México (república) (nombre oficial, Estados
Unidos Mexicanos), república federal situada al sur de América del Norte, en su
parte más angosta; limita al norte con Estados Unidos, al este con el golfo de
México y el mar Caribe, al sureste con Belice y Guatemala, y al oeste y sur con
el océano Pacífico. La jurisdicción federal mexicana se extiende, además del
territorio continental de la república, sobre numerosas islas cercanas a sus
costas. La superficie total del país es de 1.964.382 km², suma de la superficie
continental e insular. La capital y ciudad más grande es la ciudad de México.
2
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TERRITORIO Y
RECURSOS
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La altiplanicie Mexicana domina gran parte
del país y está dividida en dos zonas: altiplanicie septentrional y meridional,
limitada en sus flancos este y oeste por dos cadenas montañosas que descienden
de manera abrupta hasta estrechas llanuras costeras: la sierra Madre occidental
al oeste y la sierra Madre oriental al este (véase Sierra Madre), que
son la prolongación de las montañas Rocallosas y los montes Wasatch,
respectivamente.
Ambas sierras son interceptadas al sur
por el eje o cordillera Neovolcánica transversal, faja formada por montañas
volcánicas que atraviesa el país de este a oeste por su parte central y que
encierra por el sur la altiplanicie Mexicana; este eje contiene los picos más
altos de la República. Al sur de la cordillera Neovolcánica se localiza la
sierra Madre del Sur, la sierra Madre de Chiapas y la sierra Madre de Oaxaca.
Al este, un brusco descendimiento concluye en el istmo de Tehuantepec, parte
más estrecha de México, que se encuentra entre el sur del golfo de México y el
golfo de Tehuantepec. El istmo separa al océano Pacífico del golfo de México
por una franja de tierra de sólo 210 km de longitud.
El elemento topográfico prominente del país
es la altiplanicie Mexicana, continuación de las llanuras del suroeste de
Estados Unidos, que comprende más de la cuarta parte del área total de México.
Grandes valles de la altiplanicie forman importantes depresiones: ubicada en la
altiplanicie septentrional se encuentra la región de los “bolsones”
(depresiones), con el bolsón de Mapimí en el centro y el valle del Salado en el
sureste, como los principales; en la altiplanicie meridional está situado el
valle de México o meseta de Anáhuac con una altura media de 2.000 metros,
máxima de 2.743 m y mínima de 1.524 m.
Las llanuras costeras son en su generalidad
zonas bajas, llanas y compuestas por materiales arenosos, aunque en las costas
del Pacífico ocasionalmente son interrumpidas por pequeñas serranías. Baja
California, península larga y estrecha que se extiende a lo largo de 1.200 km
al sur del límite noroeste del país, está atravesada por la sierra de la Baja
California, continuación de la cadena costera del Pacífico, en Estados Unidos,
que constituye el sistema surcaliforniano. La península de Yucatán, que forma
el extremo sureste del país, es un terreno bajo y llano, cuya máxima elevación
no supera los 150 metros y cuenta con 39.340 km² de superficie.
México tiene algunos ríos importantes,
aunque la mayoría de ellos no son navegables. La corriente de mayor longitud es
el río Bravo, que hace de frontera natural con Estados Unidos, donde se
denomina río Grande del Norte. Otros ríos importantes son: el Balsas, Pánuco,
Papaloapan, Coatzacoalcos, Grijalva, Usumacinta, Yaqui, Fuerte, Grande de
Santiago, Sonora y Conchos, principal afluente del río Bravo. México cuenta con
algunos puertos de altura: Matamoros, Tampico, Tuxpan, Veracruz y Coatzacoalcos
son los principales del golfo de México; en el Pacífico se encuentran, entre
otros, los de Acapulco de Juárez, Manzanillo, Mazatlán, Ensenada, Guaymas y
Salina Cruz. El lago de Chapala, en el estado de Jalisco, es el mayor cuerpo de
agua continental. En el valle de México hay todavía algunos lagos someros.
2.1
|
Clima
|
México presenta una gran variedad de
climas. Al estar el país dividido por el trópico de Cáncer, comprende dos zonas
térmicas claramente diferenciadas. Sin embargo, teniendo en cuenta las
distintas elevaciones de las cadenas montañosas o las regiones cercanas a los
litorales, aparecen zonas con temperaturas extremas, áreas de clima desértico o
muy húmedas.
La zona cálida comprende la planicie
costera baja, que se extiende desde el nivel del mar hasta los 914 m de
altitud. El clima es extremadamente húmedo, con temperaturas que oscilan entre
los 15,6 y 38,9 ºC. La zona templada se extiende desde los 914 hasta los
1.830 m, con temperaturas promedio de 16,7 ºC en enero y de 21,1 ºC
en julio. La zona fría va desde los 1.830 m de altitud hasta los 2.745
metros.
La temperatura media o promedio en la
ciudad de México para los meses de enero y julio es de 12,6 y 16,1 ºC
respectivamente. Para los mismos meses es de 14,4 y 27,2 ºC en la ciudad
de Monterrey.
El clima templado subhúmedo o semi-seco
alcanza una temperatura media anual entre 10 y 20 ºC, con lluvias o
precipitaciones anuales que oscilan de los 600 a los 1.000 mm, concentrada
en un periodo de 6 a 7 meses; en altitudes entre 1.500 y 3.000 m su
distribución depende de la ubicación de las serranías más importantes. En estas
áreas se suceden heladas todos los años.
Los climas cálido-húmedo y cálido-subhúmedo,
con lluvias en verano o durante todo el año, y generalmente por encima de los
1.500 mm, presentan una temperatura media anual que varía entre los 24 y
26 ºC; se dan en las vertientes del golfo de México, del océano Pacífico,
en el istmo de Tehuantepec, en el norte del estado de Chiapas y en la península
de Yucatán. En el trópico seco se desarrollan variantes de este clima, cuya
extensión es la de mayor importancia en condiciones de climas cálidos extremos
y precipitaciones muy bajas, con largos periodos de sequía; su área de
distribución se enmarca en los declives de las sierras Madre oriental y Madre occidental,
cuencas del Balsas y del Papaloapan, y en algunas zonas del istmo de
Tehuantepec, Chiapas y península de Yucatán. Finalmente, las zonas áridas son
aquellas cuya precipitación pluvial es inferior a los 350 mm anuales, con
una distribución muy irregular durante la época de lluvias, donde la
temperatura media anual varía entre los 15 y 25 ºC. En general, estas
áreas se localizan a partir de los 21º 30’ de latitud Norte.
La estación lluviosa se extiende entre
mayo y octubre. A pesar de que algunas regiones del sureste de México reciben
entre 990 y 3.000 mm de lluvia al año, la mayor parte del país carece de
precipitaciones considerables. La precipitación promedio de las zonas templadas
es inferior a los 635 mm anuales, en la zona fría es de unos 460 mm y
en la zona semiárida del norte del país de 254 mm. Los promedios de
precipitación anual para las ciudades de México y Monterrey son de 747 mm
y 588 mm respectivamente.
2.2
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Recursos naturales
|
Los recursos minerales de la República Mexicana
son extremadamente ricos y variados. Se encuentran casi todos los minerales
conocidos, destacando la plata, además del carbón, hierro, oro, cobre, plomo,
azufre, mercurio y zinc. Las reservas de petróleo y gas natural son abundantes,
con algunos de los depósitos más grandes del mundo localizados cerca de la
bahía de Campeche. En los bosques y terrenos forestales, que cubren el 32,8%
del territorio, crecen árboles de maderas preciosas como caoba, sándalo, ébano,
cedro rojo, nogal, palo de rosa y palo de Campeche.
Cerca del 14,3% del territorio es
apropiado para la agricultura; sin embargo, menos del 10% recibe lluvia
suficiente para el crecimiento del cultivo sin irrigación (véase Cultivo
de secano). En 2003 la superficie cultivada de regadío era de 6.320.000
hectáreas.
2.3
|
Flora y fauna
|
Debido a la amplia diversidad
climática, la flora autóctona de México es extremadamente variada. El nopal, la
yuca, el guayule, el maguey (véase Agave) y el mezquite son abundantes
en las zonas áridas del norte del país. La zona cálida posee una cobertura
espesa con una inmensa variedad de plantas, que en algunas áreas forma densas
selvas tropicales. Los árboles en estas zonas incluyen las maderas preciosas,
así como el cocotero (véase Palmáceas), chicozapote (del que se obtiene
el chicle), árboles de frutas tropicales como el mamey o la guayaba, y la
ceiba. En las laderas de las montañas crecen el encino (véase Encina),
pino y oyamel (véase Abeto). Existe vegetación ártica en las mayores
elevaciones de México.
La fauna mexicana también varía de
acuerdo a las zonas climáticas. En el norte viven lobos y coyotes; en las zonas
más altas de la cordillera Neovolcánica el teporingo o conejo de los volcanes,
una especie endémica de México. Los bosques de las laderas de las montañas
están habitados por ocelotes, jaguares, pecarís, venados y pumas. También hay
una amplia variedad de reptiles, entre los que se encuentran tortugas, iguanas,
serpientes y lagartos, así como aves y peces, que abundan a lo largo de las
costas y en los estuarios de los ríos. En 2004 había 190 especies de anfibios
en peligro, 57 de aves, 72 de mamíferos, 106 de peces y 21 de reptiles.
2.4
|
Temas
medioambientales
|
La extensa costa y el terreno principalmente
montañoso de México proporcionan una de las mayores variedades de ecosistemas y
hábitats de la Tierra. La posición geográfica del país ha dado resultado a una
ecléctica mezcla de flora y fauna entre el norte y el sur. México sólo está
detrás de Indonesia, Brasil y Colombia en cuanto a su riqueza en biodiversidad.
Ofrece la mayor diversidad de reptiles del mundo y la segunda mayor diversidad
de mamíferos. Prácticamente un tercio de los vertebrados terrestres de México
son endémicos, y cerca de la mitad de las especies vegetales del país no se
encuentran en otra parte. El 14% de las especies de peces del mundo nadan por
aguas mexicanas.
Sin embargo, la creciente población de
México y su elevada demanda de recursos, han puesto en jaque al medio ambiente.
La expansión agrícola y los métodos de cultivo no están bien controlados. La
erosión del suelo, la salinización y la contaminación de cursos de agua y
acuíferos con productos químicos están muy extendidos. Los problemas
ambientales más agudos se dan en la Ciudad de México, el núcleo urbano con
mayor población de todo el mundo. La elevada concentración de la industria, el
tráfico y el uso doméstico de la energía, sumado a unas condiciones geográficas
y meteorológicas desfavorables, han provocado una grave contaminación del aire.
La tasa de deforestación en México es
elevada, 0,46% (1990–2005), y cada vez se elimina más bosque para uso agrícola.
