lunes, 3 de septiembre de 2012

Marruecos



Marruecos (nombre oficial, Al-Mamlakah al-Maghribiya, Reino de Marruecos), monarquía del norte de África, situada en la región del Magreb, limita al norte con el mar Mediterráneo, al este y sureste con Argelia, al sur con el Sahara Occidental y al oeste con el océano Atlántico. La frontera suroriental, en el Sahara, no está definida con precisión. En la costa septentrional, España posee las ciudades de Ceuta y Melilla, así como otros pequeños enclaves, como la isla de Alborán, las islas Chafarinas y los peñones de Alhucemas y Vélez de Gomera. Desde 1912 hasta 1956 Marruecos estuvo dividido en dos protectorados, el francés y el español. El país tiene una superficie de 453.730 km². Desde 1979, Marruecos también ocupó el Sahara Occidental (antiguo Sahara Español).
2
TERRITORIO Y RECURSOS
Marruecos tiene las llanuras más extensas y las montañas más altas de África del Norte. El país tiene cuatro regiones fisiográficas: una zona de tierras altas, denominada Rif, paralela a la costa mediterránea; la cordillera del Atlas, que atraviesa el país de suroeste a noreste entre el océano Atlántico y el Rif, del que la separa la depresión de Taza; una extensa región llana costera que se extiende a lo largo del océano Atlántico, enmarcada por el arco que forman el Rif y la cordillera del Atlas, y las llanuras y valles del sur de la cordillera del Atlas, que se unen al Sahara a lo largo del límite sureste del país. La mayoría de los marroquíes habitan en la llanura costera. La montaña más alta es Jebel Toubkal (4.165 m), en la cordillera del Gran Atlas. El Rif alcanza elevaciones de 2.450 m. Marruecos tiene muchos ríos que, aunque no son importantes para la navegación, se utilizan para regadíos y para generar energía eléctrica; los principales son el Muluya, que vierte sus aguas al mar Mediterráneo, y el Sebu, que fluye hacia el océano Atlántico.
2.1
Clima
A lo largo de la costa mediterránea, Marruecos goza de un clima subtropical, suavizado por las influencias oceánicas que proporcionan a las ciudades costeras temperaturas moderadas; en Essaouira (Mogador), por ejemplo, la temperatura alcanza un promedio en enero de 16,4 ºC y de 22,5 ºC en agosto. Hacia el interior, los inviernos son más fríos y los veranos más calurosos; así, en Fez el promedio es de 10 ºC en enero y de 26,9 ºC en agosto. En las zonas elevadas no son raras las temperaturas inferiores a -17,8 ºC y la nieve cubre los picos de las montañas durante la mayor parte del año. Las precipitaciones en forma de lluvia se producen principalmente durante los meses de invierno, siendo abundantes en el noroeste y ligeras en el este y sur. La precipitación anual es de 860 mm en Tánger, de 430 mm en Casablanca, de 280 mm en Essaouira y de 130 mm en el Sahara.
2.2
Recursos naturales
La agricultura es el principal recurso económico de Marruecos, pero también son significativos sus recursos minerales; entre estos últimos destacan los fosfatos aunque también destacan otros minerales como el carbón, el cobalto, el hierro, el plomo, el manganeso, el petróleo, la plata, el estaño y el cinc.
2.3
Flora y fauna
En las regiones montañosas de Marruecos encontramos grandes áreas forestales, que forman bosques de alcornoques, encinas, enebros, cedros, abetos y pinos. Excepto en las áreas cultivadas, el monte bajo de matorral y las praderas cubren normalmente las llanuras; en la llanura de Sous, cerca de la frontera meridional, hay un gran bosque de argan, un tipo de árbol espinoso que se encuentra principalmente en Marruecos.
La fauna de Marruecos está representada por una mezcla de especies europeas y africanas; entre las primeras abundan los zorros, los conejos, las nutrias y las ardillas, y entre los tipos africanos predominantes son comunes la gacela, el jabalí, la pantera, el macaco y la víbora cornuda.
2.4
Suelo
Los suelos de la costa de Marruecos son halomórficos y húmico-carbonatados; las áreas interiores tienen podsoles y suelos de estepa. La zona meridional del país es principalmente desierto.
2.5
Temas medioambientales
Más del 53% de la población de Marruecos tiene menos de 24 años, y los analistas temen una explosión demográfica cuando la juventud del país alcance la edad fértil. Aunque la tasa de crecimiento de la población ha bajado en los últimos años, en parte debido a los programas de educación y planificación familiar auspiciados por organismos internacionales, la población de Marruecos continúa creciendo a una tasa anual del 1,50% (2008).
