miércoles, 12 de septiembre de 2012

Países: Rusia



Rusia (nombre oficial, Rossijskaja Federačija, Federación Rusa), república que se extiende por Europa oriental y el norte de Asia, establecida en diciembre de 1991, en la que se integran 20 repúblicas federadas de base étnica, 10 circunscripciones autónomas (okrugs) de base étnica, 49 regiones administrativas (oblasts), una región autónoma de base étnica, seis territorios administrativos (krajs) y las ciudades de Moscú y San Petersburgo, que poseen rango federal. La actual Rusia fue en su día la República Socialista Soviética Federada de Rusia (RSSFR), integrada en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En términos de extensión geográfica, se trata del país más grande del mundo, con una superficie de 17.075.200 km², o lo que es lo mismo, más de una novena parte de la superficie del planeta. De norte a sur, abarca más de 4.000 km desde la frontera meridional, a lo largo de la cadena montañosa del Cáucaso, hasta las islas del Ártico, en el mar de Barents. De este a oeste, la distancia máxima es de casi 10.000 km, medidos desde la costa occidental del mar Báltico hasta la isla de Ratmánov (también conocida como Gran Diomedes), en el estrecho de Bering.
Por el norte, Rusia queda completamente rodeada por una serie de brazos del océano Glacial Ártico: los mares de Barents, Kara, Laptev, Siberia Oriental y Chukotka. Al este limita con varios brazos del océano Pacífico: el estrecho de Bering (que separa Rusia de Alaska), el mar de Bering, y por último los mares de Ojotsk y del Japón. Rusia tiene frontera con más países que ningún otro. El extremo suroccidental de Rusia linda con la zona nororiental de Corea del Norte. Al sur, limita con China, Mongolia, Kazajstán, Azerbaiyán, Georgia y el mar Negro; al suroeste, con Ucrania, al oeste con Polonia, Bielorrusia, Lituania, Letonia, Estonia, el golfo de Finlandia y Finlandia, y al noroeste con Noruega.
Las islas más importantes están localizadas en aguas del Ártico y del Pacífico. En el océano Glacial Ártico se encuentran la Tierra de Francisco José, formada por unas cien islas, y de oeste a este, las dos islas que constituyen el archipiélago de Nueva Zembla, la isla de Vaigach, el grupo de islas que recibe el nombre de Tierra del Norte, las islas de Nueva Siberia y la isla de Wrangel; además existen otras islas mucho más pequeñas. En el océano Pacífico están localizadas las islas Kuriles, que se extienden en forma de arco hacia el suroeste, desde el extremo meridional de la península rusa de Kamchatka hasta Japón y la gran isla de Sajalín, que separa los mares de Ojotsk y del Japón.
Rusia puede dividirse en tres vastas regiones geográficas: la Rusia europea, que abarca el territorio que se extiende al oeste de los montes Urales; Siberia, que desde los Urales se prolonga hasta casi el océano Pacífico; y el Extremo Oriente (o Rusia oriental), que engloba la parte más suroriental del país y la franja costera del Pacífico.
2
TERRITORIO Y RECURSOS
La mayor parte de Rusia se extiende al norte del paralelo 50. Los recursos agrícolas están condicionados por el clima y, en menor medida, por los suelos. No obstante, la inmensidad del territorio y sus diferentes formaciones geológicas aportan una fuente de recursos minerales única en el mundo.
2.1
Regiones fisiográficas
Rusia goza de una gran complejidad de estructuras geológicas y de conformaciones superficiales, desarrolladas en diferentes fases geológicas. El territorio puede dividirse en varias regiones fisiográficas: de este a oeste se encuentran la llanura europea; los montes Urales; los sistemas montañosos que se alinean a lo largo de la frontera sur; la llanura siberiana o tierras bajas de Siberia occidental; la meseta de Siberia central o tierras altas de Siberia central; y las tierras altas de Siberia oriental.
2.1.1
La llanura europea
La Rusia europea es en esencia una llanura ondulada con una altitud cuyo promedio es de 180 m. El terreno se ha formado por la acción de corrientes de agua, vientos y glaciares sobre estratos horizontales de rocas sedimentarias. En algunas regiones, las rocas sedimentarias más blandas han sufrido los efectos de la erosión, y el basamento rígido, formado a base de rocas ígneas y metamórficas, ha aflorado a la superficie; de todas estas áreas, la más destacada es la región noroccidental, cerca de la frontera con Finlandia. La topografía es, en general, bastante irregular en estas zonas de afloramiento, en especial en el norte, donde se alcanza una altitud máxima de 1.191 m en los montes Jibini, ubicados en el centro de la península de Kola, mientras que el relieve de la llanura europea es, con escasas excepciones, menos accidentado.
Las demás formas del relieve deben sus orígenes a la glaciación. Entre ellas están las extensas áreas pantanosas de las tierras bajas de Meshchera, al sureste de Moscú, a lo largo del río Oká; este territorio llano y mal drenado fue en su día un inmenso lago, cuando el hielo de los glaciares bloqueó las corrientes de agua que hoy lo drenan en parte. La última fase de la glaciación que tuvo lugar hace unos 10.000-12.000 años formó una morrena terminal que se extiende desde el este, en la frontera con Bielorrusia, hacia el norte de Moscú hasta alcanzar la orilla occidental del río Pechora. La región al norte de este límite está escasamente drenada y cuenta con numerosos pantanos y lagos.
2.1.2
Los Urales
La llanura europea termina al este, en los montes Urales, serie de cadenas montañosas muy desgastadas y de escasa incidencia topográfica. La elevación es de sólo 600 m de promedio, y el punto más alto está al norte, en el Narodnaia, con 1.894 m de altitud. No obstante, son de gran importancia ya que contienen una amplia variedad de yacimientos minerales que engloban desde los combustibles fósiles hasta las menas de hierro, los metales no ferrosos y los minerales no metálicos.
2.1.3
Las tierras bajas de Siberia occidental
Entre los Urales y el río Yeniséi se extienden las tierras bajas de Siberia occidental. Esta enorme extensión, extremadamente llana, está mal drenada y generalmente es muy pantanosa.
2.1.4
Las tierras altas de Siberia central
Al este del río Yeniséi, comienzan las tierras altas y onduladas de la plataforma de Siberia central; aquí las elevaciones oscilan entre los 500 y los 700 m sobre el nivel del mar. En todas estas comarcas, los ríos han desgastado y erosionado la superficie, y en algunos lugares han llegado a formar profundos cañones. La estructura geológica de la región es bastante compleja; el basamento de rocas ígneas y metamórficas en algunas regiones está cubierto por densas capas de rocas sedimentarias y lavas volcánicas. En esta área abundan los yacimientos minerales.
2.1.5
Las tierras altas de Siberia oriental
Al este del río Lena, la topografía está marcada por una serie de montañas y cuencas. Las cadenas montañosas más altas de la región como los montes Verjóiansk, Cherski y Kolima, no sobrepasan los 3.200 m de altitud máxima. Al este, hacia el océano Pacífico, las montañas son más altas y escarpadas y hay una constante actividad volcánica; en la península de Kamchatka hay 120 volcanes, veintitrés de los cuales están normalmente activos. El cono volcánico más alto es el Kliuchevskaia con 4.750 m. La cadena volcánica de Kamchatka continúa hacia las islas Kuriles, que contienen alrededor de un centenar de volcanes, treinta y cinco de los cuales están en activo.
2.1.6
Sistema montañoso meridional
La frontera meridional de la Rusia europea comprende la joven cordillera del Cáucaso de gran actividad sísmica, que se extiende entre el mar Negro y el Caspio. Esta cordillera abarca dos grandes cadenas de montañas con importantes plegamientos, divididas en toda su extensión por tierras bajas; la zona norte del Gran Cáucaso constituye la frontera meridional de Rusia. Este sistema montañoso es bastante complejo desde el punto de vista geológico; está constituido por rocas calizas y cristalinas con algunas formaciones de carácter volcánico. El Gran Cáucaso alcanza su cota más alta en el Elbrús (5.642 m), un volcán ya extinto y el pico más alto de Europa. Las otras cadenas montañosas se prolongan hacia el noreste a lo largo del límite meridional de Siberia central y oriental, hasta el océano Pacífico. Entre éstas destacan las cordilleras de Altái, Sayan, Yablonovi y Stanovói.
2.2
Costas, ríos, lagos y mares
Rusia tiene la línea de costa más larga del mundo; se extiende más de 32.180 km a lo largo de los océanos Glacial Ártico y Pacífico. Las costas del sur se prolongan a lo largo del mar Negro y del Caspio. Dado que en su mayor parte se localizan en aguas heladas durante muchos meses al año, el país cuenta con pocas salidas al mar en la estación invernal. A pesar de estas limitaciones, la flota pesquera y comercial faena por todas las aguas internacionales.
Los ríos más largos de Rusia se encuentran en Siberia y en la Rusia oriental. El mayor sistema fluvial es el Obi-Irtish; estos ríos atraviesan juntos unos 5.410 km, desde el norte de China occidental a través de Siberia occidental, hasta su desembocadura en el océano Glacial Ártico. El segundo sistema en longitud es el Amur-Shilka-Onon que, con un recorrido de 4.416 km, fluye a partir del norte de Mongolia hacia el este, a lo largo de la frontera chino-siberiana hasta desembocar en el océano Pacífico. El río más largo es el Lena con un recorrido de 4.400 km desde el norte a través de Siberia y Rusia oriental, hasta su desembocadura en el océano Glacial Ártico; le sigue en longitud el Irtish, con 4.248 km; el tercero, siempre en longitud, es el Yeniséi, con 4.090 m, que fluye hacia el norte desde Mongolia, atravesando Siberia oriental hasta alcanzar el océano Glacial Ártico; su afluente más importante es el río Angará, emisario del lago Baikal que comunica su gran caudal con un sistema de corrientes menores; el río Yeniséi aporta 623 km3 de agua al año al océano Glacial Ártico; le siguen otros tres ríos asiáticos, el Lena, el Obi y el Amur, y uno europeo, el Volga; el resto tiene caudales de menor volumen. El cuarto es el Volga, con una longitud total de 3.700 km, lo que lo convierte en el río más largo de Europa. Junto a él, sus dos afluentes principales, los ríos Kama y Oká, drenan una gran parte del sureste de la llanura europea oriental, hasta el mar Caspio.
Aparte de estos ríos, hay otras importantes corrientes de agua que, además de servir como vías fluviales de transporte, son fuentes generadoras de electricidad para las áreas más densamente pobladas, o fluyen a través de áridas regiones donde el regadío es esencial para la agricultura. El más destacado de estos ríos es el Don, localizado en la populosa llanura europea meridional, que drena la parte sur hasta el mar Negro y el mar de Azov. En la llanura europea noroccidental, los ríos Narva y Daugava fluyen hacia el noroeste hasta el mar Báltico; el Dvina Septentrional, el Mezen y el Onega desembocan en el mar Blanco, mientras que el Pechora lo hace en el mar de Barents. En la llanura norcaucásica, las dos corrientes de agua más importantes para el regadío son el Kuban, que fluye al oeste hasta el mar de Azov, y el Terek, que recorre la zona oriental hasta el Caspio.
El gobierno soviético desarrolló un importante plan de construcción de presas para generar energía eléctrica, implantar sistemas de regadío, controlar las inundaciones y hacer que los ríos fueran navegables, lo que ha provocado que algunas de las cuencas de estos ríos hayan sido totalmente transformadas por la creación de una serie de enormes embalses. Las construcciones de mayor magnitud se han llevado a cabo en el sistema Volga-Kama, en el río Don, en la llanura europea, y en el curso superior de los sistemas del Yeniséi-Angará y del Obi-Irtish en Siberia.
En Rusia hay muchos lagos naturales, sobre todo en la parte noroccidental del país que fue ocupada por los glaciares. No obstante, el mar Caspio, al sur, tiene la mayor superficie (unos 371.000 km², superior a la de cualquier otro lago del mundo). A pesar de que se le conoce como mar, se trata en realidad de un lago salado que ocupa una depresión del terreno; los ríos vierten en él sus caudales, pero como consecuencia de la sequedad del clima, esta profunda cuenca nunca se llena totalmente de agua, con lo que no termina de verter en el mar; el agua se evapora y ello hace que se acumule sal. El segundo en dimensión es el lago Baikal, con una superficie total de 31.500 km². Es el lago de agua dulce más profundo y de mayor capacidad del mundo, con una profundidad máxima de 1.637 m y un volumen de agua de unos 23.000 km3 —se ha estimado que este lago contiene aproximadamente una quinta parte del agua dulce del planeta. Los otros dos lagos más extensos son el Ladoga y el Onega, ambos localizados al noroeste de la Rusia europea; son lagos de agua dulce de origen glaciar con salida al golfo de Finlandia.
2.3
Clima
Las severas condiciones climáticas de Rusia son claro reflejo de su elevada latitud y de la ausencia de influencias marítimas moderadoras del tiempo. Los inviernos son largos y fríos, y los veranos, cortos y relativamente frescos. Las altas montañas que se localizan a lo largo del límite meridional de Rusia y Asia central no permiten la entrada de las masas de aire procedentes del trópico. Durante la estación invernal, el océano Glacial Ártico está helado hasta la altura de la costa y actúa más como una cubierta continental helada. Dado que el territorio se extiende en el cinturón de vientos del oeste, la influencia cálida del océano Pacífico apenas se deja notar en el interior. Esto ocurre de forma especial durante el invierno, cuando un núcleo de altas presiones localizado en Mongolia se extiende sobre Siberia y Rusia oriental.
La principal influencia marina procede del océano Atlántico, en el oeste, pero antes de que esta corriente llegue a Rusia, ya ha cruzado la totalidad de la parte occidental de Europa, lo cual modifica considerablemente sus efectos moderadores. Penetra en el continente más fácilmente durante el verano, cuando un sistema de bajas presiones está ubicado en el oeste de Europa; en ese momento el aire cálido y húmedo del Atlántico se desplaza hacia el este, hasta Siberia central. Es, pues, la principal masa de aire húmedo que llega a Rusia, y, consecuentemente, la casi totalidad del territorio recibe un buen aporte de precipitaciones estivales, muy beneficiosas para el sector agrícola, ya que, en la mayor parte de las regiones más productivas, el aporte de humedad es bastante escaso. No obstante, la aparición de las lluvias durante el verano no es siempre positiva; a veces, al principio del verano se producen sequías, mientras que, durante el resto de la época estival, se soportan lluvias que arruinan las cosechas, sobre todo en la región más oriental, con la afluencia de aire monzónico procedente del Pacífico. En las regiones septentrionales, especialmente hacia el norte de Moscú, son frecuentes los cielos constantemente cubiertos, particularmente durante el invierno, fenómeno que los rusos han denominado pasmurno, que podría traducirse como ‘tiempo triste y gris’. Como ejemplo de ello, de los treinta y un días del mes de diciembre, Moscú mantiene un promedio de veintitrés días de cielo completamente cubierto.
Las precipitaciones anuales en casi todas las regiones del país son muy escasas. Dado que la mayor parte de las veces el aire es frío, hay pocas posibilidades de que éste pueda llevar agua evaporada. En la llanura europea, el promedio anual de precipitaciones desciende desde algo más de 800 mm en el oeste de Rusia, hasta menos de 400 mm a lo largo de la costa del mar Caspio. En toda Siberia y en la región más oriental, el índice anual de precipitaciones oscila entre los 500 y los 800 mm; en las mayores elevaciones el total anual puede llegar a alcanzar los 1.000 mm o incluso más, mientras que en las cuencas interiores apenas sobrepasa los 300 mm anuales.
El clima de Rusia se caracteriza por sus temperaturas extremas. Las temperaturas más bajas del invierno se dan en Siberia oriental, pero en el oeste, el aire procedente del Atlántico modera en cierta medida estas rigurosas condiciones climáticas. Verjóiansk, en el extremo nororiental de Siberia, es conocida como el “polo frío del mundo”: en enero la temperatura alcanza un promedio de -48,9 ºC, aunque se han obtenido mínimas de -68 °C. A pesar de que las temperaturas absolutas durante el invierno son algo más altas a lo largo de las costas del Ártico y del Pacífico, los vientos son fuertes, y se han llegado a registrar temperaturas con viento helado de -50 ºC, en zonas de la costa ártica. Las mismas condiciones que provocan estas bajas temperaturas en invierno a lo largo del noreste del país —motivadas entre otras razones por la lejanía del mar y por los estrechos valles intramontanos— producen el estancamiento del aire en verano, que se calienta debido a la casi constante presencia de luz solar característica de estas latitudes en verano, característicos de estas elevadas latitudes. Durante el mes de julio, la temperatura media en Verjóiansk es de 15 ºC, aunque se han alcanzado máximas de 35 ºC; la ciudad cuenta con una amplitud térmica absoluta de 103 ºC aproximadamente, el mayor intervalo de temperaturas del mundo.
El territorio ruso abarca distintas zonas climáticas que, por norma general, se extienden a lo largo del país a modo de cinturones en sentido latitudinal. En la costa ártica, prevalece el clima de tundra que se extiende hacia el sur en las regiones más orientales y en las vertientes más altas. Al sur de esta zona, existe un ancho cinturón de clima subártico que avanza hacia el sur, hasta la ciudad de San Petersburgo, y se ensancha en el este de los Urales para envolver casi toda Siberia, incluida la mayor parte de la región llamada Extremo Oriente ruso, que se extiende a lo largo de la costa del Pacífico. Casi toda la Rusia europea está bajo la influencia de un clima continental más moderado; este cinturón es más ancho al oeste y se extiende desde el mar Báltico hasta el mar Negro, donde tiende a estrecharse hacia el este para englobar una limitada banda de las tierras bajas meridionales de Siberia occidental; también se encuentra este tipo de clima en el sector suroriental del Extremo Oriente ruso. Moscú, que está localizada en la zona de clima continental, tiene una temperatura cuyo promedio es en enero de -13 ºC y de 18 ºC en julio. En Vladivostok (en la parte suroriental de Rusia), estas temperaturas son de -14 ºC en el mes de enero y de 19 ºC en julio.
El ancho cinturón de clima seco de estepa caracterizado por sus fríos inviernos se inicia en el mar Negro para luego extenderse hacia el noreste por la llanura al norte del Cáucaso, el valle del Volga, el sur de los Urales y la parte suroccidental de Siberia; continúa después hacia el este, englobando cuencas aisladas en los márgenes de Siberia.
2.4
Vegetación y suelos
La vegetación y los suelos de Rusia guardan relación con las diferentes zonas climáticas del país. Al norte se extiende la tundra, con musgos, líquenes y abedules enanos, pues los veranos son demasiado fríos para que crezcan los árboles. El permafrost o suelo permanentemente helado, es característico de esta región. Incluso durante el verano la tierra continúa helada, con la sola excepción de una fina capa de suelo, que sustenta las escasas plantas de la zona.
Los bosques cubren el 47% del suelo ruso, la mayor parte pertenecen a la zona asiática. En conjunto, el territorio forestal ruso constituye alrededor de una cuarta parte de los bosques mundiales. Esta zona forestal se divide en el bosque boreal o taiga en las zonas septentrionales y un área mucho más pequeña ocupada por el bosque mixto.
La taiga se localiza al sur de la tundra y ocupa dos quintas partes del norte de la Rusia europea, aunque se extiende hacia Siberia y Rusia oriental; casi toda esta región está también bajo los efectos del permafrost. La zona de la taiga está ocupada mayoritariamente por coníferas, aunque en algunas regiones hay árboles de hoja pequeña como el abedul, el álamo blanco, el álamo temblón y el sauce. En el extremo noroccidental de la zona europea, prevalece la taiga dominada por distintas variedades de pinos, aunque abetos y abedules también se hallan presentes. Hacia el este, en la vertiente occidental de los Urales, aún crecen los pinos, pero los abetos aparecen como la especie dominante, mientras que en otras regiones, el abedul es casi la única especie existente. La taiga de las tierras bajas de Siberia occidental está formada por varias especies de pinos, aunque en las márgenes de los bosques predomina el abedul. Por otro lado, en la mayor parte de las tierras bajas de Siberia central domina el alerce, una conífera de hoja caduca.
