Líbano (república) (nombre oficial,
Al-Jumhūrīya al-Lubnānīya, República Libanesa), república de Oriente Próximo,
que limita al norte y este con Siria, al sureste y al sur con Israel y al oeste
con el mar Mediterráneo. Tiene una superficie de 10.452 km². Beirut es su
capital y el principal puerto.
2 TERRITORIO
Y RECURSOS
Líbano tiene unos 217 km de longitud y
de 40 a 80 km de anchura. Una estrecha llanura se extiende a lo largo de la
costa del mar Mediterráneo. El territorio del interior está dominado por dos
grandes cadenas montañosas separadas por el fértil valle de la Bekaa. La
cordillera del Líbano, cortada por una gran cantidad de profundas gargantas, se
eleva abruptamente desde la llanura costera y al norte se encuentra la mayor
altura del país, Qurnat as Sawdā' (3.088 m). La otra gran cadena montañosa, el
Antilíbano, se encuentra al este, a lo largo de la frontera con Siria. Por el
valle de la Bekaa fluye el mayor río de Líbano y el único navegable, el Litani.
La mayoría de los ríos restantes sólo llevan aguas durante la estación lluviosa
del invierno.
2.1 Clima
El clima varía desde uno de tipo
mediterráneo subtropical a lo largo de la costa y en el valle de la Bekaa,
hasta otro bastante frío en las montañas más altas. Los veranos son cálidos y
secos; los inviernos templados y húmedos. Las heladas son raras en las menores
altitudes. La temperatura media en las tierras bajas es de 26,7 °C en verano, y
de 10 °C en invierno. La región montañosa es algo más fría. Las precipitaciones
anuales tienen lugar sobre todo en el invierno; en la costa son de 889 mm,
mientras en el valle de la Bekaa son de 635 mm, y en las montañas de más de
1.270 mm.
2.2 Flora
y fauna
La mayor parte del Líbano ha sido
deforestada. En las áreas montañosas todavía quedan bosques de robles, pinos,
cipreses y los famosos cedros del Líbano. En la mayor parte de las diferentes
zonas hay una vegetación mediterránea de monte bajo con algunos árboles.
Todavía sobreviven algunas especies de animales salvajes como chacales, lobos,
asnos salvajes y gacelas.
2.3 Suelos
La mayoría del Líbano posee un suelo
marrón rojizo denominado terra rossa. A lo largo de la costa, en el valle de la
Bekaa y en el noreste, hay suelos aluviales más ricos. Sin embargo, la erosión
es muy importante, y las zonas montañosas son rocosas y yermas.
2.4 Recursos
naturales
A excepción de algunos suelos fértiles y
lo que queda de los bosques, los recursos naturales del Líbano son poco
importantes. Hay mineral de hierro pero es difícil de obtener; también cuenta
con pequeñas cantidades de otros minerales como carbón, cobre y fosfatos.
2.5 Temas
medioambientales
El medio ambiente de Líbano se vio
seriamente afectado durante la guerra civil, que se prolongó de 1975 a 1990.
Durante el conflicto se destruyeron ecosistemas, no se respetaron las
regulaciones medioambientales y se abandonaron los programas de conservación.
Tras la guerra, la mayor parte de los esfuerzos gubernamentales se orientaron a
la recuperación de la infraestructura básica del país. No obstante, en los
últimos años, Líbano ha aumentado su compromiso con la limpieza y conservación
del medio ambiente.
Antes de la guerra civil Líbano era un
importante centro comercial, financiero e industrial. Esta productividad tuvo
consecuencias medioambientales, como la contaminación derivada del vertido
incontrolado de aguas fecales y residuos industriales. Los residuos sin tratar
se vertían en las vías de agua o se volcaban en profundos pozos, que a veces
contaminaban los acuíferos subterráneos. Los residuos tóxicos sólidos se
depositaban en vertederos municipales sin procesos de tratamiento previo.
Aunque el gobierno libanés se está esforzando por poner en práctica métodos de
vertido de residuos que sean más seguros desde el punto de vista
medioambiental, muchas industrias continúan contaminando las vías de agua y las
zonas costeras.
La gasolina que se vende en Líbano tiene
una gran cantidad de plomo, que contribuye a la contaminación del aire,
especialmente en los centros urbanos. Las plantas de generación eléctrica del
país contaminan la atmósfera por la quema de fuel. En 1998, Líbano anunció un
plan para utilizar gas natural en vez de fuel, como combustible más limpio para
generar su electricidad.
Líbano tiene la mayor densidad de
población de Oriente Próximo, con una media de 388 hab/km² en 2008, y el
irregular desarrollo de las ciudades amenaza las zonas no desarrolladas del
país. Como consecuencia de ello, durante los últimos años han aumentado la
erosión del suelo y la desertización.
Los bosques de cedro de Líbano eran muy
famosos en la antigüedad, pero la tala intensiva a lo largo de los siglos ha
reducido la superficie boscosa a una fracción de su extensión original. Los
cedros de Líbano han sido citados en la Biblia y otras obras de la literatura
antigua y continúan siendo un referente del orgullo nacional. De hecho, en la
bandera del Líbano figura un cedro. En 1997, Líbano estableció la reserva de
cedros Al-Shouf, que ocupa el 5% del territorio nacional. Si bien los
ejemplares de cedro cubren un pequeño porcentaje de la reserva, los grupos
conservacionistas están intentando incrementar su población en otras zonas del
parque. El gobierno libanés ha planificado la creación de otros parques y
reservas.
Las minas antipersonas y otras
municiones sin explotar, abandonadas durante la guerra civil, continúan
planteando una amenaza para las poblaciones animales y humanas. En 1998,
Estados Unidos accedió a suministrar a Líbano la asistencia técnica y
financiera necesaria para quitar las minas antipersonas aún presentes en el
país.