La presión demográfica está provocando la erosión del suelo y la desertización, a medida que se van cultivando tierras marginales y la cubierta es destruida por el sobrepastoreo. Sin embargo, Marruecos tiene una baja tasa de deforestación en relación con otros países africanos (-0,12% en el periodo 1990–2005). Los bosques cubren el 9,8% (2005) del territorio.
Marruecos irriga el 3,32% (2007) de su territorio, uno de los porcentajes más elevados de África. El país utiliza más del 90% de su agua dulce para producción agrícola. El agua potable disponible se ha visto limitada por la contaminación de las surgentes de agua dulce con aguas fecales y residuos industriales. Las sequías periódicas provocan limitaciones de agua en algunas zonas del país, y se espera que empeore el problema de la escasez de agua a medida que siga creciendo la población.
Las reservas naturales y parques nacionales cubren el 1,2% (2007) de la superficie total de Marruecos. El país alberga 50 especies animales en peligro de extinción.
Marruecos ha ratificado acuerdos internacionales que protegen la biodiversidad, especies en peligro de extinción, humedales y la capa de ozono. El país también ha firmado tratados que limitan los desechos peligrosos, vertidos marinos y pruebas nucleares. Marruecos es miembro del Convenio del Patrimonio de la Humanidad y participa en el programa El Hombre y la Biosfera de la UNESCO.
3
POBLACIÓN
Los bereberes constituyen la población originaria de Marruecos y aproximadamente tres cuartos de los actuales marroquíes son de descendencia bereber. Los árabes, que integran el grupo más numeroso de las grandes ciudades, conforman el segundo gran grupo étnico. Un considerable número de matrimonios mixtos entre árabes, bereberes y un número reducido de negros africanos ha acabado con las diferencias entre los grupos étnicos. Marruecos tiene unos 100.000 habitantes europeos, la mayoría franceses. Los aproximadamente 12.000 judíos provienen de familias que han habitado el área desde siglos, un número importante procedente de la península Ibérica, de donde fueron expulsados en 1492. La población urbana es el 59% de la población.
3.1
Características de la población
La población (según estimaciones para 2008) era de 34.272.968 habitantes, con una densidad de población de 77 hab/km² aproximadamente.
3.2
Divisiones administrativas y ciudades principales
Marruecos se divide administrativamente en 35 provincias y 2 prefecturas urbanas; otras 4 provincias comprenden el disputado territorio del Sahara Occidental. Desde el 9 de abril de 1997 el territorio ha sido compartimentado, además, en 16 regiones económicas (iqlim iqtisadi en árabe), 13 en Marruecos, 2 en el Sahara Occidental y 1 (Guelmin-Smara) a caballo entre ambos. Las regiones están administradas por consejos regionales, cuyos miembros son elegidos por consejos comunales o nombrados por el ministro de Interior.
La capital de Marruecos es Rabat, con una población (2004) de 1.622.860 habitantes. Otros centros urbanos destacados, con sus poblaciones, son Casablanca (2.933.684 habitantes, en 2004), la mayor ciudad del país y principal puerto marítimo; Marrakech (823.200 habitantes, en 2007); Fez (946.815 habitantes, en 2004), ambos importantes centros comerciales; y Tánger (703.614 habitantes, en 2007), un puerto marítimo en una bahía del estrecho de Gibraltar.
3.3
Religión
El islam es la religión oficial de Marruecos. Casi toda la población es suní. El monarca es la máxima autoridad musulmana en el país. Alrededor del 1% de la población es cristiana y menos del 0,1% es judía.
3.4
Lenguas oficiales y habladas
Las lenguas bereberes, que una vez fueron dominantes en Marruecos, han disminuido su importancia y a principios de la década de 1990 sólo el 25% de la población utilizaba el bereber como idioma principal, aunque la mayoría de esas personas también hablan árabe, el idioma oficial del país, que es la lengua principal de casi el 75% de la población. Numerosos marroquíes hablan también francés y español, este último especialmente en las provincias más septentrionales.