En toda la zona de taiga, los árboles son por norma general pequeños y están bastante espaciados. Una considerable porción de suelo está completamente desprovista de árboles, principalmente por el drenaje deficiente de las aguas; en estas regiones la cubierta vegetal está formada por arbustos y hierbas propias de áreas cenagosas. Los suelos de la taiga son ultisoles ácidos y estériles, lixiviados de sus minerales.
El bosque mixto, formado tanto por coníferas como por árboles de hoja caduca ancha, ocupa la parte central de la llanura oriental europea, desde San Petersburgo al norte, hasta la frontera con Ucrania al sur. Este bosque está dominado por coníferas de hoja perenne al norte y por árboles de hoja ancha al sur. Las especies predominantes de hoja ancha son el roble, el haya, el arce y el carpe. En casi toda la región sur de la Rusia oriental, a lo largo del valle medio del río Amur y del valle del río Ussuri, predomina un bosque similar al anterior, con sólo algunas especies distintivas. Los suelos pardos son característicos de estos bosques; al contrario que los suelos de la taiga, éstos no son tan estériles, incluso pueden llegar a ser muy productivos con la utilización de métodos adecuados de cultivo y un abonado intensivo.
Al sur, el bosque mixto se convierte en una franja estrecha de estepa forestal, antes de pasar a la zona de estepa propiamente dicha. Aunque hoy estas estepas forestales están cultivadas, este tipo de bosque cuenta con una vegetación natural de pradera, en la que se encuentran representadas las diferentes especies arbóreas. Con un promedio de unos 150 km de ancho, esta zona se extiende hacia el este a través del valle medio del río Volga y de la parte sur de los montes Urales, hasta las zonas más meridionales de las tierras bajas de Siberia occidental. Este tipo de áreas aisladas aparece también en las cuencas de las montañas de Siberia oriental.
La auténtica estepa es una mezcla de herbazales con árboles poco desarrollados en los valles; constituye la vegetación propia de una región que engloba la mitad occidental de la llanura norcaucásica y una franja que se extiende al este, a través del valle meridional del Volga, sur de los Urales y algunas zonas de Siberia occidental. Al igual que la estepa forestal es una zona cultivable.
Ambas cuentan con suelos fértiles y forman en conjunto la región conocida como el cinturón de suelos negros o chernozioms: son el corazón del sector agrícola de Rusia. La estepa forestal tiene suelos negros, ricos en humus y con un alto contenido en sales minerales, que los hacen aptos para casi todo tipo de cultivos; cuenta además con un mayor aporte de humedad durante la época de crecimiento de los cultivos, y por lo tanto, es la mejor zona agraria de Rusia. Los suelos de la estepa no son tan ricos en humus como los del norte, pero tienen también un alto contenido en sales minerales.
2.5
Fauna
La fauna es abundante y variada en toda Rusia. La vida salvaje de la tundra a lo largo de la costa ártica, de la costa septentrional del Pacífico y de las islas cercanas a la costa, es muy diversa y comprende osos polares, focas, morsas, zorros polares, renos y liebres blancas. La avifauna está formada por la perdiz blanca, el búho blanco, la gaviota y el pájaro bobo. Con la llegada del verano, gansos, cisnes y patos emigran a estas regiones, que en esta época del año están infestadas de mosquitos, jejenes y otros insectos. Los ríos son ricos en peces. La taiga ofrece un importante hábitat al alce, oso pardo, reno, lince, a la marta cibelina y a una gran variedad de aves como el búho y el ruiseñor. En los pantanos habitan la rata almizclera del Canadá y la ardilla; la primera es hoy principal fuente de comercio de pieles furtivas. Los bosques de árboles de hoja ancha dan cobijo a jabalíes, ciervos, lobos, zorros, visones y a una gran variedad de aves, serpientes, lagartos y tortugas. Los bosques de la Rusia oriental son conocidos por la presencia, entre otras especies, de los famosos tigres del Ussuri, además de leopardos, zorros y ciervos. En la estepa habitan roedores como marmotas y hámsters, aunque este tipo de hábitat también alberga cuadrúpedos como el antílope de la estepa; el turón y el zorro tártaro son los animales de rapiña más comunes de la zona. Entre la avifauna se encuentran la grulla, el águila y el cernícalo. La región del Cáucaso tiene una vida salvaje particularmente importante; abunda la cabra montés, la gamuza, el ciervo caucásico, el jabalí, el puerco espín, el leopardo, la hiena, el chacal, la ardilla, el oso y alguna variedad de galliformes, como el gallo lira, el pavo y la perdiz; los reptiles y los anfibios son también numerosos.
2.6
Recursos minerales
Rusia tiene las reservas minerales más grandes del mundo y es especialmente rica en combustibles fósiles. Según estimaciones, el país cuenta con un tercio de las reservas conocidas de carbón y probablemente cuente también con la mayor del petróleo. Los yacimientos carboníferos se distribuyen a lo largo de todo el país; los más importantes se localizan en Siberia y en Rusia oriental, pero los más explotados se encuentran en Siberia occidental, en la región europea nororiental, en la región de Moscú y en los Urales. Los yacimientos de petróleo más importantes se ubican en Siberia occidental y en la región del Volga-Ural; otros más pequeños se reparten por diversas regiones del país. El gas natural se encuentra principalmente en la costa ártica de Siberia, la región septentrional del Cáucaso, la república autónoma de Komi y la Rusia europea nororiental. Las reservas más importantes de mena de hierro están en la zona de anomalía magnética de Kursk, a mitad de camino entre Moscú y Ucrania; otros menores están repartidos por todo el país. Rusia es también el primer país en la explotación de metales no ferrosos, a excepción del aluminio. En los Urales hay importantes yacimientos de manganeso. Otros metales que se utilizan en aleación con el hierro —como níquel, tungsteno, cobalto y molibdeno— se producen en cantidades significativas.
En la década de 1980 la antigua URSS sólo cubría el 60% de las necesidades de explotación interna de minerales. Las escasas menas de aluminio se localizan fundamentalmente en los Urales, en la Rusia europea noroccidental y en el sureste de Siberia. Sin embargo, el cobre es abundante y las principales reservas se encuentran en los Urales, en el área de Norilsk, al este de Siberia, y en la península de Kola. La gran explotación cuprífera situada al este del lago Baikal se tornó comercialmente viable cuando se terminó la construcción del ferrocarril Baikal-Amur en 1984.
Las menas de plomo y cinc son especialmente abundantes (a menudo se encuentran asociadas al cobre, oro, plata y otros metales) en el norte del Cáucaso, en Rusia oriental y en el oeste de la cuenca carbonífera de Kuznetsk, en Siberia. Rusia posee una de las mayores reservas de oro del mundo, sobre todo en Rusia oriental, Siberia y los Urales. En Chukot, okrug autónomo situado en el sector más nororiental de Rusia, se ha encontrado mercurio. Hay también amianto en los Urales centrales y meridionales y en el este de Siberia.
Son igualmente abundantes las materias primas para la industria química; hay yacimientos de sal de manganeso y potasio en el distrito del río Kama, al oeste de los Urales. Algunas de las mayores reservas del mundo de apatito (mineral del que se obtienen los abonos fosfatados) se localizan en el centro de la península de Kola, mientras que otras menas de fosfatos están repartidas por todo el país. La sal gema se encuentra en los Urales suroccidentales y al suroeste del lago Baikal. Los depósitos superficiales de sal proceden de los lagos salados que existen a lo largo del valle inferior del Volga. En los Urales hay también azufre. La caliza utilizada para producir cemento se encuentra en muchas regiones del país, pero especialmente cerca de Belgorod, en la Rusia europea, y en las montañas Zhiguli del valle medio del Volga.
2.7
Temas medioambientales
Rusia es muy rica en recursos naturales, pero presenta numerosos problemas medioambientales. Grandes zonas agrícolas del país se encuentran en condiciones críticas a causa de la excesiva irrigación, la erosión y la contaminación industrial. Los residuos y vertidos nucleares también provocan serios problemas de salud y medioambientales en algunas partes del país. Las industrias pesadas y las minas, así como la dependencia rusa del carbón para la producción de electricidad, contribuyen a la contaminación de muchos ríos, del aire que se respira en las ciudades y del suelo. Los cambios en el consumo de combustible, junto con el aumento de la utilización del gas natural, han supuesto ciertas mejoras.
Aunque casi la mitad del país está cubierta por bosques, la deforestación constituye una amenaza en algunas zonas del país. Las actuales reformas pretenden fomentar la inversión para preservar el medio ambiente, con la difusión de tecnologías más seguras y la elaboración de planes de protección medioambiental.
3
POBLACIÓN
Con una población en 2008 de 140.702.090 habitantes, Rusia es (después de China, India, Estados Unidos, Indonesia y Brasil) el sexto país más poblado del mundo. No obstante, tanto en el periodo 1995–2005 como en 2008 el crecimiento de la población fue negativo: -3,4% y -0,47%, respectivamente. En el país coexiste una de las mayores variedades de nacionalidades y grupos étnicos del mundo, muchos de los cuales tienen sus propias áreas administrativas.
3.1
Características de la población
La densidad de población de Rusia en 2008 era de unos 8 hab/km², aunque su distribución es bastante desigual. La mayor densidad de un área en concreto obedece al potencial agrícola de la tierra, y a los núcleos de población que se concentran en torno a los centros mineros e industriales. La mayor parte de la población se localiza en el llamado “triángulo fértil” cuya base se extiende a lo largo de la frontera occidental, entre el mar Báltico y el mar Negro, continuando hacia el este a través del sur de los Urales, hasta el suroeste de Siberia. Aunque la mayoría de los habitantes siguen estando concentrados en la Rusia europea, se ha producido una emigración sustancial a partir de la II Guerra Mundial (1939-1945), apoyada en todo momento por el gobierno soviético, hacia el sur y el este de Siberia.
En la mayor parte de las zonas rurales de la Rusia europea la densidad de población es de 25 hab/km2; las mayores concentraciones se dan en áreas como el oblast de Moscú. Por otro lado, algo más de un tercio del territorio nacional cuenta con menos de 1 hab/km2, en especial la parte septentrional de la Rusia europea y grandes áreas de Siberia.
Más de cien nacionalidades conviven en Rusia, que se convierte así en uno de los mayores estados multiétnicos y plurinacionales del mundo, aunque los rusos constituyen la nacionalidad predominante. En 1991, la población no rusa suponía el 18%; las minorías más destacadas son los tártaros (con el 3,8% del total) y los ucranianos (3%). Otras minorías étnicas (cuyo porcentaje apenas supera el 1% del total de la población) están formadas por bielorrusos, germanos, chuvashios, bashkirios y judíos. El país cuenta con 32 divisiones étnicas repartidas por todo el territorio.
3.2
Ciudades principales
Un 73% de la población de Rusia vive en las áreas urbanas a pesar de los intentos, durante el periodo soviético, de limitar la concentración de población en los centros urbanos. Hay trece ciudades con más de un millón de habitantes; la mayoría de estos centros urbanos se localizan en la Rusia europea. La ciudad más grande es Moscú, la capital, que cuenta con una población de 10.469.000 habitantes (2003); San Petersburgo , ubicada en el golfo de Finlandia, que fue la capital nacional de 1721 a 1918 y es un importante centro industrial y portuario con una población de 4.596.000 habitantes; la tercera ciudad es Nizni Nóvgorod, el mayor núcleo urbano junto al río Volga e importante centro de construcción naval y de automoción, con una población estimada de 1.370.200 habitantes. A continuación le siguen Yekaterinburg, la mayor ciudad de los Urales, con una población de 1.304.251 habitantes, y Samara, destacado centro comercial de la región del Volga medio y principal centro de refino de petróleo de la región del Volga-Urales; cuenta con 1.133.418 habitantes.
Entre las ciudades con más de un millón de habitantes están: Omsk, segunda ciudad más grande de Siberia occidental y principal centro petroquímico del país; Chelíabinsk, segundo centro urbano de los Urales; Kazán, capital de la república tártara localizada a lo largo del curso medio del Volga; Perm, que es el centro industrial de mayor envergadura de la región del río Kama, al oeste de los Urales; Ufá, importante centro petroquímico del sur de los Urales; Rostov del Don, centro comercial, industrial y de transportes localizado en la Rusia europea en el tramo inferior del río Don; y por último Volgogrado, que es un importante centro de producción de maquinaria y otras actividades industriales y que se encuentra en el curso bajo del Volga.
3.3
Lenguas oficiales y habladas
En Rusia se hablan más de cien lenguas y algunas repúblicas han declarado sus propias lenguas locales como oficiales. No obstante, la lengua rusa es la que más se habla en el sector de los negocios, la administración y la educación. Los rusos hablan su lengua nativa de modo exclusivo (sólo un 4,1% en 1989 hablaba otras lenguas de la antigua URSS, mientras que la mayoría de los grupos étnicos son bilingües) e incluso millones de ellos han adoptado el ruso como lengua madre. Entre la población bilingüe están los ingushes (o ingushetios), el 80% de los cuales también hablaba el ruso en 1989. El gobierno de la antigua URSS alentó a los grupos étnicos minoritarios a que desarrollaran su propio alfabeto y vocabulario; sin embargo, a través de las políticas educativas, el mismo gobierno aseguró la utilización mayoritaria del ruso.
3.4
Religión
La práctica de la religión ha estado controlada por el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), siendo incluso perseguida durante casi siete décadas; ello ha provocado la aparición de numerosos credos, sectas y confesiones religiosas desde la disolución de la URSS. Los misioneros y otros proselitistas han conseguido la introducción en Rusia de una amplia variedad de credos religiosos y nuevas filosofías de vida. El restablecimiento de la religión como tal ha motivado el resurgimiento de las religiones tradicionales, en particular la de los cristianos ortodoxos junto con otras formas de cristianismo, islamismo, budismo y judaísmo. Los musulmanes y budistas residen en áreas específicas: los primeros se concentran en las repúblicas del norte del Cáucaso y la región del Volga medio, mientras que los budistas se aglutinan en la República de los Calmucos, en la costa noroccidental del mar Caspio. En contraste, los judíos y los cristianos no ortodoxos están dispersados por todo el territorio nacional.
La fe ortodoxa (véase Iglesia ortodoxa) fue adoptada en el siglo X por los eslavos del este gracias a la actividad de misioneros procedentes del vecino Imperio bizantino y es la práctica religiosa mayoritaria del país. Alrededor de 37 millones de personas (esto es, una cuarta parte de la población) profesaban la religión ortodoxa a principios de la década de 1990. Los no creyentes ven con respeto una Iglesia que es símbolo de la herencia y cultura rusas. Los días de fiesta ortodoxos están regulados por el gobierno y los mismos dirigentes políticos participan en las fiestas eclesiásticas. Durante su presidencia, Borís Yeltsin se reunió en repetidas ocasiones con el patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Alexei II, cabeza de la Iglesia ortodoxa rusa, la cual conserva un papel importante en la sociedad postsoviética a pesar de estar dividida: una facción antisemita, de gran repercusión nacional y muy intolerante, está en oposición a todas las otras facciones más tolerantes, orientadas hacia propósitos ecuménicos extensibles a todo el mundo. Los puntos de controversia a los que ha tenido que hacer frente a la Iglesia ortodoxa rusa son la resurrección de la Iglesia uniata de Ucrania, que adopta los mismos ritos ortodoxos pero reconoce la supremacía del Papa de la Iglesia católica, y el establecimiento de iglesias ortodoxas independientes en las antiguas repúblicas soviéticas.
4
EDUCACIÓN Y CULTURA
La educación e instituciones culturales en Rusia han estado restringidas y supervisadas exclusivamente por el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) durante casi siete décadas, momento a partir del cual consiguieron una mayor libertad, en particular, bajo la política de glasnost (en ruso, ‘transparencia’) del dirigente soviético Mijaíl Gorbachov (1985-1991). Esta liberalización se aceleró tras la caída del PCUS y la disolución de la URSS; desaparecieron las imposiciones ideológicas y en las escuelas públicas se desarrollaron y promovieron nuevos métodos de enseñanza, a la vez que se establecieron escuelas privadas y desaparecieron las prohibiciones de carácter antirreligioso o de expresión artística. No obstante, con la disolución de la URSS, las instituciones educativas y culturales sufrieron el peso de los problemas financieros que la política monetaria gubernamental no pudo amortiguar. Para conseguir su financiación, muchos de los museos y centros culturales emprendieron actividades comerciales.
4.1
Educación
Rusia ha heredado del periodo soviético un sistema educativo de importante desarrollo. Las autoridades soviéticas establecieron una extensa red de instituciones para los niveles de preescolar, enseñanza primaria, secundaria o media y de enseñanza superior, además de proporcionar una educación continuada de carácter gratuito para adultos. Los niños entran en la escuela con 6 años, iniciando un periodo que dura cuatro años; la educación intermedia comienza en el quinto curso y continúa hasta el noveno; después, los niños entran en escuelas superiores o en institutos de formación profesional o técnica donde realizan periodos de prácticas. En el curso 2000 se matricularon 5.702.348 alumnos en enseñanza primaria.
Tanto las guarderías y jardines de infancia como las escuelas infantiles están muy bien dotadas. En 1989, casi el 70% de los niños en edad preescolar, es decir menores de 6 años, pasaron por una de estas instituciones estatales, lo que supone una de las mayores proporciones en relación a otras repúblicas de la antigua Unión Soviética. El país cuenta también con un gran número de orfanatos (alrededor de un millar, que equivalen al 70% del total de las antiguas repúblicas soviéticas).
El sistema especial de educación secundaria o media está también muy desarrollado. En 1989 Rusia contaba con 2.595 instituciones especializadas en este tipo de educación, lo que equivalía al 57% del total de las antiguas repúblicas soviéticas. La tasa de escolarización en 2002–2003 fue de un 95%.
Las escuelas de enseñanza media e institutos especializados forman tanto a profesionales como a trabajadores semicualificados: técnicos, enfermeros, maestros de educación primaria y otros especialistas que normalmente actúan como asistentes de profesionales titulados por las instituciones de enseñanza superior. Los programas de este tipo de escuelas duran más de cuatro años y los alumnos graduados reciben el equivalente a una educación media, además de estar especializados en materias técnicas. Las escuelas de formación profesional imparten programas de uno a tres años en la enseñanza de disciplinas total o parcialmente especializadas; así los estudiantes pueden completar una educación media a la vez que obtienen una formación profesional.
En 2002–2003 Rusia contaba con instituciones de educación superior con un número de estudiantes que suponía el 69% del total de la población en edad superior a los 15 años. Las universidades sólo suponen una pequeña proporción de estas instituciones, ya que la inmensa mayoría son institutos especializados en formación profesional. Un elevado porcentaje de estudiantes completa cursos a distancia o acuden a las clases sólo a tiempo parcial. La enseñanza ha sido siempre gratuita, incluso los estudiantes reciben un salario mensual, pero algunos centros universitarios están hoy proyectando el cobro de las inscripciones. Las universidades más importantes del país son la Universidad estatal M.V Lomonósov (1755) en Moscú, la Universidad estatal de San Petersburgo (1819), la Universidad estatal de Kazán (1804) y la Universidad estatal de Novosibirsk (1959). Otras universidades importantes son las de Rostov del Don, Nizni Nóvgorod, Tomsk, Vladivostok y Vorónezh. Aparte de estas universidades e institutos, entre las más importantes instituciones culturales figura la Academia de Ciencias Rusa, que es una de las primeras organizaciones mundiales dedicadas a la investigación.
Para graduarse en las instituciones de enseñanza superior es necesario aprobar cuatro o cinco cursos lectivos, tras lo cual los estudiantes pueden acceder a cursos especiales para graduados que duran de uno a tres años. Los alumnos ya graduados que aprueban todos los cursos y los correspondientes exámenes, y han llevado a cabo la lectura de sus tesis, reciben el título de candidato en ciencias, equivalente al de doctor en Estados Unidos. Hay, no obstante, un título superior, el de doctor en ciencias, otorgado sólo a personas con varios años en el ejercicio de su carrera y que han contribuido al progreso de sus disciplinas.