Líbano ha ratificado acuerdos
internacionales orientados a la protección de la biodiversidad y de la capa de
ozono. También ha firmado tratados que limitan los residuos peligrosos, las
pruebas nucleares y la contaminación marina.
3 POBLACIÓN
Los libaneses descienden de una gran
variedad de linajes étnicos, sobre todo semíticos, y se puede encontrar su
ascendencia en los antiguos fenicios, hebreos, filisteos, asirios y árabes.
Entre el último grupo de población llegado al Líbano, se encuentra una minoría
armenia que supone alrededor del 6%, y una gran cantidad de palestinos, muchos
de los cuales están confinados en campos de refugiados.
3.1 Características
de la población
Según estimaciones oficiales de 2008, la
población del Líbano era de 3.971.941 habitantes; la densidad de 388 hab/km².
Alrededor del 88% de la población vive en áreas urbanas. No hay censos
oficiales posteriores al de 1932.
3.2 Principales
ciudades
La capital y principal puerto es Beirut,
que cuenta con una población (según estimaciones para 2003) de 1.792.000
habitantes. Los dos importantes puertos y terminales de oleoducto, Trípoli
(Tarabulus) y Sidón (Sayda) tienen respectivamente 212.900 y 149.000
habitantes.
3.3 Religión
Numéricamente, la religión principal es
el islam, alrededor del 35% son chiitas y el 23% suníes. Los cristianos forman
el 27% de la población, englobando grupos de maronitas, protestantes, miembros
de la Iglesia ortodoxa griega y de la Iglesia armenia. Los drusos alcanzan
alrededor del 7%.
3.4 Idioma
La lengua árabe es el idioma oficial del
Líbano. Para usos oficiales y comerciales están muy extendidos tanto el inglés
como el francés; la minoría étnica armenia habla el idioma armenio.
3.5 Educación
La educación primaria es gratuita pero
no obligatoria. La tasa de alfabetización está por encima del 88,3% y se
encuentra entre las más altas del mundo árabe. En 2000 había 453.986 alumnos
que acudían a 2.160 escuelas primarias, y una tasa de escolarización del 79% en
las escuelas secundarias. Existen varias escuelas estatales especializadas,
como las agrícolas o de comercio.
En Beirut se encuentran cinco de las
universidades libanesas: la Universidad Libanesa, pública y estatal (1951), la
Universidad Americana de Beirut (1866), la Universidad de San José,
perteneciente a los jesuitas (1881), la Universidad Árabe de Beirut (1960) y
una universidad dirigida por los maronitas. En 2002–2003 el número total de
alumnos era de 144.050. El país tiene una gran variedad de escuelas
especializadas y varios centros de formación del profesorado.
3.6 Cultura
El poeta y pintor Kahlil Gibran es el
mejor ejemplo del alto nivel cultural alcanzado por el Líbano de la posguerra,
en el que se mezclaban tradiciones árabes e influencias occidentales recientes,
en especial francesas y estadounidenses. En las últimas décadas, sin embargo,
ese espíritu cosmopolita se ha roto por el enfrentamiento entre los diferentes
grupos étnicos y religiosos.
En la Biblioteca Nacional de Beirut se
encuentran depositados documentos de las Naciones Unidas. La biblioteca del
monasterio de San Juan en Khinshārah (Kunchara), que data de 1696, muestra una
de las primeras imprentas de Oriente Próximo.
4 ECONOMÍA
La economía del Líbano está dominada por
la banca y otros servicios comerciales. Antes de la guerra civil de la década
de 1970, Beirut era la principal capital financiera de Oriente Próximo. Desde
ese momento, la combinación de la guerra, la invasión israelí de 1982 y las
luchas entre las diferentes facciones han dado lugar al aumento del desempleo,
a una inflación creciente y al colapso de todas las inversiones extranjeras y
turísticas, así como a la destrucción de numerosas fábricas y compañías. El
producto interior bruto (PIB) en 2006 era de 22.722 millones de dólares (según
datos del Banco Mundial), que suponen 5.603,10 dólares per cápita.
4.1 Agricultura
Alrededor del 30,6% de la tierra
libanesa está cultivado. La llanura costera se encuentra cultivada intensamente
y produce tabaco y productos hortofrutícolas, entre los que destacan las
naranjas, plátanos, uvas, higos y melones. En el valle de la Bekaa,
parcialmente irrigado, se cultivan cereales y verduras. Las áreas más frescas
producen manzanas, cerezas, ciruelas, patatas (papas), trigo y cebada. En 2006
se produjeron 946.000 t de fruta, principalmente uvas (110.600 t), naranjas y
manzanas; 810.900 t de hortalizas; y 511.400 t de patatas (papas). Aunque
durante la guerra civil fueron importantes los cultivos de marihuana y opio, se
consideran erradicados desde 1993. En las tierras altas pastan ovejas, cabras y
vacas lo cual ha contribuido a la erosión del suelo y a la casi total
destrucción de sus bosques, que fueron muy conocidos por sus cedros. En 2006
había en Líbano 494.700 cabezas de ganado caprino, 337.300 de ovino y 76.900
cabezas de ganado vacuno.
4.2 Industria
Los conflictos de las décadas de 1970 y
1980 inutilizaron la única industria pesada del Líbano, las refinerías de
petróleo. Los productos más importantes de las industrias ligeras son seda,
textiles de algodón, calzado, fósforos y jabón.
4.3 Energía
En 2003 la producción total de
electricidad fue de 10.671 millones de kWh. La capacidad de generación
instalada era de un millón de kW. El mayor proyecto hidroeléctrico del país es
el del río Litani en el valle de la Bekaa.
