Israel (república) (nombre oficial, Medinat
Yisra’el, Estado de Israel), república del Oriente Próximo fundada en 1948,
situada en la costa oriental del mar Mediterráneo. Israel limita al norte con
el Líbano, al noreste con Siria, al este con Jordania y al suroeste con Egipto.
Su extremo más meridional se extiende hasta el golfo de Aqaba, un brazo del mar
Rojo. La ciudad de Jerusalén es reclamada por el Estado de Israel como su
capital, si bien este hecho no es reconocido por la Organización de las
Naciones Unidas.
Tiene una extensión de 21.946 km²,
englobando la parte oriental de la ciudad de Jerusalén, que fue anexionada por
Israel en 1967 después de la guerra de los Seis Días, aunque la mayor parte de
la comunidad internacional no reconoce esta anexión. Israel también conquistó
otras zonas durante esa guerra, como la franja de Gaza, la región de
Cisjordania y el área de los Altos del Golán en la frontera con Siria; pero en
mayo de 1994 se hizo efectiva la autonomía palestina de la franja de Gaza y de
la ciudad de Jericó (en Cisjordania), tras la firma, en septiembre de 1993, de
un acuerdo de paz entre Israel y la Organización para la Liberación de
Palestina (OLP).
2
|
TERRITORIO Y
RECURSOS
|
2.1
|
Relieve e
hidrografía
|
Israel tiene una longitud máxima de
unos 420 kilómetros y su anchura oscila entre los 16 y los 115 kilómetros; se
puede dividir en cinco grandes áreas topográficas: las montañas de Galilea, la
llanura de Esdrelón (también llamada llanura de Yizreel o valle de Jezreel),
las colinas de Judea y Samaria, las llanuras costeras y la región del Néguev.
Las primeras discurren en paralelo al litoral y la última se extiende por la
mitad sur del territorio.
Las montañas de Galilea dominan la
parte septentrional de Israel y se extienden hacia el este unos 40 km, desde
la estrecha llanura costera a través del lago Tiberíades (el mayor del país).
Estos montes están principalmente formados de piedra caliza y dolomía, y
alcanzan una altitud de 500 a 1.200 metros. El punto más alto de Israel, el
monte Meron (1.208 m), se encuentra en esta zona. En el noreste, los paisajes
basálticos de los Altos del Golán, formados por erupciones volcánicas, dominan
el valle del Jula.
Al sur de la zona montañosa
de Galilea se extiende la llanura de Esdrelón, con una longitud aproximada de
55 km y una anchura de 25 km, que atraviesa Israel desde las
inmediaciones de Haifa, en la costa mediterránea, hasta el río Jordán. Esta
llanura o valle de Jezreel es la zona agrícola más rica de Israel, cultivada
por varias comunidades cooperativas; antiguamente estaba formada por unas
tierras pantanosas foco de paludismo, pero fue drenada y ahora está densamente
poblada y es muy productiva desde un punto de vista económico.
Los ondulados montes de Judea y, al
norte de estos, las colinas de Samaria forman una barrera que se extiende de
norte a sur y recorre la mayor parte de Israel. Presentan un mosaico de cumbres
rocosas y valles fértiles, salpicados de plantaciones centenarias de olivos.
Las laderas, escalonadas en terrazas y cultivadas desde los tiempos antiguos,
han pasado a formar parte natural del paisaje.
Las llanuras costeras, que se extienden
sobre unos 195 km a lo largo de la costa del Mediterráneo, oscilan entre
una anchura de menos de un kilómetro hasta un máximo de alrededor de
32 kilómetros. Están integradas por la llanura de Zevulun, que se extiende
sobre unos 16 km al norte de Haifa, alrededor de la bahía de Haifa; la
llanura de Sharon, que se extiende al sur, desde las inmediaciones de Haifa
hasta Tel Aviv-Yafo; y la llanura de Judea, desde Tel Aviv-Yafo hasta la ciudad
de Gaza. En ellas se ubican la mayor parte de las ciudades importantes de
Israel y se desarrolla gran parte de su comercio y de su industria.
El Néguev es una región desértica
situada en la parte meridional. El desierto se extiende desde el golfo de Aqaba
hacia el norte, ocupando un espacio que engloba desde el límite meridional del
mar Muerto hasta el Mediterráneo, y que pasa justo al sur de Beersheva.
El río más importante es el Jordán.
Desciende desde el monte Hermón, en la frontera con Siria, hasta el lago
Tiberíades (a unos 207 metros por debajo del nivel del mar) y, finalmente,
hasta el mar Muerto, unos 395 metros por debajo del nivel del mar, el punto más
bajo de Israel. El valle del Jordán y la Aravá, que se extienden por el este,
son parte de la gran depresión sirio-africana que agrietó la corteza del globo
terráqueo hace millones de años, llamada Rift Valley.
La costa tiene pocos entrantes y
ronda los 270 kilómetros. El único puerto natural del mar Mediterráneo es el de
Haifa, en la bahía homónima. También se construyó un nuevo puerto artificial en
el sur, el puerto de Ashdod.
2.2
|
Clima
|
El clima es subtropical, aunque fluctúa
de templado a tropical, con abundantes días de sol y precipitaciones que se
concentran en los meses de invierno. Hay dos estaciones predominantes: un
período de invierno lluvioso desde noviembre a mayo, y una estación de verano
seco, que se extiende durante los cinco meses restantes. En enero la
temperatura en Jerusalén es de 9 ºC y de 14 ºC en Tel Aviv-Yafo de
promedio. En julio la temperatura en Jerusalén es de 24 ºC y en Tel
Aviv-Yafo de 27 ºC. Las precipitaciones se distribuyen desigualmente:
1.015 mm anuales en la región septentrional de Galilea, 524 mm en Tel
Aviv-Yafo, 553 mm en Jerusalén, y tan solo 32 mm en el puerto
meridional de Elat (también conocido como Gilat).
2.3
|
Recursos minerales
y edafológicos
|
La zona que actualmente ocupa Israel
(denominada en la época bíblica como la tierra de la leche y la miel) se
considera yerma y estéril. Sin embargo, la república tiene recursos minerales y
agrícolas. Los estudios geológicos han descubierto en el Néguev numerosos
yacimientos de minerales entre los que figuran: cobre, hierro, fosfatos,
manganeso, granito, mármol, mica, feldespatos, yeso, vidrio, arcilla en piedra
y arcilla en bolas. También se han hallado en esta región depósitos de petróleo
y de gas natural, explotables comercialmente. En las aguas del mar Muerto hay
grandes cantidades de bromo y potasio, mientras que en Galilea se ha encontrado
hierro y turba.
El suelo es generalmente pobre, pero a
lo largo de las llanuras costeras hay ricos suelos aluviales, y las tierras roturadas
de las zonas pantanosas de la llanura de Esdrelón también son muy fértiles en
la actualidad.
2.4
|
Vegetación y fauna
|
La flora es propia de tres
regiones biogeográficas debido a la situación estratégica del país entre tres
continentes: la costa mediterránea, la estepa asiática y las regiones
desérticas de la península de Arabia. En el país hay aproximadamente 2.600
especies de plantas, la mayor parte de ellas xerófilas, es decir, capaces de
sobrevivir a prolongadas temporadas de sequía. Israel traza frontera para la
presencia de plantas, como el papiro (más extendida hacia el sur) y la peonía
de brillante color rojo coral (que crece hacia el norte). La Aravá o sabana de
Israel está altamente cultivada.
Los bosques de pinos cubren gran
parte de la región de Galilea, el monte Carmelo y otras zonas montañosas. El
desierto cubre más de la mitad del país, pero hay presencia de maquis y
vegetación siempre verde a lo largo de la costa mediterránea. En los montes del
Néguev crecen gran cantidad de pistacheros atlánticos y palmeras datileras.
Flores de cultivo, como el lirio, la azucena, el tulipán o el jacinto, tienen
parientes entre las flores silvestres de Israel.
En los últimos años se ha
aumentado el número de robles enanos, de árboles de hoja caduca y de coníferas.
Desde 1948 se han plantado en Israel más de 200 millones de árboles, y
actualmente las zonas boscosas cubren un 8,1% del territorio. Entre las plantas
y frutos de valor económico figuran los cítricos, los plátanos, el algodón, el
tabaco, las uvas, los dátiles, los higos, las aceitunas, las ciruelas y las
almendras.
En Israel hay 116 especies
conocidas de mamíferos y 180 de aves. Entre los animales de presa destacan la
nutria, el lobo, la mangosta, el chacal y la hiena; también abundan gacelas,
puercoespines y erizos. La langosta, aunque no es originaria de esta área,
invade la zona de forma periódica, provocando dificultades en el sector
agrícola.
2.5
|
Temas
medioambientales
|
Israel tiene una elevada densidad de
población, una gran demanda de recursos y un territorio pequeño. No obstante,
es un país bien desarrollado con acceso a servicios sanitarios y agua potable.
El agua es el principal recurso
natural limitado, y su abastecimiento es muy desigual. La explotación y la
asignación de los recursos acuíferos son responsabilidad del Mekorot (la
autoridad estatal en lo que se refiere al abastecimiento de agua), entre cuyas
responsabilidades figura la conservación de los cursos fluviales, la depuración
de aguas residuales, la ubicación y utilización de todos los depósitos de agua
dulce y la desalinización de aguas salobres y salinas. El Sistema de Transporte
Nacional de Agua, compuesto por canales, tuberías y túneles, lleva agua al Néguev
desde el lago Tiberíades. Según datos del año 2002 se consumía el 256,30% de
los recursos disponibles. Bajo condiciones de escasez de agua y desarrollo
intensivo, la disminución de la calidad del agua es un problema crítico.