Por ejemplo, el bosque húmedo tropical, que en el pasado cubría el 6% del país,
se ha reducido a la mitad. Los hábitats más amenazados son los bosques
caducifolios, los manglares y los humedales, el bosque tropical húmedo, el
bosque tropical seco y las zonas áridas.
La protección medioambiental del patrimonio
de México se remonta al menos hasta la cultura de los mayas, cuando había
reservas forestales especiales y las prácticas agrícolas obedecían a un
criterio ecológico. Las antiguas tradiciones de gestión de la tierra se
perdieron tras la conquista de México por parte de los europeos y la
degradación continuó hasta finales del siglo XIX, cuando comenzó la legislación
medioambiental moderna. En 1992 había 68 zonas protegidas en México, incluidos
46 parques nacionales, que cubren en torno al 20% de todo el país. Pero la
extensión de muchas de estas áreas es poco clara y el grado de protección varía
dependiendo de la clasificación de la tierra, la interpretación de las leyes y
la resolución del Gobierno para aplicarlas. En consecuencia, sólo un 8,7%
(2007) de la tierra está realmente protegida, y muchos de los sitios protegidos
aún están amenazados por la deforestación, la caza furtiva, los vertidos, la
minería, el sobrepastoreo y la erosión. Se han establecido seis reservas de
biosfera reconocidas internacionalmente en México como parte del programa El
Hombre y la Biosfera de la UNESCO.
México forma parte de numerosos
acuerdos medioambientales internacionales, incluidos los relativos a
biodiversidad, cambios climáticos, desertización, especies en peligro de
extinción, desechos peligrosos, leyes del mar, vertidos de residuos al mar,
vida marina, prohibición de realizar ensayos nucleares, capa de ozono,
contaminación naval, humedales y caza de ballenas. En la región, participa de
los acuerdos para la protección del mar Caribe y el Convenio para la Protección
de la Naturaleza y Preservación de la Vida Salvaje en el Hemisferio occidental.
3
|
POBLACIÓN
|
Está compuesta por tres grupos
principales: mestizos, indígenas y población de origen europeo. Los mestizos
son el grupo mayoritario, ya que constituyen cerca del 80% de la población. El
total de población indígena es de cerca del 10%, con más de 50 grupos
definidos. Véase Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos
Indígenas.
3.1
|
Características de
la población
|
México cuenta con una población (según
estimaciones para 2008) de 109.955.400 habitantes. La densidad de población en
ese mismo año fue de 57 hab/km² a nivel nacional, aunque las diferencias son
muy notables según los estados y las regiones. Cerca del 76% de los mexicanos
vivían en áreas urbanas durante el año 2005.
3.2
|
Ciudades
principales
|
La capital y centro cultural del
país es la ciudad de México, con una población, según estimaciones para 2005,
de 14.007.495 habitantes; incluyendo la población de los municipios conurbados
del área metropolitana, la ciudad cuenta con 18.660.221 habitantes. Otras
ciudades importantes son: Puebla, una de las ciudades más antiguas del país y
centro industrial, 5.595.760 habitantes; Guadalajara, centro comercial y de
servicios del occidente del país, 1.579.128 habitantes; Monterrey, ciudad
industrial del noreste de México, 1.140.639 habitantes; Ciudad Juárez, centro
comercial y de industria manufacturera, 1.313.338 habitantes; León, centro de
la zona agrícola del Bajío, 1.216.594 habitantes; Tijuana, una de las ciudades
fronterizas más importantes, 1.403.591 habitantes, y Veracruz, puerto principal
del país, 469.636 habitantes.
3.3
|
Religión
|
El catolicismo es la religión que
profesan más del 93% de los mexicanos. La larga tradición del anticlericalismo
oficial del país terminó en 1991 con reformas constitucionales que permitieron
a las instituciones religiosas formar parte del sistema educativo. Los
protestantes representan un grupo minoritario, pero creciente.
3.4
|
Lenguas oficiales y
habladas
|
El idioma oficial y prevaleciente
es el español, hablado por la gran mayoría de la población; además, se hablan
unos 54 idiomas, dialectos y lenguas indígenas, de las cuales las principales
son el náhuatl, las lenguas mayenses (en la península de Yucatán), el otomí, el
mixteco y el zapoteco. Según el censo de 1990, la población total de hablantes
de lengua indígena era de 5.282.347 habitantes. Véase Español de
América.
3.5
|
Divisiones
administrativas
|
México se divide en 31 estados y
un Distrito Federal, que alberga la sede de los poderes federales. Los estados
son los siguientes: Aguascalientes, Baja California, Baja California Sur,
Campeche, Coahuila, Colima, Chiapas, Chihuahua, Durango, Guanajuato, Guerrero,
Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Nuevo León, Oaxaca,
Puebla, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tabasco,
Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.
4
|
EDUCACIÓN
|
La educación primaria y secundaria es
gratuita y obligatoria para todos los niños hasta los 15 años. Las escuelas religiosas
se legalizaron en 1991. Además de las escuelas secundarias que imparten una
formación académica tradicional, existe un sistema profesional medio y una
educación media superior (preparatoria o bachillerato) de orientación general o
técnica. A pesar de que el analfabetismo entre la población adulta ha sido uno
de los principales problemas, las sucesivas campañas gubernamentales han
incrementado el nivel de alfabetización, que ha pasado de casi un 50% a
principios de la década de 1940, al 92,7% de la población adulta en 2005.
4.1
|
Educación primaria
y secundaria
|
En 2000 asistían 14.792.528 alumnos a
las 94.844 escuelas primarias existentes, y 9.357.144 estudiantes estaban
inscritos en escuelas secundarias. Véase Educación en México; Educación
indígena en América Latina.
4.2
|
Educación superior
universitaria
|
México cuenta con unas 9.000
instituciones de educación superior, donde se inscribieron o matricularon, en
2001–2002, 2.147.075 alumnos. Algunas de las universidades más importantes son
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) (1551) y el Instituto
Politécnico Nacional (1937), ambos localizados en la ciudad de México; destacan
también la Universidad de Guadalajara (1791), la Universidad Veracruzana (1944)
y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (1943).
5
|
CULTURA
|
La cultura mexicana es una mezcla rica
y compleja de tradiciones indígenas, españolas y estadounidenses. Las áreas rurales
están pobladas por indígenas, descendientes de las sociedades altamente
desarrolladas de los mayas, aztecas y toltecas, y por agricultores y
trabajadores descendientes de españoles y mestizos; cada una de estas herencias
ha enriquecido la cultura regional (véase Mestizaje). En las ciudades es
patente la influencia tanto europea, particularmente española y francesa, como
estadounidense. La mayoría de los artistas mexicanos contemporáneos están
esforzándose por producir un trabajo característicamente mexicano que fusione
estilos españoles, indígenas y europeos modernos.
5.1
|
Literatura
|
La literatura mexicana en español data desde
el siglo XVI, y muchos de los trabajos hacen uso de temas de la tradición oral
de los grupos indígenas del país. Dentro de los escritores mexicanos más
sobresalientes del siglo XX se encuentran los novelistas Mariano Azuela, Martín
Luis Guzmán, Agustín Yáñez y Carlos Fuentes; los dramaturgos Rodolfo Usigli,
Salvador Novo y Emilio Carballido, y los poetas y ensayistas Alfonso Reyes y
Octavio Paz, que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1990. Véase también
Literatura hispanoamericana.
5.2
|
Música y danza
|
Las canciones y danzas folclóricas características
de las diferentes regiones del país son acompañadas por diversos tipos de
conjuntos musicales, donde el principal instrumento es la guitarra. Originaria
de Jalisco es la banda de mariachis, formada por los siguientes instrumentos:
dos violines, dos guitarras de cinco cuerdas y un guitarrón o bajo, y
habitualmente un par de trompetas. Suelen interpretar la ranchera, canción
cuyos temas varían, aunque siempre se abordan aspectos románticos. En la región
de Veracruz, el conjunto musical característico está compuesto por un arpa y
dos guitarras. Las marimbas son instrumentos musicales típicos del sur. La
música norteña se interpreta con acordeón, redova, guitarra y contrabajo. El
corrido, una balada folclórica narrativa en rimas de cuatro versos que se
deriva de la romanza española, es probablemente la mayor contribución de México
a la música folclórica de América, también como poesía folclórica. Otras danzas
son el danzón, el cha-cha-cha, la sandunga, la jarana y el jarabe tapatío.
Intérpretes y compositores famosos de la música mexicana son, entre otros:
Agustín Lara, Jorge Negrete, Pedro Infante, Chavela Vargas, Lucha Reyes, Miguel
Aceves Mejía, Armando Manzanero y Los Panchos.
Algunas de las danzas e instrumentos
prehispánicos sobreviven, con música de influencia hispánica. Las danzas más
conocidas son las de los concheros y los voladores, y de los instrumentos hay
que destacar el huéhuetl y el teponaztli, ambos de percusión, además de
numerosas flautas de arcilla y caña, ocarinas, caracolas de mar y carracas. Véase
Folclore (baile); Folclore (música); Música latinoamericana.
En el campo de la música
clásica, la orquesta dirigida por el compositor y director Carlos Chávez ha
recibido la aclamación de los críticos de todo el mundo. Chávez fundó la
Orquesta Sinfónica de México en 1928 y la coreógrafa Amalia Hernández el Ballet
Folklórico de México en 1952. Destacados compositores mexicanos son: Juan de
Lienas (de finales del siglo XVI), Manuel María Ponce (finales del XIX y XX) y,
ya de este siglo, Juan García Esquivel, compositor vanguardista, y Silvestre
Revueltas.
Por último, hay que mencionar
algunas de las bandas de jóvenes músicos mexicanos que han traspasado las
fronteras del país, como El TRI, la Maldita Vecindad, Caifanes y Maná.
5.3
|
Arquitectura
|
En casi toda la República Mexicana
existen ejemplos de arquitectura virreinal española (véase Arquitectura
colonial) construida en estilos gótico, plateresco, clásico y barroco, algunas
veces decorados con motivos autóctonos. A finales del siglo XIX y principios
del XX, primero durante el corto régimen del emperador Maximiliano I de
Habsburgo (1864-1867) y después bajo la presidencia de Porfirio Díaz, se
introdujo en la capital el esplendoroso estilo francés del Segundo Imperio.
Díaz también encargó la decoración del palacio de Bellas Artes, que se dio por
terminado en la década de 1930.
Desde 1945 se ha dado en México un
renacimiento en la arquitectura que ha atraído la atención de todo el mundo.
Los nuevos edificios construidos para la Universidad Nacional Autónoma de
México, diseñados por un grupo de artistas y arquitectos bajo la dirección de
Carlos Lazo, se distinguen por los murales exteriores de mosaico, obra del
arquitecto y pintor Juan O’Gorman. Otro arquitecto mexicano, Félix Candela, creó
el sumamente original domo de concreto (cúpula de hormigón armado) para el
Palacio de los Deportes, sede emblemática de los Juegos Olímpicos de 1968,
mientras que Pedro Ramírez Vázquez diseñó el Museo Nacional de Antropología y
el Estadio Azteca, entre otros. Véase Arquitectura mexicana
contemporánea.
