Estado de bienestar,
proyecto y modelo de sociedad que constituye el principal punto programático de
gran número de ideologías y partidos políticos actuales. El concepto, surgido
en la segunda mitad del siglo XX, parte de la premisa de que el gobierno de un
Estado debe ejecutar determinadas políticas sociales que garanticen y aseguren
el ‘bienestar’ de los ciudadanos en determinados marcos como el de la sanidad,
la educación y, en general, todo el espectro posible de seguridad social. Estos
programas gubernamentales, financiados con los presupuestos estatales, deben
tener un carácter gratuito, en tanto que son posibles gracias a fondos procedentes
del erario público, sufragado a partir de los imposiciones fiscales con que el
Estado grava a los propios ciudadanos. En este sentido, el Estado de bienestar
no hace sino generar un proceso de redistribución de la riqueza, pues, en
principio, las clases inferiores de una sociedad son las más beneficiadas por
una cobertura social que no podrían alcanzar con sus propios ingresos.
En general, casi
todos los grupos políticos de las sociedades desarrolladas ejercitan políticas
tendentes a conseguir un cierto Estado de bienestar. Pese a ello, sí existen
diferencias entre las políticas que en este sentido aplican los partidos de
tendencia liberal más conservadora (que entienden el Estado de bienestar como
la garantía de que ningún individuo subsista por debajo de un mínimo umbral de
calidad de vida) y las formaciones socialistas o socialdemócratas (para las
cuales el Estado de bienestar significa la posibilidad de construir una
sociedad más justa y solidaria).
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