3.5
Educación
La escolaridad es obligatoria entre los 6 y los 14 años, si bien un número significativo de niñas no asisten a clase. Tan sólo el 45% de los jóvenes marroquíes asistían a centros educativos de secundaria en 2002–2003. En las escuelas primarias se utiliza el árabe, y el francés también se habla en las escuelas secundarias. En 2005 el 53,5% de la población estaba alfabetizada. En 2000 3,84 millones de alumnos asistían a 5.806 escuelas primarias, 1.469.794 estudiantes se inscribieron en 1.000 escuelas secundarias y de formación profesional, y los centros de educación superior admitieron aproximadamente a 240.000 estudiantes.
La educación superior de tipo tradicional está centralizada en la Universidad al-Qarawiyin en Fez, que se fundó en el año 859. La Universidad Muhammad V (1957), en Rabat; la Universidad Muhammad Ben Abdellah (1974), en Fez; la Universidad Cadi Ayyad (1978), en Marrakech; la Universidad Hasan II (1976), en Casablanca, y la Universidad Muhammad I (1978), en Oujda, imparten enseñanza superior moderna. Rabat también tiene escuelas de rango universitario de bellas artes, administración pública y economía; la Escuela de Artes y Oficios Nativos (1921) se encuentra en Tetuán.
3.6
Cultura
Marruecos ha estado bajo la influencia de varias culturas antiguas. Las excavaciones han sacado a la luz elementos de las civilizaciones fenicia, helénica, cartaginesa y romana. El cristianismo se extendió durante la ocupación romana y sobrevivió a la invasión árabe, pero las influencias arábigas, que comenzaron en el siglo VII, resultaron ser las más fuertes. La influencia del África occidental puede constatarse en los bailes y danzas populares que se han extendido hacia el norte con el comercio. De entre las influencias más modernas destaca por su fuerza la francesa y la española en la zona más al norte.
La Biblioteca Nacional de Marruecos, que se fundó en 1920, se encuentra en Rabat. Otras bibliotecas del país son la Biblioteca de Casablanca y la Biblioteca de la Universidad de Fez. Marruecos tiene un importante número de museos, entre los que destaca el Museo Arqueológico de Tetuán, que posee colecciones de arte y reliquias cartaginesas, romanas e islámicas.
4
ECONOMÍA
Marruecos es un país fundamentalmente agrícola, aunque no más del 21% de la tierra está cultivada. En 2006 el producto interior bruto se estimó en 65.401 millones de dólares, lo que suponían 2.144,60 dólares per cápita. Los presupuestos estimados para 2006 establecen ingresos de aproximadamente 16.445 millones de dólares y gastos de 16.918 millones de dólares.
4.1
Agricultura
Los principales cultivos de Marruecos, en 2006, fueron: cebada (2.500.000 t), trigo (6.300.000 t) y otros cereales, (9.091.489 t); patatas o papas (1.569.100 t); uvas (356.000 t); caña de azúcar (997.000 t); y remolacha azucarera (2.252.000 t). También se cultivan otras frutas y verduras. La cabaña ganadera cuenta con 16,9 millones de cabezas de ovino, 5,33 millones de cabezas de caprino y 2,72 millones de cabezas de vacuno.
4.2
Silvicultura y pesca
El corcho es el principal producto forestal del país; mucha madera se utiliza como combustible; el total de madera talada en 2006 fue de 944.000 m³. Los principales centros pesqueros son Agadir, Safi, Essaouira y Casablanca. La captura total en 2005 fue de 947.777 t, principalmente sardina, atún, caballa, anchoa y marisco.
4.3
Minería
Marruecos es un importante productor de fosfatos: 8,50 millones de t en 2004. Otras producciones de mineral destacadas son carbón (52.000 t), mineral de hierro (2.200 t), mineral de manganeso (49.400 t), plomo (65.000 t) y cinc (70.000 t).
4.4
Industria
El sector industrial de Marruecos está compuesto en su mayoría por empresas de pequeña escala. En Marruecos se producen materiales de construcción, productos químicos, textiles, calzado, alimentos elaborados, vino, petróleo refinado y otro tipo de artículos. Los artesanos realizan trabajos de gran calidad como textiles, artículos de piel, cerámicas, alfombras y tallas de madera; la producción anual a principios de la década de 1990 englobaba aproximadamente 1,2 millones de m de alfombras y 1,1 millones de t de ácido fosfórico.
4.5
Energía
El 94,21% de la producción eléctrica anual de Marruecos se genera en las plantas térmicas, mientras que las instalaciones hidroeléctricas producen el resto. Marruecos tiene una potencia eléctrica instalada de 2,2 millones de kW. La producción anual de electricidad en 2003 fue de 17.346 millones de KWh.