4.2
Instituciones culturales
Todos los éxitos en literatura, música, ballet y teatro se representan en las distintas instituciones culturales. Rusia cuenta con un gran número de museos de todo tipo, entre los que se encuentran museos al aire libre bien conservados. La mayor parte de estas instituciones están reunidas en Moscú y San Petersburgo; aquí está el Museo del Ermitage, de gran fama por ser una de las mejores pinacotecas del mundo. Moscú es sede del Museo de Armas ubicado en el Kremlin, la Galería Tretyakov, que reúne una importante colección de arte ruso, el Museo estatal Pushkin de Bellas Artes, el Museo de Arte Tradicional, el Museo Central y el Museo de la Revolución, además de otros muchos, con colecciones más especializadas. La colección permanente de las actividades económicas nacionales en Moscú ofrece una gran panorámica de los logros contemporáneos en disciplinas tan variadas como ciencia, industria y agricultura. Al noreste de Moscú hay un conjunto de seis viejos kremlims (ciudadelas) que se utilizaron como sedes de gobierno de las ciudades-estado durante la edad media. Estas villas se han restaurado como parte de un circuito turístico conocido como el “anillo dorado”.
Rusia cuenta con miles de bibliotecas de distintas especialidades. De entre ellas, la más conocida es la Biblioteca Estatal de Rusia, ubicada en Moscú, que alberga más de 30 millones de volúmenes en 250 lenguas, siendo por tanto la mayor colección del mundo. Otras bibliotecas importantes son la Biblioteca estatal pública M. E. Saltykov-Shchedrin en San Petersburgo (con unos 28,5 millones de volúmenes), la Biblioteca de la Academia de Ciencias Rusa, con 12 millones y la Biblioteca estatal M.V. Lomonósov en Moscú, con unos 6,6 millones de volúmenes.
Los teatros más conocidos de Moscú son el Bolshói (‘el grande’), el Maly (‘pequeño’) y el Teatro de las Artes de Moscú. Además, en el Palacio de Congresos del Kremlin, con más de 6.000 localidades, se representan las producciones más importantes de ópera y ballet del Bolshói. Otros teatros de interés son el Teatro Central Infantil de Moscú, el Teatro de los Jóvenes Espectadores de Moscú, el Teatro Central de Títeres de Moscú, el Teatro de las Artes de Moscú, la Academia de la Música, el Teatro de la Ópera y el Instituto de Artes en San Petersburgo junto con el Teatro Académico de Ópera y Ballet de Kírov, el Teatro de la Ópera Maly y el Teatro Académico Dramático Pushkin.
5
ECONOMÍA
Al igual que en otras antiguas repúblicas soviéticas, la economía se ha visto afectada de forma muy negativa por la disolución de la URSS. El declive económico, que comenzó en los últimos años del periodo soviético, alcanzó el 20% en 1992. En 2006 el producto interior bruto (PIB) fue de 986.940 millones de dólares. La inversión ha disminuido en un tercio desde los últimos años de la década de 1980, y la inflación anual ha llegado a ser del 1.000%. El poder adquisitivo de la moneda rusa, el rublo, ha caído de forma alarmante desde el valor oficial de 0,6 rublos por dólar estadounidense en 1988, a algo más de 1.000 rublos por dólar en 1993. El enorme déficit presupuestario, heredado del periodo soviético, es el equivalente a una quinta parte del producto nacional bruto.
Las causas de esta depresión económica son el hundimiento del modelo comercial tradicional y la demora en la ejecución de las reformas económicas. El comercio entre Rusia, el resto de las antiguas repúblicas soviéticas y los países de Europa del Este ha disminuido de forma considerable desde los últimos años de la década de 1980, en que estos países europeos acabaron con sus respectivos regímenes comunistas y con el sistema comercial bajo el control soviético, a partir de lo cual la producción empezó a estancarse. Además, los acuerdos comerciales entre Rusia y otras repúblicas han generado problemas, en especial sobre el precio de las exportaciones del petróleo ruso. Las reivindicaciones por parte de los diferentes estamentos administrativos de Rusia no han hecho más que añadir confusión a la hora de establecer posibles acuerdos con el gobierno ruso.
Las reformas de mercado, perseguidas con gran vigor por parte del presidente Borís Yeltsin y sus partidarios, comenzaron en 1992, pero se enfrentaron con una resistencia generalizada encabezada por los directivos del sector industrial y de otros más conservadores. A pesar de las protestas de los funcionarios públicos, el Banco Central de Rusia emitió en 1992 ayudas a gran escala para financiar a las empresas en declive, lo cual contribuyó a aumentar la inflación y el déficit presupuestario. A comienzos de 1993, la banca privada se adhirió a las directrices gubernamentales sobre ayudas financieras. La privatización continuó —alrededor de un tercio de todas las empresas municipales y estatales fueron privatizadas a finales de 1993—, pero este proceso dependió en gran medida del apoyo de las administraciones locales; en algunas ciudades, como Nizni Nóvgorod, San Petersburgo o Yaroslavl este proceso se llevó a cabo mucho más rápidamente que en el resto del país. Además, el armazón legal para llevar adelante la privatización estaba incompleto. La propiedad privada, venta y arrendamiento de tierras no se legalizaron hasta octubre de 1993, cuando el presidente Yeltsin emitió un decreto que revocaba una moratoria de diez años, que impedía la reventa de tierras, impuesta por la legislación entonces vigente. Esta acción legal pretendía acelerar la liberalización económica de Rusia, aunque las previsiones del futuro económico inmediato seguían siendo bastante poco prometedoras.
5.1
Trabajo
La población activa de Rusia ascendía en 2006 a 73,5 millones de personas; la gran mayoría seguía trabajando en empresas estatales. Según datos del año 2005, el sector servicios con un 60% es el que más mano de obra acapara, le sigue la industria con un 30%, y por último, la agricultura con un 10%. En 2004 sólo un 8% de las personas estaban oficialmente en situación de desempleo, pero el índice real es mucho mayor y existen de hecho miles de trabajadores sin salario o con jornadas laborales excesivas. Esta tasa engloba un alto porcentaje de mujeres y un número cada vez mayor de jóvenes.
Las organizaciones sindicales han cambiado poco desde el periodo soviético. Los sindicatos están dominados por organizaciones que no son más que herencia de los sindicatos comunistas oficiales de la URSS, organizaciones que sobrevivieron a la caída del comunismo, manteniendo sus dirigentes, su estructura y su influencia política. Su organismo matriz, la Federación Independiente de Sindicatos (las siglas rusas son FNPR), cuenta con cincuenta millones de afiliados o lo que es lo mismo, el 70% del total de la mano de obra. Por el contrario, los miembros de los sindicatos no afiliados al FNPR totalizan algo menos de medio millón. Los sindicatos del FNPR contaron con gran poder durante el periodo soviético; ejemplo de ello es el control que mantenían sobre los fondos de la Seguridad Social, la disponibilidad de descontar de forma automática los honorarios de los sindicalistas, y el derecho a vetar propuestas de despido de trabajadores por parte de la dirección de las empresas. El gobierno hizo algunas tentativas para reducir estos privilegios, sin contar con la colaboración de los sindicatos del FNPR, apoyados por la oposición política de los conservadores. Además el FNPR estableció una estrecha relación con las empresas industriales que aún conservaban vestigios de la era soviética en cuanto a las relaciones entre trabajador y empresa.
5.2
Agricultura
La agricultura, que suponía en 1991 el 19,9% del producto total neto, experimentó, a principios de 1990, un agudo declive en cuanto a producción se refiere. Entre 1990 y 1992, la producción total descendió en más de un 4% anual; la producción de cereales, en particular, bajó un 24% entre 1990 y 1991. Aunque la producción de carne permaneció prácticamente estable, la cabaña ganadera disminuyó también de forma destacada: entre 1986 y 1993, el número total de aves de corral se vio reducido en un 10%, las cabezas de ganado vacuno en un 12%, y el número de cabezas de ganado porcino, ovino y caprino en un 19%. El declive en número de aves de corral se debió en parte a la falta de piensos, mientras que la disminución de la producción agrícola fue resultado de la falta de un buen apoyo financiero, del aumento de los costes de la maquinaria, los insumos químicos y los combustibles. La privatización de este sector se ha producido de una forma muy lenta; casi toda la tierra cultivable (el 96% en 1993), permanece bajo el control de las antiguas explotaciones colectivas y estatales, muchas de las cuales han sido reorganizadas como cooperativas o compañías asociadas, y sólo el 4% se ha convertido en explotaciones privadas. El Estado es el mayor comprador de la producción agrícola del país, aunque esta situación varió de forma sustancial a principios de la década de 1990. La disminución de esta capacidad de aprovisionamiento fue particularmente notable en productos como remolacha azucarera, verduras, pepitas de girasol y patatas (papas). No obstante, hasta 1992 el Estado todavía compraba más de la mitad de la producción de carne, leche y huevos. En 2006, la agricultura representó un 5% del producto interior bruto (PIB).
Rusia es un gran productor de trigo, cebada, avena y centeno. En 2006 la producción de trigo fue de 45 millones de t y la de otros cereales de 76.866.050 toneladas. Expresado en toneladas métricas, en ese mismo año, el país produjo 8,19 millones de oleaginosas; 38,6 millones de patatas (papas); y 15,9 millones de hortalizas; es también destacada la producción de maíz (3.668.560), mijo (600.360) y legumbres (1,76 millones), y está también muy extendido el cultivo de frutas propias de climas templados como manzanas, peras y cerezas, con una producción de 3,19 millones de toneladas. Actualmente, la cabaña ganadera está compuesta por 21,5 millones de cabezas de ganado vacuno, 16,1 de ovino, 13,5 de porcino y 356 millones de aves de corral. La principal ocupación de la población del norte es la cría del reno.
La mayor parte de las tierras cultivables se extienden por el llamado “triángulo de la fertilidad”, que comienza a lo largo de la frontera occidental, prolongándose desde el Báltico hasta el mar Negro, para estrecharse al sur de los Urales, donde alcanza una anchura de unos 400 km, desde donde continúa a través de las márgenes suroccidentales de Siberia. Al este de los montes Altái, la agricultura se practica sólo en valles intermontanos aislados, a lo largo de los límites meridionales de Siberia y en la región más oriental. El resto de las áreas que están fuera de esta fértil región no son aptas para el cultivo, a menos que el hombre las acondicione. Al norte, la época de cultivo es demasiado corta, por lo que hay que contar con la ayuda de invernaderos, y al sur el clima es tan seco que el regadío se hace indispensable. Durante el periodo de régimen soviético y con el fin de fomentar la agricultura, se construyeron sistemas de regadío extensivo a lo largo del río Kuban y otras cuencas hidrográficas de la Rusia europea; no obstante, los principales proyectos de regadío de la antigua URSS están localizados en las repúblicas de Asia central.
5.3
Silvicultura
Rusia cuenta con un 20% de los bosques del mundo y alrededor de un tercio de los bosques de coníferas, por lo que es uno de los principales productores del mundo de madera y productos derivados. Más del 96% del total de las reservas forestales se encuentran en la antigua URSS. La mayor parte de la producción maderera se centra en la manufactura de maderas blandas, en concreto de madera de pino, abeto y alerce, mientras que la madera noble más comercializada es la del abedul. Alrededor de un 20% de la tala es utilizada como combustible y otro 20% es utilizado en bruto para la construcción de postes telefónicos o cabañas, entre otros usos. Las principales zonas productoras están localizadas en Rusia oriental, en los Urales centrales, en Siberia meridional (en concreto en las proximidades de la vía ferroviaria del Transiberiano) y en Rusia oriental.
La mayor producción de madera tuvo lugar durante la época soviética; hoy, especies menos valiosas han ocupado las regiones que en su día tuvieron gran importancia forestal. Algunos de estos bosques aún continúan intactos en zonas poco accesibles de Siberia y de la Rusia europea septentrional. Son bosques que, en particular en Siberia, albergan un gran número de alerces; se trata de un árbol de costosa explotación dada la enorme cantidad de resina que contiene; la explotación a gran escala de estas especies no es rentable, pues su extracción, el transporte y el procesado se hacen muy difíciles. No obstante, los avances tecnológicos y los cambios producidos en el mercado maderero pueden hacer que la explotación forestal de estos bosques sea económicamente más atractiva.
La producción de madera se vio particularmente afectada por el cese de las inversiones durante el periodo inmediatamente posterior al fin de la URSS. En los primeros meses de 1993, la producción total era un 27% menor que los niveles obtenidos en ese mismo periodo en 1992, un mayor porcentaje de descenso que el del sector industrial. En el año 2006 el total fue de 191 millones de metros cúbicos.
5.4
Pesca
La industria pesquera rusa es una de las mayores del mundo, solamente superada en producción por Japón, China y Estados Unidos. El pescado es una importante parte de la dieta alimenticia de la población rusa; durante el periodo soviético, el consumo de pescado per cápita alcanzó los 23 kg al año. A lo largo de la historia, la pesca se concentró en las zonas marítimas costeras, en los lagos interiores y en los ríos; no obstante, en estas últimas décadas se ha realizado un gran esfuerzo para promover las actividades pesqueras; la flota soviética empezó a operar en casi todos los bancos pesqueros del mundo y la piscicultura se desarrolló a través de estanques naturales o embalses rurales. Como resultado de todo esto, en la década de 1980 Rusia estuvo sólo detrás de Japón en cuanto a volumen de captura pesquera, y en 2005 alcanzó la cifra de 3,4 millones de toneladas. Las pesquerías marítimas totalizaron alrededor del 92% del total de capturas y las interiores estaban en torno al 8%; de estas últimas, las capturas en el mar de Azov, en el Negro y en el Caspio acumularon el 60% del total, mientras que los lagos de agua dulce, ríos, embalses y viveros reunían el 40% restante.
Entre las especies más comerciales de las aguas continentales cabe destacar el esturión del Caspio meridional; esta especie es la principal fuente de caviar del mundo; se trata de un pescado que puede vivir hasta cien años y alcanzar un peso de hasta 1.500 kg; la hembra normalmente produce unos 25 kg de huevas útiles. Otro pescado de interés es el esturión de Kaluga o reina de Amur, que vive en el río del mismo nombre y es el pescado de agua dulce más grande del mundo: puede llegar a medir 6 m de longitud y pesar una tonelada.
Alrededor del 25% de la pesca rusa procede de los océanos Atlántico y Ártico. La mayor parte de la flota pesquera está fondeada en las radas del Báltico, donde se ubica Kaliningrado, uno de los puertos pesqueros más grandes de Rusia, junto con el puerto de San Petersburgo en el golfo de Finlandia. Las especies comerciales más importantes del Báltico son el arenque y el espadín. Los puertos de mayor actividad pesquera son Múrmansk y Arjanguelsk, ambos localizados en la costa occidental del Ártico, aunque hay muchos otros al sur, ubicados en las costas de los mares Negro, Azov y Caspio; entre ellos destaca Astracán, en el Volga, cerca de la desembocadura de este río en el mar Caspio.
El otro 60% de la pesca rusa procede del Pacífico y mares de los alrededores. Vladivostok es sin duda el puerto pesquero y centro de procesado más grande de la región rusa del Pacífico, aunque hay otros muchos puertos repartidos a lo largo de las costas continentales, además de los existentes en la isla de Sajalín. El mar de Ojotsk es, gracias a sus aguas frías, uno de los bancos pesqueros más ricos del mundo, especialmente conocido por el salmón y el cangrejo de Kamchatka. Otras de las especies comunes del Pacífico son arenque, platija, eperlano, caballa y bacalao, además de algunas especies de mamíferos como focas y morsas.
A mediados de la década de 1980, la antigua URSS se convirtió en el país a la cabeza en la captura de ballenas. Aunque el comercio de esta especie en el Pacífico norte cesó en 1979, continuó realizándose su captura en las aguas del Ártico. En Rusia, las flotillas balleneras se localizaban fundamentalmente en Vladivostok, en la costa del Pacífico. La URSS puso fin oficialmente a sus actividades balleneras en 1988.
5.5
Minería
La minería es el sector más importante de la economía del país y aporta el mayor número de productos de exportación, un 50% en el caso de los combustibles y el 8% en el de minerales y metales. Los recursos minerales son variados y abundantes, y normalmente están muy desarrollados. Rusia es un importante exportador de mena de hierro (12 millones de t en 1990), cuya mayor producción se centra en la llamada anomalía magnética de Kursk en el sur de Rusia central; los yacimientos más explotados de este mineral están localizados cerca de Magnitogorsk, en los Urales. Rusia es también un importante exportador de cobre y níquel; ambos minerales se encuentran principalmente en los Urales, aunque hay grandes yacimientos de níquel en la península de Kola, cerca de Múrmansk. Rusia es, además, uno de los productores más importantes de oro (169.237 kg en 2004), extraído en los Urales, Siberia occidental y Siberia oriental, concretamente en el valle del río Lena. Los yacimientos de bauxita están localizados principalmente en los Urales y al noroeste de la Rusia europea, cerca de San Petersburgo; se han encontrado otros menos importantes en Siberia occidental, cerca de Kemerovo, y en la región más oriental, cerca de la desembocadura del río Amur. El estaño se extrae en Siberia nororiental, y el plomo y el cinc en Siberia y en la región más oriental. Hay reservas de manganeso en los Urales, Siberia occidental y en el extremo oriental.
5.6
Industria
La estructura de la industria rusa se ha visto afectada, en gran medida, por las teorías sobre el papel que la industria debería tener en el crecimiento económico del país y por la planificación estatal. De acuerdo con el punto de vista soviético, la industria pesada debía tener prioridad sobre el resto de los sectores, poniendo un especial interés en la industria de fabricación de maquinaria y en la metalúrgica. La producción está muy diversificada, desde sencillos utensilios, instrumentos y equipamiento informático, hasta maquinaria industrial de todo tipo: material de transportes, comunicaciones, equipamiento para minería y maquinaria agrícola, incluso naves espaciales. La industria armamentística goza de prioridad absoluta en los programas de producción nacional. El avance tecnológico está presente en la industria rusa, sobre todo en lo relativo a la fabricación de determinados artículos en el sector aeroespacial, aunque los niveles de investigación y desarrollo están bastante por debajo de los correspondientes a los países más industrializados. La fabricación de maquinaria está localizada normalmente en las ciudades más grandes, dado que es una industria que requiere mano de obra abundante.
En la planificación industrial de la antigua URSS, el gobierno prestó una atención especial a la situación geográfica de los grandes complejos industriales. Inicialmente, las empresas manufactureras estaban concentradas en Moscú y San Petersburgo; al mismo tiempo se comenzaron trabajos de electrificación en la región de los Urales, rica en reservas minerales (en especial de carbón) y se planificó también la electrificación de algunas regiones de Siberia. A partir del buen resultado de los planes quinquenales y del progreso de las áreas generadoras de energía, se empezaron a instalar nuevos y grandes complejos fabriles, con el fin de sacar el máximo provecho a esos recursos naturales; el resultado de todo ello fue el aumento de la producción en las regiones orientales. Esta significativa expansión estuvo promovida más por el desarrollo de nuevas regiones industriales situadas al este, que por la bajada de la producción de los centros industriales más antiguos; es más, las antiguas regiones industriales continuaron aumentando su producción.
Hoy la industria de equipamiento de transporte está concentrada en la Rusia europea; en Kolomna, Murom y Liudinovo (todos localizados cerca de Moscú) se fabrican locomotoras para trenes; el material móvil de las vías férreas se fabrica en las plantas situadas en Tver y Briansk, al noroeste y sureste de Moscú respectivamente; los vagones de metro o suburbano se fabrican en Mytishchi, un distrito situado al norte de Moscú; Engels, en el valle del Volga, es el principal centro de fabricación de trolebuses. En la cuenca de Minusinsk, al este de Siberia, hay una importante planta de fabricación de vagones de tren, que además presta servicios al Transiberiano y al ferrocarril Baikal-Amur.