A pesar de la escasez hidrológica,
Israel ha mantenido un crecimiento de la agricultura, en parte gracias a
medidas de conservación del agua como el riego por goteo. La contaminación
marina ha bajado mediante legislaciones y coacciones. Se espera que la calidad
del aire en los centros urbanos mejore a medida que aumente el número de
convertidores catalíticos y combustible sin plomo.
Israel se encuentra en el estratégico
punto geográfico de conexión de tres importantes zonas climáticas y ecológicas,
y cuenta con una rica biodiversidad para ser un país de pequeño tamaño. Cada
año se plantan árboles en unos 25 km². Hay arrecifes de coral, limitados pero
importantes, que están presentes en la breve costa sobre el mar Rojo.
Gran parte de la tierra cultivable
recibe tratamiento intensivo. El agua que proviene de los regadíos suele estar
contaminada con productos químicos. A mediados del siglo XX habían desaparecido
casi todos los humedales de la región, solo quedaba una pequeña zona
significativa hacia 1980. El entorno sufrió los abusos de las guerras modernas
al convertirse muchas zonas protegidas en campos de batalla. Estos factores
dificultaron el establecimiento y mantenimiento de las tierras protegidas y la
preservación de los ecosistemas. Sin embargo, cerca del 15,8% (2007) de la tierra
está protegida como parque nacional, reserva natural o reserva forestal. Los
parques son un destino habitual para los ciudadanos y los turistas extranjeros
que generan unos importantes ingresos. El país participa del programa El Hombre
y la Biosfera de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO) y alberga una reserva de la biosfera, la de Monte
Carmelo (declarada en 1996).
Israel ha ratificado numerosos acuerdos
medioambientales internacionales, incluidos los de biodiversidad, especies en
peligro de extinción, residuos peligrosos, prohibición de realizar ensayos
nucleares, capa de ozono y contaminación naval. También ha firmado el Convenio
sobre el Patrimonio de la Humanidad y la Convención de Ramsar sobre zonas
húmedas. Israel participa en varios acuerdos regionales orientados a la
protección de la costa mediterránea.
3
|
POBLACIÓN
|
En 2008, la población de Israel se
estimó en 6.500.389 habitantes. La densidad de población para ese mismo año era
de 320 hab/km².
3.1
|
Características de
la población
|
El 92% de la población es urbana
y, a pesar de que el 80% son judíos, existe una gran diversidad racial,
cultural y étnica. La población no judía o árabe supone el 20% del total,
siendo los musulmanes el grupo mayoritario entre la población árabe (el 82,6%
de ese grupo, y son principalmente suníes); los cristianos y los drusos son el
componente predominante de la población restante.
Más de la mitad de los judíos
de Israel nacieron en el país (se les denomina sabras), pero sus
antepasados inmediatos provenían de más de 100 países diferentes y hablaban
unos 85 idiomas o dialectos distintos. Las agrupaciones más importantes son los
asquenazíes, cuyos antepasados vivían en países europeos en la edad media; y
los sefardíes, procedentes de la península Ibérica, que se trasladaron a Israel
desde el norte de África o desde el Próximo Oriente.
3.2
|
Divisiones
administrativas
|
Israel se divide en seis distritos
administrativos: el Distrito Central o Centro (Ha Merkaz), Haifa, Jerusalén, el
Distrito Septentrional o Norte (Ha Zafon), el Distrito Meridional o Sur (Ha
Darom) y Tel Aviv. Cada uno de estos distritos es administrado por un
comisario, designado por el ministro del Interior. En la práctica, la
influencia del gobierno central es muy evidente en cualquier lugar del país. El
gobierno local se ejerce a través de consejos municipales locales y regionales.
3.3
|
Ciudades principales
|
La principal ciudad del país es
Jerusalén, que tiene una población (según datos para 1997) de 602.100
habitantes, englobada la ciudad antigua. Otras ciudades importantes son: Tel
Aviv-Yafo (353.100 habitantes según estimaciones para 1997), importante centro
industrial, y Haifa (355.300 habitantes), el puerto marítimo más activo del
país.
Cabe destacar también las ciudades de Holon,
Acre, Ramat Gan, Elat, Beersheva y Peta Tiqwa.
3.4
|
Religión
|
Los problemas que pueden afectar a las
tres religiones principales (judaísmo, islamismo y cristianismo) son
supervisados por el ministro de Asuntos Religiosos a través de unos consejos
establecidos por las diferentes creencias. Los días santos judíos y el shabat
tienen que ser observados por ley en el Ejército, en los hospitales y en otras
instituciones de carácter oficial, donde solo se sirve comida permitida por la
religión judía (kasher).
3.5
|
Lenguas oficiales y
habladas
|
El hebreo es el idioma oficial y
la lengua que más se habla. El árabe también se utiliza de forma oficial por la
minoría musulmana, en las escuelas, en los asuntos de carácter legal y en la
cámara legislativa. Muchas personas hablan inglés, yidis, ruso o diferentes
lenguas europeas.
4
|
EDUCACIÓN
|
Aunque el país no llegó a ser un
Estado independiente hasta 1948, la tradición educativa de Israel se remonta a
la época bíblica. En la antigüedad, se organizaron escuelas a todos los
niveles, y la enseñanza primaria y secundaria, y en gran parte la enseñanza
superior, se desarrollaron en Palestina bajo las diferentes facciones
gobernantes a lo largo de su historia.
La Ley de Enseñanza Obligatoria de
1949 garantizaba una enseñanza elemental a todos los niños entre los 5 y los 15
años de edad. La reforma continuó con la Ley de Educación del Estado de 1953,
que estableció un sistema de escuelas públicas de enseñanza secundaria en todo
el Estado. Los estudiantes de enseñanza secundaria reciben ayudas del Estado y
de las autoridades locales, con cantidades que cubren hasta el 100% de los
costes, dependiendo de los ingresos familiares.
La enseñanza superior se rige por un decreto
promulgado en 1958 que establece un consejo para controlar las universidades y
demás instituciones de enseñanza superior, como la Universidad Hebrea de
Jerusalén (1918); el Technion —Instituto de Tecnología de Israel (1912)—, en
Haifa; la Universidad de Haifa, también en esta ciudad; la Universidad Bar-Ilan
(1953), en Ramat Gan; la Universidad de Tel Aviv (1953); la Universidad Ben
Gurión (1965), en Beersheva; y el Instituto de Ciencias Weizman (1949), en
Rehoboth, entre otros.
Además del sistema estatal de enseñanza
primaria, secundaria y superior, existe un sistema paralelo de escuelas
religiosas judías, que tiene su culminación en las escuelas independientes de
estudios e investigación de posgraduados. Las escuelas de las misiones,
dirigidas por varios grupos cristianos, también son muy numerosas. Un problema
educativo peculiar de Israel es el de la necesidad de asistir a inmigrantes de
diferentes orígenes y de adaptarlos a la sociedad israelí.
En 2000 unos 748.580 niños
israelíes acudieron a la escuela primaria, y aproximadamente 594.210
estudiantes estaban inscritos en la enseñanza secundaria. Además, 299.716
personas se inscribieron en instituciones de educación superior.
5
|
CULTURA
|
La cultura israelí refleja el origen
diverso de la población. Los escritores de más éxito se inspiran en la
tradición judía. Entre estos escritores figuran el novelista Shmuel Yosef Agnon
que, compartió con la poeta Nelly Sachs, el Premio Nobel de Literatura de 1966,
y el filósofo Martin Buber. El ímpetu para crear una literatura nacional, tanto
hebrea como yidis, es fuerte, pero la diversidad cultural de sus compatriotas
es un problema para algunos creadores y artistas israelíes. La música judía
tiene orígenes ancestrales; la principal orquesta del estado, la Filarmónica de
Israel, atrae cada año a varios directores de orquesta y solistas famosos en
todo el mundo. La canción popular tradicional, en la que se evidencia una
fuerte influencia de la música oriental judía, goza de una amplia aceptación en
el país, y la danza también tiene una gran difusión. El Teatro Nacional de Israel,
situado en Tel Aviv, es muy célebre.
La República tiene más de 200 museos;
dos de los más renombrados son el Museo Tel Aviv y el Museo de Israel, en
Jerusalén, que alberga colecciones de arte popular judío, escultura moderna e
instrumentos y utensilios bíblicos y arqueológicos; el Santuario del Libro, una
parte del Museo de Israel, alberga la célebre colección de los Manuscritos del
Mar Muerto. De las más de 500 bibliotecas públicas del país, la más importante
es la Biblioteca Nacional Judía-Universidad Hebrea de Jerusalén (Jewish
National & University Library, JNUL), que alberga unos 5 millones de
volúmenes en su colección principal.
6
|
ECONOMÍA
|
En las décadas de 1970 y 1980, la
economía de Israel estuvo marcada por un fuerte índice de inflación anual y por
un desequilibrio crónico en el comercio con el exterior. Los fuertes gastos del
Estado derivan de las inversiones en armamento y de la tarea de absorber un
elevado número de inmigrantes. En general, el nivel de vida en Israel es alto.
En 2006 en el presupuesto anual figuraban unos ingresos de 56.010 millones de
dólares y unos gastos de 61.812 millones.