4.4 Moneda
y banca
La unidad monetaria del Líbano es la
libra libanesa compuesta por 100 piastras (1.507,50 libras equivalían a 1 dólar
estadounidense en 2006). El Banco del Líbano (1964) es el banco central y el
único que puede emitir moneda. Líbano fue durante mucho tiempo el centro
bancario y financiero de Oriente Próximo pero la guerra civil acabó con este
papel.
4.5 Comercio
exterior
El comercio es de una importancia
capital para la economía. Hasta mediados de la década de 1970, el clima, el
paisaje y los restos históricos favorecían el desarrollo turístico, con el
consiguiente beneficio para la economía del país. Tanto el comercio como la
industria han sufrido las graves consecuencias del estado de guerra de las décadas
de 1970 y 1980. En 2003 el valor anual de las importaciones era de 7.167
millones de dólares y el de las exportaciones de 1.524 millones. Los
principales intercambios comerciales del Líbano tienen lugar con otras naciones
del Oriente Próximo así como con Francia, Alemania y Estados Unidos.
4.6 Transporte
En 1997, había 336 vehículos por cada
1.000 habitantes, que circulaban por sus 58 barcos mercantes con una tara de
135.904 toneladas.
4.7 Comunicaciones
En 2000 el número de aparatos de radio
era de 2.850.000 y el de televisiones de 1.170.000. Había dos cadenas
comerciales de televisión. El servicio telegráfico es de propiedad privada. El
país tenía 15 diarios publicados en Beirut; aunque la mayoría de ellos se
publican en árabe también hay otros en armenio, inglés y francés.
4.8 Trabajo
En 2006 el total de la población activa
era de 1.624.006 trabajadores, de los cuales el 31% trabaja en la industria, el
62% en el sector servicios y sólo el 7% en agricultura. A finales de la década
de 1980 la tasa de desempleo era al menos del 33 por ciento.
5 GOBIERNO
Líbano es una república que se rige por
una Constitución promulgada en 1926, posteriormente enmendada, y profundamente
revisada en 1990.
5.1 Poder
ejecutivo
El presidente es elegido, cada seis
años, por la cámara legislativa, y no puede ejercer el poder durante más de dos
mandatos sucesivos. Tras consultar con la Asamblea, el presidente designa al
primer ministro y a los otros miembros del gabinete. El presidente debe ser un
cristiano maronita; el primer ministro, un musulmán suní. Casi todas las
decisiones del poder ejecutivo requieren la firma conjunta del presidente, como
jefe del Estado, y del primer ministro, como jefe del gobierno.
5.2 Poder
legislativo
El poder legislativo reside en la
Asamblea de Representantes (Majlis al-Nuwab), Parlamento de carácter unicameral
cuyos 128 miembros son elegidos por sufragio universal para un periodo de cinco
años, en virtud de las comunidades religiosas que integran el país. El
presidente de la Asamblea es siempre un musulmán chiita. Los escaños están
divididos de forma paritaria entre cristianos y musulmanes: 64 representantes
cristianos (34 maronitas, 14 ortodoxos griegos, 8 católicos griegos, 5
ortodoxos armenios, 1 católico armenio, 1 protestante y 1 de otras minorías
cristianas), y 64 musulmanes (27 suníes, 27 chiitas, 8 drusos y 2 alauitas).
Este sistema ha sido reforzado por la tradicional tendencia a formar grupos
políticos que giran alrededor de fuertes personalidades políticas, lo que ha
frenado el desarrollo de partidos políticos al estilo occidental.
5.3 Poder
judicial
Líbano no tiene un único tribunal
supremo. De acuerdo con la Constitución del país, un Consejo de Estado trata
los casos administrativos y un Tribunal de Justicia especial, formado por cinco
miembros, se ocupa de los temas de seguridad nacional. El sistema judicial
también cuenta con tribunales de justicia de primera instancia con un único
juez, tribunales de apelación con tres jueces y tribunales de casación. Los
tribunales religiosos tienen jurisdicción sobre aspectos civiles como
matrimonios, defunciones y herencias.
5.4 Gobierno
local
En teoría, Líbano se divide en cinco
gobernaciones, cada una administrada por un gobernador que representa al
gobierno central. En la práctica, tanto el Ejército del Sur del Líbano
—respaldado por los israelíes— como Hezbolá —respaldado por los iraníes—
controlan partes del sur del país, mientras que Siria controla gran parte del
valle de la Bekaa. A lo largo de la década de 1980, una gran parte de Beirut
estuvo bajo el poder de las Fuerzas Armadas sirias. En una gran cantidad de
pueblos, los ancianos y los jefes de los clanes mantienen una considerable
influencia.
5.5 Salud
y bienestar social
En la década de 1960 y a comienzos de la
de 1970 se introdujo un exhaustivo código de Seguridad Social, por el cual los
empresarios y el gobierno debían realizar la mayor parte de los pagos.
Proporcionaba ayudas en caso de enfermedad, accidente, seguros de incapacidad,
prestaciones por maternidad, ayudas a familias numerosas y compensaciones por
despido. El debilitamiento de la autoridad del gobierno central durante las
décadas de 1970 y 1980 dejó a las milicias y a organizaciones humanitarias el
cometido de proporcionar servicios sanitarios, antes de la restauración del
gobierno en la década de 1990. En 2008 la esperanza de vida era de 70,9 años
para los hombres y 76 para las mujeres. En esa época, Líbano tenía un médico
por cada 307 habitantes y una cama de hospital por cada 333 habitantes.