El mayor centro de construcción naval está en San Petersburgo, a orillas del Báltico; de menor importancia son los de Kaliningrado en el Báltico, Arjanguelsk en el mar Negro y algunos otros puertos del Pacífico. La mayor parte de los transbordadores o ferrys se construyen en la cuenca del río Volga-Kamar. El más viejo y aún el más grande de los centros productores de este tipo de naves está en la ciudad de Nizni Nóvgorod, aunque hay otras plantas de producción en Moscú, Ríbinsk y Kostromá, en el curso alto del Volga.
La industria de fabricación de motores para vehículos está bastante limitada porque el gobierno soviético dio, en su día, escasa prioridad al tráfico de vehículos en comparación con el de trenes y otros medios de transporte; no obstante, hay muchas fábricas de construcción a gran escala de automóviles y camiones que producen alrededor del 87% de todos los fabricados en 1990 en la antigua URSS, cuyo mayor proyecto de construcción durante los años de régimen comunista fue el octavo plan quinquenal (1966-1970), que establecía la construcción de la planta de fabricación de vehículos Volga en Togliatti, al este de la Rusia europea. El volumen de producción de esta planta es de unos 660.000 automóviles al año, casi la mitad de la producción de coches de la antigua URSS; aunque en los últimos años no se ha podido mantener el mismo volumen de producción, esta planta sigue en activo. En Moscú, Ízhevsk y Nizni Nóvgorod, hay otras importantes plantas de montaje de automóviles; la mayor de ellas se construyó durante el noveno plan quinquenal (1971-1975) y fue la planta de fabricación de camiones del río Kama, en Náberezhnie Chelni; también hay otras en Nizni Nóvgorod, Moscú, Uliánovsk en el Volga, y Miass en los Urales.
Otra de las grandes industrias de Rusia es la fabricación de maquinaria agrícola. En 1990, el país disponía del 60% de la producción total de la antigua URSS, en su día el mayor fabricante de tractores del mundo y un destacado exportador. La mayor parte de las plantas más activas están en la Rusia europea, concretamente en Volgogrado, Vladímir, Briansk y Lípetsk; también hay otros importantes centros productores en Chelíabinsk, en los Urales, y Rubtsovsk en la región de Altái (Siberia). Rostov del Don combina la producción de maquinaria de autopropulsión y agrícola.
Rusia es también un importante productor de artículos textiles. La antigua URSS fue la primera potencia en la producción de prácticamente todo tipo de textiles, concentrando la mayor parte de su capacidad productiva en las ciudades de Moscú, Ivánovo, Kostromá, Tver y Vladímir, donde esta industria es casi una tradición. A finales de la década de 1980, la producción de hilo de algodón de la antigua URSS fue de 1,7 millones de t, seguido de un importante competidor, Estados Unidos. La antigua URSS fue, igualmente, el mayor productor mundial de tejidos de lino (1.200 millones de m2) e hilo de lana (465.000 t); después de Japón, fue el segundo fabricante de tejidos confeccionados a base de seda natural. Fue además líder mundial en la producción de rayón y fibras de acetato, pero sobre todo de fibras sintéticas obtenidas a partir de materiales no celulosos. En términos generales, sólo estuvo por detrás de los países más desarrollados en la tecnología de fibras sintéticas y materiales plásticos. La producción textil en Rusia se ha visto muy afectada a partir de la separación de las demás antiguas repúblicas soviéticas, ya que éstas proporcionaban la mayor fuente de materias primas de la industria textil; casi todo el algodón en bruto procede de las repúblicas de Asia central y de la república de Azerbaiyán; cuando los suministros procedentes de estos países dejaron de llegar, muchas de las hilanderías rusas fueron cerradas. La producción textil en 1992 se vio reducida en algo más del 50 por ciento.
Tradicionalmente, este país ha sido un importante productor de pieles, industria que el antiguo gobierno soviético promocionó y difundió de forma importante. La antigua URSS estuvo a la cabeza en la fabricación de calzado de piel, con una producción aproximada de 820 millones de pares de zapatos y botas al año.
La industria alimentaria tiene también un lugar destacado en el sector industrial de Rusia. Al principio, los molinos harineros se establecieron en las áreas productoras de cereales, aunque más tarde se levantaron otros más modernos en las áreas de mayor consumo. En las zonas de cultivo se manipula una parte importante de las hortalizas y frutas frescas del país, ya que el transporte y los métodos de refrigeración no son adecuados para la posterior distribución de productos frescos.
En general, la producción industrial ha descendido notablemente en los últimos años como continuación a la caída que tuvo lugar durante los últimos años del periodo soviético; la producción total descendió cerca del 20% en 1992, aunque fue mucho mayor la caída en la producción de determinados artículos; así, en comparación con los primeros cuatro meses de 1992, la producción de pintura y laca en este mismo periodo de 1993 fue un 50% menor, los tintes sintéticos bajaron un 48%, el cemento un 38% y el caucho sintético un 32%. La producción de bienes de equipo descendió de forma global en 1992, aunque la de algunos artículos, como los televisores, se vio incrementada. La producción de comestibles también bajó, con la única excepción del azúcar que aumentó.
5.7
Energía
Rusia es el único país desarrollado que goza de buenos suministros energéticos; no sólo es autosuficiente en la producción de combustibles minerales, sino que también es exportador de una importante cantidad de éstos. El carbón constituyó hasta 1955 el principal aporte energético del país, seguido del petróleo y el gas natural; en la década de 1970 estos dos últimos productos se convirtieron, sin embargo, en las dos principales fuentes energéticas, convirtiendo a la antigua URSS en el principal productor del mundo de combustibles fósiles, con 2.970 millones de barriles anuales de petróleo y 266.738.010 t de carbón. En 1990, Rusia poseía entre el 7 y el 10% de las reservas mundiales de petróleo y generaba la mayor parte de la producción energética de la URSS: el 90% del petróleo, el 79% del gas natural y el 56% de todo el carbón extraído. Los índices energéticos descendieron de forma global tras la disolución de la URSS aunque la producción de gas natural aumentó ligeramente entre 1990 y 1992. La producción de petróleo cayó en un 11% en 1991 y alrededor del 15% en 1992; el volumen de producción de carbón bajó un 10% en este mismo año.
Junto con otras industrias —principalmente la explotación forestal y minera—, la producción de combustibles fósiles se trasladó hacia el este durante el periodo soviético. Los yacimientos de petróleo más importantes están en Siberia occidental, que totaliza casi la mitad de la antigua producción total soviética, además de la región de los Urales-Volga que supone alrededor de un tercio de la producción total. Aparte de estos yacimientos hay otros también importantes en el norte del Cáucaso y en la parte norte de la isla de Sajalín. Los pozos de gas natural más considerables están en las proximidades de los yacimientos de petróleo en Siberia occidental, la región del Volga-Urales y el norte del Cáucaso. Las áreas predominantes en la producción de carbón son la cuenca de Kunetsk, en Siberia occidental, y la cuenca del Pechora, al noreste de la Rusia europea. Las áreas más productivas en la extracción de lignito son la cuenca de Kansk-Achinsk, en Siberia, y la de Moscú, aunque hay otras minas menos importantes repartidas por toda Siberia, donde existen grandes reservas de este preciado mineral, en concreto en la zona de la cuenca del Tunguska, que ocupa una gran parte de Siberia central.
Aparte de estas fuentes energéticas, hay que destacar las plantas hidroeléctricas y nucleares. Rusia cuenta con grandes recursos hidráulicos, que generaban aproximadamente el 19% de la producción total de electricidad de la antigua URSS. En los mayores ríos de la Rusia europea, como el Volga y el Don, se ubican importantes centrales hidroeléctricas; sin embargo, las mayores instalaciones hidroeléctricas se encuentran a orillas de los ríos más caudalosos de Siberia, en concreto del Yeniséi y el Angará. El accidente de Chernóbil de 1986 provocó el abandono oficial de la construcción de este tipo de centrales por el riesgo que entrañaban, pero en 1992 el gobierno ruso anunció el proyecto de expandir la capacidad de producción de energía nuclear instalada en el país. La energía nuclear totaliza alrededor del 16% de la producción energética de Rusia, cuya mayor capacidad generadora está localizada en la zona europea; las dos ciudades más importantes, Moscú y San Petersburgo, dependen de este tipo de energía para poder cubrir de un quinto a un tercio de sus necesidades energéticas.
5.8
Transporte
La red de transportes es estatal y cubre todo el país, aunque es mucho menos extensa que la de otros países más desarrollados. El gobierno soviético consideró que los gastos generados en transporte eran improductivos pero necesarios para el desarrollo de la economía nacional. Se puso, pues, especial interés en todo tipo de instalaciones que facilitaran traslados masivos de artículos y viajeros al menor coste posible, lo que a veces llevó a sacrificar la conveniencia del propio consumidor en aras de la eficiencia. La red de transportes está encabezada por el ferrocarril, ya que el transporte por carretera tiene menor incidencia. Los oleoductos y gasoductos facilitaron la rápida expansión de las industrias petroleras y de gas, y el transporte marítimo permitió el crecimiento del comercio exterior.
El ferrocarril es también el medio más importante de transporte de pasajeros, aunque en los últimos años las líneas de transporte por carretera han empezado a experimentar un gran movimiento y las líneas aéreas son muy utilizadas para cubrir grandes distancias. El número de líneas de la red de ferrocarriles ha aumentado en la Rusia europea, en concreto en San Petersburgo, aunque también llega hasta Siberia y las regiones más al este. Son las líneas con mayor tráfico del mundo, entre las que destacan las que cubren la zona occidental de Siberia, comunicada por el Transiberiano, donde los trenes llegan a pasar con una frecuencia de hasta tres minutos. Para aliviar este denso tráfico, se han construido líneas paralelas en esta zona y en el norte de Kazajstán. No obstante, se ha construido una nueva línea, la Baikal-Amur, que cruza Siberia y la región oriental hasta el norte de la actual línea transiberiana.
El antiguo gobierno comunista desatendió el transporte por carretera y barco por los elevados costes que generaban, en particular los relativos a la construcción y mantenimiento de carreteras. En 2001 había 537.289 km de carreteras, de las que el 67% están pavimentadas. La red ferroviaria cuenta con 85.542 km. Tanto las carreteras como los ferrocarriles son más utilizados en la parte europea del país.
A finales de la década de 1980, la flota mercante de la antigua URSS era la más grande del mundo, con más de 6.700 buques y un desplazamiento total de 29,2 millones de toneladas de registro bruto. Los puertos más transitados son Novorossiisk en el mar Negro, San Petersburgo y Kaliningrado en el Báltico, Najodka, Vostochnyy, Vladivostok y Vanino en las costas del Pacífico, y Múrmansk y Arjanguelsk en el Ártico. En la actualidad, la flota mercante tiene 3.481 buques con una capacidad de 7.587.283 toneladas brutas registradas.
El Volga es la vía fluvial más importante de Rusia y soporta más de la mitad del tráfico fluvial del país. La navegación aquí está favorecida por la construcción de siete importantes diques además del canal Volga-Don al sur, y la vía Volga-Báltico al norte; el primero facilita la salida a mar abierto a través del mar Negro y la segunda a través del Báltico. Los puertos más importantes situados a orillas del Volga son Ríbinsk, Nizni Nóvgorod, Samara, Volgogrado y Astracán, y el de Rostov del Don, en el mar de Azov. Los puertos de Moscú están comunicados con el sistema fluvial del Volga a través del canal de Moscú. En Siberia y en la región más oriental, los ríos sirven sólo como vías de transporte en zonas alejadas de las líneas ferroviarias. La mayor parte de los ríos siberianos, como el Lena, el Yeniséi y el Obi, fluyen hasta el Ártico, lo que limita su importancia en una región donde las conexiones fluviales este-oeste son vitales; la vía fluvial por excelencia de la parte oriental del país es el río Amur.
Rusia cuenta asimismo con una extensa red de gasoductos y oleoductos, que, en su mayor parte, recorren el país de este a oeste. Los oleoductos unen las áreas productoras de Siberia occidental y los campos del Volga-Urales con las áreas de mayor consumo localizadas en la Rusia europea y en otros países de Europa. El gas es también transportado desde el noroeste al este de Siberia, noreste de la Rusia europea y norte del Cáucaso. Hay además un elevado número de conductos que conectan Rusia con los gasoductos y oleoductos de las repúblicas de Asia central y el oeste de Kazajstán. Aparte de éstas, hay otras muchas que van desde Siberia occidental e Irkutsk hasta el sur y este del país, sin contar con algunas otras aisladas de menor importancia, localizadas en el norte de Siberia y en la región oriental.
5.9
Moneda y banca
La unidad monetaria básica de Rusia es el rublo, dividido en 100 kópeks. Durante décadas, la antigua URSS impidió la circulación del rublo dentro de los mercados internacionales, por lo que fue necesario asignarle un valor arbitrario y relativo para equipararlo a las monedas extranjeras; así, el cambio oficial era de 0,75 rublos por cada dólar estadounidense en 1991. A finales de este mismo año, el gobierno ruso llevó a cabo unas medidas decisivas en la liberalización del rublo, tras lo cual su valor cayó de forma vertiginosa; en 1992 la equivalencia con respecto al dólar era de 100 rublos y en 1993 bajó a algo más de 1.000 rublos. Todavía hoy continúa siendo la única moneda en muchas de las antiguas repúblicas soviéticas. El gobierno ha puesto en circulación un nuevo rublo, desprovisto de la insignia soviética. En 2006, 27,20 rublos equivalían a 1 dólar estadounidense.
La estructura de la banca en Rusia ha cambiado de forma significativa desde mediados de la década de 1980. En los últimos años de la antigua URSS, las filiales del Gosbank (Banco Federal de la URSS) fueron reconvertidas en bancos comerciales y pasaron a estar bajo el control del nuevo Banco Central de Rusia. Los cinco grandes bancos sectoriales soviéticos (la Caja de Ahorros, el Banco de Comercio Exterior, y los Bancos para el Sector Social, de la Agricultura, Construcción e Industria) se cerraron o fueron también reconvertidos en entidades comerciales; a los bancos sectoriales que no sufrieron cambios no se les asignaron funciones ni clientela concretas, aunque mantenían los antiguos clientes por una simple cuestión de inercia. Son mucho más numerosas las entidades reconvertidas que los bancos comerciales de reciente creación: los activos del mayor de los antiguos bancos sectoriales superan los 110.000 millones de rublos, en contraste con los 1.500 millones de media de los nuevos bancos comerciales. Estos dos tipos de bancos también difieren en sus clientes; las antiguas entidades sectoriales atienden fundamentalmente a las empresas de capital estatal, mientras que los nuevos bancos comerciales se dedican por norma general al sector privado. Solamente operan en el país doce bancos extranjeros. En noviembre de 1993, el gobierno ruso emitió algunas regulaciones por las que se limitaban las actividades de los bancos con capital extranjero.
Dirigido por su presidente, quien se opuso a la reforma radical, el Banco Central de Rusia estuvo involucrado a principios de la década de 1990 en las disputas sobre la reforma económica, sostenidas entre el gobierno y el Soviet Supremo. El banco, inicialmente bajo la autoridad del Soviet Supremo, emitió más créditos de los que permitía el gobierno (un 50% más de lo estipulado en las directrices gubernamentales), lo cual dificultó las reformas económicas por la financiación de empresas deficitarias y la aceleración del proceso inflacionario. Bajo la Constitución de 1993, el Banco Central pasó a ser independiente del gobierno o del control legislativo, aunque su presidente, nombrado por la Duma, se vio obligado a actuar bajo las recomendaciones del presidente del país.
5.10
Comercio exterior
Desde el final de la II Guerra Mundial hasta mediados de la década de 1980, las consideraciones políticas dictaron que los principales socios económicos de la antigua URSS fueran países socialistas, en especial los de la Europa del Este. Incluso antes de la convulsión política a finales de esta misma década, tanto la URSS como sus aliados socialistas habían ya encontrado la forma de importar más tecnología avanzada de los países desarrollados del Oeste. En 1987, los países miembros del COMECON totalizaban el 60% de las exportaciones soviéticas y el 64% de las importaciones, mientras que los países occidentales aportaban el 23% de las importaciones y el 21% de las exportaciones. Entre los países socialistas, la antigua Alemania del Este era el principal socio comercial de la URSS, seguido de la antigua Checoslovaquia, Polonia, Hungría y Bulgaria. Fuera del bloque socialista, los principales intercambios comerciales se realizaban con la antigua Alemania Occidental, Italia y Japón.
En los últimos años, el comercio exterior de Rusia ha cambiado de forma considerable. Los países desarrollados de Occidente absorben en la actualidad más de la mitad de las actividades comerciales de Rusia (el 60% en 1992), al margen de las antiguas repúblicas soviéticas. Alemania continúa siendo el principal socio comercial, con un 17% del total del comercio, en los primeros meses de 1993. Por el contrario, los antiguos países miembros del COMECON sólo suponían el 20% del total de las exportaciones rusas, y menos del 16% del total de las importaciones.
El agudo declive del volumen de comercio exterior constituye otro de los importantes cambios en la evolución de la economía rusa. En 1992 las exportaciones fueron algo menos de los dos tercios de las realizadas en 1988, mientras que las importaciones totalizaron la mitad de las efectuadas en el mismo periodo. El comercio exterior cayó aún más durante el primer cuarto de 1993, lo que estuvo motivado en parte por la aplicación de nuevos aranceles y por los controles sobre las exportaciones no declaradas. No obstante, los intentos por determinar datos reales sobre el balance comercial del país se vieron complicados por la existencia del trueque y la transferencia ilegal de los activos rusos al extranjero. El comercio de intercambio o trueque constituyó en 1992 cerca del 40% del total de las exportaciones y el 26% de las importaciones; los artículos se intercambiaban sobre todo con las antiguas repúblicas soviéticas, muchas de las cuales recibían el carburante ruso a precios simbólicos. En cuanto al movimiento ilegal de los activos, se estima que la pérdida de capital alcanzó la cifra de 50.000 millones de dólares a mediados de la década de 1990. En 2004 el volumen de las importaciones alcanzó un valor de 180.915 millones de dólares.
5.11
Turismo
El turismo constituyó la mayor fuente de divisas en la antigua URSS, y a pesar de las diferencias políticas con muchos países de Occidente, el gobierno soviético desarrolló procedimientos que facilitaban y promovían esta actividad. La mayor organización estatal de turismo era Intourist y se establecieron numerosos comercios (o beryozka) que vendían a los extranjeros todo tipo de artículos. Los viajes para estudiantes estaban organizados por la agencia Sputnik; cada año, cerca de siete millones de personas visitaban la URSS, de los que algo menos de la mitad eran turistas procedentes de países de la Europa del Este. El gobierno soviético promocionó los viajes por el interior del país y cada año millones de ciudadanos soviéticos visitaban las zonas más alejadas de sus ciudades de residencia. La capital, Moscú, era el destino de la mayor parte de los soviéticos durante la época de vacaciones.
Después de la desintegración de la antigua URSS, el turismo sigue siendo una importante fuente de ingresos y el país cuenta con una gran variedad de atracciones para turistas. Entre éstas, destacan la residencia de los zares (cerca de San Petersburgo), el casco antiguo de Nóvgorod, el “anillo dorado” de las ciudades medievales que rodean Moscú y los numerosos museos, galerías, teatros y monumentos arquitectónicos de las ciudades de Moscú y San Petersburgo; las costas del mar Negro constituyen puntos de destino vacacional frecuentados tanto por turistas del propio país como por extranjeros; también son famosos los cruceros por el Volga, mientras que las montañas del Cáucaso ofrecen una amplia variedad de deportes alpinos, como senderismo, acampada libre, escalada y pesca; el lago Baikal, que es el lago de agua dulce más profundo del mundo además de albergue de especies únicas de flora y fauna, atrae cada año a miles de visitantes. Los recorridos que ofrece el ferrocarril Transiberiano también cuentan con una gran aceptación popular. El número de turistas que visitó Rusia en 2006 fue de 20.199.000 y aportaron unos ingresos de 18.235 millones de dólares.