6.1
|
Agricultura
|
La agricultura cubre aproximadamente
tres cuartas partes de las necesidades de alimento de la población, y algunos
productos, sobre todo los cítricos y los huevos, se exportan. En 2006 la
producción agrícola fue de 1.322.393 t de fruta, principalmente naranjas,
manzanas, melones, aguacates y uvas; 544.011 t de patatas (papas); y 131.200 t
de trigo. La ganadería contaba con 398.000 cabezas de ganado vacuno, 445.000
ovejas, 87.000 cabras y 42,7 millones de aves de corral.
El éxito de la agricultura israelí
ha sido posible gracias a la investigación científica y al uso de tecnologías
avanzadas que se aplicaron sobre todo en los programas de roturación de tierras
y de regadío. Las comunidades agrícolas israelíes se dividen según su
organización en tres tipos: en las comunidades colectivas (kibutz), la gente
comparte equitativamente el trabajo y los beneficios; en los pueblos
cooperativos (moshav), las granjas individuales se trabajan de forma
independiente, pero la producción se pone en un fondo común y se comercializa
de forma colectiva; en las comunidades de pequeños propietarios (moshavá),
las granjas individuales se trabajan como empresas privadas. Los primeros dos
tipos de asentamientos se establecieron en tierras que pertenecían a las
diferentes organizaciones colonizadoras, sobre todo al Fondo Nacional Judío, y
que se alquilaron a sus nuevos habitantes.
6.2
|
Silvicultura y
pesca
|
Una parte importante del programa de conservación
y roturación en Israel es la repoblación forestal, sobre todo en las zonas de
montaña; a comienzos de la década de 1990, aproximadamente el 6% del país fue
repoblado.
En 2005, la captura anual de
pescado fue de 26.555 toneladas. Más de la mitad de esta cifra era pescado de
agua dulce criado en piscifactorías.
6.3
|
Minería
|
Los principales bienes disponibles de la
industria minera son grandes cantidades de potasio, bromo, magnesio y otros minerales
que se extraen de los depósitos de sal del mar Muerto. En 2004, se produjeron
900.000 toneladas de fosfatos. Las enormes canteras de mármol y granito cubren
las necesidades internas de la construcción.
6.4
|
Industria
|
Las fábricas se concentran sobre todo
en Haifa y Tel Aviv-Yafo, aunque se ha desarrollado un importante centro
industrial en el nuevo puerto de Ashdod. Los principales productos son
alimentos, aceite de oliva, bebidas y tabaco, químicos, derivados del petróleo
y carbón, metalúrgicos, textiles y confección de ropa, materiales de
construcción, instrumentos de precisión y equipamiento electrónico. También
existe en el país una floreciente industria de transformación de diamantes.
6.5
|
Energía
|
El 99,87% de la energía eléctrica
se genera en centrales térmicas. En 2003 la producción total fue de 44.238
millones de KWh. Actualmente todas las casas nuevas que se construyen en Israel
tienen la obligación de instalar placas o paneles solares para el agua caliente
(véase Energía solar).
6.6
|
Moneda y banca
|
Israel tiene un floreciente sector
bancario y financiero. El banco oficial, el Banco de Israel, es el emisor y el
único controlado por el gobierno.
La unidad monetaria es el nuevo shekel,
que tiene un valor de 100 agorot (4,50 shekel equivalían a 1 dólar
estadounidense en 2006).
6.7
|
Comercio exterior
|
La balanza comercial de Israel tiene un
déficit que se acrecienta cada año, en el periodo 2002–2004, su valor fue de un
-13,1%; en 2003, las importaciones anuales alcanzaron un valor de 34.211
millones de dólares y las exportaciones supusieron unos ingresos de 31.783
millones (véase Comercio internacional).
Las principales importaciones son diamantes
en bruto, equipamiento militar, petróleo en bruto y derivados del petróleo,
maquinaria (34,2% en 1995), productos químicos, hierro y acero, equipamiento de
transporte y productos alimenticios (6,1%).
Entre las principales exportaciones figuran
los diamantes transformados, maquinaría (27,1% del total en 1995), productos
químicos (13,8%), cítricos, textiles y productos de confección, metal
transformado y maquinaria.
Los principales socios comerciales de Israel
son Estados Unidos, los países de la Unión Europea, Japón, Canadá, Suiza y
China-Hong Kong. Gran parte de las entradas de divisas se debe a los gastos de
los turistas extranjeros en Israel y a las donaciones de judíos que viven en
otros países, sobre todo, en Estados Unidos. A finales de la década de 1980,
Israel fue el principal beneficiario de la ayuda estadounidense, y recibió al
año unos 3.000 millones de dólares.
6.8
|
Transportes
|
Haifa y el puerto artificial de
Ashdod son los principales puertos de Israel. Un tercer puerto es el de Elat
(Gilat), en el golfo de Aqaba, y un cuarto, el de Hadera.
El ferrocarril es propiedad del Estado
y se extiende sobre 899 km de vías. La red de carreteras consta de 17.446 km,
según datos de 2004. La mayor parte del transporte de mercancías y de pasajeros
en el interior de Israel se realiza en camión y automóvil.
Además de su propia compañía
aérea, El Al, en Israel vuelan varias compañías aéreas internacionales; el
servicio interno queda cubierto por la compañía aérea Arkia. El aeropuerto Ben
Gurión, a las afueras de Tel Aviv-Yafo, es el más importante, pero había otros
23 pavimentados en 2006.
6.9
|
Comunicaciones
|
Las autoridades encargadas de la radiodifusión
en Israel proporcionan servicios de radio nacional e internacional y un
servicio de televisión nacional. El país también cuenta con una red de
televisión nacional educativa independiente.
En Israel se publican 34 periódicos
diarios, los más influyentes de los cuales son Ha’arets, Davar, Ma’ariv,
Yediot Ajaronot y el Jerusalem Post. Se editan otras muchas
publicaciones periódicas. Tel Aviv es el principal centro editorial del país.
6.10
|
Trabajo
|
La cifra total de personas
empleadas en 2006 era de 2.776.049, de las cuales el 47% eran mujeres. La
principal organización sindical de Israel es el Histadrut (hoy, New Histadrut),
la federación general del trabajo: a finales de la década de 1980 se estimó que
tenía 1,6 millones de afiliados, de los cuales el 11% eran árabes; en 1995
contaba con 650.000 miembros; en 2006, con 700.000 afiliados. El Histadrut
funciona no solo como un sindicato, sino también como uno de los principales
consorcios económicos del país, con una gran variedad de empresas de carácter
comercial e industrial.
7
|
GOBIERNO
|
Israel es una república parlamentaria
con la suprema autoridad atribuida al cuerpo legislativo. El Estado no tiene
una constitución escrita, sino un número de leyes aprobadas por el Parlamento
que regulan las funciones del gobierno.
7.1
|
Poder ejecutivo
|
El jefe del Estado, el presidente,
se elige para un periodo de cinco años; sus poderes están muy limitados. El
principal cuerpo ejecutivo del país es un gabinete de unos 25 ministros
encabezado por el primer ministro. El gabinete se mantiene mientras tenga el
apoyo del cuerpo legislativo. Sin embargo, en las elecciones nacionales de
1996, el primer ministro se eligió por votación popular.
7.2
|
Poder legislativo
|
El órgano legislativo de Israel, o Kneset,
es un cuerpo unicameral de 120 miembros elegidos por cuatro años según un
sistema de representación proporcional. Todos los ciudadanos tienen derecho al
voto a partir de los 18 años.
7.3
|
Partidos políticos
|
Dos han sido las principales
organizaciones políticas de Israel: el Likud, un grupo conservador formado en
1973 por la unión de varias organizaciones, entre las que se encontraban los
partidos Gajal y Centro Libre; y el Partido Laborista de Israel, agrupación de
carácter socialdemócrata fundada en 1968 por la unión de los partidos Mapai,
Rafi y Ajdut Avodá. Otros partidos importantes son: Shinui (centrista), Meretz
(una coalición de grupos de izquierda), Shas (uno de los principales partidos
religiosos), el Partido Nacional Religioso (fundado en 1956 para defender la
estricta observancia de la religión y de la tradición judías) y aproximadamente
una docena de grupos más, que abarcan desde la extrema derecha a la extrema
izquierda. Sin embargo, las elecciones legislativas de marzo de 2006 pusieron
fin al tradicional predominio del laborismo y del Likud, al ser la formación
más votada Kadima (Adelante), fundada poco antes por Ariel Sharon cuando este
abandonó el Likud.
7.4
|
Poder judicial
|
Israel tiene dos sistemas judiciales,
uno civil y otro religioso. El sistema civil está compuesto por un Tribunal
Supremo, que es el principal tribunal administrativo y la más alta instancia de
apelación del país. Por debajo están los tribunales de distrito, que tratan las
causas criminales y civiles mayores y las apelaciones de los tribunales de
menor rango, y los magistrados y los tribunales municipales, que tienen una
jurisdicción limitada. Los tribunales religiosos se centran en temas relativos
a bodas, divorcios, pensiones alimenticias y confirmaciones de viudedad.
7.5
|
Defensa
|
En 2004 Israel mantenía un Ejército de
168.300 efectivos. Los hombres y las mujeres se incorporan al Ejército cuando cumplen
18 años; el servicio militar de los hombres dura tres años y el de las mujeres
dos. La obligación de mantenerse en la reserva continúa hasta los 55 años para
los hombres. La mayoría de los ciudadanos árabes están exentos del servicio
militar y también algunos religiosos judíos. El Ejército de Tierra estaba
formado por 125.000 soldados, la Armada por 8.300, y la Fuerza Aérea por 35.000
miembros.