5.6 Defensa
En 2004 el personal de las fuerzas
gubernamentales libanesas estaba dividido en un Ejército de tierra de 70.000
soldados, una Armada de 1.100 y una Fuerza Aérea de 1.000. También hay unos
3.000 miembros de la milicia Hezbolá y unos 2.500 del Ejército del Sur del
Líbano, así como fuerzas sirias.
6 HISTORIA
Las montañas que han dado nombre al
Líbano —a las que a veces se denomina simplemente la Montaña— también han
modulado su historia. La inaccesibilidad de las tierras altas no sólo ha
proporcionado refugio a los grupos religiosos disidentes a lo largo de los
siglos, sino también ha impedido la unidad entre los diferentes pueblos de la
región.
6.1 Fenicia
Los restos arqueológicos indican una
ocupación a lo largo de la costa libanesa del mar Mediterráneo en el periodo
paleolítico, y hacia el 4000 a.C. la región había desarrollado tanto la
metalurgia como la cerámica. Hacía el 2500 a.C., la costa fue colonizada por
los fenicios, un pueblo marinero relacionado con los cananeos. Sus
ciudades-estado —que controlaban la mayor parte del territorio de lo que hoy es
Líbano— comerciaban con el antiguo Egipto y se convirtieron en florecientes
centros culturales bajo la influencia de Babilonia, adorando al dios Baal.
Alrededor del 2000 a.C. Fenicia fue invadida por los amorreos, luego en el 1800
a.C. por los egipcios y poco después por los hicsos, quienes lo unieron a sus
dominios egipcios. Reconquistada por los egipcios, permaneció como provincia
dependiente hasta el 1400 a.C. aproximadamente, cuando las incursiones hititas
debilitaron la autoridad egipcia, y hacia el 1100 a.C. era de nuevo un
territorio independiente.
Tiro se convirtió en el principal estado
de la Fenicia independiente y fue pionera en el comercio marítimo de larga
distancia. El matrimonio de Acab, rey de Israel y Jezabel, una princesa de
Tiro, muestra la fuerza de los lazos políticos entre Fenicia y el antiguo
Israel. La exploración fenicia permitió el establecimiento de colonias a lo
largo de todo el Mediterráneo, desde Útica y Cartago en el norte de África,
hasta Córcega y el sur de la península Ibérica (como Gades, la actual Cádiz),
diseminando el alfabeto semítico, que fue posteriormente adoptado por los
griegos; los fenicios circunnavegaron África e incluso comerciantes de Cartago
llegaron a las islas británicas. A pesar de todo, en el 867 a.C. Assurnasirpal
II, rey de Asiria, forzó a las ciudades-estado a pagar tributo y fueron
dominadas por tropas asirias. Se rebelaron varias veces y tras el fin del poder
asirio en el 612 a.C., consiguieron salir airosos de los intentos egipcios por
reconquistar el área. Nabucodonosor II de Babilonia había subyugado toda
Fenicia excepto Tiro, lo que dio como resultado la bienvenida a Persia cuando
conquistó Babilonia en el 539 a.C. Fenicia pasó a ser una de las provincias más
importantes y ricas del Imperio persa.
Alejandro Magno conquistó Fenicia junto
con el resto de Asia Menor; Tiro finalmente cayó tras un largo asedio en el 332
a.C. El auge marítimo de la recién fundada Alejandría obstaculizó el comercio
fenicio y tras la muerte de Alejandro la dinastía Tolemaica de Egipto conquistó
las ciudades fenicias, que en el siglo II a.C. pasaron a manos de los
Seléucidas. La identidad fenicia fue arrollada por influencias helenísticas.
Mientras el Imperio Seléucida se desintegraba, el poder creciente de Roma pasó
a ser el más importante en la región.
6.2 Dominio
romano y bizantino
En el 64 a.C., Pompeyo el Grande
conquistó Fenicia, la anexionó a Roma y la administró como parte de la
provincia romana de Siria. Beirut se convirtió en un importante centro durante
el gobierno provincial de Herodes el Grande, mientras que Baalbek pasó a ser un
espléndido centro religioso; ambas ciudades fueron proclamadas oficialmente
colonias por Cayo Julio César Octavio Augusto. La lengua aramea —dominante en
el Oriente Próximo— comenzó a reemplazar al fenicio, marcando la integración
del territorio con sus vecinos. Desde el siglo IV d.C., con la cristianización
del Imperio romano y la posterior aparición de una estricta ortodoxia cristiana
en el Imperio bizantino, se produjeron tensiones religiosas en el conjunto de
Siria. Hacia el siglo VII, los maronitas, una secta adherida a la herejía
monotelista, en la que se afirmaba que Cristo había tenido a la vez las naturalezas
humana y divina pero sólo única voluntad divina, habían buscado refugio en los
distritos montañosos del norte de Líbano. En el 608, el rey Persa Cosroes II
invadió Líbano y Siria. El emperador bizantino Heraclio I, también monotelista,
liberó Líbano en la segunda década del siglo VII, pero éste fue un triunfo
efímero.
6.3 Primer
dominio musulmán
Hacia el 630, los árabes incorporados a
la nueva religión del islam, habían conquistado la mayor parte de Siria y la
habían incorporado al califato; las montañas de Líbano se integraron en el
distrito militar árabe de Damasco. Los conquistadores permitieron a las
poblaciones nativas, cristianas y judías mantener sus creencias, a condición de
pagar impuestos y regulaciones discriminatorias. En el 759 y 760 los campesinos
cristianos se levantaron, pero la rebelión fracasó y esto sirvió de argumento
para numerosas leyendas locales. Durante todo el periodo islámico se
mantuvieron las rivalidades entre los diferentes grupos tribales árabes, los
qaysíes (del norte) y los miembros de la tribu kalb o yemen (del sur), quienes
se habían asentado en el área después de la conquista.