6
GOBIERNO
Rusia fue la última de las repúblicas de la antigua URSS en contar con instituciones políticas propias. Los límites de su territorio se fijaron al principio del periodo soviético, pero no contó con las instituciones políticas, administrativas y culturales autónomas que existían en las demás repúblicas. Sólo en los últimos años de supervivencia de la URSS se establecieron algunas instituciones como el Soviet Supremo, el Partido Comunista y el KGB (Komitet Gosudarstvennoy Bezopasnosti, o Comité para la Seguridad del Estado). Aun con estas instituciones ya en pie, el poder real continuaba siendo ejercido por las autoridades centrales del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS), hasta la disolución de la URSS. Además, las relaciones de poder entre las instituciones gubernamentales no estuvieron claramente definidas durante el periodo soviético, y tras la independencia, la falta de una autoridad reconocida agravó la lucha por el poder entre los reformistas y los conservadores.
Tras prolongados enfrentamientos, el presidente Borís Yeltsin, apoyado por las fuerzas reformistas del ejecutivo, solicitó la redacción de una nueva Constitución, aprobada en referéndum popular en diciembre de 1993 a pesar de la oposición de grupos conservadores.
El Tribunal Constitucional es el órgano judicial de mayor autoridad; en ocasiones cumple un papel de mediador entre el ejecutivo y el legislativo, aunque ha tomado también decisiones en contra de las posturas del presidente Yeltsin, quien a pesar de las derrotas políticas sufridas durante los primeros dieciocho meses de independencia rusa, consiguió una sonada victoria en el referéndum celebrado el 25 de abril de 1993 que le permitió llevar adelante las reformas económicas. Optimista tras este resultado, Yeltsin decidió celebrar elecciones a mediados de 1993 para formar una asamblea constituyente que sustituyera la Constitución soviética de 1978. Aprobada en diciembre, la Constitución eliminaba la figura del vicepresidente y establecía un cuerpo legislativo bicameral, dando al presidente el poder de disolver la Duma (o cámara baja) en determinadas circunstancias. Con la aprobación de esta nueva Constitución, el primer ministro pasaba a ser segundo en funciones, para asumir las obligaciones de la presidencia en caso de que se produjera la muerte o discapacitación del titular para el ejercicio de su cargo.
6.1
Poder ejecutivo
El poder ejecutivo está encabezado por el presidente, quien, por la Constitución de 1993, asumió numerosos poderes, actuando como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas y presidente del Consejo de Seguridad, organismo encargado de la toma de decisiones relativas a temas de defensa. Junto con el ministro de Defensa, el presidente tiene el control de los códigos para el lanzamiento de armamento nuclear, además de contar con el poder de nombrar al primer ministro, pero siempre sujeto a la ratificación por parte de la Duma; si ésta rechaza la candidatura, el presidente tiene la posibilidad de disolver la cámara legislativa y convocar nuevas elecciones.
6.2
Poder legislativo
Con la Constitución de 1993, el cuerpo legislativo nacional, esto es, la Asamblea Federal, quedó formada por un cuerpo bicameral: la Duma Estatal y el Consejo de la Federación. Los 450 miembros de la Duma Estatal son elegidos por sufragio universal, mientras que el Consejo está compuesto por dos representantes de cada una de las 88 divisiones administrativas que configuran la Federación Rusa. La cámara legislativa confirma el nombramiento, realizado por el presidente, de los primeros ministros. Los legisladores elegidos en diciembre de 1993 ocupan el cargo sólo durante un periodo de dos años. A comienzos de 1996, y según promulgaba la Constitución, este periodo se amplió hasta un plazo de cuatro años.
6.3
Poder judicial
El órgano judicial de mayor autoridad es el Tribunal Constitucional, formado por trece miembros y creado por el Congreso de Diputados (la mayor autoridad legislativa según la Constitución de 1978) en octubre de 1991; Yeltsin suspendió sus actividades tras los sangrientos acontecimientos de 1993. Posteriormente fue modificado por la Duma recién creada en abril de 1994; las nuevas leyes establecen que sus miembros dejaban de tener carácter vitalicio y son elegidos por periodos de doce años. Las funciones del Tribunal se limitan al control de la constitucionalidad de las actividades legislativas y ejecutivas, y sus miembros deben actuar de forma no partidista.
6.4
Divisiones administrativas
Rusia está dividida en 88 unidades administrativas: 20 repúblicas federadas (excluyendo Chechenia), 6 krajs (territorios), 10 okrugs (circunscripciones autónomas o distritos nacionales), 49 oblasts (regiones administrativas), 1 región autónoma, y las ciudades de Moscú y San Petersburgo, que poseen rango federal. Estas divisiones políticas varían en magnitud: oscilan desde la república de Yakutia, con una superficie total de más de 3,1 millones de km2, hasta la república de Adiguesia, que tiene una superficie de 7.600 km2. Las repúblicas, regiones y circunscripciones nacionales autónomas están étnicamente constituidas sobre la base de las unidades políticas creadas al comienzo de la URSS, con la sola excepción de las repúblicas de Chechenia e Ingushia (o Ingushetia), que estuvieron dentro de una única entidad durante el periodo soviético. No obstante, la federación ha cambiado de una forma considerable. Durante la mayor parte de la II Guerra Mundial (1939-1945), Rusia comprendía 16 repúblicas autónomas, 5 oblast autónomos y 10 okrugs también autónomos. A finales de 1990, el término autónomo fue cambiado por el nombre de república y así, el 3 de julio de 1991 cuatro de los cinco oblast autónomos pasaron a ser repúblicas; el oblast autónomo judío, situado a orillas del río Amur, en la región más oriental, fue el único que no obtuvo el rango de república.
Aunque estas entidades administrativas están constituidas por grupos étnicos no rusos, estos últimos suponen una considerable proporción de la población de cada república: son la mayoría en nueve de éstas, mientras que los no rusos forman una clara mayoría en sólo cinco.
Tras la disolución de la URSS, las repúblicas étnicas consiguieron una mayor autonomía dentro de Rusia. En marzo de 1992 se firmó un acuerdo de cooperación entre el gobierno federal y las repúblicas, por el que se señalaban los derechos y responsabilidades de ambos niveles de gobierno. Sólo dos repúblicas no firmaron el acuerdo; la república de Tatarstán y la república de Chechenia, que reivindicaron una total independencia de Rusia. Sin embargo, la aprobación de la nueva Constitución de 1993 invalidaba dicho acuerdo, aunque se reconocían a las repúblicas derechos como la posibilidad de adoptar su propia Constitución, himno y bandera. Las 20 repúblicas de la Federación son: Carelia, Komi, Mordovia, Chuvashia, Mari, Tartaria (o Tatarstán), Udmurtia, Bashkortostán, Calmuquia, Kabardina-Balkaria, Alania, Ingushetia, Daguestán, Tuva, Buriatia, Yakutia-Saja, Adiguesia, Karachái-Cherkesia, Altái y Jacasia. La Federación Rusa reconoció oficialmente a la República de Chechenia (o Ichkeria, como la llaman los propios chechenos) en mayo de 1997, con la firma del tratado de paz que ponía fin a la guerra entre ambos países.
6.5
Partidos políticos
A finales de la década de 1980 la escena política sufrió un cambio radical, pasando de ser un Estado totalitario bajo un régimen de partido único a conformar un sistema democrático con numerosos grupos políticos fraccionados. El Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) ha sido reemplazado por cientos de grupos, facciones, movimientos y partidos que forman un espectro político que se extiende desde los monárquicos hasta los comunistas. Los partidos pueden estar formados por unos pocos miembros, hasta llegar a contar con más de medio millón de afiliados. La vida de algunos de los grupos políticos más pequeños, como es el caso de las facciones de cooperación parlamentaria, y de los diputados sin afiliación —que ya han desaparecido— es extremadamente corta. Las alianzas entre los grandes grupos son igualmente inestables, con lo que la escena política se caracteriza por frecuentes y débiles coaliciones. Muchos grupos surgen alrededor de algunas personalidades destacadas, lo que hace que estas formaciones políticas carezcan de una adecuada organización.
Los grupos políticos pueden dividirse en tres categorías generales: demócratas, nacionalistas-comunistas y centristas. El movimiento demócrata creció rápidamente durante los últimos años de la antigua URSS, cuando el término democrático fue utilizado como sinónimo de anticomunista. Con la desmembración de la URSS, los demócratas quedaron desorientados políticamente y perdieron gran parte de sus seguidores, aunque todavía hoy siguen siendo muy influyentes. Los demócratas mantienen su lucha por conseguir una Rusia más moderna según criterios occidentales, con un régimen democrático dentro de un sistema capitalista; generalmente apoyan la política de Yeltsin. Los principales grupos demócratas son la Opción Democrática de Rusia y Yabloko. El movimiento nacional-comunista es una amalgama de comunistas y nacionalistas que tratan de salvaguardar el rango militar y económico del país, y cuenta con el partido que tiene mayor número de afiliados (unos 600.000 miembros), el Partido Comunista de Rusia (PCR), aunque no es el partido con mayor influencia política. Heredero directo del antiguo PCUS, este partido fue deslegitimado por el presidente Yeltsin en 1991, pero el Tribunal Constitucional levantó la prohibición en noviembre de 1992. El Frente de Salvación Nacional es otro de los grupos nacionalistas vetados por Yeltsin que también retomó su categoría legal a través del Tribunal Constitucional. El Partido Democrático Liberal, encabezado por el populista y nacionalista Vladímir Zhirinovsky, es otro de los grupos importantes de la tendencia derechista. El tercer bloque dentro de las tendencias políticas lo constituye el movimiento centrista, que engloba algunas organizaciones democráticas, como el Partido Democrático de Rusia, que se separó del Movimiento Democrático de Rusia tras una disputa por la disolución de la URSS. Este partido está formado principalmente por directivos del sector industrial y burócratas que se oponen a las reformas radicales y abogan por un papel gubernamental más decisivo dentro de la economía del país.
6.6
Defensa
La estructura de las Fuerzas Armadas en Rusia ha cambiado de forma radical tras la disolución de la URSS; en 1991, las Fuerzas Armadas pasaron a estar bajo el control de la comandancia militar de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que dispone de la mayor parte del arsenal militar soviético. No obstante, en mayo de 1992, Rusia creó su propia estructura militar en respuesta a la formación de ejércitos independientes por parte de algunos de los países integrantes de la CEI, en especial de Ucrania. La estructura militar de la CEI continuó funcionando un año más, aunque su poder disminuyó considerablemente. Finalmente quedó abolida en junio de 1993 y la mayor parte de sus funciones fueron transferidas a la comandancia militar rusa. Hoy, el país cuenta con unas Fuerzas Armadas integradas por 1.037.000 hombres repartidos entre Marina, Ejército de Tierra y Fuerzas Aéreas, quienes a partir de los 18 años tienen la obligación de servir durante año y medio en el Ejército de Tierra o durante dos años si se trata de la Marina o las Fuerzas Aéreas.
La política de defensa es formulada por el Consejo de Seguridad, y en mayo de 1992, se estableció un cuerpo ejecutivo. El Consejo de Seguridad está formado por un presidente, un secretario y otros tres miembros permanentes y no permanentes nombrados por el presidente del Estado, que actúa también como máximo dirigente del Consejo. Las cuestiones se deciden por mayoría simple; los miembros permanentes tienen un voto, mientras que los no permanentes tienen voz pero no votan. El presidente emite las decisiones del Consejo en forma de decreto.
El estado de disponibilidad de las Fuerzas Armadas ha descendido de forma notable a partir de la independencia. El establecimiento de un adecuado sistema defensivo está obstaculizado por numerosos problemas, como un reclutamiento deficitario, instalaciones inadecuadas, la antigüedad del armamento y la falta de moral. Pero a pesar de estos problemas, la fuerza militar rusa ha estado comprometida con varias misiones de paz en Moldavia, Georgia y Tayikistán. Casi todas estas acciones militares se desarrollaron en las antiguas repúblicas soviéticas a excepción de los ataques aéreos contra los rebeldes tayikos, en Afganistán. En diciembre de 1994, el Ejército ruso intervino en Chechenia para intentar poner fin a su autoproclamada independencia, provocando un conflicto interno que aún está sin cerrarse.
7
HISTORIA
Antiguo imperio que se extendía por el este de Europa, Asia septentrional y occidental, hoy Rusia comprende el territorio que hasta 1991 estuvo dentro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), establecida tras la Revolución Rusa de 1917. El término Rusia es utilizado para definir la Federación Rusa, que es la más grande y de mayor influencia de las quince antiguas repúblicas que constituían la URSS, además de Estado independiente desde el 25 de diciembre de 1991. En su sentido más estricto, el término Rusia ha sido utilizado a lo largo de la historia para referirse al antiguo Imperio Ruso (o incluso de forma más limitada, para aludir a la tierra de los ‘grandes rusos’, principal núcleo étnico de la actual Federación Rusa). —Las referencias que aparezcan en esta sección sobre Rusia antes de 1917 usarán los términos mencionados más arriba, y a partir del 25 de diciembre de 1991 aludirán a Rusia como Estado independiente.
El Imperio Ruso comprendía en 1914 una extensión total de unos 22 millones de km2, o lo que es lo mismo, aproximadamente un sexto de la superficie del planeta, dividida en cuatro regiones: Rusia, que abarcaba la parte más oriental de Europa, además del Gran Ducado de Finlandia y la mayor parte de Polonia, el Cáucaso, Asia septentrional o Siberia, y el Asia central rusa que se dividía a su vez en la región de las estepas al suroeste, y el Turkestán ruso al sureste.
7.1
Orígenes del pueblo ruso
Durante la era precristiana, el vasto territorio que luego pasó a llamarse Rusia estuvo habitado de forma desigual por grupos de tribus nómadas, muchas de las cuales quedaron reflejadas en los escritos griegos y romanos. La gran región del norte, desconocida y repleta de bosques, estuvo poblada por tribus que luego se conocieron con el nombre colectivo de eslavos, ancestros del moderno pueblo de Rusia. Más importante fue la zona sur, donde la región no bien limitada de Escitia estuvo ocupada por una sucesión de pueblos asiáticos entre los que se encontraban por orden cronológico, los cimerios, los escitas y los sármatas. En este tiempo, los comerciantes y colonos griegos establecieron numerosos asentamientos y centros de comercio, en particular a lo largo de la costa norte del mar Negro y en Crimea.
7.1.1
Primeras invasiones
Los movimientos migratorios de los pueblos limítrofes fueron posibles gracias a la existencia de una amplia llanura. Estas migraciones derivaron en sucesivas invasiones, que dieron lugar a nuevos asentamientos y a la asimilación de nuevos elementos étnicos. Así, en los primeros siglos de la era cristiana, los escitas, de origen asiático, fueron desplazados por los godos, una de cuyas tribus (los ostrogodos) estableció un reino a orillas del mar Negro. En el siglo IV d.C. los hunos conquistaron y más tarde expulsaron a los godos, destruyendo Escitia. Este pueblo ocupó el actual territorio de Ucrania y la región de Besarabia (hoy dentro de la república de Moldavia), hasta su desaparición, después de varias incursiones en el oeste de Europa, en el 451. Más tarde llegaron los ávaros, seguidos de los magiares y los jázaros, quienes mantuvieron su influencia hasta la primera mitad del siglo X.
Mientras tanto, las tribus eslavas se habían desplazado al noreste de los Cárpatos y comenzaron a realizar oleadas migratorias. En ese momento, las tribus occidentales se desarrollaron como moravos, polacos, checos y eslovacos; las tribus del sur como serbios, croatas, eslovenos y búlgaros, y las tribus orientales como los modernos rusos, ucranianos y bielorrusos. Los eslavos orientales se convirtieron en famosos comerciantes, y los ríos y vías fluviales extendidas por todo el territorio, desde los montes Valdái, facilitaron el establecimiento de centros comerciales, en especial las ciudades de Kíev al sur y Nóvgorod al norte. La región de los montes Valdái, al noroeste de Rusia, es el punto más alto de la meseta oriental europea y nacimiento de muchos de sus ríos; la facilidad para portear en esta región, favoreció el transporte de artículos desde el Báltico hasta el mar Negro y además se convirtió en el punto de partida de la expansión y de los movimientos migratorios de los eslavos orientales. El control de esta estratégica región fue un elemento importante en el dominio de Europa oriental.
7.1.2
La dinastía Ruríkida
La organización política de los eslavos orientales era aún de carácter tribal; crearon un sistema no unificado a través del que podían resolver los constantes conflictos tribales. Los testimonios recogidos en la Primera Crónica Rusa, son la fuente principal de gran parte de nuestro conocimiento actual de la historia rusa. Las disensiones internas y entre los feudos de los estados eslavos en torno a Nóvgorod comenzaron a ser tan virulentas que de forma voluntaria eligieron un príncipe extranjero que fuera capaz de unirlos en un único y fuerte estado. Este príncipe fue Rurik, o Ryurik, jefe escandinavo, quien en el 862 se convirtió en gobernador de Nóvgorod. Otros dos personajes escandinavos que probablemente pertenecen a la leyenda, Dir y Askold, consiguieron el control de Kíev. Los varegos o rus, también pueblo escandinavo, dieron al territorio el nombre Rossia o Rusia que quiere decir ‘la tierra de los rus’ (aún se sigue debatiendo si rus deriva de ruotsi, nombre finlandés utilizado para designar a los suecos, o de rujs-as, el nombre de una tribu alánica del sur de Rusia). El establecimiento de Rurik y su posterior dinastía inició un periodo de consolidación interna, expansión del territorio y del pueblo eslavo, en especial hacia el noreste y noroeste, donde el linaje finlandés había ya sido absorbido o sustituido por los eslavos.
7.1.2.1
Oleg y Svyátoslav
Rurik falleció en el 870 y dado que su hijo Ígor (reinado 912-945) era un niño, Oleg, pariente de Rurik fue nombrado regente. El príncipe Oleg, dándose cuenta de las riquezas de la región de Kíev, hizo matar a los gobernadores varegos en el 882, uniendo los dos territorios y estableciendo su capital en Kíev. Extendió el territorio del nuevo reino, para lo cual sometió a las tribus vecinas, llegando a la frontera septentrional del Imperio bizantino, con el que cerró un acuerdo comercial en el 911, el primer acontecimiento constatado de la historia de Rusia. A partir de entonces, las relaciones comerciales y culturales con Bizancio fueron estrechándose cada vez más. Ígor asumió el poder en el 912 y en el 945 fue sucedido en el trono por su viuda Olga, quien se convirtió al cristianismo en el 955. En el 964 Olga abdicó en favor de su hijo Svyátoslav, el primer príncipe de la dinastía de los rurik con nombre eslavo. Su gobierno se centralizó en Kíev, lo que favoreció que esta ciudad alcanzara una situación privilegiada con respecto a otras ciudades rusas; Svyátoslav, que era un gran estratega, se propuso afianzar aún más la posición de Rusia en el sur. Dirigió sus tropas contra los jázaros del sureste, contra los búlgaros y contra los belicosos pechenegos, tribu de las estepas ubicada a orillas del mar Negro. Svyátoslav levantó un gran imperio y bajo su reinado prosperaron tanto el comercio como los distintos gremios de artesanos.