4.6
Moneda y banca
La unidad monetaria de Marruecos es el dirham marroquí dividida en 100 francos (8,80 dirhams equivalían a 1 dólar estadounidense en 2006). El organismo emisor es el Banco al-Maghrib (1959).
4.7
Comercio exterior
Las principales exportaciones de Marruecos son los fosfatos y el ácido fosfórico; otros productos que también se exportan son los cítricos, el trigo, el pescado y varios minerales. En 2003, los ingresos anuales debidos a las exportaciones alcanzaron los 8.777 millones de dólares. Las importaciones, que consisten en su mayor parte en equipamiento industrial, alimentos, productos elaborados y combustibles, se valoraron en 14.231 millones de dólares. Los principales socios comerciales de Marruecos son Francia, Alemania, España, Italia, Estados Unidos y los Emiratos Árabes Unidos. Marruecos obtiene la mayoría de las divisas de los envíos que realizan los trabajadores marroquíes en el extranjero y los gastos del gran número de turistas que visita el país cada año.
4.8
Transporte
Marruecos tiene grandes instalaciones portuarias, concentradas principalmente en Casablanca. Otros puertos destacados son Agadir, Kénitra, Mohammedia, Safi y Tánger. En 2004, el país tenía 1.907 km de vías ferroviarias y 57.493 km de carreteras, de las cuales alrededor el 57% estaban pavimentadas. En la misma fecha, Marruecos tenía aproximadamente 45 automóviles por cada 1.000 habitantes. Royal Air Maroc, la línea aérea estatal, cubre el servicio aéreo nacional e internacional del país.
4.9
Comunicaciones
En 1997 había 45 teléfonos en uso por cada 1.000 habitantes, 7 millones de aparatos de radio y 5 millones de televisores. La emisión de programas de radio y televisión se realiza en varios idiomas. En el país se editan 24 periódicos de tirada diaria y numerosas publicaciones.
4.10
Trabajo
En 2006 Marruecos tenía una población activa de 11,3 millones de personas. La agricultura daba trabajo al 45%, el sector servicios empleaba al 36%, y la industria al 20%. Sólo un pequeño porcentaje de la fuerza laboral total está organizada; los principales sindicatos son la Unión Marroquí de Trabajadores y la Unión General de Trabajadores de Marruecos.
5
GOBIERNO
Marruecos es una monarquía hereditaria, regida por la Constitución de 1992, aprobada en un referéndum nacional y reformada en 1996.
5.1
Poder ejecutivo
El monarca que, de acuerdo con la Constitución, debe ser varón, es el jefe del Estado de Marruecos. El rey elige al primer ministro y al Consejo de Ministros, tiene el poder de solicitar una reconsideración de las medidas legislativas y disolver el cuerpo legislativo, y es el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas del país.
5.2
Poder legislativo
Según la Constitución de 1992, Marruecos tenía un cuerpo legislativo unicameral denominado Cámara de Representantes, compuesto por 306 miembros que permanecían en su cargo un periodo de seis años. Mediante un sufragio directo universal se elegían 206 diputados, mientras que los 100 escaños restantes los ocupaban diputados elegidos por políticos locales y grupos económicos.
En virtud de la reforma constitucional de 1996, el cuerpo legislativo marroquí pasó en 1997 de ser unicameral a ser bicameral: la Cámara de Representantes (cámara baja, 325 escaños) y la Cámara de Consejeros (cámara alta, 270 escaños). Los miembros de la Cámara de Representantes son elegidos por sufragio universal para un periodo de cinco años, mientras que los de la Cámara de Consejeros se mantienen en su cargo durante nueve años; el 60% de estos últimos son elegidos de forma indirecta por consejos locales, en tanto que el 40% restante son seleccionados por representantes de asociaciones de empresarios y sindicatos. La cámara alta tiene la misma capacidad y potestad legislativa que la cámara baja, pero sólo esta última tiene capacidad para hacer dimitir al gobierno si así lo acuerdan los dos tercios de los diputados. Las primeras elecciones para cubrir los recién creados cuerpos legislativos tuvieron lugar en los meses de noviembre y diciembre de 1997.