5.4
|
Arte
|
En México existía una rica tradición en
pintura y escultura mucho antes de la llegada de los conquistadores españoles. Combinando
esta tradición con las técnicas españolas importadas, los artistas del periodo
colonial produjeron trabajos de considerable profundidad y pureza. Sin embargo,
los últimos años de la época colonial se caracterizaron por una producción
puramente académica, destacando en pintura costumbrista Juan Cordero y José
María Velasco.
Uno de los artistas más
representativos del siglo XX fue José Guadalupe Posada, quien realizó carteles,
litografías y grabados en madera con temas fuertes y violentos de escenas de la
época. Sus seguidores, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente
Orozco, son los principales representantes de un notable grupo de distinguidos
artistas mexicanos que revivieron el arte de la pintura al fresco con el
muralismo, aunque produjeron también un importante trabajo de caballete. Otros
pintores de este siglo que destacan son: Frida Kahlo, Lilia Carrillo, Leonora
Carrington, Pedro Coronel, Alberto Gironella, Carlos Mérida, Rufino Tamayo y
Vicente Rojo. Véase también Arte y arquitectura contemporáneas: El
arte del siglo XX en Latinoamérica; Arte y arquitectura precolombinas.
Tanto tejedores, alfareros y orfebres, los
artesanos mexicanos producen una gran variedad de artículos hermosos y representativos,
valorados internacionalmente. Destacan por la manufactura de artículos de
palma, henequén, cerámica, madera, oro, plata, vidrio, textiles y piel. Véase
Artesanía.
5.5
|
Arte escénico
|
La industria cinematográfica mexicana
produce actualmente entre 40 y 50 películas cada año. Actores del cine
mexicano, como Mario Moreno, Cantinflas, María Félix, Pedro Armendáriz y
Dolores del Río poseen fama mundial, de la misma forma que el director Emilio
Fernández y el director de fotografía Gabriel Figueroa. Tanto las obras
teatrales como las musicales, especialmente la ópera, son populares en las
ciudades mexicanas. Los distintos cuerpos del Ballet Folklórico, así como
compañías especializadas en danzas típicas mexicanas, tienen sede en las principales
ciudades pero realizan giras internacionales. Las corridas de toros, un
recuerdo del pasado español de México, han sido siempre muy populares y han
aportado grandes figuras, como Carlos Arruza y Rodolfo Gaona.
5.6
|
Instituciones
culturales
|
La mayoría de las mejores
bibliotecas de México se encuentran dentro del sistema universitario. La
Biblioteca Nacional, la cual aloja una colección de documentos extraordinarios,
está afiliada a la Universidad Nacional Autónoma de México, en la ciudad de México.
El país también cuenta con numerosas bibliotecas gubernamentales que dependen
de las diferentes secretarías (ministerios).
En todo el país se localizan
numerosos museos. El Museo Nacional de Historia, dedicado a la historia a
partir de la conquista española, se encuentra ubicado en el castillo de
Chapultepec, en la capital mexicana. Piezas arqueológicas de todas las culturas
prehispánicas mesoamericanas y de zonas limítrofes se pueden ver en el Museo
Nacional de Antropología, también en la capital. Otra colección arqueológica
importante está en Mérida, ciudad situada en la península de Yucatán. Todos
estos museos pertenecen al Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH).
6
|
ECONOMÍA
|
México refleja el cambio de una
economía de producción primaria, basada en actividades agropecuarias y mineras,
hacia una semi-industrializada. Los logros económicos son resultado de un
vigoroso sector empresarial privado y de políticas gubernamentales, cuyo
principal objetivo ha sido el crecimiento económico. Tradicionalmente, el
gobierno también ha hecho hincapié en la nacionalización de la industria y se
ha establecido por ley el control gubernamental de las compañías encargadas de
la minería, la pesca, el transporte y la explotación forestal. Recientemente,
sin embargo, se ha fomentado de manera muy activa la inversión extranjera,
mientras que el control estatal en algunos sectores de la economía se ha
debilitado.
El producto interior bruto (PIB) de
México se incrementó en cerca del 6,5% anual durante el periodo de 1965 a 1980,
pero sólo aumentó en un 0,5% anual de 1980 a 1988. En el periodo 2006 este
incremento supuso el 4,80%. Los bajos precios del petróleo, el incremento de la
inflación, la deuda externa y el empeoramiento del déficit presupuestario
exacerbaron los problemas económicos de la nación a mediados de la década de
1980; no obstante, el panorama económico mejoró ligeramente al inicio de la
década de 1990. En 2006 el PIB se estimó en 839.182 millones de dólares, lo que
suponía un ingreso per cápita 8.051,90 dólares (según datos del Banco Mundial).
6.1
|
Agricultura
|
Cerca del 15% de la mano de
obra mexicana se dedica a la agricultura, y un número sustancial de
trabajadores agrícolas trabajan en propiedades ejidales o comunales. La reforma
agraria, que comenzó en 1915, ha supuesto la redistribución por parte del
gobierno mexicano de una considerable extensión de tierra entre los ejidos. La
producción agrícola está sujeta a las grandes variaciones en los regímenes
pluviales, en un país que, a grandes rasgos, puede considerarse como semiárido.
No obstante, los proyectos de irrigación han incrementado el valor de las
tierras de bajo cultivo y la conservación de los suelos ha aumentado la producción.
México no sólo genera los productos
para cubrir la mayoría de sus necesidades básicas, sino que también exporta
parte de su producción. En 2006 los principales productos agropecuarios de
México fueron (con una producción anual en toneladas): maíz (21,8 millones);
trigo (3,34 millones); cebada; arroz (338.891); legumbres (1,66 millones),
entre ellas el frijol; papas (1,54 millones); café (287.555); algodón
(138.000); caña de azúcar (50,6 millones); fruta (15,4 millones); y hortalizas
(11,5 millones).
La cabaña ganadera, en 2006, estaba
conformada por 28,6 millones de cabezas de ganado vacuno, 15,4 millones de
porcino, 8,90 millones de ganado caprino, 7,48 millones de ovino, 6,26 millones
de caballos, 3,28 millones de mulas y 6,54 asnos, y unos 302 millones de aves
de corral.
6.2
|
Silvicultura y
pesca
|
Aproximadamente el 32,8% del país está
cubierto por bosques. Debido a la tala incontrolada de ricas áreas madereras,
la explotación forestal está actualmente estrictamente regulada por el
gobierno. México manufactura considerables cantidades de productos forestales,
entre ellos madera, chicle, brea, resinas, tanino, quina y otras sustancias.
Los bancos pesqueros más importantes se
localizan alrededor de las costas de Baja California, a continuación los del
golfo de México y los de la costa del Pacífico, desde el estado de Jalisco
hasta Chiapas. La industria pesquera está gestionada por sociedades
cooperativas que son monopolios concesionarios de ciertos productos. Las
principales especies que se capturan son huachinango, atún, cazón (véase Tiburón),
sierra, sardina, anchoa (véase Boquerón), bagre, corvina, barrilete,
pargo, robalo, jurel, lisa, macarela, mero, mojarra y peto. Entre los
crustáceos destacan la jaiba, la langosta y el camarón; este último se extrae
frente a las costas de Campeche y Sinaloa, y se exporta principalmente a
Estados Unidos. Los moluscos que más se capturan son: abulón, ostión (véase Vieira),
almeja, caracol y pulpo. También es importante la pesca de numerosas especies
de agua dulce. La captura total en 2005 fue de 1,45 millones de toneladas. La
captura de tortugas marinas para el consumo de su preciada carne se ha visto
frenada, ya que es hoy una especie protegida. En 2004 existían 748 especies en
peligro. Véase Especies amenazadas.
6.3
|
Minería
|
Antiguamente casi todas las compañías
mineras en México eran de propiedad extranjera. No obstante, en la década de
1960 la mayor parte de ellas colaboraron con los esfuerzos del gobierno para
nacionalizar la industria, y actualmente el capital mayoritario de estas
compañías es mexicano. El recurso minero de mayor importancia es el petróleo,
que se encuentra principalmente en los estados de Veracruz, Tabasco, Campeche y
Chiapas; la producción está controlada por Petróleos Mexicanos (PEMEX), agencia
del gobierno.
La producción de plata también es considerable
y se encuentra en todos los estados del país. En las vertientes del Pacífico de
la sierra Madre occidental se localizan minas ricas en oro; en las cercanías de
Guanajuato se extrae el cobre y en los estados de Coahuila y Durango, el
hierro. En 2004 la producción anual (en toneladas) fue de: 6,89 millones de
hierro, 405.540 de cobre, 139.000 de plomo, 462.000 de zinc, 2.700 de plata y
22.400 kg de oro, también se extraen fluorita y fosforita. En 2004 la
producción de petróleo fue de 1.231.218.700 barriles; la de gas natural de
42.222 millones de m³; y la de carbón de 10.769.000 toneladas. También se
obtuvieron cantidades considerables de antimonio, barita, grafito, manganeso,
azufre y tungsteno.
6.4
|
Industria
|
La industria mexicana se encuentra entre las
más desarrolladas de América Latina. Desde finales de la década de 1980, la
mayoría de las fábricas de reciente creación se construyeron en el norte de la
República dentro de la categoría de maquiladoras, es decir, plantas de labor
intensiva en las que se ensamblan partes importadas para convertirlas en
artículos para la exportación; no obstante, en los últimos años algunas
empresas estadounidenses han invertido grandes cantidades de dinero en
instalaciones modernas y bien equipadas en las que se producen vehículos de
motor y otros objetos de consumo para el mercado de este país.
Las principales plantas industriales de
México también abarcan las de fabricación de maquinaria y equipo electrónico, refinerías
de petróleo, fundidoras, plantas de empacado de alimentos, productoras de papel
y de algodón, plantas procesadoras de tabaco e ingenios azucareros. Otros
productos industriales son textiles, hierro y acero, químicos, bebidas,
fertilizantes, cemento, vidrio, cerámica y artículos de piel. La producción
manufacturera anual, estimada a principios de la década de 1990, fue de 610.000
automóviles, 8,2 millones de toneladas de acero, 2,5 millones de harina de
trigo y 450.000 t de ácido sulfúrico, entre otros.
6.5
|
Energía
|
El 83% de la electricidad de
México se produce en instalaciones térmicas, el 9% en plantas hidroeléctricas,
el 3% a partir de fuentes geotérmicas y el 5% en plantas nucleares. La
capacidad generadora de electricidad en 2003 fue de 209.196 millones de KWh.
Las principales presas que alimentan centrales hidroeléctricas mexicanas son:
presa de El Infiernillo (Michoacán y Guerrero) presa Miguel Alemán (Oaxaca),
presa de La Angostura (Chiapas) y presa de Netzahualcóyotl (Chiapas).
