron ampliando
mediante diversas donaciones, adquisiciones y conquistas, recibiendo en
conjunto la denominación de Patrimonio de San Pedro. Finalmente los Estados
Pontificios llegaron a abarcar prácticamente toda la zona central de Italia,
alcanzando su mayor extensión en el siglo XVI. La mayor parte de las anexiones
se mantuvieron bajo el poder del papado hasta 1797, año en que las tropas francesas
de Napoleón Bonaparte se apoderaron de este territorio, creando la República
Romana. En 1801 el papa Pío VII recuperó parte de su poder y en 1815 el
Congreso de Viena restituyó casi todas sus antiguas posesiones al Papado y
mantuvo esta zona bajo la protección de Austria.
Los Estados
Pontificios se disolvieron definitivamente en 1870, cuando Víctor Manuel II los
anexionó al reino unificado de Italia, incluida Roma. La juridiscción del
papado quedó reducida al Vaticano, en el que cada uno de los sucesivos papas
permaneció como prisionero voluntario en protesta por la ocupación italiana
hasta 1929, cuando quedó reconocida la soberanía independiente y completa de la
Santa Sede en la Ciudad del Vaticano en virtud de los Pactos de Letrán.
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