7.1.2.2
Vladimiro el Grande
El imperio se dividió entre los tres hijos del príncipe, lo que provocó conflictos dinásticos que vieron su fin en el 980, cuando Vladimiro I (véase San Vladimiro), el menor de los tres hijos —más tarde conocido por el nombre de Vladimiro el Grande— pasó a ser el único heredero del trono. El acontecimiento más relevante de su reinado fue su propia conversión al cristianismo bizantino en el 988, y la institución de este credo como la religión oficial del pueblo ruso. Tras repudiar a sus numerosas esposas paganas, se casó con Ana, hija del emperador bizantino Basilio II Bulgaróctonos. Desde sus comienzos, la confesión ortodoxa rusa, se distinguió de la bizantina; los oficios religiosos se celebraban en eslavo, lo que permitió a la nueva Iglesia conseguir una relativa autonomía; aunque continuaba estando bajo la autoridad canónica del patriarca de Constantinopla, era el rey de Rusia quien ejercía de hecho la jerarquía suprema. Tanto las iglesias como los monasterios (labras) se erigieron siguiendo el estilo arquitectónico de Bizancio, y la cultura bizantina fue muy influyente en áreas como la arquitectura, la música y el arte.
7.1.2.3
Yaroslav el Sabio
Tras la muerte de Vladimiro en el 1015, sus dominios quedaron divididos entre sus hijos, lo que provocó disensiones internas. El primogénito de Vladimiro, Svyatopolk el Maldito (reinado 1015-1018,1019), ostentó el poder supremo y para asegurar esta posición asesinó a sus hermanos Borís y Gleb. No obstante fue más tarde depuesto por su hermano Yaroslav el Sabio, príncipe de Nóvgorod. Yaroslav consiguió reunir el imperio de su abuelo Svyátoslav hacia 1036. Con él, el estado de Kíev alcanzó su máximo esplendor; asimismo, Yaroslav convirtió la ciudad en capital imperial erigiendo suntuosos edificios entre los que destaca la catedral de Santa Sofía; también se abrieron escuelas y el gran duque hizo revisar la primera compilación legislativa rusa, el Russkaya Pravda ‘la verdad rusa’. Para consolidar la posición de sus herederos, Yaroslav ideó un sistema de precedencia, que establecía la jerarquización de los distintos principados, desde el más pequeño hasta Kíev, el más poderoso; cuando murió el gran duque, los vasallos que estaban bajo su mando se trasladaron a los principados más importantes, lo que provocó el fin del reino de Kíev.
7.1.3
El declive de Kíev
Aunque el modelo de precedencia fue puesto en práctica desde el principio, la muerte de Yaroslav señaló el declive de Kíev. Sus hijos compartieron el imperio y cada príncipe intentó dividir sus tierras entre sus propios hijos. Rusia se convirtió entonces, en un grupo de pequeños estados casi siempre enfrentados. El nieto de Yaroslav, Vladimiro II Monómaco, fue el último que intentó unificar el país, pero su muerte en 1125 desbarató sus esfuerzos por conseguir esta unión y la fragmentación del reino fue inevitable. Otros estados cuestionaron la supremacía de Kíev, especialmente Galitzia y Volínia al oeste, Suzdal en la parte centro y superior de la cuenca del Volga, Chemigov y Nóvgorod-Severskiy en la cuenca del Desna, Polatsk que controlaba las cuencas del Daugava y del Bereziná, Smolensk que ocupaba la parte superior de la cuenca del Daugava y el Dniéper, y Nóvgorod el mayor de los estados, que abarcaba las tierras limítrofes con el golfo de Finlandia, el lago Peipus (receptor de las aguas del Volga), el mar Blanco y el río Dvina septentrional.
El declive de Kíev se debió en parte a la pérdida del comercio tras el saqueo de Constantinopla durante la Cuarta Cruzada en el 1204, y a la consiguiente migración del pueblo de Kíev hacia el norte. Nóvgorod se convirtió en un próspero estado comercial que llegó a alcanzar una posición dominante y en el siglo XIII fue sede de una de las principales factorías de la Hansa Teutónica. Kíev también perdió su importancia como el mayor centro cultural de la nación, siendo reemplazado por las ciudades de Suzdal, Vladímir y finalmente Moscú (fundada alrededor del 1147). Rusia se convirtió en un mosaico de ciudades-estado, unidas por una lengua, religión, tradiciones y costumbres comunes, pero gobernadas por miembros de las múltiples casas de los rurik que normalmente estaban en guerra. Las dificultades estuvieron también agravadas por conflictos fronterizos. Al oeste los caballeros teutónicos, los lituanos y los polacos invadían los territorios rusos, y al sur se daban constantes incursiones por parte de los nómadas polovtzy —una de éstas correrías inspiró el poema épico ruso La canción del fantasma de Igor—.
7.1.4
La invasión mongola
A principio del siglo XIII, invasiones procedentes del este amenazaron la integridad de Rusia. En 1223 el ejército mongol de Gengis Kan inició sus incursiones por el sureste. El pueblo polovtzy llegó en ayuda de los príncipes rusos a pesar de su tradicional rivalidad. En 1223, en la batalla del río Kalka (hoy Kalmius), la coalición ruso-polovtzy fue derrotada. No obstante, tras su victoria, los mongoles se retiraron de igual forma que llegaron, regresando a Asia. En 1237 Batu Kan nieto de Gengis Kan, dirigió nuevamente a los mongoles a Rusia oriental. En su marcha hacia el norte, asaltaron y destruyeron la mayoría de las ciudades más importantes de la región de Vladímir-Suzdal.
Las campañas de los mongoles estuvieron dificultadas por los bosques y pantanos del sur de Nóvgorod por lo que Batu Kan se vio obligado a cambiar la marcha de su ejército. En 1240, asoló la parte suroriental destruyendo Kíev tras una dura contienda. Los tártaros saquearon Polonia y Hungría, continuando hacia el este, hasta Moravia. En 1242, Batu Kan estableció su capital en Sarai, en el curso bajo del Volga (hoy el actual Volgogrado) y fundó el kanato conocido como la Horda de Oro, que fue prácticamente independiente del Imperio mongol.
7.1.4.1
Cambios étnicos
Además de los estragos ocurridos en Rusia, la invasión mongola fue determinante en el desarrollo de su historia. El control tártaro destruyó los elementos de autogobierno establecidos en asambleas representativas que se instauraron en algunas ciudades rusas, lo que supuso un alto en el progreso económico y cultural, provocando el estancamiento del país durante dos siglos y su retraso respecto a otros países de Europa occidental. El gobierno, las leyes y las costumbres tártaras acabaron con las tradiciones rusas; la región de Kíev quedó prácticamente despoblada a causa de las masacres y del desplazamiento de la población hacia el oeste, en su intento por escapar del avance mongol. Uno de estos grupos, conocido en ocasiones como bielorrusos o ‘rusos blancos’, estuvieron culturalmente influidos por los polacos y lituanos; otro grupo, formado por la población eslava procedente de la región de Kíev y áreas vecinas, fue conocido como los pequeños rusos o ‘malorrusos’. La región del antiguo reino de Kíev, influida por la lengua y costumbres extranjeras que se impusieron como forma de vida sobre la tradición de los antiguos rus, pasó a llamarse Ucrania. Los habitantes del norte de Rusia se convirtieron en el grupo principal de los eslavos rusos, conocidos como los ‘grandes rusos’, y sufrieron la influencia determinante de las distintas ramas de los pueblos ugrofineses.
7.1.4.2
Tributo al kanato
Aunque los mongoles no atacaron Nóvgorod, en ese mismo periodo el noroeste de Rusia estuvo amenazado por invasores procedentes del oeste. Los suecos descendieron desde el Báltico y se adueñaron de los territorios de Nóvgorod. En 1240, el ejército sueco se lanzó sobre las orillas del Neva y el príncipe Alejandro Yaroslávevich dirigió a las tropas rusas en la lucha contra el enemigo. Derrotó a los suecos y fue a partir de entonces conocido por el sobrenombre de Alejandro Nevski, que significa ‘del Neva’. Dos años más tarde la Orden Teutónica, congregación religiosa de carácter militar, avanzó desde el oeste. Alejandro dirigió sus tropas a luchar contra los germanos, venciéndolos tras cruzar el lago helado de Peipus. Amenazado por un continuo peligro en el oeste, Alejandro adoptó una política de sumisión a la Horda de Oro. En 1246, sucedió a su padre en calidad de gran príncipe de Nóvgorod, y en 1252 fue investido por el kan como gran príncipe de Vladímir y Suzdal. A partir de entonces, la mayor parte de los príncipes rusos siguieron el ejemplo de Alejandro, pagando tributos y considerándose vasallos del gobernador tártaro.
7.2
La creciente importancia de Moscú
La ciudad de Moscú en el principado de Vladímir ocupaba una posición estratégica en el centro de Rusia y en las principales rutas comerciales del país. En 1263, Alejandro Nevski cedió Moscú a su hijo menor, Daniel, con quien se inicia un linaje de duques moscovitas cuyo poderío derivaba de la cooperación con el kanato. Como favoritos de los mongoles, poco a poco fueron extendiendo sus tierras, anexionando los territorios colindantes. En 1328, el hijo de Daniel, Iván, fue nombrado gran duque de Moscú y pasó a gobernar como Iván I Kalitá. La sede de la Iglesia ortodoxa rusa se trasladó a la capital del Gran Ducado. Una vez que los duques moscovitas contaron con el apoyo de la Iglesia, comenzaron a organizar un nuevo estado ruso, del que serían los gobernadores. Al igual que Iván, los duques moscovitas se proclamaron “príncipes de toda Rusia”.
A mediados del siglo XIV, las disensiones internas debilitaron el poder de la Horda de Oro; considerando esta situación, el gran duque Dmitri Donskói encabezó con éxito la primera revuelta contra el poder de los mongoles. En 1380, su importante victoria en Kukikovo, a orillas del río Don, le otorgó el apellido Donskoy (‘del Don’), marcando el retroceso del poder mongol, mientras que el poder de los moscovitas fue ganando terreno.
7.2.1
La expansión de Moscovia
Constantinopla cayó bajo el poder de los turcos en 1453 y más tarde la Iglesia ortodoxa rusa consideró a Moscú la ‘tercera Roma’, sucesora de Constantinopla y centro de la Cristiandad ortodoxa. El águila de dos cabezas, símbolo de Bizancio, fue incorporada a las armas moscovitas y permaneció como el emblema de la Santa Rusia. El factor más importante en la investidura de Moscú como ciudad sacra se debió al matrimonio celebrado entre el gran duque Iván III el Grande y Sofía Paleólogo, nieta del último emperador de Bizancio. El gran duque empezó a considerarse zar (del ruso tsar, que a su vez deriva del latín Caesar, ‘césar’) de un régimen autocrático, más que como cabeza de la nobleza. Incorporó a Moscovia (nombre con el que la historiografía occidental designa al gran ducado de Moscú) los estados de Nóvgorod en 1478 y Tver en 1485. En 1480, aprovechándose de las disensiones entre los mongoles, que habían dividido la Horda de Oro en numerosos kanatos independientes, se negó a pagar el tributo anual. Los mongoles no consiguieron el cobro de este tributo, y esa fecha fue considerada como el fin de la dominación tártara. Una vez libre del control tártaro, Iván volvió a prestar atención a la parte occidental del antiguo reino de Kíev, ocupado por Lituania y Polonia. Invadió los territorios lituanos en 1492 y 1500; con el fin de las hostilidades en 1503, Moscú pudo controlar la mayor parte de los territorios fronterizos. El sucesor e hijo de Iván, Basilio III Ivánovich, continuó la política de expansión hacia el oeste iniciada por su padre, anexionando Pskov en 1510, y continuando con la invasión de Smolensk en 1514 y la absorción del gran ducado independiente de Riazán en 1521. La política exterior rusa contribuyó así a engrandecer la importancia de Moscú, mientras que en el interior se llevó a cabo la formalización de un gobierno autocrático que vino acompañado de cambios sociales.
7.2.1.1
Iván el Terrible
Iván IV el Terrible fue proclamado soberano en 1533, a la edad de tres años; durante su minoría de edad, el Estado estuvo continuamente dividido por los enfrentamientos entre los boyardos (nobles), sobre los que se basó la anterior expansión territorial. En 1547, Iván asumió el trono y se convirtió en el primer gran duque moscovita oficialmente coronado como zar; en este mismo periodo, se casó con Anastasia Románovna, miembro de la familia de los Romanov. Iván se opuso al amplio poder de la antigua nobleza, de la que había recibido varios desaires durante su infancia; en 1549 convocó la primera Zemski Sobor (o Asamblea Nacional) en la que estaban representadas todas las clases de la sociedad rusa, con la sola excepción de los campesinos. Su principal propósito era consolidar su posición autocrática debilitando el poder de los boyardos y de la Iglesia. En diciembre de 1564, como medio de coerción, Iván abandonaba Moscú y anunciaba su abdicación; la presión popular le permitió, en enero, recibir poderes absolutos, tras lo cual continuó en el trono. Entre sus primeras medidas dispuso que la mitad de Moscovia fuera considerada propiedad patrimonial del zar. Este territorio, denominado Oprichnina, pasó a estar bajo control directo de Iván, que lo distribuyó entre sus seguidores como reconocimiento por los servicios personales y militares prestados, con lo que estableció un nuevo grupo social denominado oprichniki. En agradecimiento a las tierras concedidas, los oprichniki actuaron como cuerpo policial al servicio personal de Iván. Los boyardos, intentando defender su posición que veían amenazada por el ascenso de este nuevo grupo dirigente, se levantaron en su contra; tras su derrota Iván deportó a un gran número de ellos y las ejecuciones fueron masivas.
En 1552 los ejércitos moscovitas conquistaron y anexionaron el reino tártaro de Kazán, y Astracán pasó a ser territorio ruso en 1556. La pacificación de la frontera sur y oriental facilitó la colonización rusa de los territorios orientales. La zona fronteriza de Moscovia fue ocupada poco a poco por belicosos aventureros conocidos como cosacos, muchos de los cuales eran labradores exiliados. Se concentraron en la cuenca del Don y alrededor del cauce bajo del Volga aunque algunos se dirigieron hacia el norte; en 1581, el hetman (capitán) cosaco Yermak Timoféievich encabezó una expedición financiada por la rica familia de los Stroganov hacia el este, cruzando los Urales. Iván, en un principio, advirtió a Yermak que no soliviantase a las tribus salvajes del área, pero cuando, en 1581, éste puso bajo dominio ruso toda la cuenca del río Obi le perdonó, comenzando así la conquista de Siberia. Al oeste, Iván reunió sus fuerzas en el Báltico y, durante un tiempo, logró someter Livonia; no obstante, en el momento de su muerte, ya había perdido todas sus conquistas occidentales. Iván cerró numerosos tratos comerciales con Inglaterra y reunió a un elevado número de expertos occidentales en tecnología y comercio exterior, una práctica que ha pervivido a lo largo de la historia de la monarquía rusa. Aunque ha sido conocido como Iván el Terrible por sus crueldades y excesos durante los últimos años de su reinado, también es cierto que fortaleció el Estado y estableció las bases del gobierno supremo de los zares.
7.2.1.2
Borís Godunov
Fiódor I (Teodoro I), hijo de Iván, resultó ser enfermizo e indeciso, y durante su reinado (1584-1598) estuvo constantemente dominado por su cuñado, el boyardo Borís Godunov. Bajo la dirección de éste, el Estado ruso creció en poder y prestigio, aunque en 1597, el descontento de los labradores aumentó tras la proclamación de una ley que les ligaba a las propiedades territoriales y aprobaba la servidumbre. En 1598 con la muerte del aún niño Fiódor se puso fin a la dinastía de los rurik, y Borís fue elegido zar por la Zemski Sobor (Asamblea Nacional). Aunque gobernó con gran habilidad, su acceso al trono fue muy difícil porque le consideraron presunto asesino de Dimitri Ivánovich, hijo de un pariente directo de Iván el Terrible. La misteriosa muerte de Dimitri en 1591 hizo posible la aparición de pretendientes al trono bajo su nombre o como sus descendientes, inaugurando un periodo de desorden y revueltas que fue conocido como “Edad de los disturbios” o Smútnoye Vremya.
7.2.2
Edad de los disturbios
En 1604, un pretendiente al trono conocido por el nombre de Dimitri I o Falso Dimitri, consiguió el apoyo de algunos nobles lituanos y polacos y de los cosacos. Tres meses después de la muerte de Borís en 1605, Dimitri I entró en Moscú y fue coronado zar. A pesar de su capacidad gubernativa, se enfrentó con la oposición de los boyardos que aún confiaban en la restauración del poder que ellos mismos representaban. Se levantaron en armas y asesinaron al zar, tras lo que elevaron al trono al príncipe Basilio Shuysky. Sin embargo, contaban con la oposición de los cosacos y campesinos irritados por la instauración de la servidumbre y temerosos de que la política de los boyardos agravara su situación; se produjeron revueltas en el sur de Rusia apoyando a un nuevo pretendiente al trono, Dimitri II, cuando ya estaba cerca de Moscú. Al mismo tiempo, el rey de Polonia Segismundo III Vasa, deseoso de alcanzar el trono ruso, atravesó las fronteras occidentales a petición de Basilio y prestó su apoyo militar al zar boyardo. Tras un largo periodo de luchas e intrigas, Basilio fue depuesto en 1610, con lo que el trono quedaba vacante. Algunos boyardos apoyaron la candidatura de Vladislav, hijo de Segismundo, y el ejército polaco entró en Moscú. El país entero cayó en un estado de total anarquía.
Esta situación fue resuelta por la iniciativa de Kuzma Minin, un vecino de Nizni Nóvgorod que encabezó un levantamiento nacional en el noreste de Rusia. Bajo la dirección del príncipe Dmitri Mijáilovich Pozarsky, quien consiguió la ayuda de los cosacos, las tropas rebeldes avanzaron sobre Moscú y en 1612 los polacos fueron expulsados. En 1613 la Asamblea Nacional, cuyos miembros representaban a las ciudades y a la Iglesia, eligió como zar a Miguel Romanov, sobrino nieto de Anastasia Románovna. Se inició así la dinastía Romanov.
7.2.3
Gobierno de los Romanov
Aunque el descontento social fue la principal característica de la “Edad de los disturbios”, no se emprendieron verdaderas reformas. La principal consecuencia de este periodo de caos fue la ruina de la antigua nobleza de los boyardos, cuyo papel en el gobierno fue realizado por otra nueva clase nobiliaria, aunque sin alcanzar la preponderancia de la primera.
Bajo los primeros Romanov —esto es, Miguel y su hijo Alejo Mijáilovich Romanov, proclamado zar en 1645— las nuevas leyes otorgaron a los nobles propietarios de tierras un mayor poder sobre sus siervos. El código adoptado en 1649, únicamente hizo que aumentara el número de campesinos que huían de la servidumbre de la gleba y se instalaran en los asentamientos cosacos a lo largo del curso bajo del Volga, el Dniéper y el Don. En 1670 bajo la dirección del cosaco del Don, Stenka Rasin, comenzó una gran revuelta agraria en el sureste de Rusia, que un año más tarde sería sofocada no sin grandes dificultades por las tropas del zar. Esta primera y gran revuelta de campesinos estableció un precedente para los levantamientos que más tarde vendrían protagonizados por la gleba, que encauzó su odio hacia la nueva nobleza señorial, más que hacia el mismo zar.
Rusia, mientras tanto, se convertía en un Estado más europeo, y en los centros urbanos se hacían sentir las influencias de la Europa occidental que ponían fin al aislamiento provocado por las invasiones de los mongoles. Este cambio en las actitudes y formas de vida requería establecer una reconciliación cultural con los antiguos territorios recuperados a Polonia y Lituania. En 1654, los cosacos de Ucrania se rebelaron contra el control polaco y ofrecieron su apoyo al zar Alejo. En la consiguiente guerra con Polonia (1654-1667), Rusia salió vencedora y pudo así recuperar Smolensk (perdido en 1611), Kíev y el resto del este de Ucrania. La reincorporación de Ucrania aceleró las reformas del ritual de la Iglesia rusa; Ucrania era un distrito del patriarcado de Constantinopla y con el fin de garantizar su plena integración en la Rusia occidental, la Iglesia ucraniana fue inducida a aceptar al patriarca de Moscú. El patriarca de Rusia, Nikón (1652-1658), introdujo reformas en el ritual ruso que provocaron un cisma, ya que muchos de los clérigos y creyentes rusos se negaron a abandonar sus ceremonias de tradición centenaria. Según el Concilio de 1667, los disidentes tradicionalistas (o raskolniki) fueron declarados cismáticos. Así, millones de los considerados ‘viejos creyentes’ se vieron excluidos de la participación en la vida rusa.