7.6
|
Salud y bienestar
social
|
El organismo que coordina y administra estos
asuntos es el Ministerio de Salud. Los fondos de los seguros médicos son, en su
mayor parte, privados o provenientes de cooperativas (el mayor seguro médico)
que cubre a dos de cada tres israelíes. El gobierno proporciona seguros,
pensiones, beneficios por maternidad y ayudas para los niños. En 2008 la
esperanza de vida era de 79,7 años.
8
|
HISTORIA
|
A pesar de que el Estado de
Israel (Medinat Yisra’el) declaró su independencia el 14 de mayo de
1948, su historia moderna comenzó cuando Theodor Herzl inició el movimiento
sionista en Basilea (Suiza) en 1897. El fundamento ideológico del Estado, de la
mayor parte de sus partidos e instituciones políticas contemporáneas y de los
individuos que las han establecido proviene del movimiento sionista, que adoptó
como objetivo principal el crear “para el pueblo judío una patria en Palestina,
afianzada por el derecho público”. Para más detalles sobre el movimiento
sionista, véase Sionismo. Para la historia anterior de lo que
actualmente es Israel, véase Palestina (Falastin).
8.1
|
El periodo anterior
a la independencia
|
A comienzos del siglo XX no había
muchos judíos en Palestina; su número en esta zona aumentó desde los 12.000, en
1845, hasta aproximadamente 85.000, en 1914. La mayoría de los habitantes de
Palestina eran árabes musulmanes y cristianos. El respaldo al movimiento
sionista procedía sobre todo de los judíos de Europa y Estados Unidos.
Durante la I Guerra Mundial
(1914-1918) el movimiento sionista consiguió el respaldo de Gran Bretaña, que
buscaba el apoyo del pueblo judío en su lucha contra Alemania. El gobierno
británico manifestó sus intenciones en la Declaración Balfour el 2 de noviembre
de 1917, en forma de carta del ministro de Asuntos Exteriores Arthur James
Balfour a los dirigentes sionistas en Gran Bretaña. Según este documento, el
gobierno británico aprobaría el establecimiento en Palestina de una patria para
el pueblo judío y no regatearía esfuerzos para facilitar la consecución de este
objetivo, quedando muy claro que nunca se haría nada que perjudicara los
derechos religiosos y civiles de las comunidades no judías existentes en
Palestina o los derechos y el estatus político de los judíos residentes en el
extranjero.
8.1.1
|
La comunidad judía
bajo el Mandato
|
Tras la I Guerra Mundial, los
términos de la Declaración de Balfour se incluyeron en el Mandato de Palestina
aprobado por la Sociedad de Naciones en 1922. El Mandato encargó a Gran Bretaña
la gestión de Palestina y le confió la tarea de ayudar a los judíos para
“reconstituir su patria en ese país”.
Durante el periodo del Mandato
británico, que duró hasta 1948, comenzaron a realizarse asentamientos judíos de
gran envergadura y a desarrollarse grandes empresas agrícolas e industriales
sionistas. La comunidad judía, o Yishuv, se multiplicó por diez durante
este periodo, especialmente en la década de 1930, en la que un gran número de
judíos huyeron de las persecuciones nazis en Europa. Tel Aviv se convirtió en
la comunidad judía más importante del país, se fundaron docenas de ciudades y
pueblos y se establecieron centenares de colectividades agrícolas judías (kibutzim)
y de cooperativas.
Muchos partidos políticos judíos fundados en
Europa oriental integrados en el movimiento sionista mundial desarrollaron sus
bases en el Mandato de Palestina. Entre ellos figuraban grupos nacionalistas,
religiosos, ortodoxos y laboristas cuyos dirigentes emigraron desde Europa y
que a partir de 1948 se convirtieron en líderes políticos y altos funcionarios
del Estado judío.
El Yishuv amplió sus instituciones
representativas y democráticas tras la Guerra Mundial. Entre estas
instituciones figuraba una asamblea electiva, el Consejo Nacional, que se
ocupaba de los asuntos cotidianos de la comunidad en lo referente a educación,
salud, servicios sociales, asistencia y otros servicios. La vida religiosa
judía la controlaba un Consejo de Rabinos que supervisaba y se ocupaba de
matrimonios, divorcios y otros asuntos familiares. Las instituciones del
gobierno local también se desarrollaron para administrar la vida de Tel Aviv y
de otros pequeños pueblos judíos. El sistema educativo, que cultivaba la lengua
y la cultura hebreas, se expandió y se fundó la Universidad Hebrea de
Jerusalén. La Organización Sionista Mundial y la Agencia Judía para Palestina
ayudó al Yishuv, consiguiendo fondos en el extranjero, reclutando
inmigrantes judíos y buscando el apoyo político de los gobiernos occidentales.
8.1.2
|
Revueltas árabes y
judías
|
Los funcionarios británicos, dependientes
del Alto Comisionado para Palestina, nombrados por el gobierno de Londres, eran
los responsables de la defensa y la seguridad, de la inmigración, del servicio
de correos, del transporte y de las instalaciones portuarias. Eran la máxima
autoridad y los responsables del gobierno del país.
Los británicos intentaron mantener el frágil
equilibrio entre los intereses y reivindicaciones del Yishuv y los de la
población predominantemente árabe del país. La oposición árabe al gobierno
británico y al sionismo fue creciendo a medida que aumentaba la inmigración
judía a Palestina y se extendían los asentamientos judíos. Durante el Mandato
británico, el estallido de numerosos alzamientos de carácter nacionalista
culminó con un levantamiento árabe (1936-1939) que fue finalmente reprimido por
el Ejército británico en vísperas de la II Guerra Mundial.
Más de seis millones de judíos
fueron asesinados por los nazis alemanes durante la II Guerra Mundial (véase
Holocausto). Cuando los líderes sionistas se percataron de las dimensiones
de la persecución y de los asesinatos de judíos realizados por la Alemania
nazi, se intensificaron sus reivindicaciones para conseguir un régimen de
autogobierno y facilitar la inmigración a Palestina que permitiera el
asentamiento de judíos en esta tierra. En Palestina, el Yishuv se unió a
esta postura oponiéndose a las autoridades británicas e intentando favorecer la
inmigración de refugiados (a la que Gran Bretaña se oponía) provenientes de una
Europa destrozada por la guerra. Al finalizar la guerra, la mayor parte del Yishuv
se levantó contra la dominación británica.
8.1.3
|
La consecución de
la independencia
|
En 1947, Gran Bretaña, exhausta tras siete
años de guerra y deseosa de renunciar a sus compromisos coloniales en ultramar,
decidió abandonar Palestina y recurrió a la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) en busca de asesoramiento. Como respuesta, la ONU convocó su primera
sesión especial en 1947; el 29 de noviembre adoptó un Plan de Partición que
proyectaba la división de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío, con
Jerusalén como zona internacional bajo la jurisdicción de la ONU; ambos
tendrían una organización económica conjunta. La resolución de la división fue
aprobada en el seno de la ONU por 33 votos favorables frente a 13 en contra, y
contó con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Soviética. Los británicos se
abstuvieron.
En Palestina, las protestas árabes
contra la partición estallaron con violencia: se produjeron ataques contra los
asentamientos judíos que pronto adquirieron las dimensiones de una auténtica
guerra. Los británicos no querían intervenir, pues tenían el firme propósito de
abandonar el país antes del 1 de agosto de 1948, la fecha que se había
establecido en el Plan de Partición para poner fin a su Mandato.
Cuando quedó claro que los británicos
tenían la intención de abandonar el país, hacia el 15 de mayo, los líderes del Yishuv
decidieron llevar a cabo la parte del plan que tenía como finalidad establecer
un Estado judío. En Tel Aviv, el 14 de mayo de 1948, el Consejo Provisional del
Estado, antiguo Consejo Nacional, en representación del pueblo judío de
Palestina y del movimiento sionista mundial, proclamó el establecimiento del
Estado judío de Palestina, que se llamaría Medinat Yisra’el (Estado de
Israel) y estaría abierto a la inmigración de judíos dispersos por todo el
mundo.
El 15 de mayo, los ejércitos
de Egipto, Transjordania (Jordania desde enero de 1949), Siria, Líbano e Irak
se unieron a los palestinos y a otras guerrillas árabes que habían luchado
contra los judíos desde noviembre de 1947. El enfrentamiento se convirtió
entonces en un conflicto internacional; durante la primera Guerra
Árabe-israelí, llamada por Israel guerra de la Independencia, los árabes no
pudieron evitar la creación del Estado judío, y el conflicto terminó con un
armisticio, dispuesto por la ONU, entre Israel por un lado y Egipto, Líbano,
Jordania y Siria por el otro. Las fronteras que se definieron en el armisticio
se mantuvieron hasta 1967, año en que fueron modificadas por las conquistas que
Israel llevó a cabo durante la guerra de los Seis Días.
8.2
|
Los primeros años
del Estado de Israel
|
El equilibrio de la población del
nuevo Estado sufrió fuertes alteraciones durante la guerra de 1948. Los
acuerdos de armisticio supusieron un aumento del territorio bajo control de
Israel más allá de los límites establecidos por la división de la ONU, que eran
de unos 15.500 km2, hasta alcanzar los 20.700 km2.
En la pequeña franja de Gaza, en la frontera entre Egipto e Israel, se mantuvo
la ocupación egipcia y Jordania se anexionó Cisjordania. De los más de 800.000
árabes que vivían en el territorio controlado por Israel antes de 1948, solo
unos 170.000 permanecieron en él. El resto se trasladó a los países árabes
vecinos, viviendo como refugiados, y poniendo fin de este modo a la amenaza de
un Estado israelí con una mayoría de población árabe.