La caída de los califatos Omeyas y
Abasíes y el auge de las dinastías locales dio lugar al nacimiento de un nuevo
episodio en la historia de la región, caracterizado por el caos. A comienzos
del siglo XI, se estableció en la zona meridional da la Montaña una secta
chiita, los drusos, convirtiéndose a veces en aliados y a veces en rivales de
los hasta ese momento dominantes maronitas. En el año 1099, las cruzadas
trajeron mandatarios cristianos al país, quienes permanecieron hasta el siglo
XIII; Líbano se repartió entre los reinos cruzados de Trípoli y el reino latino
de Jerusalén. Hasta entonces los maronitas habían estado llevando a cabo una solitaria
resistencia a los procesos de islamización y arabización. Los cruzados ayudaron
a asegurar su supervivencia religiosa y cultural al ponerlos en contacto con
los maronistas de Bizancio. Egipto encabezó la reconquista musulmana del Líbano
que comenzó con la toma de Beirut en 1187. Una vez expulsados los últimos
cruzados, Líbano fue gobernado por los mamelucos desde 1280.
6.4 Dominio
del Imperio otomano
En 1516 los turcos otomanos arrebataron
a los mamelucos toda la costa oriental mediterránea. Dos dinastías locales
sucesivas dominaron la Montaña bajo el mandato otomano: los maans (1516-1697) y
los shihabs (1697-1842). El más ambicioso de estos mandatarios fue Fajr ad-Din
II. Aunque era miembro de la familia drusa de los Ma'an, gobernó de una manera
tolerante atrayendo de esta forma a los campesinos maronitas de los distritos
meridionales. Con el fin de los Ma'an, los notables locales eligieron a los
miembros de la familia Chihab para ser emires (príncipes). Posteriormente,
miembros de la familia Chihab se convirtieron al cristianismo. En 1770 un
chihab maronita se convirtió en emir. Su sucesor, Bechir Chihab II (quién reinó
desde 1788 hasta 1840) sojuzgó a los drusos y se consolidó como dueño del
Líbano con poder en el Levante. Los drusos terminaron con el mandato chihab en
1842 gracias al apoyo de los otomanos, los poderes europeos y el descontento de
los campesinos maronitas. En 1843 se instauró el régimen de los caimacamatos,
territorios autónomos dirigidos por cristianos maronitas en el norte y drusos en
el sur.
La violencia de estos años terminó con
la cooperación druso-maronita sobre la que reposaba la autonomía del Líbano.
Los otomanos tenían ahora un papel más directo, pero sus reformas
administrativas fueron impracticables. En 1858 las tensiones políticas,
religiosas, sociales y económicas entre drusos y maronitas, musulmanes y
cristianos, señores y campesinos llevaron a una guerra civil que finalizó en
1860 después de un gran baño de sangre y un aparente triunfo druso. Los poderes
otomano y europeo, sin embargo, mandaron a sus fuerzas para restaurar el orden
y castigar a los musulmanes a quienes consideraban culpables de la guerra. En
1861 establecieron una nueva administración para el Líbano que pervivió hasta
la I Guerra Mundial. Las nuevas regulaciones estipularon que el país fuera
gobernado por un cristiano otomano no libanés, aconsejado por notables locales,
pero directamente responsable ante Estambul. Los años de la I Guerra Mundial
llevaron hambre y devastación, de ahí que creciera el flujo de inmigrantes
cristianos hacia América.
6.5 Mandato
francés
La historia del Líbano con sus fronteras
actuales y su mezcla de población cristiana y musulmana sólo comenzó en 1920,
cuando los franceses (quienes habían obtenido el control del territorio gracias
al acuerdo secreto Sykes-Picot, firmado entre los franceses y británicos
durante la guerra) unieron bajo su administración la costa y la planicie
poblada por musulmanes, y la Montaña, habitada por cristianos, para crear el
Gran Líbano, bajo su mandato. Durante prácticamente los dos milenios
anteriores, este territorio había sido siempre parte de imperios continentales
en expansión. Aunque Líbano muy raras veces ha formado una entidad política
independiente, los maronitas habían desarrollado la opinión de que la Montaña
era un país con una historia y carácter propios. Los franceses habían apoyado
esta creencia, por lo que los maronitas recibieron muy bien su mandato, con el
que además obtenían beneficios económicos y políticos. Sin embargo, la
población árabe defendía la creación de un Gran Reino Árabe con su sede en
Damasco, que recogía sus aspiraciones nacionalistas. Su corta duración
(1918-1920) provocó que no recibieran con agrado la creación del Gran Líbano,
con lo que llegaron a la revuelta armada. Los franceses favorecieron la
redacción de la Constitución de 1926, que serviría de base para un futuro
Estado independiente. Sin embargo, la independencia total no se obtuvo hasta el
año 1946, cuando las últimas tropas francesas fueron evacuadas.
6.6 Independencia
La administración francesa estableció un
Estado económicamente viable, pero con conflictos religiosos políticamente
amenazadores además de haber establecido unas fronteras poco claras, en
especial con Siria, al norte. En 1943 los representantes maronitas llegaron a
un acuerdo para compartir el poder (el Pacto Nacional) con los musulmanes
suníes y otros grupos menores. Sin embargo, el poder real no lo tenían los
dirigentes elegidos, sino una elite comercial cada vez más próspera y una clase
casi de señores feudales, defendidos por sus propios ejércitos. Muy a menudo
los presidentes han estado a merced de fuerzas y grupos más allá de su control,
aunque tanto Camille Chamoun (1952-1958) como Fuad Chihab (1958-1964), de la
década de 1950, desde ópticas políticas opuestas, establecieron un rígido
control del país, lo que permitió —bajo el control cristiano de los puestos
clave del estado— el florecimiento económico a partir de especulaciones
financieras, que animaron los negocios y las inversiones extranjeras, al tiempo
que se producía un destacado desarrollo turístico. Sin embargo, muy poco de
esta prosperidad llegó a la población, en la que cada vez el número de chiitas
era mayor, y su descontento explotó en manifestaciones y tumultos, y, después
de 1975, en una guerra civil.
