Ciencia política o Politología, disciplina científica
cuyo objetivo es el estudio sistemático del gobierno en su sentido más amplio.
Sus análisis abarcan el origen y tipología de los regímenes políticos, sus
estructuras, funciones e instituciones, las formas en que los gobiernos
identifican y resuelven problemas socioeconómicos, y las interacciones entre
grupos e individuos decisivos en el establecimiento, mantenimiento y cambio de
los gobiernos.
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NATURALEZA DE LA CIENCIA POLÍTICA
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En general, se considera
que la ciencia política forma parte de las denominadas ciencias sociales,
también integradas, entre otras, por la antropología, la economía, la historia,
la psicología y la sociología. Su relación con estas ciencias admite dos
perspectivas. Algunos piensan que la ciencia política ocupa un lugar
preponderante porque las cuestiones individuales y colectivas que estudian
otras ciencias sociales siempre tienen lugar en el marco de la política como
manifestación de una creencia personal, como actividad profesional y como
ejercicio de autoridad. El punto de vista opuesto es el de que la ciencia
política está al servicio de las restantes ciencias sociales porque depende de
sus conceptos, métodos y análisis.
Los precursores de la
ciencia política se ocupaban de la forma de alcanzar y mantener objetivos
ideales. Cuestiones como cuál es la mejor forma de gobierno son consideradas en
la actualidad completamente fuera del ámbito de la disciplina. Ésta se ocupa,
en cambio, de lo que es en vez de lo que debería ser. Aunque la cuestión de la
utopía se coloca generalmente en el campo de la filosofía política, algunos
estudiosos afirman que, puesto que el problema de la idoneidad está implícito
en cualquier investigación política, éste debe ser claramente abordado.
Hoy en día, la mayor parte
de las investigaciones de la ciencia política tiene que ver con temas
concretos, como las relaciones entre los poderes legislativo, ejecutivo y
judicial en el ámbito nacional; las relaciones internacionales entre estados en
el marco internacional; las campañas electorales y las elecciones; las
regulaciones administrativas; los impuestos; la política comparada; y las
acciones e influencias de los grupos involucrados en las finanzas, el trabajo,
la agricultura, la religión, la cultura o los medios de comunicación, por
ejemplo.
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HISTORIA DE LA CIENCIA POLÍTICA
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Pese a que la existencia
de la ciencia política como disciplina académica es relativamente reciente, sus
orígenes como marco de análisis del Estado y del gobierno se remontan a tiempos
lejanos.
3.1
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Orígenes
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Ya en la antigua Grecia
existía gran interés por conocer la naturaleza del Estado, sus órganos de
control y las funciones de sus ciudadanos. Platón, quien en su obra La
República presentó de forma utópica cómo debía ser la ciudad perfecta, fue
uno de los primeros filósofos políticos. No obstante, la mayor parte de los
estudiosos coincide en que Aristóteles fue el auténtico precursor de la ciencia
política. Entre otras aportaciones, su tratado Política sobre los
diferentes regímenes anticipó el gran esfuerzo que implica clasificar las
formas del Estado y sigue ejerciendo una fuerte influencia sobre esta ciencia.