Alejo fue sucedido por su hijo, Fiódor III, bajo cuya dirección, Rusia llevó a buen término su primera guerra contra el Imperio otomano. Tras la muerte de Fiódor en 1682, su hermano Pedro I el Grande fue proclamado zar, pero su hermana mayor, Sofía Alexeievna, ocupó el trono en nombre de su otro hermano, Iván V el Hechizado a quien declaró incompetente para gobernar, haciéndose ella con el poder. Tras un intento fallido de privar a Pedro de sus derechos al trono y de asesinarlo junto a su madre, Sofía fue obligada a abandonar el poder en 1689.
7.3
El Imperio Ruso
La ascensión de Pedro I como zar en 1682 marcó el comienzo de un periodo durante el cual Rusia logró alcanzar un gran poder dentro de Europa.
7.3.1
Pedro I el Grande
Atraído por la cultura de Europa occidental, en especial de Prusia, en 1697 dirigió una misión técnica y diplomática que recorrió varios países europeos y que le tuvo ausente de Rusia durante dieciocho meses. Intentó mediante decretos y leyes obligatorias transformar la sociedad tradicional de Moscú en otra de estilo occidental, que permitiera hacer de Rusia un poderoso Estado y aumentar su poder en Europa; reorganizó el Ejército, fortaleció la Armada, reformó el gobierno e impuso normas de comportamiento occidentales a la población rusa; bajo órdenes directas, promovió el desarrollo de la industria y del comercio, así como la formación técnica, la educación y las ciencias. Durante su reinado, Rusia llevó a cabo una serie de adquisiciones territoriales; sus principales campañas militares tuvieron lugar sobre todo en el oeste, y su más destacado enfrentamiento se produjo contra el mayor poder fáctico del Báltico en aquel tiempo, Suecia, en la Gran Guerra del Norte (1700-1721). Para controlar el Báltico era necesario crear una gran armada que permitiera la expansión del comercio exterior ruso, pero las fuerzas militares del zar fueron derrotadas por los suecos en Narva (hoy en Estonia) en 1700. No obstante, los suecos no persiguieron a los rusos, lo cual permitió que Pedro pudiera reorganizar sus fuerzas y atacar las bases suecas en Livonia. En 1703, comenzó la construcción de la nueva capital, San Petersburgo, sobre el territorio ganado a los suecos; el gobierno se trasladó allí desde Moscú en 1714. Pero antes, en 1709, la flota rusa venció a los suecos en Poltava, con lo que Rusia consiguió la supremacía en el Báltico. Según los términos del Tratado de Nystad (30 de agosto de 1721), Rusia adquiría Livonia, Estonia, Ingria, parte de Carelia y numerosas islas del Báltico. Con el dominio de los rusos en el norte de Europa, la concepción bizantina del zar fue reemplazada por la latina que aportaba el título de emperador. En 1721 Pedro fue proclamado “zar de todas las Rusias” dando origen al Imperio Ruso.
7.3.2
Los sucesores de Pedro I el Grande
El gobierno autoritario de Pedro I estuvo seguido de un periodo de debilidad. Su hijo y heredero Alejo fue condenado por alta traición y murió torturado en prisión en el año 1718. El trono pasó entonces a su segunda esposa, Catalina I. Tras su muerte en 1727, la sucesión en el trono pasó a manos de distintos gobernadores, tras varias conjuras y conspiraciones, a menudo protagonizadas por la guardia de palacio. Pedro II, hijo de Alejo, fue nombrado emperador tras la muerte de Catalina y fue a su vez sucedido en 1730 por Ana Ivánovna, hija de Iván V. Ana, como duquesa de Curlandia, distribuyó los principales cargos entre sus favoritos prusianos y gobernó con despotismo; fue sucedida en el trono por Iván VI, su sobrino nieto de tan sólo ocho semanas de edad. Una conspiración palaciega colocó en el trono a la hija menor de Pedro I, Isabel Petrovna; bajo su gobierno (1741-1762) se produjo una recuperación nacional, y en una guerra contra Suecia (1741-1743), Rusia conseguía parte de Finlandia. Posteriormente se alió con Austria y Francia en la guerra de los Siete Años (1756-1763) contra Prusia. Su sobrino y sucesor Pedro III, admirador del rey Federico II de Prusia, dio por sellada la paz en el momento de su ascensión al trono en 1762; un año después, Pedro III fue depuesto y asesinado. Su esposa, una princesa alemana, subió al trono vacante con el nombre de Catalina II.
7.3.3
Catalina II la Grande
Su labor de gobierno intentó desarrollar la política iniciada por Pedro I el Grande; el éxito de sus medidas permitió la expansión de Rusia. Sus campañas militares tomaron dos direcciones; en primer lugar, dirigió sus ejércitos contra el Imperio otomano con el fin de hacerse con los puertos del mar Negro tan necesarios para el comercio ruso; en la Guerra Turco-rusa de 1768 a 1774, Rusia ocupó la región tártara de Crimea que quedó anexionada al Imperio Ruso en 1783, mientras que en un posterior enfrentamiento (entre 1787 y 1792), conseguía todos los territorios situados al oeste del río Dniéster, entre los que se encontraba el puerto de Ochakov, en el mar Negro. El segundo objetivo de su actividad militar se centró en los territorios occidentales; como resultado de las tres particiones de Polonia (1772, 1793, 1795), Rusia obtuvo 468.000 km2 de tierra y alrededor de seis millones de habitantes. La política interior de Catalina fue fiel reflejo del gobierno de corte occidental de Pedro I. Introdujo la cultura francesa y durante algún tiempo estuvo interesada en las teorías liberales expuestas por algunos escritores franceses como Voltaire. En 1767, emitió una propuesta de reforma administrativa y legal, intentando mejorar las condiciones de vida de los siervos campesinos, pero no se llegaron a poner en práctica por la oposición de la nobleza. El estallido de un levantamiento cosaco y de campesinos dirigido por Yemelyan Ivánovich Pugachov (1773-1775), que fue sofocado tras su ejecución, hizo que Catalina, en respuesta a los hechos, en lugar de suavizar las opresivas leyes sobre servidumbre, las endureciera aún más. Tras el comienzo de la Revolución Francesa de 1789, la emperatriz desechó por completo sus puntos de vista liberales.
7.3.4
Pablo I y Alejandro I
Catalina fue sucedida en 1796 por su hijo Pablo I, quien estableció algunas reformas en el trato de los siervos, limitando el trabajo que realizaban para sus señores a sólo tres días a la semana. En asuntos externos, se unió a Austria, Gran Bretaña, Nápoles y el Imperio otomano, en una segunda coalición contra Francia (1799-1802). Fue un gobernante despótico y desequilibrado que murió en su propio palacio después de una conspiración dirigida por la nobleza en 1801.
Su hijo, Alejandro I Pavlovich, fue el favorito de su abuela, la emperatriz Catalina. Imbuido en las políticas liberales del reinado de su abuela y educado por el pensador suizo Frédéric César de la Harpe, Alejandro empezó su reinado garantizando la amnistía a los presos políticos, proyectando una Constitución para el Imperio y rechazando muchas de las medidas restrictivas de su padre. No obstante, su esperanzadora política interior fue pronto abandonada a causa de las guerras en el extranjero. En 1805, Rusia junto a Gran Bretaña, Austria y Suecia crearon la Tercera Coalición contra Napoleón Bonaparte. Después de que los ejércitos franceses ocuparan Prusia tras la batalla de Jena, el 14 de octubre de 1806, y derrotaran a Rusia en Friedland el 14 de junio de 1807, Alejandro dio marcha atrás y buscó la alianza con Francia por el Tratado de Tilsit (1807), por el cual Alejandro colaboró en la formación del bloqueo continental dirigido contra Gran Bretaña; en recompensa obtuvo libertad de acción contra Suecia y Turquía. Tras la Guerra Turco-rusa de 1806 a 1812, Rusia ocupó Besarabia; en su enfrentamiento con Suecia en 1808 y 1809 adquirió las islas Åland y toda Finlandia. En Asia también amplió sus fronteras; después de la anexión de Georgia en 1801, en 1813 ocupó Daguestán y otras áreas. Mientras tanto, las relaciones con Francia se iban deteriorando y en 1812 Napoleón invadió Rusia. Esta campaña fue un completo desastre para el emperador francés; sus tropas entraron en Moscú el 14 de septiembre, pero la ciudad había sido ya incendiada por los propios rusos y los franceses se vieron obligados a replegarse en retirada, la cual se convirtió en una completa derrota por la exposición constante al hambre, al frío y al acoso de las guerrillas, en un país devastado por la política rusa de ‘tierra quemada’. Tras la derrota francesa, Alejandro se convirtió en la figura central de la alianza que acabó con la expulsión de Napoleón. En 1815 en el Congreso de Viena, la mayor parte del ducado de Varsovia pasó a ser propiedad rusa.
Aunque la última década del reinado de Alejandro estuvo marcada por las medidas reaccionarias y represivas, los intercambios intelectuales entre Europa occidental y Rusia favorecieron una mayor liberalización de los puntos de vista políticos entre la intelectualidad rusa, representada por los estudiantes, la clase media alta y la nueva nobleza. La imagen de Rusia como un Estado despótico con una compleja burocracia presente en todos los ámbitos de la vida política y social y llena de corrupción, donde las masas oprimidas tenían poco que decir, permitió la aparición de sociedades políticas secretas, tras lo cual empezó el movimiento revolucionario.
7.3.5
Nicolás I
Tras la muerte de Alejandro I en 1825 sin descendencia, el trono pasó a su hermano menor, Nicolás I. Aprovechándose de la relativa confusión generada por el asunto de la regencia, un grupo de jóvenes oficiales organizaron la revuelta decembrista, en un esfuerzo para establecer una monarquía constitucional o incluso una república (véase Decembristas). El emperador pronto sofocó la revuelta, aunque aumentó el descontento cuando se tomaron medidas reaccionarias, como la creación de una policía secreta que obedecería de forma leal al emperador, la censura de todas las publicaciones y la supresión de todo tipo de material en los textos escolares o planes de estudio que fuera considerado potencialmente peligroso. Tras las revoluciones de 1848 que sacudieron a toda Europa, Nicolás comenzó una vigorosa campaña contra las ideas liberales en la educación y en los círculos intelectuales en general; las cátedras de historia y filosofía fueron abolidas por esta misma razón y los grupos de estudiantes se redujeron a 300 por universidad. Fueron igualmente arrestados numerosos escritores, algunos de los cuales, como Fiódor Dostoievski, fueron exiliados y sentenciados a trabajos forzados.
Nicolás I hizo también numerosos esfuerzos por expandir el Imperio. Esta expansión se llevó en tres direcciones: al suroeste, hacia el Mediterráneo, interfiriendo en las provincias balcánicas de Turquía; al sur, hacia el Cáucaso y Asia central, y al este hacia el Pacífico. En 1826 empezó una guerra contra Irán, que terminó dos años después con la adquisición rusa de parte de Armenia, además de la ciudad estratégica de Ereván. Al mismo tiempo, Nicolás I apoyó a los revolucionarios griegos y la flota rusa se unió a los barcos británicos y franceses para derrotar a la flota turca en la batalla de Navarino (1827). En la Guerra Turco-rusa de 1828 y 1829, Turquía resultó vencida; por el Tratado de Adrianópolis (1829) Rusia conseguía la soberanía sobre los pueblos del Cáucaso, controlaba la desembocadura del Danubio, establecía un sistema de vigilancia sobre los nuevos principados de Moldavia y Valaquia, así como la libertad de comercio en el Imperio turco.
En occidente, en 1830 se produjo una revolución en Polonia que demandaba su independencia. Los nacionalistas polacos expulsaron al gobernador ruso y organizaron un gobierno provisional; sin embargo, las tropas rusas sofocaron rápidamente la revuelta y Polonia se convirtió de nuevo en provincia rusa.
El aumento de poder ruso en Oriente Próximo y en los Balcanes fue considerado como una amenaza por parte de las otras potencias europeas, especialmente después de que las tropas rusas ocuparan los Dardanelos, tras el acuerdo de 1833 con Turquía. Gran Bretaña, Francia, Prusia y Austria formaron un bloque para obstaculizar los planes rusos de un eventual dominio del decadente Imperio turco. En 1853, después de que Nicolás I invadiera los principados del Danubio (Moldavia y Valaquia), Turquía declaraba la guerra a Rusia. En la guerra de Crimea (1853-1856), Rusia se enfrentó a una coalición formada por Turquía, Gran Bretaña, Piamonte y Francia, y fue duramente doblegada.
7.3.6
Alejandro II
Nicolás I murió en 1855 y su hijo Alejandro II firmó la Paz de París (1856). Rusia fue obligada a abandonar Kars y parte de Besarabia; su posición en el mar Negro quedó neutralizada, y el protectorado ruso sobre los principados del Danubio fue abolido. A pesar de este retroceso en el suroeste, se mantuvo el avance en el Pacífico y en el golfo Pérsico. En 1850 se estableció un asentamiento ruso en el estuario del río Amur y la mitad norte de la isla de Sajalín fue ocupada en 1855. Tres años más tarde, toda la región del Amur y el área meridional (donde se fundó en 1860 la ciudad de Vladivostok) quedaron totalmente anexionadas. En Asia central, el Imperio se había extendido hasta alcanzar prácticamente la frontera con la India británica, con la anexión de Tashkent (1865), Bujara (1866), Samarcanda (1868), Jiva (1873) y Jojand (1876); Merv fue anexionada en 1884, tres años después de la muerte de Alejandro.
En política interior, el reinado de Alejandro fue una era de reformas necesarias tras el fracaso de la guerra de Crimea. En 1861 decretó la emancipación de los siervos, lo que implicó la reforma del gobierno local; así en 1864 fueron introducidos los zemstvos (o asambleas de distritos) para tratar cuestiones locales como la educación, el bienestar público y los servicios de sanidad. El sistema judicial fue revisado y se instituyó un tribunal de justicia para casos de delitos de sangre. No obstante, el emperador se negó a aprobar una Constitución que permitiera la organización de una asamblea representativa. Crecieron los movimientos revolucionarios con objetivos bien definidos, aunque también había grupos de tendencia nihilista que intentaban acabar con la sociedad existente para construir una nueva sobre sus ruinas. El movimiento populista narodniki (patriotas) intentó un levantamiento integrado por campesinos. Estos movimientos revolucionarios también se produjeron en Polonia: en 1863, los polacos se sublevaron por segunda vez. Una vez sofocada la revuelta, Polonia quedó privada de los últimos vestigios de su autonomía y fue puesta bajo el control absoluto de Rusia.
Rusia reanudó su actitud agresiva contra Turquía después de 1871. El destronamiento de Napoleón III (uno de los principales oponentes a la intervención rusa en los Balcanes) permitió a Rusia ampliar allí su esfera de influencia. Cuando Serbia y Montenegro se levantaron contra Turquía en 1876, Rusia intervino en su ayuda; tras la Guerra Turco-rusa de 1877 y 1878, Alejandro II consiguió mayores concesiones de Turquía aunque fueron moderadas por parte de las potencias europeas, temerosas de la dominación rusa de los Dardanelos, en el Congreso de Berlín (1878).
7.4
El final del Imperio
El fracaso en los objetivos bélicos exacerbó el descontento popular. Alejandro II murió asesinado por un revolucionario en un atentado en 1881.
7.4.1
Alejandro III
El hijo de Alejandro II, Alejandro III, instituyó una rígida censura y la supervisión policial de las actividades intelectuales; el poder de los zemstvos fue reprimido de forma drástica y se instituyeron programas para rusificar a las numerosas minorías raciales del Imperio. La opresión sobre los judíos fue especialmente dura: se les obligó a vivir en áreas delimitadas donde no estaba permitido el ejercicio de determinadas profesiones (véase Pogromo). Los trabajadores industriales acogieron de buen grado la propaganda revolucionaria y las teorías marxistas encontraron muchos adeptos. Una política de industrialización intensiva, generó un aumento en el número de trabajadores que vivían en las ciudades más industrializadas, como Moscú y San Petersburgo, en pésimas condiciones; el desarrollo de un movimiento revolucionario de carácter subversivo encontró muy pronto un gran número de seguidores.
7.4.2
Nicolás II
Nicolás II ascendió al trono en 1894. Aunque bien intencionado, fue un gobernante débil fácilmente dominado por otros y un firme creyente en los principios autocráticos enseñados por su padre. Su esposa Alejandra le dio cuatro hijas y un hijo, Alejo, quien padecía hemofilia. En sus vanos intentos por encontrar cura para su hijo, Nicolás y Alejandra acudieron a curanderos y fanáticos religiosos, entre los que destacó el monje siberiano Grígori Yefímovich Rasputín.
La autocracia, la opresión y el control policial crecieron aún más bajo el mandato de Nicolás II y aumentó el número de acciones terroristas. Algunos dirigentes revolucionarios exiliados, como Lenin, dirigieron el movimiento socialista. En cuanto a la política exterior, los intereses rusos en Manchuria chocaron con el Imperio Japonés en expansión, estallando la guerra en febrero de 1904.
7.4.2.1
La Revolución de 1905
Necesitado de la ayuda del pueblo para hacer frente a la guerra con Japón, el gobierno permitió que un congreso de los zemstvos se reuniera en San Petersburgo en noviembre de 1904. Cuando las peticiones de reforma por parte del congreso fueron rechazadas por el gobierno, las asumieron los grupos socialistas, que organizaron varias manifestaciones. El 22 de enero de 1905, miles de personas guiadas por Gueorgui Apollónovich Gapón, un sacerdote revolucionario, marcharon pacíficamente hacia el Palacio de Invierno, en San Petersburgo, para presentar allí sus protestas; sin embargo, fueron disueltos por las tropas imperiales, muriendo cientos de ellos en lo que se dio en llamar el ‘domingo sangriento’.
Esta masacre señaló el comienzo de la revolución; se celebraron manifestaciones y continuas huelgas en todas las áreas industrializadas del país. El fluir de los acontecimientos, combinado con el desastre de la guerra contra Japón, obligó al zar a realizar determinadas concesiones: prometió la formación de una asamblea representativa o Duma; emitió decretos que garantizaban la libertad de trabajo a los ‘viejos creyentes’ (29 de abril) y una mayor libertad para los polacos (16 de mayo). No obstante, no pudo parar la marcha de la revolución: se amotinaron los marineros del acorazado Potemkín en Odesa y la guarnición de Kronstadt y se crearon soviets (consejos obreros), cuyos delegados se reunieron en San Petersburgo, y el 14 de octubre, convocaron una huelga general. Esta huelga estuvo acompañada de movimientos nacionalistas de descontento en Finlandia y en Polonia y revueltas de campesinos, a lo que se añadió la completa derrota de Rusia en la guerra contra Japón. El gobierno envió tropas contra los revolucionarios y prestó apoyo a los grupos conservadores. El arresto de los componentes del soviet de San Petersburgo en diciembre provocó una violenta rebelión de trabajadores en Moscú, sofocada por tropas del Ejército. A principios de 1906, el gobierno se hizo de nuevo con el control del país.
7.4.2.2
La instauración de la Duma
La primera Duma se creó en mayo de 1906, pero ya anteriormente se habían aprobado varias leyes que garantizaban los poderes autocráticos del zar. Quedó disuelta a los dos meses de su inauguración. En 1907 se instituyó una segunda Duma que sería también disuelta al poco tiempo. Fue entonces cuando se organizó un movimiento revolucionario, que pronto se encontró con una fuerte represión. Mientras tanto, los moderados y conservadores iniciaron su cooperación con el gobierno, controlando la actividad de la tercera Duma que decretó varias reformas moderadas.
