Títulos valores,
término utilizado en economía y en las finanzas con dos significados: por una
parte, designa algo dado por un prestatario a la persona que presta para
asegurar un préstamo, es decir, algo que el prestador puede vender y así
recuperar el dinero adeudado si el prestatario no devuelve lo prestado; por
otra, designa una participación en los fondos propios (el activo menos el
pasivo) de una empresa.
Los valores eran en
un principio los documentos (llamados también título-valor) que probaban la
posesión de una propiedad o los ingresos que podían ser utilizados como
garantía subsidiaria para un préstamo. Hoy día, el término valores se utiliza
por lo general para hacer referencia a acciones rentables o a bonos que se
comercian sobre el capital (finanzas a largo plazo) o en mercados monetarios
(finanzas a corto plazo).
En las últimas dos
décadas se ha producido un considerable incremento de la inversión en valores,
debido al hecho de que las empresas han optado cada vez más por aumentar sus
finanzas a través del mercado de valores en vez de hacerlo solicitando un
préstamo a un banco o a otro intermediario financiero. Como resultado de ello,
el mercado de valores se ha convertido en algo bastante diverso y sofisticado.
Puede que los bancos hayan perdido parte de su tradicional negocio como
entidades prestadoras, pero se ven beneficiados por el hecho que el riesgo que
conlleva conceder un préstamo se reparte ahora en una mayor gama de entidades
financieras, con lo que les resulta rentable ocuparse del ramo de los valores.
A medida que la
inversión en valores ha ido creciendo lo ha hecho también el mercado de los
llamados derivados, que son en realidad activos derivados de otros activos. Por
ejemplo, una opción (el activo derivado) de comprar una acción (el activo
original) a un cierto precio en cualquier momento hasta una fecha específica
establecida en el futuro. En este caso, operan dos mercados: uno para el activo
original y otro para el activo derivado. Aquellos que comercian con opciones
apuestan sobre el precio de la acción de la que han adquirido una opción de
compra. Si el precio de la acción sube en una proporción superior al coste de
la opción, pueden obtener un beneficio. En teoría podría haber derivados de
derivados, como, por ejemplo, en el caso de una posibilidad para adquirir una
opción a comprar una acción.
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