3.2
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Desarrollo
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Posteriormente, y a lo
largo de los siglos, fueron muchos los autores que dieron vida a la ciencia
política: Marco Tulio Cicerón, san Agustín de Hipona, santo Tomás de Aquino,
Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes, John Locke, Jean-Jacques Rousseau,
Charles-Louis de Montesquieu, Immanuel Kant, Georg Wilhelm Friedrich Hegel,
Johann Gottlieb Fichte, Alexis de Tocqueville, Karl Marx, Friedrich Engels y
Friedrich Nietzsche. De sus respectivas concepciones surgieron algunas de las
obras claves en la paulatina configuración de la politología: El príncipe
(1532, donde Maquiavelo reseñó las condiciones que debían caracterizar al
estadista), Leviatán (1651, Hobbes expuso sus teorías acerca del
surgimiento del Estado a partir del contrato social), Tratados sobre el
gobierno civil (1690, defensa de Locke de los conceptos de propiedad y
monarquía constitucional), El espíritu de las leyes (1748, Montesquieu
defendió en sus páginas el principio de la separación de poderes), El
contrato social (1762, Rousseau revisó la cuestión del contrato social
argüida por Hobbes y Locke, y defendió la preeminencia de la libertad civil y
la voluntad popular frente al derecho divino de los soberanos), La paz
perpetua (1795, Kant concibió un sistema pacífico de relaciones
internacionales basado en la constitución de una federación mundial de
repúblicas), Discursos a la nación alemana (1808, Fichte inauguró en
cierta medida el discurso del nacionalismo contemporáneo), La democracia en
América (1835-1840, Tocqueville reflexionó acerca del modelo de democracia
estadounidense) y el Manifiesto Comunista (1848, Marx y Engels abordaron
el estudio de la historia a partir del materialismo). En las páginas de estos
tratados, sus respectivos autores se ocuparon de la forma en que una sociedad
puede generar las condiciones necesarias para el bienestar de sus ciudadanos.
En mayor o menor medida, todos siguen vigentes, principalmente por ocuparse de
valores como la justicia, la igualdad, la libertad y el desarrollo de las
cualidades humanas.
Los éxitos que se habían
conseguido en el campo de las ciencias naturales llevaron a muchos
investigadores políticos a la creencia de que, con el tiempo, empleando el
análisis sistemático y la metodología de la física, la química y la biología,
podrían desarrollar teorías explicativas. Mediante su uso, el estudio del
gobierno y de la política podría convertirse, según ellos, en una tarea tan
científica como las realizadas en laboratorios. En sus intentos por conseguir
credibilidad, estos estudiosos se unieron con investigadores en los campos de
la sociología y la psicología. De los sociólogos tomaron el método estadístico
para recoger y analizar el comportamiento colectivo. De los psicólogos tomaron
las definiciones, propuestas y conceptos que les ayudaran a entender por qué los
seres humanos actúan de ciertas maneras. La historia se utilizó como fuente de
datos que podían ser analizados por el científico político. La economía fue
relegada a una posición secundaria, aunque la capacidad del economista para
obtener datos concretos era envidiada por muchos politólogos. Como resultado de
estos “préstamos” de otras ciencias sociales, la ciencia política se convirtió
en una disciplina independiente. No fue considerada ya un mero complemento a la
filosofía moral, a la economía política o a la historia.
3.3
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Ciencia política contemporánea
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A pesar de estos esfuerzos
para conseguir una disciplina realista y concreta, basada en la objetividad y
en la utilización de herramientas científicas, el tradicional estudio
especulativo y normativo siguió siendo la nota común hasta mediados del siglo
XX, momento en que el punto de vista científico empezó a dominar los análisis
de la ciencia política. La experiencia de quienes retornaron a la docencia
universitaria después de la II Guerra Mundial (1939-1945) tuvo profundas
consecuencias sobre la totalidad de la disciplina. El trabajo en los organismos
oficiales perfeccionó su capacidad al aplicar los métodos de las ciencias sociales,
como las encuestas de opinión, análisis de contenidos, técnicas estadísticas y
otras formas de obtener y analizar sistemáticamente datos políticos. Tras
conocer de primera mano la realidad de la política, estos profesores volvieron
a sus investigaciones y a sus clases deseosos de usar esas herramientas para
averiguar quiénes poseen el poder político en la sociedad, cómo lo consiguen y
para qué lo utilizan. Este movimiento fue llamado conductismo porque sus
defensores sostenían que la medición y la observación objetivas se debían
aplicar a todas las conductas humanas tal y como se manifiestan en el mundo
real.
Los adversarios del conductismo
sostienen que no puede existir una verdadera ciencia política. Objetan, por
ejemplo, que cualquier forma de experimentación en que todas las variables de
una situación política estén controladas, no es ni ética, ni legal, ni posible
con los seres humanos. A esta objeción, los conductistas responden que la
pequeña cantidad de conocimiento obtenido de forma sistemática se irá sumando
con el tiempo para dar lugar a una extensa serie de teorías que explicarán el
comportamiento humano.
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