6.6
|
Moneda y banca
|
La unidad monetaria de México es el
peso de 100 centavos 10,90 pesos equivalían a 1 dólar estadounidense en 2006).
El banco central y emisor de la moneda es el Banco de México (1925). El sistema
bancario comercial de México, nacionalizado en 1982, se devolvió al control
privado a principios de la década de 1990.
A finales de 1994 y principios
de 1995 se presentó una crisis cambiaria extremadamente severa. La crisis fue
provocada por la combinación de la alta inflación y de un déficit de
aproximadamente 30.000 millones de dólares. El presidente de Estados Unidos,
Bill Clinton, dirigió un esfuerzo internacional de rescate, en el que
participaron otras naciones en desarrollo y varias organizaciones
internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, y se
planteó un programa de apoyo con préstamos y créditos por un valor de 50.000
millones de dólares. Simultáneamente, el presidente Ernesto Zedillo anunció un
programa de austeridad, así como la privatización de las principales empresas
públicas, como las de ferrocarriles, plantas petroquímicas y eléctricas, y
aeropuertos.
En 2003 las exportaciones fueron de
165.395 millones de dólares y las importaciones se situaron por debajo de esa
cifra (171.291 millones de dólares). Las exportaciones más importantes
corresponden al petróleo crudo, gas natural, automóviles, algodón, azúcar,
jitomate (tomate), café, camarón, zinc, textiles, prendas de vestir, plata y
motores. Las mayores importaciones del país incluyen maquinaria, equipo de
transporte, aparatos de telecomunicaciones, productos químicos, petróleo y
productos derivados, material agrícola, hierro y acero.
El mayor volumen del comercio de
México es con Estados Unidos; otros países con los que se lleva a cabo un
comercio importante son Japón, Alemania, Brasil, Canadá, Francia y España. El
turismo (8.108 millones de dólares en 2006), el comercio fronterizo, las
inversiones extranjeras y los envíos que hacen los trabajadores mexicanos desde
Estados Unidos son una considerable fuente de ingreso de divisas. Véase Comercio
internacional.
6.7
|
Transporte
|
El sistema ferroviario mexicano, el cual
está nacionalizado, abarca 26.662 km de vías. La longitud de la red de carreteras
es de 349.038 km (2003), de las cuales el 50% están pavimentadas. Varias
autopistas atraviesan el país, entre ellas cuatro rutas principales, que van
desde la frontera con Estados Unidos hasta la capital de la República Mexicana,
que forman parte de la red de la carretera Panamericana. Los servicios aéreos
se han desarrollado de manera intensiva y el país cuenta actualmente con más de
1.700 aeropuertos y pistas de aterrizaje. Las principales compañías aéreas son
Aeroméxico y Mexicana de Aviación. La flota mercante del país está
compuesta por 780 buques, con una capacidad de 1.216.989 toneladas brutas
registradas.
6.8
|
Comunicaciones
|
La República Mexicana cuenta con cerca de
300 periódicos diarios, con una circulación total de 9.251.000 ejemplares. En
el Distrito Federal se publican unos 25 periódicos, algunos de ellos de
distribución nacional, entre los que destacan: El Nacional, Excélsior,
Novedades, La Jornada, Reforma, El Universal, Esto,
La Prensa, El Financiero y Ovaciones. En 2005 el número de
aparatos telefónicos por cada 1.000 habitantes era de 189, existían más de
1.170 estaciones o emisoras de radio, y se encontraban en uso 31 millones de
aparatos de radio y 28 millones de receptores de televisión.
6.9
|
Trabajo
|
La mano de obra mexicana sumó
cerca de 43,1 millones de personas en 2006. Casi el 35% de la mano de obra está
organizada en dos sindicatos. Una de las centrales sindicales más importantes
del país es la Confederación de Trabajadores de México (CTM, 1936), con cerca
de 5,5 millones de afiliados provenientes de sindicatos nacionales de empresa,
industria y de federaciones estatales que, a su vez, agrupan a otros
sindicatos. El sindicato que agrupa a mayor número de agremiados es el de
trabajadores de la enseñanza. Los estatutos prescriben el salario mínimo y un
máximo de trabajo de 8 horas diarias durante seis días a la semana. Véase Sindicatos
(España y Latinoamérica).
7
|
GOBIERNO
|
México es una república representativa,
democrática y federal, gobernada bajo las leyes de la Constitución promulgada
en 1917.
7.1
|
Poder ejecutivo
|
El poder ejecutivo nacional está
representado por un presidente, que tiene que ser mexicano de nacimiento e hijo
de mexicanos; se elige de manera directa y popular para un periodo de 6 años y
no puede ser reelegido. El presidente designa a los miembros de su gabinete,
que tienen que ser confirmados por el Congreso.
7.2
|
Poder legislativo
|
El poder legislativo en México está
representado por el Congreso de la Unión, que se compone de la Cámara de
Senadores y la Cámara de Diputados. La cámara alta es el Senado, con 128
miembros elegidos popularmente para un periodo de 6 años. Se nombran dos senadores
por cada estado y por el Distrito Federal. La cámara baja es la de los
Diputados, compuesta por 500 miembros designados para un periodo de 3 años: 300
diputados son elegidos por el principio de votación mayoritaria y 200 de
acuerdo a un sistema de representación proporcional. Los senadores y diputados
no pueden ejercer dos periodos consecutivos. Todos los ciudadanos mayores de 18
años tienen derecho a votar y ser votados.
7.3
|
Poder judicial
|
El tribunal más alto de la
República Mexicana es la Suprema Corte de Justicia, compuesta por 21 miembros
designados por el presidente del país con el consentimiento del Senado. El
Tribunal Superior de Justicia ejerce el poder judicial en cada uno de los 31
estados de la República. Véase Derecho mexicano.
7.4
|
Gobierno local
|
El jefe del ejecutivo de cada estado es
un gobernador, elegido popularmente para un periodo de 6 años. El Distrito
Federal (DF) fue dirigido hasta 1997 por un regente (alcalde) designado por el presidente
de la nación. Sin embargo, a partir de 1997 el cargo de primer jefe de gobierno
del Departamento del Distrito Federal se elige mediante sufragio universal. El
poder legislativo en los 31 estados está representado por una Cámara de
Diputados, cuyos miembros se eligen para un periodo de 3 años.
7.5
|
Partidos políticos
|
Los principales partidos políticos mexicanos
son el Partido Revolucionario Institucional (PRI), el Partido de Acción
Nacional (PAN) y el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El PRI, fundado en 1929 con el
nombre de Partido Nacional Revolucionario, se mantuvo en el poder de forma
ininterrumpida desde entonces hasta el año 2000, cuando fue derrotado por el PAN.
Este último grupo, conservador y católico, está integrado fundamentalmente por
amplios sectores de la clase media. El PRD, que en sus inicios constituyó una
coalición con el nombre de Frente Democrático Nacional (FDN), representa a los
sectores más progresistas de México.
7.6
|
Salud y bienestar
social
|
La mayoría de las actividades de
salud pública son administradas por la Secretaría de Salud. Enfermedades como
la viruela y el cólera han sido erradicadas; sin embargo, existe un escaso
número de personal médico en las áreas rurales y el crecimiento de la población
tiende a sobrepasar la capacidad de las instalaciones de agua potable y
drenaje. El promedio de esperanza de vida en 2008 era de 79 años para las
mujeres y de 73 años para los hombres.
El Instituto Mexicano del Seguro Social
(1944) supervisa los programas de asistencia y es financiado por las
contribuciones que hacen el gobierno, los empresarios y los trabajadores (véase
Seguridad Social). Los servicios incluyen la atención médica a personas de
escasos recursos, vivienda a bajo costo, indemnización en caso de accidente o
enfermedad, prestaciones por maternidad y pensiones de jubilación.
7.7
|
Defensa
|
El servicio militar es obligatorio para
los varones de 18 años de edad. En 2004 el país contaba con un Ejército de
144.000 soldados, una Armada o Fuerza Naval de 37.000 y una Fuerza Aérea de
11.770 miembros.
8
|
HISTORIA
|
México fue el asentamiento de algunas
de las civilizaciones más antiguas y desarrolladas del hemisferio occidental.
Existe evidencia de que una población dedicada a la caza habitó el área hacia
el año 21000 a.C. o incluso antes. La agricultura comenzó alrededor del
año 5000 a.C.; entre los primeros cultivos estuvieron la calabaza, el
maíz, el frijol y el chile. La primera civilización mesoamericana importante
fue la de los olmecas, quienes tuvieron su época de florecimiento entre el 1500
y el 600 a.C. La cultura maya, de acuerdo con la investigación arqueológica,
alcanzó su mayor desarrollo al acercarse el siglo VI. Otro grupo, el
tolteca, emigró desde el norte y en el siglo X estableció un imperio en el
valle de México. Los guerreros toltecas fueron los fundadores de las ciudades
de Tula y Tulancingo (al norte de la actual ciudad de México); desarrollaron
una gran civilización todavía evidente por las ruinas de magníficos edificios y
monumentos.
8.1
|
El Imperio azteca
|
En el siglo XI los toltecas
entraron en decadencia y abandonaron su metrópoli, Tula. Grupos de chichimecas,
de carácter nómada, se impusieron en la región central de México. Dos siglos
más tarde siete tribus nahuatlacas llegaron al valle de México procedentes del
norte, de un lugar que en los mitos se conoce como Chicomóztoc, “en las siete
cuevas”, probablemente la zona de La Quemada. El grupo azteca, más tarde
llamado mexica, la tribu más importante, fundó un asentamiento denominado
Tenochtitlan en un área rodeada por lagos, entre ellos el de Texcoco. Conforme
el asentamiento crecía, su valor militar era mayor debido a la construcción de
calzadas que represaban el agua de los lagos de los alrededores y convertían a
la ciudad en una isla fortaleza prácticamente inexpugnable. Bajo el mando de
Itzcóatl, rey de Tenochtitlan de 1428 a 1440, este grupo extendió sus dominios
a todo el valle de México, llegando a ser la principal potencia del centro y
sur de México cerca del siglo XV. Su civilización, basada en la tolteca y
chichimeca, fue muy desarrollada, tanto intelectual como artísticamente. La
economía azteca dependía de la agricultura, particularmente del cultivo del
maíz y de los tributos que exigían a los pueblos dominados en la guerra. Según
se hacían más ricos y poderosos, los aztecas construyeron grandes ciudades y
desarrollaron una intrincada organización social, política y religiosa.
El primer explorador europeo que llegó
al territorio mexicano fue Francisco Hernández de Córdoba, quien descubrió
varios asentamientos mayas en la península de Yucatán en 1517. Un año más tarde
Juan de Grijalva encabezó una expedición que exploró las costas orientales de
México y entregó a la colonia española en Cuba los primeros informes acerca del
Imperio azteca. Esos informes motivaron a Diego Velázquez, gobernador de Cuba,
a enviar una gran fuerza en 1519 bajo el mando de Hernán Cortés.