En 1949, el Consejo Provisional
del Estado de Israel convocó elecciones para elegir la primera Kneset. Chaim
Weizmann, el líder sionista más destacado del periodo anterior a la guerra, se
convirtió en el primer presidente del país.
8.2.1
|
El primer ministro
Ben Gurión
|
El primer jefe de gobierno fue
David Ben Gurión, dirigente del Mapai (Partido Laborista Israelí), que había
dirigido el Yishuv durante los últimos días del Mandato y tuvo una gran
influencia en los diez primeros años de la historia de Israel. Hizo hincapié en
la seguridad nacional y en la expansión y desarrollo de un Ejército
modernizado. Fueron reclutados tanto hombres como mujeres y el Ejército se
convirtió en un centro para formar en la cultura hebrea a cientos de miles de
inmigrantes que acababan de llegar al país. Las organizaciones armadas que
estaban ligadas a diferentes movimientos políticos se disolvieron o se unieron
al Ejército israelí.
8.2.1.1
|
Inmigración
|
Nada más conseguir su independencia, Israel
se abrió a los inmigrantes judíos de todo el mundo; hacia 1952, la población se
había duplicado. La mayoría de los nuevos ciudadanos eran supervivientes de los
campos de concentración de Adolf Hitler. Sin embargo, en la década de 1950
cambió el modelo de inmigración, pues se produjo un aumento del número de
judíos provenientes de países musulmanes de Oriente Próximo y del norte de
África. A finales de la década de 1960, los judíos provenientes de estas zonas
comenzaron a superar en número a los europeos. En tres décadas la población de
Israel se quintuplicó y aproximadamente dos tercios de este crecimiento se
derivaba de la inmigración judía.
Debido a que gran parte de los
inmigrantes que llegaron a Israel no tenían un oficio o la preparación adecuada
para participar en el desarrollo del país, a la pesada carga de los gastos de
defensa y a la necesidad de una rápida expansión agrícola e industrial que
absorbía gran cantidad de fondos gubernamentales, el país se enfrentó a graves
problemas económicos. Al iniciarse la década de 1950 la economía se vio
conmocionada por la recesión y por la devaluación monetaria. El pueblo judío de
todo el mundo, y el gobierno de Estados Unidos en particular y de modo oficial,
proporcionó un gran apoyo económico, mientras que Ben Gurión negoció acuerdos
con Alemania Occidental (actualmente parte de la República Federal de Alemania
unificada), que estipulaban el pago por parte de esta última de indemnizaciones
tanto a los judíos que fueron víctimas de los nazis como al propio Estado de
Israel.
8.2.1.2
|
El conflicto del
canal de Suez
|
Todos los intentos por convertir los
acuerdos del armisticio entre árabes e israelíes en un tratado de paz
permanente fracasaron. Los árabes insistían en que se permitiera regresar a los
refugiados a sus hogares, que Jerusalén fuera administrada por la comunidad
internacional y que Israel realizara concesiones territoriales antes de iniciar
cualquier conversación o negociación para la paz. Los israelíes alegaban que si
se satisfacían esas peticiones se pondría en peligro su propia seguridad y se
negaron a aceptarlas. La guerrilla palestina realizó numerosas incursiones y
las tropas árabes emprendieron numerosos ataques, ante los cuales Israel
respondió con enérgicas represalias. Egipto se negó a permitir que los buques
israelíes utilizaran el canal de Suez y bloqueó los estrechos de Tirán (el
acceso de Israel al mar Rojo), lo que Israel consideró como un acto de
agresión. Los incidentes fronterizos a lo largo de la frontera con Egipto
fueron en aumento hasta provocar el estallido, en octubre y noviembre de 1956,
de la segunda Guerra Árabe-israelí.
Gran Bretaña y Francia se unieron al
ataque debido a su disputa con el presidente de Egipto, Gamal Abdel Nasser, que
acababa de nacionalizar el canal de Suez. Nasser se hizo cargo del canal
después de que Gran Bretaña y Francia rechazaran la oferta egipcia de financiar
la construcción de la gran presa de Asuán. Israel obtuvo una rápida victoria y
en pocos días conquistó la franja de Gaza y la península del Sinaí. Cuando el
Ejército israelí llegó a orillas del canal de Suez, los franceses y británicos
iniciaron su ataque sobre la zona del canal. Tras unos pocos días, la lucha fue
interrumpida por la actitud contraria de Estados Unidos y la Unión Soviética,
que forzaron el envío de Fuerzas Especiales de la ONU (UNEF) para garantizar el
cumplimiento del alto el fuego en la zona del canal. Ante esta situación Gran
Bretaña y Francia paralizaron su acción conjunta. A finales de ese mismo año
sus tropas se retiraron de Egipto, pero Israel se negó a abandonar Gaza hasta
comienzos de 1957 y solo después de que Estados Unidos le prometiera resolver
el conflicto y mantener abiertos los estrechos de Tirán.
8.2.1.3
|
Los últimos años
del gobierno de Ben Gurión
|
Israel continuó modernizando su Ejército,
prestando especial atención a las Fuerzas Aéreas, que recibieron modernos
aviones franceses. La situación económica mejoró y se creó un sistema de
distribución de agua para facilitar el desarrollo de las poblaciones de la
parte meridional del país. Aunque la inmigración había descendido en
comparación con las cifras que alcanzó durante los primeros cuatro años de
independencia, volvió a aumentar en la década de 1960 con una nueva oleada
proveniente de Marruecos. Uno de los principales problemas a los que se
enfrentaba el país era el de la absorción económica y la integración de los
recién llegados desde los países musulmanes. El abismo social y económico
existente entre éstos y los primeros colonizadores que llegaron de Europa
continuaba siendo una de las mayores dificultades del país.
Los principales movimientos políticos
experimentaron grandes transformaciones durante esta época, con sucesivas divisiones
y reunificaciones. Ben Gurión dimitió en 1963 y le sucedió Leví Eshkol. En
1965, el antiguo primer ministro abandonó el partido Mapai para ayudar a formar
un grupo de oposición llamado Rafi. Ese mismo año el Mapai y el Ajdut Avodá
(otra formación laborista) se unieron para formar la Alineación Laborista, que
gobernó hasta 1977. Las dos principales formaciones políticas conservadoras de
la oposición, el partido liberal y el Jerut, también se unieron en 1965,
formando el bloque Gajal, dirigido por Menajem Beguin.
8.3
|
La guerra de los
Seis Días y sus consecuencias
|
Tras la segunda guerra Árabe-israelí,
la imagen del presidente egipcio Nasser salió fortalecida en todo el mundo
árabe, que asistió al crecimiento de un ambiente nacionalista en el que los
deseos de revancha contra Israel ocupaban un lugar muy destacado. La formación
de un comando militar árabe unificado que concentró sus tropas en torno a las
fronteras, junto con el cierre de los estrechos de Tirán por parte de Egipto y
la insistencia de Nasser, en 1967, de que la UNEF abandonara la zona del canal,
hicieron que Israel se adelantara a los preparativos ofensivos árabes y atacara
Egipto, Jordania y Siria, simultáneamente, el 5 de junio de ese mismo año.
La guerra de los Seis Días
finalizó con la decisiva victoria de Israel. Las fuerzas aéreas israelíes,
equipadas con modernos aviones franceses, fueron el principal instrumento de la
destrucción de los ejércitos árabes.
Tras la guerra de los Seis Días,
Israel anexionó la franja de Gaza y la península del Sinaí que había
conquistado a Egipto, la parte árabe del Jerusalén oriental y Cisjordania, que
ocupó a Jordania, y los Altos del Golán, arrebatados a Siria. El territorio que
quedó bajo jurisdicción israelí después de la guerra de 1967 era
aproximadamente cuatro veces superior al área que se le había otorgado tras el
armisticio de 1949. Los territorios ocupados tenían una población árabe de
aproximadamente 1,5 millones.
8.3.1
|
Los territorios
ocupados y la resistencia árabe
|
A partir de 1967, los territorios
ocupados se convirtieron en la principal preocupación política de Israel. La
derecha y los líderes de los partidos religiosos ortodoxos del país se oponían
a la retirada de Cisjordania y Gaza, que consideraban parte de Israel. En la
Alineación Laborista, las opiniones estaban divididas: unos estaban a favor de
la retirada y otros defendían el mantenimiento solo de aquellas zonas que se
consideraran de vital importancia para la seguridad militar de Israel. Muchos
partidos pequeños, entre ellos el Partido Comunista, también se oponían al
mantenimiento de la ocupación de los territorios conquistados. Sin embargo, la
mayoría de los israelíes apoyaban la postura de la anexión de Jerusalén
oriental y de su unión con el sector judío de la ciudad, y el gobierno,
dirigido por los laboristas, unió formalmente ambos sectores pocos días después
de que finalizara la guerra de 1967. En 1980 la Kneset aprobó una ley en la que
se declaraba a Jerusalén “completa y unificada” como capital eterna de Israel.
Tras la guerra de 1967 se produjo
un aumento del nacionalismo palestino. Varias organizaciones guerrilleras de la
Organización para la Liberación de Palestina (OLP) cometieron actos terroristas
contra escuelas, mercados, estaciones de autobús y aeropuertos israelíes, con
el objetivo manifiesto de “liberar Palestina”. Los ataques terroristas contra
los israelíes, en su patria o en el extranjero, hicieron que la opinión pública
se opusiera al reconocimiento de la OLP y a cualquier tipo de negociación con
esta, pero el grupo consiguió ganar un amplio apoyo internacional, e incluso el
reconocimiento de la ONU, como “único representante legítimo de los
palestinos”. En los Juegos Olímpicos que se celebraron en Munich (Alemania) en
el verano de 1972, un comando palestino asesinó a 11 atletas israelíes.