6.7 Relaciones
internacionales
Líbano ha seguido una política muy
delicada y equilibrada con sus vecinos y las grandes potencias. Los maronitas
optaron por unas relaciones más cercanas con Occidente y distanciarse del mundo
árabe; por el contrario, muchos musulmanes defendían la unidad árabe y una
política neutral respecto a las dos superpotencias. Líbano se mantuvo
prácticamente al margen de las Guerras Árabe-israelíes, pero la llegada de
refugiados palestinos procedentes de los territorios ocupados por Israel,
involucraron poco a poco al Líbano en el conflicto árabe-israelí, a partir de
la década de 1970. En noviembre de 1969, el general libanés Emile Bustami y el
líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), acordaron en el
Cairo permitir la libertad de acción de los palestinos en el territorio del
Líbano, pudiendo hacer incursiones contra Israel desde bases libanesas. Hacia
1973 alrededor del 10% de la población estaba formada por palestinos. Este acuerdo
—que se mantuvo en secreto hasta 1976 para no levantar la protesta de sectores
cristianos— seguía la política favorable a la unidad con Siria lo que provocó
varios disturbios en el país. En 1949 y 1961 se emprendieron varios golpes para
promover la unión con Siria. En 1958, árabes pro Nasser dirigieron una
insurrección que culminó con la intervención estadounidense y la retirada del
presidente Chamoun. Los siguientes gobiernos trataron de conseguir la unidad
árabe. Esta actitud generó recelo en Israel, que además de actuar contra las
bases palestinas del sur del Líbano, buscó otros apoyos políticos.
6.8 Guerra
civil
En 1975 estalló la lucha entre los
musulmanes libaneses y la facción dominada por los maronitas, conocida como
Falange Libanesa. El gobierno central dejó de funcionar mientras unas facciones
de milicias fuertemente armadas redujeron Líbano a la anarquía. La Organización
para la Liberación de Palestina (OLP) se unió a la parte musulmana a comienzos
de 1976 y Siria (preocupada por la reacción israelí) intervino apoyando a los
cristianos y en contra de la OLP que contaba con el apoyo de los grupos más
progresistas. Beirut se dividió con una 'Línea Verde' de este a oeste, que
separaba el norte cristiano del sur musulmán. En junio la Liga Árabe impuso una
tregua, confiando a los sirios el mantenimiento de la paz. A pesar de todo
continuó la violencia y en 1978 Israel invadió el sur del Líbano en un intento
de eliminar las bases palestinas. Una fuerza de la ONU reemplazó a las tropas
israelíes, pero continuó prestando ayuda a los maronitas y atacando las bases
de la OLP. En junio de 1982, Israel, temeroso del auge sirio y de la actividad
palestina, invadió Líbano. Hacia mediados de agosto, tras la mediación
estadounidense, los combatientes de la OLP accedieron a abandonar Beirut y
muchos fueron evacuados a otros países. Más tarde ese mismo mes, con las tropas
israelíes rodeando Beirut, el Parlamento libanés eligió como presidente al
líder de la milicia cristiana Bechir Gemayel; tras su asesinato en septiembre,
se eligió a su hermano Amin Gemayel para reemplazarle. Como venganza, fuerzas
falangistas asesinaron a unos 1.000 palestinos en los campos de refugiados de
Sabra y Shatila, en la parte ocupada por Israel en Beirut Occidental. Por esta
causa los israelíes se retiraron al sur del Líbano, y en Beirut se estableció
una fuerza de paz internacional. Los musulmanes tenían sospechas respecto a las
unidades occidentales que apoyaban a un gobierno liderado por cristianos;
después de que más de 300 soldados estadounidenses y franceses murieran en un
atentado terrorista el 23 de octubre de 1983, las tropas occidentales se
retiraron en febrero de 1984. En el vacío de poder resultante, continuaron las
luchas entre facciones hasta que en 1985 los israelíes se retiraron dejando una
“zona de seguridad” en el sur controlada por sus aliados cristianos, el
Ejército del Sur del Líbano (ESL). El partido chiita Hezbolá (Partido de Dios)
respaldado por los iraníes luchó por esta zona con el ESL, habiendo rechazado
un acuerdo de paz, auspiciado por Siria, en diciembre de 1985. El principal
objetivo de los chiitas era Beirut Occidental. Los israelíes siguieron haciendo
incursiones contra las instalaciones de la OLP en el sur, y un deterioro de las
condiciones en Beirut llevó a las tropas sirias a ocupar el sector musulmán en
1987 para terminar con la enemistad entre los libaneses y musulmanes pro
palestinos.
Cuando el mandato presidencial de
Gemayel expiró en septiembre de 1988, nombró al general cristiano Michel Aoun
para encabezar el gobierno. Como los dirigentes libaneses eran incapaces de
encontrar un nuevo presidente, las facciones enfrentadas establecieron sus
propias administraciones. En octubre de 1989, los negociadores libaneses,
reunidos en Arabia Saudí, aceptaron reformar la Constitución de 1926 que daba
el poder a los musulmanes; Aoun rechazó el proyecto, amenazando con la
partición permanente del Líbano. El 5 de noviembre, el Parlamento,
mayoritariamente musulmán, ratificó esta reforma y eligió presidente a René
Moawad. Fue asesinado 17 días después, y el Parlamento eligió en su lugar a
otro maronita, Elias Haraui. En octubre de 1990, las tropas sirias asentadas en
Beirut Oriental, derrotaron a las fuerzas leales a Aoun. Posteriormente el
ejército libanés, respaldado por Siria, recuperó el control sobre una gran
parte del país, desarmó las milicias y expulsó a la OLP de sus plazas fuertes
al sur del Líbano. La guerra se había cobrado la vida de más de 150.000
libaneses desde 1975.