8.2
|
El virreinato
|
En 1535, catorce años después de la
caída de la capital azteca (1521), la forma de gobierno de lo que Cortés llamó
Nueva España se instituyó con la designación del primer virrey español, Antonio
de Mendoza. Hasta 1821, un total de 61 virreyes gobernaron Nueva España.
Mendoza y sus sucesores dirigieron una serie de expediciones militares y
exploratorias con las cuales finalmente hicieron parte de la Nueva España a los
actuales estados de Texas, Nuevo México, Arizona y California, en Estados
Unidos.
Una característica particular del virreinato
novohispano fue la explotación de los indígenas. A pesar de que durante la
conquista murieron centenares de indígenas, continuaron siendo la mayoría de
los habitantes de la Nueva España, que hablaban sus propias lenguas y mantenían
gran parte de su cultura original. A pesar de que eran libres por decreto y
podían recibir salarios, vivían casi todos en estado de sumisión. Su situación
fue el resultado del sistema de encomienda, por medio del cual se dotaba a los
nobles y soldados españoles no sólo de grandes extensiones de tierra, sino
además se les otorgaba la jurisdicción sobre todos los indígenas que las
habitaran. El gobierno español realizó algunos intentos para reglamentar la
explotación de los trabajadores indígenas en el campo y en las minas. Las
reformas decretadas en España fueron muchas veces ineficaces debido a la
dificultad de su ejecución. Mejorar la condición de los indígenas se convirtió
en un objetivo primordial del gobierno mexicano después de que fue derrocada la
administración colonial.
Una segunda característica del periodo
virreinal fue la posición y la labor de la Iglesia católica. Misioneros
franciscanos, agustinos, dominicos y jesuitas llegaron al país poco después de
los conquistadores. En 1528 Juan de Zumárraga se convirtió en el primer obispo
electo de Nueva España, y hacia 1548 se erigió un arzobispado. La Iglesia mexicana
llegó a ser enormemente opulenta debido a las dotes y legados que podía retener
en perpetuidad. Antes de 1857, año en que se nacionalizaron los bienes
eclesiásticos, la Iglesia poseía una tercera parte de toda la propiedad y
territorio.
Una tercera característica fue la existencia
de clases sociales muy marcadas: los indígenas, los mestizos (un grupo que se
incrementó progresivamente durante la época virreinal), los esclavos negros,
los negros libres y los blancos. Los mexicanos blancos a su vez estaban
divididos. La clase más alta de todas era la de los peninsulares, aquéllos
nacidos en España, que se oponían a los criollos, descendientes de españoles
que habían nacido y crecido en la Nueva España. Los peninsulares eran enviados
desde España donde adquirían los puestos coloniales más importantes, tanto de
la administración civil como eclesiástica. Éstos se mantenían a distancia de
los criollos, quienes casi nunca ejercieron cargos de relevancia. El
resentimiento de los criollos llegó a ser una fuerza que motivó más tarde el
movimiento de la independencia.
Desde el comienzo del sistema
virreinal, la ineficacia y la corrupción en la administración colonial estaba
muy ligada al gobierno español central. En los últimos años del
siglo XVIII, España intentó instituir una serie de reformas
administrativas, principalmente durante los años 1789 a 1794, bajo el
virreinato de Juan Vicente de Güemes Pacheco, conde de Revillagigedo. Estas
reformas no erradicaron los problemas fundamentales del sistema y, a principios
del siglo XIX, el resentimiento criollo y la ineficacia del gobierno de la
Nueva España habían debilitado la unión entre la colonia y la metrópoli. A
estas condiciones internas se añadió la influencia de las ideas políticas
liberales de Europa, particularmente después de la Revolución Francesa.
La ocupación de España por Napoleón (véase
Guerra de la Independencia española) desembocó finalmente en la guerra de
Independencia de México. Desorientados por el desastre que había tenido lugar
en España, los líderes administrativos de la Nueva España comenzaron a estar en
desacuerdo entre ellos mismos, sin una autoridad central que interviniera. En
1808 el virrey José de Iturrigaray apoyó los intentos de los criollos para
establecer un gobierno nacional. Sin embargo, otros oficiales peninsulares
estuvieron en desacuerdo, por lo que Iturrigaray fue depuesto, enviado a España
y procesado. En el momento culminante de esas luchas entre facciones comenzó la
rebelión política de la población criolla.
8.3
|
Guerra de
Independencia
|
El 16 de septiembre de 1810 Miguel
Hidalgo y Costilla, cura del pueblo de Dolores, en el actual estado de
Guanajuato, alzó la bandera de la rebelión (véase Grito de Dolores)
demandando el fin del mal gobierno, pero sin desconocer el poder del rey
español Fernando VII. A pesar de que inicialmente tuvo éxito, la rebelión
de Hidalgo no sobrevivió mucho tiempo, ya que fue capturado por las fuerzas
realistas y ejecutado en Chihuahua en 1811. El liderazgo del movimiento pasó a
otro sacerdote, José María Morelos y Pavón, quien, en 1814, proclamó a México
como república independiente de España y abolió la esclavitud. Un año más
tarde, Morelos y su ejército fueron derrotados por las fuerzas reales bajo el
mando de Agustín de Iturbide, general criollo. La revolución continuó bajo el
liderazgo de Vicente Guerrero, quien encabezaba un ejército comparativamente
pequeño.
La revolución española de 1820 afectó a la
rebelión de México. Las tendencias políticas liberales en España consternaron a
los líderes conservadores mexicanos, quienes comenzaron una serie de intrigas
con el fin de separar el virreinato de la metrópoli. Por cuenta propia,
Iturbide se reunió con Guerrero en 1821 y ambos firmaron un acuerdo por el cual
unieron sus fuerzas para llevar a término la independencia. Su plan, conocido
como Plan de Iguala, estableció posteriormente tres garantías mutuas: México
sería un país independiente gobernado por un monarca español; la religión
católica sería la oficial y única del país, y los españoles y criollos tendrían
los mismos derechos y privilegios. El virrey Juan Ruiz de Apodaca, depuesto por
los insurgentes, huyó a España. El último virrey de la Nueva España fue Juan
O’Donojú, quien, a su llegada a México en julio de 1821, aceptó el Tratado de Córdoba,
reconociendo la independencia de México.
8.4
|
Imperio y república
|
A continuación, el país vivió un
periodo turbulento. En 1822 Iturbide fue proclamado emperador con el nombre de
Agustín I. Diez meses más tarde fue depuesto por una rebelión dirigida por
Antonio López de Santa Anna, su anterior colaborador. Se proclamó la república
y Guadalupe Victoria se convirtió en el primer presidente. México, sin embargo,
no estaba preparado para la repentina democracia. Se inició el conflicto entre
los centralistas (grupo conservador formado por líderes religiosos,
terratenientes, criollos y oficiales del ejército, decididos a mantener una
forma de gobierno centralizada) y los partidarios de un gobierno federal
(facción liberal y anticlerical que apoyaba el establecimiento de estados
soberanos unidos en una federación, además del apoyo social a los indígenas y a
otros grupos oprimidos). Vicente Guerrero, líder liberal, llegó a ser
presidente en 1829, pero fue asesinado en 1831 por las fuerzas dirigidas por el
líder político y militar Anastasio Bustamante. Hasta 1833, año en que López de
Santa Anna fue elegido presidente, se sucedieron las rebeliones en el país. Sin
embargo, poco después de su llegada al poder, su política centralista involucró
a la nueva república en una guerra.
8.5
|
Guerra con Estados
Unidos
|
Los habitantes de Texas, entonces bajo
la ley mexicana, no estaban conformes con el decreto gubernamental (1829) que abolía
la esclavitud, y el plan de Santa Anna para centralizar el gobierno incrementó
su resentimiento. Texas se rebeló en 1836 y declaró su independencia después de
que Santa Anna fuera derrotado de manera decisiva por el líder texano Samuel
Houston el 21 de abril de 1836 en San Jacinto. Como resultado de la disputa
sobre el límite occidental de Texas entre ciudadanos estadounidenses y
mexicanos, y de la intención de los primeros de apoderarse de California,
Estados Unidos declaró la guerra a México en mayo de 1846 (véase Guerra
Mexicano-estadounidense). Las tropas estadounidenses ocuparon el norte de
México y un año después cayeron sobre la capital. El 2 de febrero de 1848, bajo
los términos del tratado de Guadalupe Hidalgo, el río Bravo o Grande del Norte
se fijó como límite de Texas. Estados Unidos se apoderó además del territorio
que actualmente forman los estados de Arizona, California, Colorado, Nuevo
México, Nevada, Utah y parte de Wyoming. Unos años después, el Tratado de la
Mesilla de 1853 definió el límite de Nuevo México y añadió una franja más de
territorio a Estados Unidos.
Después de la guerra, México se
enfrentó a un fuerte problema de reconstrucción. Las finanzas estaban
devastadas y el prestigio del gobierno, ya débil, había disminuido considerablemente.
Santa Anna, obligado a renunciar, regresó del exilio en 1853 y, con el apoyo de
los centralistas, se autoproclamó dictador. A principios de 1854 se inició una
rebelión liberal y, después de más de un año de intensos enfrentamientos, Santa
Anna huyó de México. La revolución fue el primer acontecimiento de una larga y
feroz lucha entre las clases poderosas, que tradicionalmente habían dominado
México, y los demócratas liberales, que demandaban tener voz en el gobierno.
8.6
|
Juárez y
Maximiliano I
|
El gran líder que surgió entre los
liberales fue un indígena, Benito Juárez, que llegó a ser famoso por su
integridad y firme lealtad a la democracia. Durante los siguientes 25 años
Juárez fue la figura central de los políticos mexicanos. El gobierno federal,
la libertad de expresión y otras libertades civiles tomaron cuerpo en la
Constitución de 1857, a la que los grupos conservadores se opusieron
encarnizadamente. Estos últimos estaban apoyados por España, y en 1858 la
guerra de Reforma o guerra de los Tres Años, entre grupos conservadores y
liberales, devastó a México. El gobierno de Juárez era apoyado por Estados
Unidos y, en 1860, los ejércitos juaristas habían triunfado definitivamente.
Entre tanto, como presidente provisional entre 1858 y 1861, Juárez había
emitido las Leyes de Reforma (1859) que decretaban la nacionalización de los
bienes de la Iglesia, la ley del matrimonio civil, la separación de la Iglesia
del Estado, la ley del registro civil, la secularización de los cementerios y
los hospitales, y la libertad religiosa.
Elegido presidente en 1861, Juárez comenzó a
poner orden. Una de sus primeras acciones fue la suspensión del pago de
intereses a la deuda extranjera adquirida por los gobiernos precedentes.
