jueves, 12 de septiembre de 2013

Elecciones


Elecciones, proceso mediante el cual los componentes de una organización o una jurisdicción gubernamental, como un Estado o una nación, seleccionan a una persona o personas para ocupar cargos de autoridad. Una elección también puede registrar opciones entre caminos alternos de actividad, y se puede realizar con una papeleta, levantando las manos o por votación oral. En las democracias las elecciones suelen elegir a las autoridades ejecutivas, legislativas, administrativas y algunas judiciales. A quienes participan mediante el voto se les llama colectivamente el electorado.

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PROCEDIMIENTO DE ELECCIÓN
Antes de que los cargos sean elegidos suelen ser propuestos como candidatos entre todas las personas que aspiran a un cargo concreto. En Gran Bretaña, una persona puede ser nominada para un puesto en la Cámara de los comunes presentando una petición que lleve las firmas de al menos diez votantes aptos, aunque la persona tiene poca posibilidad de ser elegida hasta que él o ella no sea aceptado por la organización de un partido local de mayor envergadura. En los Estados Unidos, los aspirantes han sido nominados por los caucus, la convención y tras imponerse en las elecciones primarias. Los candidatos para presidente y vicepresidente son seleccionados en convenciones nacionales.

2.1
Elecciones generales
Mediante la participación en las elecciones generales, los votantes determinan cuál de los candidatos nominados ocupará el cargo. Estas elecciones se llaman directas si el electorado cumple este último requisito; se consideran indirectas si el electorado elige, en cambio, un grupo de representantes que realiza después la selección final.
Las elecciones no han sido siempre utilizadas para lograr resultados democráticos. En algunos países, en algunos Estados de los Estados Unidos, y en algunas organizaciones privadas, el electorado a menudo ha sido restringido en la práctica a los miembros de uno o más grupos o partidos. En algunas elecciones generales, la selección previa de los votantes ha sido un voto positivo o negativo para un único candidato. Tales problemas son a menudo el objetivo de la reforma electoral. La frecuencia de las elecciones es también importante en la dimensión democrática de los asuntos públicos. En muchos países, y de un modo singular, en algunas democracias parlamentarias europeas, el poder ejecutivo del Gobierno puede, dentro de unos límites reglamentados, dejar en suspenso la actividad legislativa y convocar nuevas elecciones al Parlamento.

Otra consideración a este respecto es la variedad de cuestiones públicas abiertas durante los procesos electorales y el número y clase de cargos sujetos a elección. En algunos países el electorado elige a un partido, en vez de otorgar candidatos individuales. Por esta razón el órgano legislativo puede reflejar un amplio ámbito de opinión política organizada. En tales países los cargos ejecutivos y administrativos son elegidos por vía indirecta. Por el contrario, los cargos para ser seleccionados a través de unas elecciones pueden englobar a diputados, legisladores, jueces, comisarios y otros administradores. Estos comicios están de acuerdo con la tradición de elecciones directas, y a menudo requieren un largo y complejo proceso de recuento de votos. Los votantes pueden ser también llamados para aprobar o rechazar propuestas económicas como exenciones de impuestos y emisión de bonos del Estado, y en Estados que mantienen la legislación directa pueden ser incluso consultados para votar a favor o en contra de una parte específica de la legislación que les había sido remitida. Estas votaciones se parecen mucho a los referendos.

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HISTORIA
En la Historia, las elecciones se han identificado con el origen de la democracia. En las ciudades-Estados de la antigua Grecia, a menudo citadas como ejemplos de democracia pura, los miembros del Consejo de Estado eran elegidos por sorteo entre una lista de candidatos seleccionados por las demes, o gobiernos locales. Los ciudadanos de la antigua Roma elegían importantes cargos públicos y votaban sobre asuntos públicos. En la edad media el sufragio fue limitado. Entre las primeras tribus teutonas, los hombres libres elegían a sus reyes; más tarde, la herencia pasó a ser el pilar de la monarquía. Desde mediados del siglo XIII hasta principios del siglo XIX, las monarquías germanas y los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico fueron elegidos por los príncipes del reino, quienes eran llamados electores. La Venecia medieval elegía sus Dux, o magistrados supremos, mediante un complejo sistema de elecciones indirectas que requería un cuerpo electoral intermedio seleccionado por lotería.

En España, el sistema electoral está asociado de modo inequívoco a la restitución del régimen de libertades que se emprende a partir de la muerte de Francisco Franco, en noviembre de 1975, y que consagra la Constitución democrática de 1978. Desde ese momento, el país queda configurado como un Estado de Derecho del que el Parlamento, renovable cada cuatro años, es garantía sobre el respeto a la soberanía popular y el sufragio directo.



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