8.4
|
La guerra del Yom
Kipur y sus repercusiones
|
En 1973, Egipto y Siria se unieron
en una guerra contra Israel para recuperar los territorios que habían perdido
en 1967. Ambos estados iniciaron una ofensiva por sorpresa sobre Israel el 6 de
octubre, fecha del Yom Kipur, el día de ayuno sagrado para los judíos. Las
primeras operaciones árabes en la península del Sinaí fueron exitosas, aunque
el signo de la contienda varió, tras la reacción del Ejército de Israel,
durante las tres siguiente semanas. Los árabes se granjearan el apoyo de la
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y de la mayor parte de los
países en vías de desarrollo. Arabia Saudí y Kuwait financiaron al Ejército
árabe, haciendo posible que Egipto y Siria recibieran las armas soviéticas más
sofisticadas, y los Estados árabes productores de petróleo iniciaron el embargo
de sus exportaciones de crudo a Estados Unidos y a otros países occidentales
como represalia por su ayuda al Estado judío.
Israel tuvo que hacer frente a serios
problemas financieros, que fueron aliviados en parte por la gran asistencia
militar y económica que le prestó Estados Unidos. Sin embargo, esta ayuda
estadounidense no fue suficiente para evitar la espiral descendente de la
economía israelí.
En sus esfuerzos por impulsar un
acuerdo de paz, el presidente de Estados Unidos Richard Milhous Nixon encargó a
su secretario de Estado (ministro de Asuntos Exteriores), Henry Alfred
Kissinger, la tarea de negociar los acuerdos de paz entre Israel por un lado y
Egipto y Siria por otro. En 1974, Kissinger consiguió la separación de las
fuerzas militares de Israel y Egipto en el Sinaí, y de Israel y Siria, en los
Altos del Golán.
A la guerra del Yom Kipur
siguieron crecientes disturbios en Israel y constantes críticas a sus
dirigentes políticos. Entre los resultados del “terremoto” (así se denominó a
los sucesos de 1973) una comisión de investigación, dirigida por el presidente
del Tribunal Supremo de Israel, fue muy crítica con los mandos del Ejército
debido a su modo de dirigir la guerra. El descontento generalizado llevó a la
dimisión de la primera ministra, Golda Meir, y de su gabinete en abril de 1974.
Meir (que había sido la sucesora de Eskhol en 1969) fue sustituida por Isaac
Rabin.
Rabin fue incapaz de detener la
inflación y el deterioro de la economía y su reputación quedó dañada al
descubrirse que él y otros miembros del Partido Laborista estaban involucrados
en transacciones financieras ilícitas. Como resultado de esto, la Alineación
Laborista perdió las elecciones a la Kneset de 1977. Menajem Beguin, el nuevo
primer ministro, encabezó el movimiento Likud, bloque formado en 1973 por
grupos nacionalistas que se oponían a cualquier concesión territorial a los
árabes.
8.4.1
|
El gobierno de
Beguin
|
El programa económico de carácter liberal del
conservador Beguin no consiguió evitar el aumento de la inflación y que
continuara el deterioro de la economía, causado en gran parte por la escalada
de los gastos militares. Sin embargo, Beguin fue el primer dirigente de Israel
que firmó un acuerdo de paz con un Estado árabe. Esto fue el resultado de una
iniciativa sorpresa del presidente de Egipto, Anwar al-Sadat, que, en noviembre
de 1977, voló hasta Jerusalén, se dirigió a la Kneset y solicitó a Beguin que
se iniciaran conversaciones de paz. Tras largas y arduas negociaciones ante la
presencia del presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, en Camp David
(Maryland), se firmó finalmente el tratado de paz egipcio-israelí en la ciudad
de Washington, el 26 de marzo de 1979. Aunque el tratado puso fin a las
posibilidades de guerra entre Egipto e Israel, quedaron muchos temas pendientes
por solucionar entre ambos Estados, entre ellos el problema de disponer la
autonomía árabe en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania.
8.5
|
Israel en la década
de 1980
|
El Likud ganó por un estrecho
margen en las elecciones de junio de 1981 y Beguin fue reelegido primer
ministro. Poco antes, Israel había inquietado a la comunidad internacional al
enviar bombarderos para destruir un reactor nuclear en construcción cerca de
Bagdad (Irak), alegando que este se estaba construyendo con la intención de
producir armas nucleares para ser utilizadas posteriormente contra Israel. La
anexión de los Altos del Golán, que tuvo lugar en el mes de diciembre de ese
mismo año, hizo que las relaciones exteriores de Israel se volvieran tensas con
países con los que antes habían sido amistosas. A pesar de estos
acontecimientos y de las complicaciones ocasionadas por el asesinato de Anwar
al-Sadat en octubre de 1981, la retirada final de Israel de la península del
Sinaí se produjo en la fecha en que estaba prevista por el tratado de paz,
abril de 1982. Dos meses más tarde Israel invadió Líbano con el objetivo de
acabar con la presencia de la OLP, que tenía allí bases desde las que realizaba
numerosos ataques contra territorio israelí. A mediados de agosto, tras una
intensa contienda que tuvo lugar en Beirut y en los alrededores de la ciudad,
la OLP hubo de abandonar Líbano, a pesar de lo cual las tropas israelíes permanecieron
en el sur del país y el coste de la guerra y la ocupación posterior dejaron
sentir sus efectos sobre la economía israelí, que ya estaba atravesando
momentos difíciles y problemáticos. Por otro lado, el conocimiento de las
matanzas de palestinos en los campos de Sabra y Chatila por parte de
falangistas libaneses, aliados de los israelíes, provocó duras condenas en el
ámbito internacional y entre la opinión pública israelí.
Beguin anunció su dimisión como primer
ministro y jefe del Likud en agosto de 1983, y le sucedió en ambos cargos el
ministro de Asuntos Exteriores Isaac Shamir. Las elecciones de julio de 1984 no
fueron concluyentes: el Partido Laborista consiguió 44 escaños y el Likud 41 de
los 120 que componían la Kneset. Como ninguno de los partidos mayoritarios
conseguía formar un gobierno de coalición por sí mismo, los laboristas y el
Likud formaron un gobierno de unidad nacional. Simón Peres, líder del Partido
Laborista, fue primer ministro hasta octubre de 1986, año en que Shamir
reasumió el cargo.
8.5.1
|
Alzamientos
palestinos
|
Las relaciones entre Israel y los
palestinos entraron en una nueva fase a finales de la década de 1980, con la
aparición de la intifada, una serie de levantamientos populares que tuvieron
lugar en los territorios ocupados y en los que se produjeron manifestaciones,
huelgas y ataques con piedras a los soldados y civiles israelíes. La dura
respuesta del gobierno israelí generó críticas tanto por parte de Estados
Unidos como de la ONU.
La coalición entre el Likud y los
laboristas se deshizo en marzo de 1989. Entonces, Shamir encabezó un gabinete
provisional hasta junio de 1990, momento en que formó un nuevo gobierno. En
1989 y 1990 más de 200.000 judíos procedentes de la entonces disuelta Unión
Soviética se establecieron en Israel. Esta nueva oleada migratoria —alentada
por el gobierno de Shamir, pero que fue mal acogida por palestinos y por árabes
residentes en Israel— minó la economía nacional. Durante la guerra del Golfo
Pérsico, en la que muchos palestinos apoyaron de forma abierta a Irak, misiles
Scud alcanzaron Israel en repetidas ocasiones, hiriendo a más de 200 personas y
destruyendo casi 9.000 viviendas en la zona de Tel Aviv. Israel, contrariamente
a su política habitual, no tomó represalias, en parte porque Estados Unidos
estableció bases de misiles tierra-aire Patriot para destruir los misiles
iraquíes.
8.6
|
Hacia la paz
|
Las primeras conversaciones de paz global
entre Israel y delegaciones que representaban a los palestinos y a los Estados
árabes vecinos se iniciaron en octubre de 1991, en Madrid, en la Conferencia de
Paz sobre Oriente Próximo. Después de que el Likud perdiera las elecciones
parlamentarias en junio de 1992, el líder del Partido Laborista, Isaac Rabin,
formó un nuevo gobierno.
Los acontecimientos en Oriente Próximo
dieron un giro inesperado en 1993. Tras unas negociaciones secretas, el primer
ministro israelí, Rabin, y el presidente de la OLP, Yasir Arafat, se reunieron
en la ciudad de Washington, y acordaron firmar un histórico tratado de paz.
Israel permitió la creación de un gobierno autónomo, primero en la franja de
Gaza y en Jericó, en Cisjordania, y más tarde en las demás zonas de Cisjordania
en las que no hubiera población judía. A comienzos de 1994, las negociaciones
sobre la autonomía se interrumpieron temporalmente después de que un colono
judío matara al menos a 29 palestinos árabes en una mezquita en Hebrón, en
Cisjordania. En mayo de 1994, las tropas israelíes se retiraron de Jericó y de
las ciudades y campos de refugiados de la franja de Gaza y esta área quedó bajo
la administración de la Autoridad Nacional Palestina. En julio de 1994, el
primer ministro Rabin y el rey Hussein de Jordania firmaron un tratado de paz que
ponía fin a 46 años de enfrentamientos entre ambos Estados. El acuerdo, que se
firmó en la Casa Blanca en presencia del presidente de Estados Unidos, Bill
Clinton, asentó las bases para un tratado de paz definitivo.