Molestos con su decreto, Francia, Gran Bretaña y España decidieron intervenir
conjuntamente para la protección de sus inversiones en México. El primero en
actuar fue Napoleón III de Francia. Una expedición conjunta ocupó Veracruz en
1861, pero cuando las ambiciones colonizadoras de Napoleón se hicieron
evidentes, los británicos y españoles se retiraron en 1862. Durante un año las
tropas francesas libraron su camino a través de México y finalmente entraron en
la capital en junio de 1863. Juárez y su gabinete huyeron, mientras que un
gobierno conservador provisional, apoyado por los sectores monárquicos del
país, proclamó el Imperio mexicano y ofreció la corona, a instancias de
Napoleón, a Maximiliano I, archiduque de Austria.
De 1864 a 1867 Maximiliano I
y su esposa Carlota gobernaron el Imperio, pero en 1865, bajo presión de
Estados Unidos, que seguía reconociendo a Juárez, Francia retiró sus tropas.
Las fuerzas de Juárez recobraron el país después de que los franceses se
retiraran en 1867, y las tropas republicanas, bajo el mando del general
Porfirio Díaz, ocuparon la ciudad de México. Maximiliano I, sitiado en
Querétaro, fue obligado a rendirse y, después de un consejo de guerra, fue
fusilado.
Nuevamente Juárez intentó restablecer el
orden, pero se encontró con numerosos sectores que se oponían a su gobierno. En
1871, después de una dudosa elección, el Congreso reeligió como presidente a
Juárez. Porfirio Díaz, uno de los candidatos que había sido derrotado, encabezó
una insurrección sin ningún éxito. Juárez murió en 1872 y fue sucedido por
Sebastián Lerdo de Tejada, presidente de la Suprema Corte. En 1876, cuando
Lerdo de Tejada vislumbraba la reelección, Díaz encabezó otra rebelión. En esta
ocasión tuvo éxito y fue elegido presidente.
8.7
|
La dictadura de
Porfirio Díaz
|
Porfirio Díaz gobernó México como un
autócrata desde 1876 hasta 1911, exceptuando el periodo de 1880 a 1884, cuando
nominalmente el poder estuvo en manos de uno de sus colaboradores. Bajo este
periodo, conocido como porfiriato, se dieron importantes avances en el
desarrollo económico y comercial: nuevas plantas industriales, extensión de las
vías de ferrocarril, obras públicas, mejoramiento de puertos y construcción de
edificios públicos. Muchas de las nuevas empresas fueron financiadas y
manejadas por extranjeros, ya que otorgó concesiones al capital francés,
estadounidense e inglés que llegó a acaparar casi la totalidad de la minería,
el petróleo y los ferrocarriles, entre otros sectores, sin permitir que los
trabajadores mexicanos ocuparan puestos de responsabilidad. Esto contribuyó al
descontento de las clases desfavorecidas que, ahogadas en deudas, soportaban
malos tratos, despidos injustificados, largas jornadas de trabajo y
explotación.
Además, Porfirio Díaz favoreció a los ricos
terratenientes de los grandes estados, incrementando sus propiedades por medio
de la asignación de terrenos comunales que pertenecían a los indígenas que
quedaron en precarias condiciones, trabajando como peones en los latifundios.
El dictador desatendió la educación popular y favoreció a la Iglesia, prestando
poca atención a la política de secularización de 1859. El descontento y el
espíritu de rebelión se extendieron por todo el país, con brotes que fueron
reprimidos violentamente, como los de los indígenas yaquis y mayos, despojados
de sus tierras, y las huelgas de 1906 y 1907 de los obreros de Río Blanco y
Cananea.
En 1908, enterado de ese
descontento, Díaz anunció que recibiría con gusto un candidato opositor para
las elecciones de 1910, a fin de demostrar su respeto por la democracia. El
candidato propuesto por el grupo liberal fue Francisco I. Madero. La influencia
de Madero aumentó y, a pesar de que estuvo un tiempo encarcelado, el dirigente
liberal se volvió cada vez más activo. Después de que Díaz fuera reelegido en 1910,
Madero fue reconocido como el líder de la revolución popular. Díaz fue obligado
a renunciar en 1911 e inmediatamente después abandonó México.
8.8
|
La Revolución
|
Madero fue elegido presidente en 1911,
pero no fue lo suficientemente enérgico para terminar la contienda política y
militar. Otros líderes rebeldes, particularmente Emiliano Zapata y Francisco
Villa, se negaron a someterse a la autoridad presidencial, y el embajador de
Estados Unidos, Henry Lane Wilson, le retiró su apoyo cuando vio que no era
posible la negociación, optando por respaldar a sus opositores. Victoriano
Huerta, jefe del ejército de Madero, conspiró con los líderes rebeldes y en
1913 se apoderó del control de la capital. Huerta se convirtió en dictador y,
cuatro días después de asumir el poder, Madero fue asesinado.
Comenzaron nuevas rebeliones armadas bajo
los mandos de Zapata, Villa y Venustiano Carranza, y Huerta renunció en 1914.
Carranza tomó el poder ese mismo año y Villa al momento le declaró la guerra.
Además de las ambiciones de los líderes militares rivales, se sumó a la
confusión la intervención de algunos gobiernos extranjeros velando por la
protección de los intereses de sus nacionales. En 1915 una comisión
representada por ocho países de América Latina y Estados Unidos reconoció a
Carranza como la autoridad legal en México. Los líderes rebeldes, con excepción
de Villa, depusieron las armas. Éste perdió la ayuda del gobierno de Estados
Unidos, que le suspendió el envío de armas. En respuesta, Villa asesinó a 16
estadounidenses en 1916 e invadió Columbus, Nuevo México, donde dio muerte a
otra decena de personas. Como resultado fue enviada una expedición compuesta
por un cuerpo del ejército bajo el mando del general John Joseph Pershing, pero
fueron rechazados por las tropas de Carranza, también hostil hacia Estados
Unidos. Villa siguió creando inestabilidad en el campo mexicano hasta 1920 y en
julio de 1923 fue asesinado.
La nueva Constitución de 1917 propició la
formulación de un código laboral, prohibió la reelección presidencial, expropió
las propiedades de las órdenes religiosas y restableció los terrenos comunales
a los indígenas. Muchas de las condiciones de la negociación para el bienestar
social y laboral fueron muy avanzadas y radicales para su época. Algunas de las
más drásticas estaban encaminadas a frenar la injerencia extranjera en las
propiedades mineras y de la tierra.
Carranza fue elegido presidente
constitucional en 1917, pero el malestar continuaba. A pesar de que no había
puesto en vigor muchos de los preceptos constitucionales, disgustó a las
compañías petroleras extranjeras debido a la nueva reglamentación, según la
cual el petróleo era un recurso nacional inalienable, y a la imposición de un
gravamen a los territorios y contratos petroleros anteriores al 1 de mayo de
1917. En 1920, tres de los principales generales, Plutarco Elías Calles, Álvaro
Obregón y Adolfo de la Huerta, se rebelaron contra Carranza, quien fue
asesinado, y Obregón fue elegido presidente. Véase Revolución Mexicana.
En 1923, cuando Obregón aceptó discutir
y ajustarse a las demandas de las compañías petroleras estadounidenses, fue
reconocido por el gobierno de este país. A finales de ese mismo año, Estados Unidos
apoyó al régimen de Obregón durante una rebelión provocada por Huerta. En 1924
Calles fue elegido presidente y comenzó a aplicar reformas constitucionales,
especialmente en materia agraria; también rehabilitó las finanzas mexicanas,
instituyó un programa de educación y arregló con éxito las disputas con las
compañías petroleras extranjeras. Al llevar a cabo reformas religiosas, Calles
provocó una gran oposición. La Iglesia se negó a reconocer las condiciones de
la secularización y las relaciones entre la Iglesia y el Estado se volvieron
muy tensas hasta que desembocaron en la llamada Guerra Cristera (1926-1929),
lucha en la cual, con métodos de guerrilla, los cristeros, defensores de las
instituciones religiosas, atacaron pueblos, haciendas, ferrocarriles y escuelas
laicas.
Obregón fue reelegido presidente en 1928,
pero fue asesinado meses más tarde por un fanático religioso. La presidencia
provisional fue concedida por el Congreso a Emilio Portes Gil. No obstante, la
influencia de Calles permanecía como principal fuerza política. Abelardo
Rodríguez, socio de Calles, ocupó la presidencia de forma provisional en 1932.
Ese mismo año, el Partido Nacional Revolucionario (PNR), el partido del
gobierno, proyectó un programa de seis años para un “sistema económico
cooperativo tendente hacia el socialismo”, incluyendo una ley laboral, obras
públicas, repartición de la tierra y el embargo de los terrenos petroleros de
posesión extranjera.
El programa del PNR fue puesto en
marcha en 1934 con la elección de Lázaro Cárdenas como presidente. Cárdenas
hizo hincapié en las reformas agrarias, el bienestar social y la educación. En
1936 fue aprobada una ley de expropiación que permitía al gobierno expropiar la
propiedad privada siempre que fuera necesario para el bienestar público y
social. La empresa de ferrocarriles de México se nacionalizó en 1937, así como
los derechos sobre el subsuelo de las compañías petroleras. Ese mismo año los
trabajadores del petróleo mexicanos fueron a la huelga en demanda de salarios
más altos y el acceso a los cargos de responsabilidad en las empresas.
En 1938, después de una decisión
de la Suprema Corte que había prestado atención a sus reclamaciones, el
gobierno mexicano expropió todas las propiedades petroleras y creó una agencia
gubernamental llamada Petróleos Mexicanos (PEMEX) para administrar la industria
nacionalizada. Las expropiaciones afectaron seriamente a la industria
petrolera, y fue muy difícil para México vender petróleo en territorio
estadounidense, alemán y británico. Posteriormente, México fue obligado a
ajustarse a tratos de intercambio comercial con Italia, Alemania y Japón. El
comercio de petróleo con estas naciones, sin embargo, duró muy poco a causa de
la II Guerra Mundial (1939-1945). Cárdenas apoyó la II República española
y, tras la Guerra Civil española, que trajo consigo la instauración del régimen
franquista, México acogió como exiliados a aproximadamente 40.000 españoles,
favoreciendo así el establecimiento del gobierno republicano español en el
exilio.
En 1940, Manuel Ávila Camacho, apoyado
por los trabajadores mexicanos, fue elegido presidente. Su política fue más
conservadora que la de Cárdenas. La llamada “política de buen vecino” de
Estados Unidos influyó positivamente en México. Esta política, que promovía la
estrecha cooperación con Estados Unidos en materia comercial y militar, llegó a
ser muy significativa en 1941 con la inminente participación de Estados Unidos
en la II Guerra Mundial. México, con varias restricciones, acordó permitir
a la Fuerza Aérea estadounidense el uso de sus campos de aviación y también
aceptó exportar materiales críticos y estratégicos (principalmente minerales
escasos) sólo a países del hemisferio occidental.