5.3
Partidos políticos
Marruecos tiene un sistema político multipartidista. La mayor parte de los partidos están agrupados en tres bloques electorales: el Wifak, integrado por los partidos de derecha pro gubernamentales, tales como la Unión Constitucional (UC), creada en 1983, y la Reagrupación Nacional de Independientes (RNI), fundada en 1978; la Kutla, que incluye a los partidos opositores, tanto nacionalistas como de izquierda, como la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP) y el Istiqlal (‘Independencia’), un grupo moderado fundado en 1944; y un tercer bloque constituido por partidos de centro, como el Movimiento Popular, una organización establecida en 1959. En las elecciones de 1997, la Kutla obtuvo 102 escaños, el Wifak logró 100, y el bloque centrista 97. Los escaños restantes fueron a parar a agrupaciones independientes, incluidos los primeros partidos islamistas que lograron representación parlamentaria en la historia de Marruecos. La USFP fue el partido más votado y el monarca alauí nombró a su máximo dirigente primer ministro. Los partido centristas y pro gubernamentales se aseguraron una holgada victoria en la Cámara de Consejeros. En marzo de 1998 el nuevo primer ministro formó un gobierno de coalición, el primero dirigido por un socialista.
5.4
Gobierno local
Las provincias marroquíes están administradas por gobernadores elegidos por el rey y que están al servicio de la voluntad del gobierno central. Cada provincia está dividida en cercles, que a su vez se subdividen en circunscripciones (circonscriptions).
5.5
Poder judicial
El Tribunal Supremo de Marruecos está en Rabat. El país también tiene quince tribunales de apelación. Los tribunales locales resuelven los casos menores, en tanto que los tribunales regionales tratan casos más importantes. También hay catorce tribunales laborales.
5.6
Salud y bienestar social
Los servicios sanitarios, financiados por el gobierno, cubren las necesidades de la población urbana pero escasean en las zonas rurales. En 2004 el país tenía un médico por cada 1.943 habitantes y una media de una cama de hospital por cada 1.250 habitantes; para 2008 la esperanza de vida era de 69,1 años para los hombres y de 74 años para las mujeres.
5.7
Defensa
En Marruecos el servicio militar es obligatorio para los hombres y dura 18 meses. En 2004 el Ejército de Tierra contaba con 180.000 hombres, las Fuerzas Aéreas con 13.000 y la Armada con 7.800 efectivos.
6
HISTORIA
La población autóctona bereber y los sucesivos pueblos que invadieron el país han forjado la historia de la región que comprende Marruecos en la actualidad.
Los primeros colonizadores conocidos en tiempos históricos fueron los fenicios que establecieron puertos comerciales en la costa mediterránea de esta región. Los cartagineses tomaron el control de estas colonias y las ampliaron. La conquista de Cartago por los romanos, en el siglo II a.C., permitió a éstos dominar la costa mediterránea de África. Aproximadamente en el 42 d.C., la parte septentrional del actual Marruecos se incorporó al Imperio romano como la provincia Mauritania Tingitana. Durante las invasiones germánicas que ocasionaron el declive del Imperio romano, los vándalos ocuparon la provincia romana en el 429. El general bizantino Belisario derrotó a los vándalos en el año 533 y el Imperio bizantino pasó a dominar gran parte del país.
6.1
Conquista musulmana
La dominación bizantina finalizó con la invasión de Marruecos por los árabes en el año 682, en el proceso de expansión del islam, siendo bien recibidos por la población; cristianos y paganos aceptaron pronto la religión de los conquistadores. Los árabes utilizaron ejércitos de bereberes para conquistar la península Ibérica.
Los primeros gobernantes del conjunto de Marruecos fueron los sucesivos integrantes de la dinastía Idrisí, que se mantuvieron en el poder desde el año 789 hasta el 974. Les sucedieron otras dinastías árabes y bereberes. Entre las más notables destacan la dinastía de los almorávides, desde 1062 hasta 1147, y la de los almohades, desde 1147 hasta 1258. Bajo el dominio de esta última, Marruecos se convirtió en el centro de un imperio que comprendía los actuales países de Argelia, Túnez y Libia y grandes áreas de la península Ibérica.
El Imperio almohade empezó a desintegrarse después de la batalla de Las Navas de Tolosa, en 1212, en la que la coalición de reinos cristianos de la península Ibérica derrotó a los musulmanes; a mediados de siglo decayó completamente su poder. A esto le siguió un periodo caracterizado por el desorden y una guerra civil casi permanente entre árabes y bereberes. Dirigentes de varias dinastías reinaron breve e ineficazmente sobre las diversas partes del país. En 1415 Portugal tomó el puerto de Ceuta, iniciando un periodo de extensión gradual del poder español y portugués sobre la región mediterránea de Marruecos.