7.4.2.3
I Guerra Mundial
El comienzo de la I Guerra Mundial en 1914 supuso la interrupción momentánea de las actividades revolucionarias de los radicales. La guerra estalló cuando Rusia rehusó permanecer al margen ante el ultimátum de Austria a Serbia, tras el asesinato del archiduque Francisco Fernando de Habsburgo en Sarajevo el 28 de junio de 1914. La cuarta Duma celebró entonces una única sesión para obtener el apoyo popular al gobierno.
A finales de 1914 el Ejército ruso había ya sufrido duras derrotas ante los alemanes, especialmente en el este de Prusia. Estas derrotas aumentaron en 1915 y, a excepción de unas pocas victorias, el sentimiento de fracaso aumentó tras los desastres en Crimea y Japón. La falta de suministros y transportes junto con la ineficacia de los mandos militares desalentaron a las tropas; comenzaron a producirse deserciones y la guerra tomó un cariz impopular en toda Rusia, mientras aumentaba la represión y se mantenía la corrupción por parte del gobierno. El zar, dominado por su esposa Alejandra, alemana de nacimiento, perdió la confianza del pueblo y pasó a estar bajo el control de Rasputín, que en aquel entonces dominaba prácticamente las decisiones gubernamentales y de carácter militar. Lo arbitrario y despótico de éstas aumentó la oposición a su gobierno; en diciembre de 1916, un grupo de aristócratas, entre los que se encontraban miembros de la familia real, lo asesinaron. No obstante, la agitación revolucionaria siguió en ascenso y en febrero de 1917 comenzaron los disturbios en Moscú; las tropas, en lugar de cargar contra los revolucionarios, se unieron a ellos. Finalmente el 15 de marzo se produjeron las abdicaciones del zar Nicolás II y de su hijo, dejando la administración en manos de un gobierno provisional organizado por la cuarta Duma. Con ello se daba por finalizado el Imperio Ruso.
7.5
Revolución Rusa y era soviética
Para más información véase Revolución Rusa. Para conocer la historia de Rusia después de la Revolución y antes de su independencia en 1991 véase Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
7.6
Rusia a partir de la independencia
Poco después de la disolución de la URSS en 1991, surgió la lucha por el poder entre las fuerzas conservadoras y reformistas. El presidente Borís Yeltsin, elegido en junio de 1991 por sufragio popular, recibió poderes absolutos otorgados por el Congreso de Diputados, uno de los dos cuerpos legislativos que estableció la Constitución soviética de 1978. Yeltsin utilizó sus poderes para iniciar un programa de nuevas reformas económicas y establecer una serie de nombramientos regionales para someter las asambleas legislativas locales, dominadas por los neocomunistas. Los conservadores dirigidos por el presidente del Soviet Supremo Ruslan Jasbulátov intentaron minar los poderes de Yeltsin tras una campaña de reforma económica radical a principios de 1992. En diciembre del mismo año, en una asamblea del Congreso de Diputados, el primer ministro en funciones Yegor Gaidar (1992), artífice del plan gubernamental de reformas económicas, fue sustituido por Víktor Chernomirdin, antiguo miembro del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y ministro de Industria del Gas, en la antigua URSS. El Congreso de Diputados también rescindió algunos de los poderes otorgados a Yeltsin, entre los que se encontraba el control sobre los administradores locales. En ese mismo mes, el Tribunal Constitucional desautorizó la prohibición del PCUS llevada a efecto por Yeltsin, el cual protestó por la reducción de sus poderes; se alcanzó un acuerdo con el Congreso de Diputados a finales de 1992 para llevar a cabo unas elecciones que permitieran elaborar una nueva constitución. Los conservadores se opusieron a la celebración de unas nuevas elecciones, mientras que el 20 de marzo de 1993 Yeltsin formaba un nuevo gobierno de emergencia. Este anuncio fue desaprobado por el presidente del Tribunal Constitucional Valeri Zorkin, por Jasbulátov y por el vicepresidente Alexandr Rutskói, entre otros. Poco después, ambos bandos modificaron sus posiciones: Yeltsin anuló su gobierno de emergencia y los conservadores permitieron que se celebraran las votaciones el 25 de abril de 1993.
Yeltsin consiguió una abrumadora victoria en las urnas, pero las elecciones no consiguieron resolver el problema de la lucha por el poder. En septiembre de 1993, Yeltsin expulsó a Rutskói de la vicepresidencia por escándalos de corrupción, a pesar de las protestas del Parlamento. En ese mismo mes, el presidente decretó la disolución del Parlamento debido a la resistencia de los diputados conservadores a trabajar en la formación de una Asamblea Constituyente. El Parlamento respondió, denunciando las acciones de Yeltsin por inconstitucionales y declarando presidente a Rutskói. Cerca de cien diputados y otros tantos seguidores armados dirigidos por Jasbulátov y Rutskói ocuparon el edificio del Parlamento, también conocido como Casa Blanca. El estancamiento de las negociaciones entre el gobierno y los rebeldes duró varios días, aunque quedó roto cuando los rebeldes consiguieron asaltar el ayuntamiento de Moscú y el edificio central de la televisión. El gobierno respondió entonces con el bombardeo del edificio del Parlamento, arrestando a sus ocupantes; más de 140 personas murieron en aquella rebelión, dispersada por las fuerzas del orden. El 4 de octubre de 1993, Rutskói y Jasbulátov fueron hechos prisioneros y acusados de haber incitado al desorden público.
No obstante, la victoria de Yeltsin sobre los conservadores duró poco. Las elecciones de diciembre de 1993 permitieron un inesperado éxito de los partidos nacionalistas y comunistas, en especial del Partido Liberal Democrático, encabezado por Vladímir Zhirinovsky. En febrero de 1994, la nueva Duma anuló los cargos que había pendientes sobre Rutskói y Jasbulátov por las acciones de octubre de 1993, además de garantizar la amnistía a los organizadores del golpe de Estado de agosto de 1991, contra el dirigente soviético Mijaíl Gorbachov. Yeltsin respondió a los objetivos de los ultraconservadores convocando unas nuevas elecciones con el fin de mantener la presidencia al margen de los reaccionarios.
En las elecciones legislativas celebradas en diciembre de 1995 —consideradas un ensayo para las presidenciales de 1996— los comunistas, encabezados por Guennadi Ziugánov, se consolidaron como la primera fuerza de la Duma, lo que significó un nuevo revés para Yeltsin y puso de manifiesto el rechazo popular a su política. Por otro lado, la descomposición de la sociedad rusa ha permitido el aumento de organizaciones mafiosas que tienen una mayor presencia en la economía rusa.
Yeltsin se presentó a las elecciones presidenciales del 16 de junio de 1996, teniendo como principal oponente al candidato comunista Guennadi Ziugánov. Yeltsin resultó elegido, con lo que se convirtió en el primer presidente democrático de Rusia, tras superar en la segunda vuelta a Ziugánov. En enero de 1997, hubo de asistir a la Duma (cámara baja del Parlamento ruso) para evitar su destitución, propuesta por la oposición alegando para ello motivos de salud. Dos meses más tarde, realizó una profunda reorganización del Consejo de Ministros, introduciendo como viceprimeros ministros a Anatoli Chubáis, encargado de impulsar una nueva reforma económica, y a Borís Nemtsov, aunque manteniendo a Chernomirdin como primer ministro.
Entre los principales problemas del país también se cuentan los relacionados con los distintos territorios que constituyen la Federación. Aprovechando los enfrentamientos de distintas tendencias en la autoproclamada república de Chechenia (que permanecía fuera de su control desde 1991), Yeltsin decidió intervenir militarmente en diciembre de 1994, desencadenando una cruenta guerra en la que fue bombardeada la población civil chechena; la resistencia de los rebeldes chechenos puso en evidencia la ineficacia del aparato militar ruso, que no pudo hacerse con el control de las principales ciudades de la república hasta mediados de 1995, ni limitar las actividades de los guerrilleros chechenos que actuaron incluso en territorio ruso. A mediados de 1996, tras el asesinato del antiguo presidente checheno Dzhojar Dudáiev, se iniciaron conversaciones de paz que permitieron aliviar la situación y establecer un alto el fuego. Estas conversaciones concluyeron con la firma de un tratado de paz el 7 de mayo de 1997 por el que se ponía fin al conflicto, a la vez que ambas partes se comprometían a mantener relaciones conforme a las “normas del Derecho internacional”, lo que suponía en la práctica el reconocimiento de Chechenia como nación soberana por parte de Rusia.
En el ámbito internacional, Rusia, pese a su adhesión al proyecto de Asociación por la Paz, había venido rechazando abiertamente en los últimos años la incorporación de sus antiguos aliados de Europa del Este a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), amenazando con incumplir los acuerdos para la reducción de armamento. Tal negativa se argumentaba en el hecho de que una incorporación de esos países suponía una seria amenaza a su seguridad nacional. Sin embargo, en un giro radical tras meses de arduas negociaciones diplomáticas en las que jugó un importante papel el secretario general de la OTAN, el español Javier Solana, el presidente ruso se avino a firmar el 27 de mayo de 1997 un acuerdo que había alcanzado con aquélla el 14 de ese mes por el que ambas partes se comprometían a no interferir en la política defensiva de ningún Estado europeo, lo que en la práctica suponía levantar su veto a la ampliación de la OTAN por Europa Oriental. De forma simultánea, Yeltsin anunciaba el desmantelamiento de los misiles que apuntaban hacia los países de la Alianza Atlántica, lo que, unido a la firma del acuerdo con la OTAN, le valió las críticas de los sectores nacionalistas dentro del país.
Por lo que se refiere a las relaciones con sus vecinos orientales, a comienzos del mes de noviembre tuvo lugar un encuentro en Pekín, de tres día de duración, en el que Rusia y China acordaron el establecimiento de una línea de demarcación fronteriza permanente, en tanto que ese mismo mes se establecía con Japón un principio de acuerdo para poner fin a las disputas territoriales que debía concluir en el año 2000 con la firma de un tratado.
La Duma aprobó el 19 de septiembre la Ley sobre la Libertad de Conciencia y las Asociaciones Religiosas en las que se confiere una situación de privilegio para los grupos ortodoxos, si bien se reconocen ciertos derechos a otras religiones, como el catolicismo, el protestantismo, el budismo, el islam y el judaísmo.
Pese a la relación cordial entre Yeltsin y Chubáis, un escándalo financiero obligó al presidente, ante la presión de la Duma, a destituirle en noviembre de 1997 de sus cargos como primer viceministro y ministro de Hacienda, desde los que había impulsado una ímproba reforma económica; no obstante, Yeltsin optó por mantenerle dentro de su círculo de allegados y asesores.
El primer ministro Víktor Chernomirdin salió directamente fortalecido de la “defenestración” de Chubais al frente de la cartera de Finanzas, al menos de forma temporal: a finales de marzo de 1998, Yeltsin optó por destituirle y nombrar a un nuevo primer ministro, Serguéi Kiriyenko. Tras oponerse en dos ocasiones a ratificar el nombramiento efectuado por el presidente ruso, el 24 de abril la Duma aceptó (para evitar ser disuelta por Yeltsin) a Kiriyenko como primer ministro.
El mandato del nuevo primer ministro fue efímero: la grave crisis financiera y el permanente veto parlamentario provocaron su destitución en el mes de agosto. Pese a que Yeltsin deseaba nombrar de nuevo a Víktor Chernomirdin jefe de gobierno, la oposición de la Duma, controlada por comunistas y nacionalistas hizo que, finalmente, el elegido fuera Yevgueni Primakov, hasta ese momento ministro de Asuntos Exteriores. Presentado el día 10 de septiembre, el Parlamento ruso aprobó el nombramiento un día después.
En los meses siguientes se produjo una recaída en el estado de salud del presidente ruso, que tuvo que delegar parte de sus poderes y atribuciones en el primer ministro. Éste, pese a todo, no logró obtener el respaldo ni de la Duma ni de la ciudadanía, por cuanto careció de una línea de actuación definitiva y estuvo sujeto a los vaivenes y desaires de Yeltsin, que en el mes de mayo del año siguiente consiguió salir airoso del debate sobre su posible destitución puesto en marcha en marzo por la Duma, que lo acusaba de golpista, asesino, genocida y traidor a la patria por lo acontecido en Rusia desde que Yeltsin accediera a los principales órganos de gobierno; en concreto los 'cargos' que pesaban sobre él, en opinión de los parlamentarios de la oposición eran los de disolución de la Unión Soviética, bombardeo del Soviet Supremo, genocidio contra el pueblo ruso, destrucción de las Fuerzas Armadas y guerra de Chechenia.
Entre tanto, la inestabilidad política que vivía Rusia quedó nuevamente puesta de manifiesto ese mismo mes de mayo: el día 12, tan sólo un día antes de vencer a sus adversarios en el Parlamento, Yeltsin destituyó a Primakov y nombró como nuevo primer ministro, el tercero en poco más un año, al general Serguéi Stepashin, titular de Interior y primer viceprimer ministro.
El 9 de agosto de 1999, Yeltsin destituyó a Stepashin y nombró primer ministro al director del Servicio Federal de Seguridad, Vladímir Putin, a quien presentó como su candidato para las presidenciales del año 2000. Dos días más tarde, los rebeldes de la república rusa de Daguestán, que pocos días antes habían iniciado un movimiento secesionista, declararon la creación de un Estado islamista en ese territorio. Putin fue ratificado por la Duma el día 16, y a partir del 6 de septiembre el conflicto daguestano se trasladó a Chechenia, desde donde las autoridades rusas consideraron que se ayudaba a los rebeldes islamistas.
Yeltsin firmó con el presidente chino, Jiang Zemin, el 25 de agosto de 1999 en la ciudad de Bishkek (capital de Kirguizistán), una declaración de confianza respecto de los miles de kilómetros fronterizos entre sus respectivos países. Ambos presidentes ampliaron su estrategia internacional común al rechazar la política exterior de Estados Unidos y la OTAN.
Aunque en las elecciones legislativas, celebradas el 19 de diciembre de ese año, volvió a vencer el Partido Comunista, con un 24,2% de los votos emitidos, el partido de Putin, Unidad, obtuvo el 23,3% y el segundo puesto. Cuando la nueva guerra en Chechenia había llegado semanas antes hasta la capital, Grozni, Yeltsin presentó de forma súbita su dimisión el 31 de diciembre de 1999, por lo que constitucionalmente, Putin, en tanto que primer ministro, se convirtió en presidente interino de la República. En los primeros días de febrero de 2000, el gobierno ruso anunció que había conquistado Grozni, aun cuando los combates continuaron en Chechenia. El 26 de marzo tuvieron lugar las elecciones presidenciales, en las cuales venció Putin, que acaparaba los cargos de primer ministro y de presidente interino de la República, con el 52,64% de los votos, en tanto que el segundo candidato más votado fue el dirigente comunista Ziugánov, que obtuvo el 29,34 por ciento. Sin necesidad de disputarse una segunda vuelta, Putin asumió de inmediato la jefatura del Estado en su calidad de presidente electo.
La credibilidad de Putin sufrió dos serios reveses ante sendos hechos trágicos acaecidos durante los meses de agosto y septiembre de 2000: la explosión y hundimiento del submarino nuclear ruso Kursk (toda cuya tripulación falleció) en el mar de Barents, y el incendio de la torre de televisión (Ostankino) de Moscú. En ambos, la actuación del presidente fue tachada de ineficaz y de constituir un reflejo de la grave situación de Rusia. Por lo que respecta a su política exterior durante ese año, en octubre firmó con el primer ministro indio, Atal Bihari Vajpayee, una declaración de asociación estratégica entre ambos países; prosiguió el estrechamiento de lazos con Bielorrusia (el 30 de noviembre comunicó, junto con Aleksandr Lukashenko, el proyecto para adoptar una moneda única en ambos países), y reactivó los vínculos comerciales con Cuba (tras entrevistarse en diciembre con Fidel Castro en La Habana).
Iniciada en 1999, la segunda guerra de Chechenia se caracterizó por la sucesión de ofensivas del Ejército ruso y de acciones guerrilleras de los independentistas. Putin intentó vincular el conflicto al terrorismo, y más concretamente al terrorismo internacional desde los atentados contra Estados Unidos del 11 de septiembre de 2001. También se generó un deterioro de las relaciones con Georgia, ya que Moscú acusó al gobierno de Eduard Shevardnadze de no perseguir a los guerrilleros chechenos que actuaban desde territorio georgiano. Uno de los episodios más trágicos de esta cuestión se inició el 23 de octubre de 2002, cuando un comando terrorista checheno asaltó en Moscú el teatro Dubrovka, tomó como rehenes a aproximadamente 800 personas y amenazó con matarlos si las tropas rusas no abandonaban Chechenia. Al expirar el plazo de tres días fijado por los secuestradores, y ante el peligro de que cumplieran sus amenazas, fuerzas de operaciones especiales iniciaron el asalto del edificio; perdieron la vida todos los terroristas y más de un centenar de rehenes. Pronto, Putin convocó un referéndum sobre el estatus constitucional de Chechenia. Pese a que en dicha consulta, desarrollada en marzo de 2003, los chechenos apoyaron las propuestas de Putin, los observadores se mostraron escépticos respecto a la legitimidad de este referéndum.
En mayo de 2002, Putin y el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, firmaron un tratado para reducir durante los siguientes 10 años los arsenales nucleares de ambos países. Poco después, Putin también firmó un acuerdo con la OTAN, por el que se constituyó el denominado Consejo OTAN-Rusia. Sin embargo, el gobierno ruso criticó la acción militar emprendida por Estados Unidos en Irak, en marzo de 2003, contra el régimen de Saddam Husayn (por haber sido afrontada sin la aprobación de la ONU).
En las elecciones legislativas de diciembre de 2003, Rusia Unida, la formación de los seguidores de Putin, obtuvo casi la mitad de los escaños en la Duma. En febrero de 2004, el presidente destituyó al primer ministro, Mijaíl Kasiánov, y el 1 de marzo nombró a Mijaíl Fradkov para sustituirle. El día 14 de este mes, Putin fue reelegido presidente.
En septiembre de 2004, un grupo de terroristas vinculados al independentismo checheno asaltó un colegio en Beslan (Alania) y tomó como rehenes a más de mil personas. La operación de rescate realizada por las fuerzas de seguridad rusas finalizó con un elevado número de muertos y heridos. A continuación de este trágico hecho, Putin hizo pública su intención de luchar contra el terrorismo internacional en cualquier punto, así como de promover una reforma constitucional para conseguir que los gobernadores regionales fueran designados por el presidente. En febrero de 2005, Aslán Masjádov, líder de los separatistas chechenos, hizo un llamamiento para el cese de la violencia, mientras insistía en que nada había tenido que ver en la masacre de Beslan (como se afirmaba desde el Kremlin); al mes siguiente, Masjádov murió durante una operación de fuerzas rusas en la localidad de Tolstói Yurt. Un año después, moriría, en similares circunstancias, el jefe guerrillero checheno Shamil Basáyev (sospechoso de ser el responsable de las acciones del teatro Dubrovka y Beslan, así como del asesinato, en mayo de 2004, del presidente checheno Ajmad Kadírov).
Las prioridades de Fradkov como primer ministro se centraron en mejorar la cooperación entre el ejecutivo federal y los gobiernos regionales. Tras dimitir, en septiembre de 2007, Putin nombró a Víktor Zubkov. En los comicios legislativos celebrados tres meses después, Rusia Unida, el bloque afín al presidente, obtuvo casi el 65% de los votos. Poco después, Putin, quien había ya manifestado su disposición para ejercer el cargo de primer ministro una vez que expirara su mandato presidencial, anunció que su favorito para sucederle en la jefatura del Estado era el primer viceprimer ministro, Dmitri Medvédev. En las elecciones presidenciales del 2 de marzo de 2008, el continuismo pretendido por Putin quedó garantizado gracias a la victoria de su mencionado delfín, el cual, al recabar aproximadamente el 70% de los sufragios, se aseguró su acceso a la jefatura del Estado el 7 de mayo siguiente.

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