8.9
|
La II Guerra
Mundial
|
México rompió sus relaciones
diplomáticas con Japón el 8 de diciembre de 1941 y, tres días más tarde, con
Italia y Alemania. El 22 de mayo de 1942, después del hundimiento de dos
petroleros mexicanos por submarinos alemanes, el Congreso mexicano declaró la
guerra contra Alemania, Italia y Japón. Quince mil soldados mexicanos
combatieron en la II Guerra Mundial, con la muy destacada participación de
los 233 pilotos aéreos del Escuadrón 201. En junio de ese año México firmó la
declaración de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y a finales de 1942
se negoció un acuerdo comercial entre México y Estados Unidos que establecía
concesiones arancelarias mutuas. La cooperación militar total entre las dos
naciones tuvo efecto en 1943, cuando se acordó que cada país podía alistar en
su ejército a los nacionales del otro país que vivieran dentro de sus
fronteras. Otros proyectos en tiempo de guerra incluían la creación de una
comisión conjunta para la cooperación económica, instituida para encontrar
métodos que aliviaran la escasez de alimentos y de materiales estratégicos, y
una comisión industrial mexicano-estadounidense orientada a programar la
industrialización de México. A cambio, Estados Unidos solicitó mano de obra
para cubrir los puestos de los soldados que habían ido a combatir y abrió sus
fronteras a 300.000 trabajadores mexicanos. En 1944 México pagó a las compañías
petroleras estadounidenses 24 millones de pesos, más unos intereses del 3% por
las propiedades petroleras expropiadas en 1938.
8.10
|
México de posguerra
|
En junio de 1945 México se
convirtió en uno de los miembros fundadores de la Organización de las Naciones
Unidas. Un año después, en 1946, Miguel Alemán Valdés sucedió a Ávila Camacho
como presidente, habiendo sido elegido en una plataforma con un programa
político cuyos objetivos eran la distribución equitativa de la riqueza, la
realización de obras de irrigación extensivas y una mayor industrialización del
país. Alemán mantuvo estrechas relaciones con Estados Unidos. En 1947 el Banco
de Exportaciones e Importaciones prestó 50 millones de pesos para ser
invertidos en obras públicas y de desarrollo industrial. A finales de ese año
el gobierno mexicano anunció que las compañías petroleras británicas y
alemanas, demandantes de 250 millones de pesos por las propiedades expropiadas,
habían aceptado el pago de 21 millones. En 1948 el gobierno, esforzándose por
revertir el balance desfavorable del comercio, devaluó el peso. Las
importaciones no esenciales para el desarrollo industrial fueron restringidas
de manera notable. En marzo de 1949, por primera vez desde las expropiaciones
de 1938, se permitió a dos compañías petroleras estadounidenses realizar
perforaciones bajo la supervisión de PEMEX. En el mes de junio el gobierno
estabilizó el peso con la ayuda de préstamos por parte del Tesoro de Estados
Unidos y del Fondo Monetario Internacional. El 3 de julio de 1949 se celebraron
elecciones y el partido del gobierno, conocido ya entonces como Partido
Revolucionario Institucional (PRI), ganó por mayoría absoluta en la Cámara de
Diputados.
En 1950 la situación económica
mexicana mejoró considerablemente, a raíz del préstamo de 150 millones de pesos
que otorgó el Banco de Exportaciones e Importaciones para la financiación de
varios proyectos con el fin de mejorar el transporte, la agricultura y las
instalaciones generadoras de energía en el país. Al año siguiente, el problema
de los mexicanos que entraban de forma ilegal a Estados Unidos para tratar de
obtener un trabajo temporal en el campo, se convirtió en un asunto de gravedad
para los dos gobiernos. Los acuerdos oficiales entre México y Estados Unidos
dieron como resultado la entrada legal anualmente de un número determinado de
trabajadores. Sin embargo, aproximadamente un millón de personas cruzaban de
forma ilegal la frontera cada año. El problema se hizo aún más complicado al
demandar el gobierno mexicano el respeto a los derechos laborales de los
trabajadores emigrados, y el cese de la hostilidad de las organizaciones
agrícolas de ese país, que no aceptaban que los mexicanos estuvieran dispuestos
a trabajar a cualquier precio. En marzo de 1952 el Congreso de Estados Unidos
aprobó un proyecto de ley estableciendo el castigo por medio de multas y
encarcelamiento a aquellos que contrataran extranjeros que hubieran entrado al
país de forma ilegal.
El anterior secretario de Gobernación
(ministro del Interior), Adolfo Ruiz Cortines, candidato del PRI, fue elegido
presidente de México en 1952. Al año siguiente la legislatura ratificó una
reforma constitucional extendiendo el derecho al voto a la mujer. En 1958 Ruiz
Cortines fue sucedido por Adolfo López Mateos, quien antes había ocupado la
secretaría del Trabajo. Revirtiendo una tradición de silencio presidencial en
las relaciones con la Iglesia católica, López Mateos declaró que los logros de
las metas revolucionarias no deberían encontrar obstáculo alguno en la
religión. En 1962 se aprobó una reforma constitucional autorizando al gobierno
a promover negocios en los que se compartieran los beneficios con los
trabajadores. El descontento campesino se mostró por medio de huelgas de hambre
e invasiones ilegales a las grandes propiedades privadas. A principios de 1963
se formó la Central Campesina Independiente para competir con la Confederación
Nacional Campesina bajo el dominio del PRI. En el Congreso constitutivo los
oradores manifestaron que el país tenía todavía 3 millones de campesinos sin
tierra y que 9.600 individuos poseían 80 millones de ha de tierra, de las
cuales sólo 20,2 millones eran cultivadas.
8.11
|
Historia reciente
|
En la campaña presidencial de 1964 el
candidato del PRI, Gustavo Díaz Ordaz, hizo hincapié en la necesidad de aliviar
la situación de los campesinos sin recursos. Apoyado por la mayoría de los
partidos políticos, y en oposición al candidato del Partido Acción Nacional
(PAN), Díaz Ordaz fue elegido presidente el 5 de julio. México se negó a apoyar
la decisión de la Organización de Estados Americanos (OEA), acordada en julio
de 1964, de romper relaciones diplomáticas con Cuba; en la explicación se citó
una política de no intervención en los asuntos de otras naciones. Durante ese
año, Estados Unidos puso fin al acuerdo de entrada legal de trabajadores
temporales mexicanos en este país, eliminando de esta forma una importante
fuente de ingresos de dólares para México. La acción estadounidense más popular
fue la devolución a México del territorio de El Chamizal, en El Paso (Texas),
una extensión de casi 160 ha que quedó bajo jurisdicción mexicana por las
alteraciones en el curso del río Bravo o Grande del Norte.
En 1966 el presidente Díaz Ordaz
anunció la puesta en marcha de un programa de desarrollo y planificación
económica para cinco años. Durante ese mismo año, PEMEX comenzó a incrementar
el número de plantas petroquímicas en operación. En 1967, en un esfuerzo por
mejorar los lazos económicos regionales, el presidente mexicano visitó varios
países de América Central. Durante 1968 el gobierno tuvo que enfrentarse a
grandes manifestaciones estudiantiles que demandaban la no intervención en las
universidades por parte de los cuerpos policiales y el apoyo a la educación
superior popular. El 2 de octubre, durante una manifestación en la plaza de
Tlatelolco, situada en el centro histórico de la capital, el gobierno intentó
acallar el descontento social con una fuerte represión en la que murieron
numerosos estudiantes (véase Sucesos de Tlatelolco). Días después se
celebraban los Juegos Olímpicos de 1968, bajo la indignación de un importante
sector del país.
En 1970, Luis Echeverría Álvarez,
anterior secretario de Gobernación, alcanzaba la presidencia. Durante su
sexenio se llevó a cabo el crecimiento económico de forma más equilibrada, de
manera que todos los niveles de la sociedad mexicana se beneficiaran;
Echeverría adoptó medidas para reducir la influencia extranjera en la economía
e incrementar las exportaciones. Redujo los lazos con Estados Unidos y en su
lugar negoció acuerdos económicos con varias naciones de América Latina, Canadá
y la Comunidad Europea (actualmente Unión Europea). Del mismo modo, negoció un
acuerdo con el Consejo para la Ayuda Mutua Económica patrocinado por la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La economía mexicana creció a un
saludable ritmo anual del 6,3% durante el periodo de 1970 a 1974, pero ya en
1975 la tasa de crecimiento económico disminuyó marcadamente y la inflación
aumentó de manera sustancial. En un intento por reducir el déficit comercial
extranjero, el gobierno devaluó el peso en 1976 en más del 50%, estableciendo
una tasa cambiaria flotante. Un hecho potencialmente beneficioso para la
economía del país tuvo lugar en 1974 y 1975: el descubrimiento de extensos
yacimientos de petróleo crudo en los estados de Campeche, Chiapas, Tabasco y
Veracruz. Además, a finales de 1976 Echeverría decretó que unas 100.000 ha
de las mejores tierras agrícolas de los estados de Sonora y Sinaloa serían
expropiadas mediante el pago de indemnizaciones.
José López Portillo, candidato por el
PRI, fue elegido presidente en 1976. Había sido, entre otros cargos, secretario
de Hacienda y Crédito Público, por lo que llevó a cabo un programa de
austeridad económica después de la toma de poder en diciembre; llamó a los
trabajadores a reducir las demandas de salarios y a los empresarios a mantener
los precios y a incrementar los gastos de inversión. Los siguientes años se
registró una mejora considerable de la economía, a pesar de que la inflación se
mantenía alta. En política exterior, López Portillo intensificó los lazos con
Estados Unidos en 1977 y restableció las relaciones diplomáticas con España, interrumpidas
durante 38 años.
La producción de petróleo aumentó al
doble durante la segunda mitad de la década de 1970, lo que, combinado con un
considerable aumento de su precio, proporcionó a México una independencia más
significativa, especialmente en las relaciones con Estados Unidos. Sin embargo,
la baja de los precios del petróleo terminó con los planes de crecimiento,
limitándose su producción y exportación. Al término de su mandato, López
Portillo impuso la nacionalización de la banca y el control monetario.
Durante la década de 1980 el país
siguió una política de reafirmación dentro del continente. En 1982 Miguel de la
Madrid Hurtado fue elegido presidente para suceder a López Portillo. A mediados
de esta década, el acelerado aumento de la deuda extranjera, unida a la caída
de los precios del petróleo, había sumido al país en fuertes dificultades
financieras. En medio de informes sobre grandes irregularidades, el PRI reclamó
la victoria en las elecciones al Congreso en 1985. En septiembre de ese mismo
año un terremoto devastó la capital, en la que murieron posiblemente más de
20.000 personas y miles quedaron sin hogar, lo que agravó todavía más la
situación financiera del país. Carlos Salinas de Gortari, candidato del PRI,
fue elegido presidente en 1988, nuevamente en medio de grandes protestas por la
sospecha de posibles irregularidades en el proceso electoral. También en 1988
el huracán Gilberto devastó la península de Yucatán, cuyas pérdidas se
estimaron en 880 millones de pesos.