El país experimentó un resurgimiento bajo el gobierno de los saadíes, que fundaron la primera dinastía sarifiana (1554-1660). Los marroquíes ocasionaron una severa derrota a los portugueses en 1578 y a finales del siglo XVII recuperaron el control de muchas de sus ciudades costeras; el reinado de Ahmed I al-Mansur (1579-1603) se considera la edad de oro de Marruecos. El país se benefició en gran medida de la llegada de casi un millón de moriscos expulsados de España. El territorio marroquí permaneció unido y prosperó facilitando el desarrollo del arte y la arquitectura nacionales.
A los sadíes les sucedió la segunda dinastía sarifiana, que gobernó desde 1660. Esta dinastía alcanzó su máximo esplendor con el reinado de Mulay Ismail (que gobernó desde 1672 hasta 1727). Al reinado de éste le siguió un largo periodo de desorden, interrumpido por breves intervalos de paz y prosperidad.
6.2
Invasión europea
En el siglo XVIII y principios del XIX, los piratas de Marruecos y de otros estados de la costa del norte de África (llamados berberiscos) se dedicaron a atacar a los barcos que navegaban por el mar Mediterráneo. Debido a los estragos que provocaban y a que Marruecos compartía con España el control del estrecho de Gibraltar, la diplomacia de las potencias marítimas europeas, particularmente España, Gran Bretaña y Francia, tuvo en cuenta, cada vez con mayor atención, a este país. España invadió Marruecos entre 1859 y 1860 y tomó Tetuán.
En abril de 1904, a cambio de que Francia permitiera a los británicos operar libremente en Egipto, Gran Bretaña reconoció a Marruecos como esfera de influencia francesa; ese mismo año, Francia y España dividieron Marruecos en áreas de influencia; España recibió la parte más pequeña. El Imperio Alemán pronto discutió esos acuerdos, y en enero de 1906 las principales potencias celebraron una conferencia en Algeciras (España) para pactar un acuerdo. El resultado fue el Acta de Algeciras que garantizaba los derechos económicos de cualquier Estado sobre Marruecos, que nominalmente mantenía su independencia aunque se reconocía la presencia de España y Francia; unos meses después Fez era ocupada por tropas francesas, mientras que en 1909 España expandía sus posesiones en el norte.
En julio de 1911, los alemanes enviaron un cañonero al puerto marroquí de la ciudad de Agadir, en una maniobra para alentar la resistencia de los nativos contra la dominación francesa. Este incidente provocó la movilización francesa y llevó a Europa al borde de la guerra, pero en posteriores negociaciones Alemania reconoció el protectorado francés sobre Marruecos a cambio de que Francia cediera territorios en otras zonas de África.
En marzo de 1912, por la Convención de Fez el sultán reconoció el protectorado francés y Francia obtuvo una gran parte de territorio marroquí revisando el convenio de 1904 con España, que a su vez obtuvo Ifni, Tarfaya y el Rif, iniciando así el protectorado español en la zona.
6.3
Lucha por la independencia
El establecimiento de ambos protectorados no resultó fácil, en especial para los españoles. Abd-el-Krim, un cadí (juez) de Melilla, unió las cabilas del Rif y organizó una revuelta contra el gobierno español en 1920. En 1921 derrotó a los españoles en Annual y en 1924 amenazaba incluso Melilla. Entonces se volvió hacia el sur, lo que provocó la alianza de Francia y España (1925). En el norte, en septiembre de 1925 se produjo el desembarco de tropas españolas en la bahía de Alhucemas, al mando del general José Sanjurjo, que iniciaron la reconquista de los territorios que formaban parte del protectorado, mientras, por el sur, más de 200.000 soldados franceses, bajo la dirección del mariscal Henri Philippe Pétain, participaron en una campaña que finalizó triunfalmente en 1926. Sin embargo, hasta finales de 1934, el país no fue pacificado por completo.
Después de que Alemania venciera a los franceses en 1940 durante la II Guerra Mundial, el gobierno colaboracionista de Vichy permitió a los alemanes utilizar el protectorado marroquí; eso hizo que en noviembre de 1942, el ejército estadounidense desembarcara y ocupara el protectorado francés de Marruecos. Durante el resto de la II Guerra Mundial, el país fue una importante base de abastecimiento para los aliados. En 1943, los dirigentes de gobierno de los países aliados celebraron una reunión en Casablanca.
