Países en vías de
desarrollo, término amplio en el que se engloba al conjunto de países en los
que, debido a distintas carencias estructurales, una parte importante de su
población vive en situación de pobreza, no teniendo acceso a unas condiciones
mínimas alimenticias, de salud, educación, vivienda y/o servicios básicos. La
definición de país en vías de desarrollo vendría a adaptar, al paso del tiempo,
la de ‘país del tercer mundo’, concepto que se acuñó durante la Guerra fría,
cuando dos bloques hegemónicos opuestos, el bloque occidental liderado por
Estados Unidos (Primer Mundo) y el de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS) y sus aliados (Segundo Mundo), parecían dominar la política
internacional. Dentro de este modelo bipolar, el Tercer Mundo lo componían los
países menos desarrollados en materia económica y tecnológica (que no
pertenecieran a ningún bloque). Pese a que dentro de este concepto se agrupaban
países con desigual nivel de desarrollo, y muy diversos desde el punto de vista
político, religioso y cultural, los estados del Tercer Mundo contaban con
ciertos rasgos característicos: una proporción importante de su población
viviendo bajo el umbral de la pobreza; dependencia económica del exterior;
participación secundaria en un sistema internacional dominado por los bloques
occidental y soviético; y, en el caso de los países asiáticos y africanos,
acceso reciente a la independencia política.
Dentro de la Asamblea
General de Naciones Unidas gran parte de los estados del llamado Tercer Mundo
se agruparon en torno al ‘movimiento de países no alineados’ con el fin de
articular y potenciar demandas comunes (lucha contra el colonialismo y el
imperialismo, desarrollo socio-económico de sus pueblos, entre otras),
constituyendo un grupo organizado, con una política y un voto consensuado entre
sus componentes. Los cambios políticos y económicos que aceleraron el colapso
del bloque soviético en la década de 1990 hicieron que el término (Tercer
Mundo) fuera menos apropiado para referirse a este conjunto de países. Otro
término que se ha utilizado tradicionalmente es el de ‘países
subdesarrollados’, pero esta expresión parece poco adecuada por tener asociadas
connotaciones negativas.
Si bien no hay un
acuerdo sobre el indicador a usar para clasificar a los ‘países en vías de
desarrollo’, el más acertado parece ser el índice de desarrollo humano (IDH)
del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que incluye tres
elementos: expectativa de vida al nacer; producto interior bruto (PIB) per
cápita y el grado de instrucción (combinación de la tasa de alfabetismo y el
índice de escolarización). No obstante, dentro de este amplio grupo encontramos
países como México, Brasil o la India, con un asentado aparato económico,
industrial y científico y con un IDH medio/alto (dentro de la definición del
PNUD), por su grado de avance relativo (no desprovisto de grandes disparidades
interiores). Los países de este grupo de avanzada son denominados también
‘Estados emergentes’. A su vez, en el lado opuesto, nos encontramos estados
mucho más atrasados en términos de ingresos, desarrollo humano, vulnerabilidad
económica y alimenticia. Naciones Unidas ha creado el término ‘Estados menos
desarrollados’ para englobar a estos países y poder enfocar con más éxito su
atención y necesidades. Con este fin se creó en diciembre de 2001 la Oficina
del Alto Representante para los Estados Menos Desarrollados. A pesar de esta
enorme divergencia, se podría señalar como característica común a los países en
vías de desarrollo el rezago en términos de desarrollo humano de un segmento
importante de su población, característica que en la gran mayoría de los casos
va unida a un alto nivel de desigualdad social y a una debilidad institucional
e inestabilidad política. En torno a las dos terceras partes de la población
mundial habita en países en vías de desarrollo (mayoritariamente en
Latinoamérica, África y Asia).
No hay comentarios:
Publicar un comentario