6.9 Acontecimientos
recientes
Los comicios celebrados en 1992 para la
conformación de una nueva Asamblea supusieron las primeras elecciones
legislativas del país en veinte años. En marzo de 1993, el gobierno estableció
un presupuesto de 13.000 millones de dólares para intentar afrontar la recuperación
económica, aunque parte de esta cantidad debía ser aportada por la comunidad
internacional. En julio de 1993, los ataques aéreos israelíes contra las bases
de Hezbolá (como represalia por los misiles lanzados por Hezbolá contra
territorio israelí) provocaron que más de 200.000 personas tuvieran que
abandonar el sur del país, trasladándose al norte en busca de seguridad. El
Ejército libanés se unió, en agosto, a las fuerzas de paz que la ONU mantenía
en la región, pero no fue posible conseguir el desarme de las milicias de
Hezbolá. En enero de 1994, el gobierno emitió acciones de la compañía que se
iba a dedicar a la reconstrucción de los distritos comerciales de Beirut. Las
escaramuzas entre Hezbolá y las fuerzas israelíes en la “zona de seguridad” de
Israel continuaron, multiplicándose los atentados de la organización terrorista
y las ofensivas israelíes sobre sus bases, hecho que dificultó la aplicación de
los acuerdos de paz sellados, en septiembre de 1993, entre Israel y la OLP.
En octubre de 1995, la Asamblea aprobó
una reforma constitucional para permitir al presidente, Elias Haraui, prolongar
durante tres años su mandato. En febrero de 1996, la Confederación General del
Trabajo libanesa convocó una huelga general, reivindicando la duplicación del
salario mínimo y un notable incremento de los sueldos de los trabajadores
públicos; el gobierno respondió al paro militarizando determinados servicios.
En abril de 1996, tras una serie de
incidentes, incluido el lanzamiento de misiles por parte de Hezbolá sobre el
norte de Israel, fuerzas israelíes efectuaron una ofensiva por tierra, mar y
aire en territorio libanés; sus objetivos eran las bases de Hezbolá, al mismo
tiempo que intentar presionar al gobierno de Líbano para que intensificara sus
esfuerzos contra el grupo terrorista. La ofensiva tuvo como consecuencias el
éxodo masivo de población de las áreas afectadas, considerables daños
materiales, y la muerte de numerosos civiles; por su parte, Hezbolá continuó
sus ataques durante la operación israelí. La presión internacional para que la
ofensiva de Israel finalizara se incrementó después de que un bombardeo israelí
sobre un campo de refugiados que la ONU mantenía en Qānā se saldara con la
muerte de más de cien civiles libaneses; así, a finales de ese trágico mes de
abril de 1996, Israel, Siria y Líbano acordaron un alto el fuego que
restableció la situación en el sur libanés. Sin embargo, dos meses después, las
unidades de Hezbolá reanudarían sus ataques en la que Israel declaraba su “zona
de seguridad”.
Las elecciones generales celebradas
durante cinco domingos consecutivos de agosto y septiembre de 1996, supusieron
la reelección como primer ministro de Rafic Hariri, quien ya ejercía el cargo
desde 1992. Los enfrentamientos armados entre las guerrillas de Hezbolá y las
fuerzas israelíes continuaron durante los meses de enero y febrero de 1997 en
el sur del país.
En noviembre de 1998, el ex general
Émile Lahoud fue elegido presidente de la República por el Parlamento, después
de contar con el respaldo del presidente sirio, Hafiz al-Assad. A continuación,
Hariri renunció a la jefatura del gobierno, por rechazar los poderes otorgados
al nuevo presidente. En diciembre, Lahoud nombró primer ministro a Selim
al-Hoss. Las hostilidades en el sur proseguían, y alcanzaron un nuevo punto de
máxima tensión en febrero de 1999, cuando, en un ataque de Hezbolá, murió el
general israelí Erez Gerstein. La situación cambió a partir de julio de 1999,
cuando Ehud Barak se convirtió en primer ministro de Israel. Barak declaró que
las tropas de su país deberían abandonar el territorio libanés en julio de
2000. Las fuerzas israelíes comenzaron los preparativos para su retirada de la
denominada “zona de seguridad”, que, finalmente, se completó el 24 de mayo de
2000. Por ello, el gobierno libanés declaró la fecha del 25 de mayo como “Día
de la Liberación Nacional”. Ello no significó el fin de las hostilidades entre
Hezbolá e Israel, que se trasladaron al área de Shebaa, ocupada por Israel y
adyacente a los Altos del Golán. A finales de julio de 2000, las fuerzas de paz
de la ONU se desplazaron hacia la frontera meridional libanesa para ocupar el
vacío dejado por las tropas de Israel.
El 23 de octubre de 2000, tras los
resultados de las elecciones legislativas celebradas los días 27 de agosto y 3
de septiembre anteriores, Rafic Hariri sustituyó a Selim al-Hoss como primer
ministro. La coalición liderada por Hariri consiguió un extraordinario respaldo
popular en las urnas frente a las candidaturas pro sirias y obtuvo la mayoría
absoluta en la Asamblea.