El primer ministro israelí, Isaac
Rabin, fue asesinado el 4 de noviembre de 1995 en Tel Aviv por un judío
perteneciente a un grupo de extrema derecha hasta entonces desconocido. Fue
sustituido por Simón Peres. Los sucesivos atentados terroristas indiscriminados
llevados a efecto por miembros del grupo fundamentalista islámico Hezbolá,
provocaron en 1996 el bombardeo israelí del sur del Líbano como represalia.
En las elecciones celebradas en mayo de
ese mismo año, Simón Peres resultó derrotado por el candidato derechista del
Likud, Benjamín Netanyahu, por un estrecho margen de votos. Se inició entonces
un estancamiento, cuando no un retroceso, en el proceso de paz puesto en marcha
años antes, pese a las presiones ejercidas por la comunidad internacional (con Estados
Unidos a la cabeza) y la moderación con que actuó la Autoridad Nacional
Palestina presidida por Yasir Arafat.
Las negociaciones entre Israel y Siria, que
habían continuado de manera esporádica desde el final de la Conferencia de Paz
celebrada en Madrid en 1991, también se vieron afectadas con la llegada del
Likud al poder. El presidente sirio Hafiz al-Assad había valorado como muy
positivos los progresos realizados a mediados de la década de 1990 y esperaba
continuar las negociaciones de paz en el punto en el que las habían dejado él y
los anteriores gobernantes israelíes. Sin embargo, Netanyahu y sus socios de
coalición eran partidarios de volver a fijar las bases para un futuro acuerdo y
renegociar los asuntos centrales, lo que provocó la paralización del proceso.
El futuro de los Altos del Golán, la paz y la normalización de relaciones, así
como el control sobre los recursos acuíferos, quedaron de este modo sin
resolver.
Pese al estancamiento de las negociaciones
con los palestinos, en enero de 1997 se completó y firmó el acuerdo por el que
Israel se comprometía a la retirada de sus tropas del núcleo urbano de Hebrón.
En concreto, el desalojo incluía el 80% de la ciudad, manteniendo su presencia
en torno a los asentamientos judíos existentes. No obstante, las autoridades
israelíes decidieron un mes después poner en marcha su proyecto de construcción
de viviendas en Jerusalén Este, lo que fue considerado por los palestinos como
una violación de los acuerdos firmados. Las negociaciones entraron de nuevo en
un punto muerto. Los ataques terroristas perpetrados por grupos islamistas a
mediados de 1997 llevaron a que Israel demandara a las autoridades palestinas
una mayor eficacia contra las actividades de esos grupos. Particularmente
preocupantes para Israel fueron los atentados suicidas con bomba efectuados por
miembros del grupo islámico Hamas. En respuesta, agentes del Mossad, los
servicios secretos israelíes, intentaron sin éxito asesinar en la capital
jordana a Jaled Meshal, máximo dirigente de Hamas. La acción enturbió las
relaciones jordano-israelíes.
Asimismo, los ataques efectuados por grupos
islamistas libaneses en la zona de seguridad y el norte de Israel provocaron
inquietud en el gobierno de Netanyahu. En 1998 Israel ofreció la retirada de la
zona de seguridad, bajo control judío desde 1985, a cambio de que Líbano
garantizase que no se producirían más ataques terroristas contra el norte de
Israel. El gobierno libanés rechazó la oferta, proponiendo como alternativa la
retirada incondicional del Ejército israelí.
Netanyahu obtuvo el respaldo de la
Kneset pese a las críticas procedentes tanto de la izquierda como de la derecha
parlamentaria. Su amenaza de obstaculizar la ocupación judía del sector
oriental de Jerusalén, ordenado por un magnate estadounidense de origen judío,
provocó la ira de los grupos derechistas, mientras que su apoyo a los
asentamientos de colonos en Cisjordania, así como otras actuaciones, fueron
contempladas por la izquierda como un intento por desmontar el proceso de paz
iniciado años atrás. A comienzos de 1998, la coalición gubernamental salvó por
un estrecho margen el voto de censura promovido por la oposición parlamentaria.
A mediados de ese mismo año se
celebró el 50 aniversario de la creación del Estado de Israel. Mientras, las
negociaciones de paz permanecían estancadas en lo referente a los temas
fundamentales: así, Arafat rechazó conversar sobre asuntos de relevancia hasta
que Israel no efectuara su retirada del sector de Cisjordania aún controlado
por el Ejército hebreo, en tanto que Israel se opuso a seguir adelante con la
retirada de sus tropas hasta que los palestinos no actuaran con mayor firmeza
contra los grupos terroristas que amenazaban su seguridad.
El acuerdo alcanzado entre ambas partes
en el mes de octubre —gracias a la mediación de la secretaria de Estado
estadounidense, Madeleine Albright, y la participación del presidente
estadounidense, Bill Clinton, y del monarca jordano, Husayn I— preveía la
retirada israelí de un 13% de Cisjordania a cambio de que la Autoridad Nacional
Palestina se comprometiera a reforzar la seguridad en la zona. Pese a que la
retirada se inició al mes siguiente, el primer ministro israelí optó por
congelar la retirada en diciembre, lo que provocó una grave crisis política
ante la incapacidad del primer ministro para alcanzar un acuerdo de paz
definitivo con los palestinos. La Kneset, dividida, se decantó a favor de su
autodisolución y de la convocatoria de elecciones para el mes de mayo, en las
que se elegiría, por separado, al nuevo primer ministro y a los componentes de
la nueva legislatura. Se esperaba que de los comicios surgiera una nueva
mayoría parlamentaria que acometiera las conversaciones con otro talante
distinto al mantenido por Netanyahu, que se presentó a la reelección.
El triunfo correspondió al candidato
laborista, Ehud Barak, un general retirado que prometió la consecución de una
paz estable basada en la fortaleza y la seguridad. Netanyahu, derrotado,
anunció su dimisión como máximo dirigente del Likud y su retirada de la vida
política. El 6 de julio de 1999, Barak formó un gobierno de coalición que contó
con el respaldo de un Parlamento escorado hacia la izquierda, en el que los
pequeños partidos se constituyeron en árbitros de la situación frente a la
evidente pérdida de votos de las grandes formaciones, en particular del Likud.
El nuevo gabinete, integrado
inicialmente por nueve laboristas, cinco representantes de partidos religiosos
y otros cinco de grupos de centro y de izquierda, y ampliado en agosto con
cinco nuevos miembros, entre los que se encontraban dos representantes de los
movimientos pacifistas, puso como objetivo de su principal actividad la
obtención de la paz en Oriente Próximo. En septiembre de ese año, Barak firmó
con Arafat la aplicación de los acuerdos establecidos en octubre del año
anterior pero paralizados poco después por Netanyahu. El pacto modificaba el
anterior en el sentido de ampliar los territorios palestinos en Cisjordania a
cambio de nuevas medidas de seguridad para Israel. El gobierno de Barak aprobó
el 5 de marzo de 2000 la retirada del Ejército israelí del sur de Líbano antes
del mes de julio de ese año.
8.7
|
Rebrote del
conflicto palestino-israelí
|
El gabinete de Barak tuvo que
hacer frente a difíciles coyunturas durante la segunda mitad de 2000. En el mes
de junio el partido ultraortodoxo Shas retiraba el apoyo a la coalición que
permitía su gobierno (dejándole en minoría parlamentaria); en el de julio Barak
se reunió con Arafat en Camp David (Maryland, Estados Unidos) por mediación de
Clinton, pero la cumbre fracasó por el discutido estatuto de Jerusalén; ese
mismo mes, el Kneset eligió a Moshé Katsav, del Likud, para suceder al recién
dimitido Ezer Weizman en la presidencia israelí; por último, el 28 de
septiembre, el líder del Likud, Ariel Sharon, visitó uno de los lugares
sagrados del islam, la Explanada de las Mezquitas (en Jerusalén oriental), y
este hecho fue el detonante para que se desencadenara uno de los periodos
recientes de mayor violencia entre palestinos e israelíes.
La convulsión generada por esta nueva intifada
catalizó de forma paralela una grave crisis política interna en Israel, en
medio de la cual Barak presentó su dimisión el día 10 de diciembre, bloqueando
al mismo tiempo la disolución parlamentaria y la convocatoria de elecciones
legislativas que desde finales del mes anterior promovía el Likud en el seno de
la cámara. Poco después se fijó el día 6 de febrero de 2001 como fecha de los
comicios de los que emanaría un nuevo primer ministro. En éstos, la victoria
fue para el candidato del Likud, Sharon, que obtuvo el 62,4% de los sufragios
emitidos, en tanto que Barak solo consiguió el 37,6% de los mismos. Tras dichos
resultados, Sharon tomó posesión de su cargo el 7 de marzo siguiente y formó un
gobierno de unidad nacional con miembros de partidos de distinto signo
político, principalmente del Likud, de Shas y del Partido Laborista (con la
significativa presencia del ex primer ministro Simón Peres como ministro de
Asuntos Exteriores).
La crisis iniciada en septiembre de
2000 no se detuvo, y la espiral de violencia alcanzó cotas de gravedad extrema
durante los siguientes meses. Los actos terroristas protagonizados por los
grupos palestinos más radicales se multiplicaron, en tanto que el ejecutivo
presidido por Sharon ordenó la ocupación militar de numerosos territorios
autónomos de Gaza y Cisjordania que se encontraban bajo control de la Autoridad
Nacional Palestina. En los primeros meses de 2002, estas ofensivas israelíes llegaron
incluso a tener cercado a Arafat en su cuartel general de Ramala.