En 1944, los nacionalistas marroquíes crearon el Partido del Istiqlal, que pronto ganó el apoyo del sultán Muhammad V y de la mayoría de la población, aunque no de las tribus bereberes. Los franceses rechazaron la petición del sultán del autogobierno en 1950. El sultán fue depuesto en agosto de 1953, pero en octubre de 1955 le fue permitido regresar al trono.
6.4
Unificación
Los franceses reconocieron la independencia de Marruecos en marzo de 1956. En abril los españoles reconocieron el principio de independencia del Marruecos español y la unidad del sultanato, aunque mantuvieron ciertas ciudades y territorios; Tánger (que había obtenido un estatuto internacional en 1912) fue incorporada a Marruecos en octubre de 1956 mientras que España devolvió el Sahara septentrional en 1958 e Ifni en enero de 1969.
El sultán Muhammad V asumió el título de rey en agosto de 1957. Tras su muerte en 1961, el trono pasó a su hijo Hasan II, quien hizo efectivo un estatuto real, por el que se establecía una monarquía constitucional, con la aprobación de una Constitución en el referéndum de diciembre de 1962. Las primeras elecciones generales nacionales se celebraron en 1963 con el triunfo del Istiqlal. A pesar de esto, en junio de 1965, el rey suspendió temporalmente el Parlamento y asumió plenos poderes ejecutivos y legislativos, actuando como primer ministro durante dos años. Hasan II prestó un gran apoyo a la causa árabe en la guerra de los Seis Días en 1967 y con posterioridad hizo intentos para asegurar la unidad árabe. No obstante, los extremistas le consideraron demasiado moderado y sufrió dos atentados contra su vida en 1971 y en 1972.
6.5
Ocupación y guerra en el Sahara
Durante los años 1974 y 1975, Marruecos ejerció mayor presión sobre España para que le cediera el Sahara Español, y el propio monarca promovió en octubre de ese último año la denominada Marcha Verde. Por los Acuerdos de Madrid (noviembre de 1975) los españoles se retiraron del territorio al año siguiente y cedieron los dos tercios septentrionales de la colonia a Marruecos, mientras que Mauritania recibió el tercio meridional. Esta ocupación del territorio, rico en fosfatos, fue disputada por el Frente Polisario, un movimiento nacionalista saharaui que pretendía el establecimiento de un Estado independiente en el Sahara Occidental. En 1979, Mauritania cedió el territorio que ocupó en 1975 a Marruecos. Afrontando la oposición internacional, el rey Hasan II envió tropas adicionales y recursos materiales para intentar proteger las minas de fosfatos y las principales ciudades del hostigamiento del Frente Polisario.
En 1984 Marruecos abandonó la Organización para la Unidad Africana (OUA) en protesta contra el ingreso en la misma de la delegación saharaui. Los intentos de Naciones Unidas por mediar en la disputa se mantuvieron a lo largo de las décadas de 1980 y 1990; en 1988 un plan de paz fracasó por el desacuerdo en los términos en que se debería celebrar un referéndum sobre el futuro del Sahara Occidental. Marruecos envió tropas en 1990 para proteger a Arabia Saudí de la concentración de tropas iraquíes en Kuwait, pero las tropas de Marruecos no intervinieron de forma directa en la guerra del Golfo Pérsico. Los distritos electorales del Sahara Occidental fueron incluidos en las elecciones locales de 1992, tras las que el rey Hasan II promulgó una nueva Constitución, aprobada por abrumadora mayoría en septiembre; la coalición de los partidos de centro derecha obtuvo la mayor parte de los votos en las elecciones legislativas de 1993. Ninguna de las formaciones del espectro político marroquí demostró ser capaz de formar gobierno y en noviembre de 1993 el rey Hasan II nombró un gabinete de tecnócratas e independientes. El monarca sustituyó este gabinete con otro elegido parcialmente en febrero de 1995, en el que formaban parte algunos representantes de los partidos mayoritarios derechistas.
En septiembre de 1997, representantes de Marruecos y el Frente Polisario, con la mediación del diplomático estadounidense James Addison Baker, acordaron celebrar un referéndum para dirimir el futuro de la antigua provincia española. Esta consulta, sin embargo ha sido pospuesta en numerosas ocasiones debido a la falta de entendimiento respecto a cuál debe ser el número de votantes y la procedencia de los mismos.