Las tensiones entre Líbano e Israel
reaparecieron brevemente en marzo de 2001, cuando Líbano desvió el curso del
río Hasbani, afluente del Jordán, para abastecer de agua a una población
fronteriza del sur. En junio, Siria inició la retirada de sus tropas de Beirut,
allí presentes desde el inicio de la guerra civil.
El 15 de abril de 2003, el primer
ministro, Hariri, dimitió para permitir la formación de un nuevo gabinete. Al
día siguiente, sin embargo, fue confirmado para continuar al frente del
gobierno. Finalmente, renunció en octubre de 2004, después de una larga crisis
motivada por la prórroga concedida a Lahoud para permanecer en la presidencia,
presuntamente por las presiones ejercidas para ello desde Siria, país al que el
Consejo de Seguridad de la ONU conminaba en esos momentos para que procediera
al definitivo repliegue y retirada de los efectivos militares que aún tenía
estacionados en territorio libanés. Para sustituir a Hariri en el cargo de
primer ministro, Lahoud designó a Omar Karami.
El 14 de febrero de 2005, un atentado
terrorista perpetrado en Beirut por un grupo fundamentalista islámico segó la
vida del ya ex primer ministro Hariri. La oposición redobló sus ataques contra
Siria, a la que consideraba responsable del magnicidio, reclamando con firmeza
la definitiva retirada de los aproximadamente 14.000 soldados que continuaban
desplegados en territorio libanés, así como que dicho Estado dejara de
inmiscuirse en la política interna de Líbano. Damasco negó todas las
acusaciones pero, ante la presión internacional, el régimen de Bachar al-Assad
anunció que procedería, en dos etapas, a la completa evacuación de sus tropas,
proceso que se inició al mes siguiente. En Líbano, se multiplicaron las
manifestaciones pidiendo la dimisión del gobierno pro sirio y la consecución de
una auténtica independencia. Como consecuencia de las protestas populares,
Karami y su gabinete presentaron la dimisión el 28 de febrero. Sin embargo, las
fuerzas políticas oficialistas y, en general, todos los sectores partidarios
del mantenimiento de la presencia militar siria en el país, con Hezbolá al
frente, también se movilizaron. De hecho, en los primeros días de marzo, el
Parlamento logró que Karami fuera nuevamente designado primer ministro; sin
embargo, al no poder este formar gabinete, tuvo que dimitir en abril. Para dar
una salida a la crisis, las fuerzas oficialistas y las de la oposición
alcanzaron un acuerdo gracias al cual, el 15 de abril, se convirtió en primer
ministro un representante del ala pro siria moderada, Naguib Mikati, quien sí
pudo constituir el ejecutivo de transición que debería preparar el proceso para
celebrar elecciones. El día 26 de ese mismo mes de abril, los últimos soldados
sirios que aún permanecían en territorio libanés abandonaron el mismo,
cumpliendo así la resolución 1.559 que el Consejo de Seguridad de la ONU había
emitido a finales de 2004. El 30 de junio de ese histórico año 2005, tras
celebrarse en cuatro jornadas los citados comicios legislativos, el presidente
Lahoud encargó formar gobierno a Fuad Siniora, miembro de la triunfante
coalición antisiria formada por Saad Hariri (hijo de Rafik Hariri).
El 12 de julio de 2006, miembros de
Hezbolá atacaron la base fronteriza israelí de Zarit, mataron a ocho militares
y secuestraron a otros dos. El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, calificó
este hecho de “acto de guerra” y consideró responsable del mismo al gobierno de
Líbano por su laxitud en el desarme de Hezbolá (como exigía la antedicha
resolución 1.559 de la ONU), a la que la diplomacia israelí vinculaba
directamente con Hamas, Siria e Irán. Israel emprendió una contundente ofensiva
bélica cuyo primer objetivo era destruir las instalaciones de Hezbolá en el sur
libanés. El aeropuerto de Beirut y los principales nudos de comunicación fueron
reiteradamente atacados, mientras que un bloqueo naval impidió que los barcos
zarparan desde su puerto o arribaran a él. Muchas personas perdieron la vida en
la capital libanesa, que igualmente sufrió la destrucción de edificios e infraestructuras.
Las acciones israelíes no tardaron en extenderse a Trípoli, Baalbek, Tiro y
Sidón. De forma simultánea, Hezbolá respondía con el lanzamiento de cohetes
contra localidades del norte de Israel, como Haifa. En las dos primeras semanas
de bombardeos, murieron más de 400 libaneses, contándose por millares los
heridos y siendo más de medio millón los desplazados. El gobierno de Siniora
requirió en reiteradas ocasiones la imposición de un alto el fuego, exigido
igualmente por diversos medios de la comunidad internacional. Desde múltiples
instancias de esta última se condenó el desproporcionado uso de la fuerza
empleado por el Ejército de Israel y la naturaleza indiscriminada de sus
operaciones (que se prolongaron hasta finales de agosto), causantes de la
muerte de numerosos civiles y generadoras de una auténtica crisis humanitaria.
En noviembre de 2007, expiraba el
mandato de Lahoud; la oposición parlamentaria pro siria provocó la falta del
quórum necesario para la elección de un nuevo presidente. A comienzos de
diciembre, el presidente del Parlamento, Nabih Berri, anunció el acuerdo
alcanzado para promover a la jefatura del Estado al general Michel Suleiman, lo
que requeriría una enmienda constitucional. Suleiman, quien parecía mantener
buenas relaciones con Hezbolá, recibió el respaldo de la oposición pro siria.
La mayoría parlamentaria gubernamental, antisiria, carecía de las dos terceras
partes necesarias para elegir al presidente. La crisis política abierta en
torno a esta elección presidencial desencadenó la peor crisis interna desde la
finalización de la guerra civil.
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