A finales de octubre de 2002, ante
el desacuerdo surgido para aprobar la Ley General de Presupuestos 2003, los
ministros laboristas abandonaron el gobierno de unidad nacional, por lo que
Sharon nombró un gabinete provisional en el que Netanyahu aceptó finalmente ser
titular de Asuntos Exteriores. Aunque días después superó tres mociones de
censura presentadas por la oposición, Sharon convocó comicios anticipados
debido a la imposibilidad de formar un nuevo gobierno y por la situación de
minoría parlamentaria de su ejecutivo. Tras las elecciones primarias
desarrolladas en el Partido Laborista y en el Likud, resultaron nominados
candidatos a primer ministro, respectivamente, Amram Mitzna, el cual derrotó a
Benjamín Ben Eliezer, y Sharon, quien se impuso a Netanyahu. En las elecciones
parlamentarias, que tuvieron lugar el 28 de enero de 2003 y se caracterizaron
por el elevado índice de abstención, el Likud logró 38 escaños (duplicando su
representación en el Kneset), por 19 de los laboristas; 15 del Shinui; 11 de
Shas; 7 de Unión Nacional; 6, respectivamente, de Meretz y del Partido Nacional
Religioso; y 5 de Torá y Judaísmo. Tales resultados garantizaron la continuidad
como primer ministro de Sharon, quien, para conformar su nuevo gabinete, optó
por una coalición de su partido con Shinui, Unión Nacional y el Partido
Nacional Religioso.
La crispación siguió en aumento y los
constantes atentados terroristas de palestinos radicales encontraban su
contrapunto en las iniciativas del gobierno de Sharon, que, esgrimiendo el
derecho de Israel a la autodefensa, no dudó en tomar medidas “preventivas” que
incrementaron la tensión. Así, a las intervenciones militares en Gaza y
Cisjordania, se sumaron la construcción de un muro en Cisjordania que actuaría
como “barrera de seguridad” entre Israel y las poblaciones palestinas (su
primera fase se completó en agosto de 2003); los ataques, en octubre de 2003,
contra bases de Yihad Islámica y Hezbolá, en Siria y Líbano; o los ataques
selectivos contra los principales líderes de Hamas.
8.8
|
Acontecimientos
recientes
|
La formulación de un nuevo plan de
paz, la denominada Hoja de Ruta, auspiciada por Estados Unidos, Rusia, la Unión
Europea y la ONU, supuso, a mediados de 2003, un tímido reinicio del diálogo y
trajo un frágil alto el fuego. Tal circunstancia se produjo, en buena parte,
gracias a la figura de Mahmud Abbas, quien desde abril de ese año ejercía el
cargo de primer ministro palestino (asumiendo determinadas funciones hasta
entonces en manos de Arafat, al cual Sharon rechazaba como interlocutor y
acusaba de no hacer nada por evitar las acciones terroristas). La actitud de
los grupos palestinos más extremistas, partidarios de proseguir la lucha
armada, y la reacción de los sectores israelíes más conservadores, para los que
era inaceptable contemplar el establecimiento de un Estado palestino, como
hacía la Hoja de Ruta, dificultaron de momento su aplicación.
En enero de 2004, Sharon anunció
su intención de promover un plan para proceder a la retirada israelí de la
franja de Gaza. El oficialmente denominado Plan de Desconexión (que terminó de
enfrentar a Sharon con el ala más dura de su partido y de su gobierno, así
como, en general, con el conjunto del conservadurismo radical) fue aprobado en
octubre de 2004, con un elevado coste político para el primer ministro, que
consiguió su tramitación parlamentaria gracias al apoyo de la oposición y vio
como su gobierno veía cada vez más reducido su apoyo en la cámara. En diciembre
de ese año, incluso, Sharon destituyó a los cinco ministros del Shinui, que
votaron en contra de los presupuestos para 2005 con la intención de bloquear la
materialización del plan de evacuación de Gaza. Sharon decidió pactar con la
izquierda y formar otro gobierno de unidad nacional. Su nuevo ejecutivo, en el
que ingresaron los laboristas y el ultraortodoxo Torá y Judaísmo, fue investido
por la Kneset en enero de 2005.
También en enero de 2005, Abbas se
convirtió en presidente de la Autoridad Nacional Palestina tras vencer en las
elecciones que fueron convocadas al morir Arafat en el anterior mes de
noviembre. De inmediato, Sharon le invitó a retomar el diálogo y Abbas
comprometió su gestión a la consecución de un alto el fuego. Después de
celebrarse una cumbre entre ambos el 8 de febrero, en Sharm el Sheij (Egipto),
Sharon y Abbas anunciaron haber alcanzado un acuerdo para poner fin a la
violencia y reiniciar las negociaciones de paz según el camino marcado por la
Hoja de Ruta.
En agosto de ese año 2005,
fueron desmantelados los 21 asentamientos israelíes de Gaza, que tuvieron que
abandonar sus, aproximadamente, 8.000 colonos. Asimismo, el día 12 del mes
siguiente, se retiraron las últimas tropas que Israel mantenía en aquel
territorio. La verificación del Plan de Desconexión, la gran apuesta de Sharon
(que le enfrentó a buena parte de la derecha y al movimiento colono), puso así
fin a un periodo de 38 años durante el cual Israel había prolongado su
ocupación de la franja, que pasó a depender de la ANP (aunque Israel
conservaría el control de las aguas jurisdiccionales, del espacio aéreo y de
las fronteras).
También en 2005, en noviembre, las
elecciones internas del Partido Laborista otorgaron el triunfo a Amir Peretz,
quien derrotó a Peres. En el transcurso de ese mismo mes, el nuevo líder de la
izquierda puso fin a la participación laborista en la coalición gubernamental
de Sharon y demandó la convocatoria de comicios anticipados. Sharon, discutido
como ya se ha dicho por sectores del Likud y abandonado ahora por el laborismo
(de cuyo apoyo parlamentario dependía el gobierno) promovió el adelanto
electoral requerido por Peretz, renunció a la presidencia del Likud y a su
militancia en el mismo, y anunció que concurriría a las elecciones (fijadas
para el 28 de marzo de 2006) como candidato a primer ministro por un nuevo
partido, Kadima (Adelante).
Sin embargo, el 4 de enero de
2006, Sharon sufrió un grave infarto cerebral y, tras ser intervenido
quirúrgicamente y quedar en situación de coma inducido, su viceprimer ministro,
Ehud Olmert, se convirtió en primer ministro en funciones. Aquel primer mes de
2006 todavía depararía más incertidumbres para el futuro de Israel y, en
general, de Oriente Próximo; el día 25, Hamas lograba la victoria por mayoría
absoluta en las elecciones legislativas palestinas, lo que ponía a dicha
organización radical en claras condiciones de constituir el gobierno de la ANP
(lo haría, el 29 de marzo, con Ismail Haniya como primer ministro). Olmert
anticipó que las relaciones del ejecutivo israelí con uno palestino formado por
Hamas estaban supeditadas a que el grupo extremista rechazara de forma
explícita el terrorismo, reconociera al Estado de Israel y renunciara a su
destrucción, y respetara los acuerdos alcanzados desde 1993 entre israelíes y
palestinos. En los esperados comicios israelíes del 28 de marzo de ese año
2006, Kadima fue, con 29 escaños, la formación que logró mayor representación;
a continuación quedó el Partido Laborista (20), en tanto que el Likud sufrió
una auténtica debacle al obtener tan solo 12 diputados (al igual que el
ultraortodoxo Shas). En mayo, Olmert (que el mes anterior había sustituido
oficialmente como primer ministro a Sharon, cuya incapacidad para ejercer el
cargo fue declarada permanente) pasó a presidir un gabinete de coalición en el
que Kadima tendría por socios al Partido Laborista, Shas y al Partido de los
Pensionistas.
A finales de junio de ese año
2006, milicianos palestinos mataron a dos soldados israelíes y capturaron a un
tercero en un puesto de la frontera con Gaza. El gobierno de Olmert ordenó la
detención de ocho ministros y 20 diputados de Hamas e inició la que sería una
prolongada serie de ataques en la franja que costarían la vida a decenas de
personas. Poco después, el 12 de julio, miembros de las milicias de Hezbolá del
sur de Líbano atacaron la base fronteriza militar israelí de Zarit, matando a
ocho militares y secuestrando a otros dos. Olmert calificó el hecho de “acto de
guerra” y responsabilizó del mismo al gobierno de Líbano por su supuesta
relajación en el cumplimiento de la resolución 1.559 de la ONU, que requería el
desarme de Hezbolá (organización a la que la diplomacia israelí vinculaba
directamente con Hamas, Siria e Irán). Tras negarse a un intercambio de
prisioneros, Israel emprendió una severa ofensiva en Líbano, a la que Hezbolá
respondió con el lanzamiento de cohetes contra ciudades del norte de Israel,
como Haifa. Desde diversos medios de la comunidad internacional se condenó el
desproporcionado uso de la fuerza empleado por el Ejército de Israel y la
naturaleza indiscriminada de sus operaciones, que ocasionaron la muerte de
numerosos civiles. En mayo de 2007, la comisión israelí establecida para
analizar aquellas acciones en Líbano, criticó de forma explícita la actuación
de Olmert, al que desde diversos frentes, incluidos sectores de su propio
gobierno, se le solicitó que presentara la dimisión. Un mes después, el Kneset
eligió presidente del país a Simón Peres, quien tomó posesión del cargo el 15
de julio siguiente.
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