6.6
Apertura democrática
En los meses de noviembre y diciembre se celebraron elecciones para cubrir los escaños de las nuevas cámaras legislativas establecidas por la Constitución de 1997. Las elecciones fueron contempladas como una auténtica prueba para valorar si la democratización del país era real. Se presentaron Wifak, Kutla, Reagrupación Nacional de Independientes (desgajada de Wifak) y el islamista Reforma y Renovación. Si bien en las elecciones de noviembre para la cámara alta ganó la coalición opositora de izquierdas, en los comicios al Senado, celebrados al mes siguiente, triunfó por mayoría aplastante el bloque de centro y el de derecha.
El proceso de reforma continuó: en febrero de 1998 un socialista, Abd al-Rahman Yussufi, fue elegido primer ministro, y en el mes de octubre el rey Hasan II ordenó la liberación de una parte significativa de los presos políticos que aún quedaban en las cárceles del reino, a la vez que era aceptada, por parte del Estado, la responsabilidad directa en la muerte, a consecuencia de los malos tratos y de la tortura, de los desaparecidos, cuyo número ascendía a más de un centenar. Quedaron, sin embargo, fuera de estas medidas, no sólo el dirigente islamista Abdesslam Yassin y el opositor exiliado Abraham Serfaty, al que se le prohibió el regreso, sino también los casos ocurridos en el territorio del Sahara Occidental o relacionados con este conflicto.
Hasan II falleció el 23 de julio de 1999 y ese mismo día fue sucedido en el trono por su hijo, Sidi Muhammad, quien pasó a reinar con el nombre regio de Muhammad VI. El nuevo monarca abogó de inmediato por continuar con el proceso de transición política iniciado por su padre y defendió, asimismo, la necesidad de una auténtica separación de poderes, con la consiguiente limitación de las atribuciones del rey. En septiembre de ese año autorizó el regreso al país de Serfaty. La apertura política dio nuevos pasos adelante el 9 de noviembre siguiente, fecha en la que Muhammad VI destituyó a Driss Basri (quien había sido durante veinte años el más fiel colaborador de su padre y ocupaba el cargo de ministro del Interior), y en agosto de 2002, cuando el soberano convocó para el siguiente mes de septiembre las que serían primeras elecciones legislativas de su reinado. En julio de este último año, la crisis de Perejil (islote llamado Leïla por los marroquíes) supuso el colofón al progresivo deterioro que las relaciones diplomáticas entre España y Marruecos sufrían desde meses anteriores.
En los antedichos comicios generales, desarrollados el 27 de septiembre de 2002, las formaciones políticas más votadas fueron las dos principales del bloque gubernamental: la Unión Socialista de Fuerzas Populares, el partido del primer ministro, Yussufi, que logró 50 escaños en la Cámara de Representantes; y el nacionalista Istiqlal, que consiguió 48. Los hechos más significativos de esta cita con las urnas fueron la escasa participación ciudadana (51,6%) y el ascenso del Partido de la Justicia y del Desarrollo, grupo islamista moderado que, con 42 diputados, se convirtió en la tercera fuerza parlamentaria del país. Otros muchos partidos alcanzaron representación, entre ellos la Reagrupación Nacional de Independientes (41) y el Movimiento Popular (27). Pocos días después de conocerse estos resultados, Muhammad VI nombró primer ministro al independiente Driss Jettu, hasta entonces ministro del Interior. El avance islamista volvió a mostrarse en las elecciones municipales de septiembre de 2003, en las que el Partido de la Justicia y del Desarrollo obtuvo de nuevo notables resultados. Durante el mes siguiente, el Rey anunció una profunda reforma legal que supondría la equiparación de los derechos de hombres y mujeres, medida que solicitaban los sectores liberales de la sociedad marroquí y a la que se oponían los más conservadores. En noviembre, Muhammad VI también comunicó la creación de dos nuevas instituciones, la Dirección de Migración y de Vigilancia de Fronteras y el Observatorio de Migración, cuya función sería luchar contra las redes que promovían la emigración ilegal desde Marruecos.
El 7 de septiembre de 2007, se desarrollaron las segundas elecciones legislativas del reinado de Muhammad VI. El Partido de la Justicia y del Desarrollo recabó el 10,9% de los votos y obtuvo 46 escaños, en tanto que Istiqlal recibió menos sufragios (10,7%) pero logró más diputados (52). Durante ese mismo mes, el Rey designó primer ministro a Abbas el Fassi, de Istiqlal, por su condición de líder de la formación con mayor representación parlamentaria.

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