En 1989 el gobierno de Salinas
aceleró la privatización de las empresas del Estado y modificó las regulaciones
restrictivas del comercio e inversión para incentivar la inversión extranjera,
permitiendo incluso el control mayoritario de las empresas a los inversionistas
extranjeros. En octubre, Carlos Salinas y George Bush, reunidos en la ciudad de
Washington (Estados Unidos), firmaron lo que fue descrito como el acuerdo más
amplio de comercio e inversión concertado entre las dos naciones. En julio de
1992 se modificó la Constitución para reconocer la personalidad jurídica de la
Iglesia católica. En diciembre, los presidentes Salinas y Bush, junto con el
primer ministro de Canadá, Brian Mulroney, firmaron el Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLC). La legislatura mexicana ratificó el TLC en
1993 y el acuerdo entró en vigor el 1 de enero de 1994, creando la zona de
libre comercio más grande del mundo.
La creación de una zona de libre
comercio en América del Norte y la privatización de la industria estatal fueron
parte del plan del gobierno de Salinas para revitalizar la economía mexicana.
En 1993 el gobierno mexicano había vendido el 80% de sus industrias a
inversionistas privados en cerca de 21 billones de pesos y había reducido la
inflación del 150% al 10%. Sin embargo, esto no significó que se tomaran
medidas efectivas para reducir la enorme deuda extranjera.
El 1 de enero de 1994 un
grupo de indígenas, miembros del llamado Ejército Zapatista de Liberación
Nacional, EZLN, ocupó cuatro poblaciones del sur de México en el estado de
Chiapas. Sus demandas más urgentes eran la autonomía, la restitución de
tierras, el establecimiento de un régimen democrático, así como el
establecimiento de servicios de salud y educación para toda la población
indígena. El grupo se denominó “zapatista” en memoria del líder campesino
Emiliano Zapata. A pesar de que las tropas mexicanas recuperaron rápidamente el
territorio ocupado y se acordó el alto el fuego, el EZLN provocó una situación
que llevó a prolongados debates sobre las demandas formuladas.
En agosto de 1994 Ernesto Zedillo
Ponce de León ganó las elecciones presidenciales. Zedillo fue coordinador de la
campaña presidencial del candidato del PRI, Luis Donaldo Colosio Murrieta,
quien fue asesinado en marzo de 1994 durante un mitin de campaña en la ciudad
de Tijuana.
El presidente Zedillo se enfrentó casi de
inmediato con una de las peores crisis financieras de México, provocada por un
déficit de aproximadamente 30.000 millones de dólares en su cuenta corriente.
Se planeó un paquete de rescate internacional bajo la coordinación del
presidente estadounidense Bill Clinton, y Zedillo anunció medidas de austeridad
y la privatización de los bienes del Estado. Entretanto, el levantamiento del
sur de Chiapas, que continuaba bajo el liderazgo del subcomandante Marcos, puso
de manifiesto la precaria situación de los indígenas y forzó al gobierno a
prestar oídos a sus demandas. En 1996 la economía mexicana, sin haber sorteado
por completo la crisis iniciada en 1994, ofrecía síntomas de mejoramiento.
En las últimas elecciones legislativas
del 6 de julio de 1997, el PRI perdió la mayoría absoluta en la Cámara de
Diputados y los principales partidos de oposición, PAN y PRD, consolidaron su
presencia en el Congreso: el PRI alcanzó el 38% de los votos, el PAN el 26% y
el PRD el 25%. El presidente de la nación, Ernesto Zedillo, manifestó que “se
inicia en el país una nueva actitud política, cultura política y ética de
responsabilidad pública”. El PRI, después de decenas de años en el poder,
seguía desempeñando la presidencia de la República, y poseía la mayoría
absoluta en el Senado y en buena parte de los municipios más importantes del
país, pero a raíz de esa fecha hubo de comenzar a cohabitar, negociar y pactar
en el Congreso con los partidos de la oposición.
Sin embargo, el conflicto indígena no
cesa, sino que se agrava en la región de los Altos de Chiapas. El 22 de
diciembre de 1997 fueron asesinados 45 indígenas de la etnia tzotzil en Acteal,
municipio de Chenalhó, donde viven actualmente algunos de los miles de
desplazados de otras comunidades. La matanza, en su mayoría mujeres y niños,
provocó la dimisión del secretario de Gobernación (ministro del Interior),
Emilio Chuayffet, y la renuncia del gobernador del estado de Chiapas. El nuevo
secretario, Francisco Labastida, se enfrentó a una complicada situación en la
que se planteó como primera medida la posible desmilitarización de la zona.
Las elecciones celebradas en varios estados
a lo largo de 1998 y 1999 contradijeron el previsto declive del PRI. Labastida
se convirtió en noviembre de ese último año en el candidato presidencial del
PRI, al ganar las elecciones convocadas por primera vez por su partido para
dirimir quién se presentaría a los comicios presidenciales de la República. De
otro lado, en febrero de 2000, después de que los esfuerzos por hallar una
salida negociada a la huelga de estudiantes que mantenía paralizada a la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desde abril del año anterior se
mostraran inútiles, un contingente de 2.500 agentes de la Policía Federal
Preventiva entró por sorpresa en la UNAM y recuperó todas las instalaciones de
la misma, por orden del presidente Zedillo. La mayoría de alumnos, personal
docente e investigador y personal administrativo volvió el día 13 de ese mes a
sus actividades en la UNAM.
El 2 de julio de 2000
tuvieron lugar una serie de elecciones, entre las que destacaba la que debía
dirimir la presidencia de la República, que supusieron un vuelco histórico en
la estructura de poder mexicana. Vicente Fox Quesada, al frente de la Alianza
por el Cambio, integrada por el Partido de Acción Nacional (PAN) y el Partido
Verde Ecologista de México (PVEM), se impuso al candidato del PRI, Labastida, y
al representante de la Alianza por México, formada principalmente por el PRD y
el Partido del Trabajo, Cuauhtémoc Cárdenas. La derrota del PRI se completó en
los comicios legislativos del mismo día, que dieron asimismo el triunfo, en esa
ocasión por minoría simple, tanto en la Cámara de Diputados como en la de
Senadores a la coalición liderada por el PAN. Fox fue investido presidente el 1
de diciembre siguiente y de inmediato comenzó a aplicar su programa político.
En este sentido fueron significativas sus primeras actuaciones presidenciales:
la elevación al Congreso del Proyecto de Ley sobre Derechos y Cultura Indígenas
(aspiración zapatista ya recogida en los Acuerdos de San Andrés, firmados en
1996 por el gobierno de Zedillo y el EZLN) y el desmantelamiento de retenes
militares en el estado de Chiapas, ambas destinadas a reactivar el diálogo y el
proceso de paz con el EZLN. En este mismo sentido, un importante episodio
ocurrió en los primeros meses de 2001: el 24 de febrero, Marcos y otros 23
líderes zapatistas iniciaron en San Cristóbal de las Casas una marcha pacífica
hacia la ciudad de México, a la que llegaron el 11 de marzo tras haber
recorrido 12 estados. El día 28 de ese último mes, un miembro del EZLN defendió
en el Congreso la aprobación de una ley que reconociera los derechos y culturas
de los indígenas, y que concediera una amplia autonomía a las 57 etnias del
país. Finalmente, la Ley sobre Derechos y Cultura Indígenas aprobada durante
ese año fue considerada insuficiente por el EZLN y el Congreso Nacional
Indígena, pues limitaba el alcance del texto redactado en 1996 por la Comisión
de Concordia y Pacificación, en el marco de los Acuerdos de San Andrés.
Al margen de la cuestión indígena,
durante la primera mitad de su mandato Fox intentó abordar profundos cambios en
los ámbitos social y económico, promoviendo amplias reformas en los órdenes
laboral y fiscal. Pero los resultados no satisficieron a diversos sectores de
la sociedad mexicana, que los consideró, en la mayoría de los casos,
insuficientes. Por otra parte, la situación de minoría parlamentaria del PAN se
tradujo en que las iniciativas del ejecutivo sufrieran frecuentes detenciones,
o numerosas enmiendas, en el legislativo. Los resultados de las elecciones del
6 de julio de 2003, marcadas por un elevado índice de abstención, determinaron
que tal circunstancia se prolongara en el tiempo, ya que el PRI obtuvo 224
diputados en la Cámara de Diputados, por 153 del PAN y 95 del PRD.
En septiembre de ese año 2003, Fox
presentó ante la Cámara de Diputados su proyecto de reorganización del Estado.
Entre las medidas propuestas se hallaba la incorporación a la Constitución del
uso del referéndum y la iniciativa popular. Por lo que respecta a la política
exterior de Fox, es reseñable la determinación con que, en 2003, la diplomacia
mexicana adoptó ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas una posición
contraria a la intervención bélica estadounidense en Irak al margen de la
Organización de las Naciones Unidas (ONU). Por otra parte, las tradicionales
relaciones especiales mantenidas por México con el régimen cubano entraron en
crisis cuando Fox retiró al embajador mexicano de La Habana y expulsó al cubano
de México, en mayo de 2004; la causa fueron unas duras manifestaciones
efectuadas por Fidel Castro tras el voto de México contra su gobierno en la
Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
Las elecciones presidenciales celebradas el
2 de julio de 2006 se dilucidaron por un margen muy estrecho. Tras finalizar el
reñidísimo escrutinio, el Instituto Federal Electoral declaró ganador al
candidato del PAN, Felipe Calderón, al haber recabado el 35,89% de los votos.
Su gran rival, Andrés Manuel López Obrador, postulante de la Coalición Por el
Bien de Todos (integrada por el PRD; el Partido del Trabajo, PT; y el Partido
Convergencia, PC), obtuvo el 35,31%, y más lejos quedó el aspirante priísta,
Roberto Madrazo (22,3%). Poco después de que estos resultados se hicieran
oficiales, López Obrador anunció que los impugnaría. En los comicios
legislativos desarrollados ese mismo día, el PAN obtuvo 206 escaños en la
Cámara de Diputados; Por el Bien de Todos logró 160 (127 del PRD, 16 del PT y
17 del PC); y la Alianza por México, 121 (103 del PRI y 18 del Partido Verde
Ecologista de México). A partir de ese momento, México se vería sumido en una
doble crisis. Por un lado, la generada como consecuencia de una revuelta que
tuvo lugar en Oaxaca y cuya chispa inicial había sido una huelga de maestros.
Por otro, la derivada de la resistencia del PRD a reconocer la validez de los
resultados de las elecciones presidenciales, lo que no impidió que Calderón
tomara posesión de la jefatura del Estado, según lo previsto, el 1 de diciembre
de aquel año 2006.
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