Kirguizistán (nombre oficial, Kyrgyz
Respublikasy, República de Kirguizistán), también conocida como Kirguizia,
república independiente en Asia Central, limita al norte con Kazajstán, al este
con China, al sur con China y Tayikistán y al oeste con Uzbekistán.
Anteriormente fue la República Socialista Soviética de Kirguizia de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). El territorio de Kirguizistán,
cubierto en su práctica totalidad por montañas, sufre frecuentes movimientos
sísmicos. Los asentamientos humanos y la agricultura se concentran en los
valles de los ríos. La superficie total es de 198.500 km². Su capital y ciudad
de mayor tamaño es Bishkek (antiguamente Frunze).
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TERRITORIO Y RECURSOS
Kirguizistán se encuentra situada en la
unión de dos grandes sistemas montañosos asiáticos: la cordillera del Tian Shan
y la de Pamir. Estos dos sistemas están compuestos por una serie de cadenas
montañosas que tiene una orientación principalmente de este a oeste. En esta
república se encuentra el segundo pico más alto de la antigua URSS, el pico
Pobedi o Pobieda (Victoria en ruso), que tiene una altura de 7.439 m. Más de la
mitad del territorio se encuentra a una altura mayor de 2.500 m, y sólo una
octava parte de Kirguizistán está a menos de 1.500 m. Más del 3% del total del
territorio está cubierto por glaciares y nieves perpetuas. El clima es
continental, con una importante variación en las condiciones climáticas. Las
temperaturas medias diarias en los valles son de 25 hasta 27 °C en julio, y de
-4 °C en enero. A mayores alturas las condiciones son mucho más frías.
El río Narin y otros afluentes del río
Sir Daria drenan más de la mitad del país. La parte norte de Kirguizistán está
recorrida por numerosos ríos de pequeño y medio tamaño que se pierden hacia los
desiertos y semidesiertos del sur de Kazajstán. El lago Issik-Kul, que se
encuentra a unos 1.607 m sobre el nivel del mar, es el mayor de los numerosos
lagos de la república y el cuarto del mundo en profundidad. La vegetación
predominante es la alpina y de estepa, los bosques cubren un 4% del área total.
Sólo el 7,1% de los recursos de la tierra son cultivables. Esta república
alberga numerosas especies raras de animales que se encuentran protegidas por
un decreto gubernamental, entre las que podemos encontrar el oso de Tian Shan,
el lobo rojo y la onza. En 2004 había 16 especies declaradas en peligro de
extinción.
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TEMAS MEDIOAMBIENTALES
Un país naturalmente escarpado y árido,
está cubierto de bosques en sólo el 4,3% (2005) de su superficie total, y sólo
el 7,1% (2005) de su territorio es cultivable o produce cosechas permanentes.
Durante décadas, el país fue una república de la Unión de Repúblicas
Socialistas Soviéticas (URSS) y sigue sufriendo las secuelas de la equivocada
gestión ecológica y agrícola soviética. En las zonas rurales, el empleo sin
restricciones de agroquímicos ha degradado severamente la calidad del suelo y
el regadío excesivo ha aumentado la salinidad del suelo. El exceso de pastoreo
ha contribuido también a la degradación del suelo. Gran parte de la pradera
disponible de Kirguizistán ha desaparecido. Gran parte del suelo del país ha
sufrido tal polución y degradación que se teme que el daño sea irreparable.
La polución del agua es también un
problema serio en Kirguizistán. En muchas zonas, especialmente en el sur, es
fácil que la provisión de agua quede contaminada por residuos humanos o
animales, y son comunes las enfermedades transmitidas por el agua. De las
explotaciones mineras y de las minas abandonadas escapan sustancias tóxicas y
contaminan el agua subterránea de los alrededores —algunas minas de uranio
abandonadas son especialmente preocupantes. La polución industrial es otro
problema en las ciudades.
Graves apuros económicos han impedido
que el gobierno destine fondos significativos a mejoras medioambientales. No
obstante, con ayuda financiera de la comunidad internacional, Kirguizistán ha
desarrollado un plan de acción medioambiental encaminado a coordinar los
esfuerzos por mejorar el medio ambiente. El gobierno ha declarado protegido el
3,6% (2007) de la superficie nacional y ha ratificado acuerdos medioambientales
internacionales relativos a biodiversidad, desertización y vertidos peligrosos.
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POBLACIÓN
Alrededor del 34% de la población de la
república habita en áreas urbanas, lo cual la convierte en la menos urbanizada
de las repúblicas de la antigua URSS. El número total de habitantes según
estimaciones para 2008 es de 5.356.869 y la densidad de 28 hab/km². La
población se restringe a dos áreas principales: el valle Fergana en el suroeste
y a lo largo del río Chu en el norte. Las dos mayores ciudades son Bishkek, la
capital (la población según estimaciones de 2003 era de 806.000 habitantes),
situada junto al río Chu y Osh (212.000 habitantes), en el valle Fergana. La
esperanza de vida en 2008 era de 69 años. Los kirguises son seguidores del
islam que hablan un idioma de origen turco y forman la mayoría de la población,
con un 52%. La principal minoría es la de los rusos, que habitan sobre todo en
Bishkek y otros centros industriales, con un 22% de la población. El 13% de la
población lo constituyen los uzbekos quienes viven sobre todo en el valle
Fergana. También hay cantidades significativas de ucranianos, alemanes y
tártaros. En 1990 los desacuerdos surgidos entre uzbekos y kirguises sobre el
acceso a las tierras y vivienda en las cercanías de Osh dieron lugar a
violentos encontronazos que dejaron más de 230 muertos. Las relaciones entre
ambas partes siguen siendo tensas.
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ECONOMÍA
En 2006 el producto interior bruto (PIB)
de Kirguizistán era de 2.818 millones de dólares, que equivalían a 542,70
dólares per cápita (según datos del Banco Mundial). Aunque en principio la
agricultura era la base exclusiva de la economía, se produjo una extensiva
industrialización durante el periodo soviético. Ahora la industria supone
aproximadamente el 20% del total del producto interior bruto y el 15% del
empleo total. La extracción de minerales y las actividades que la rodean
constituyen el núcleo de las actividades industriales. Kirguizistán tiene una
gran cantidad de recursos minerales que incluyen depósitos de oro, carbón,
antimonio y uranio. En el valle Fergana se han encontrado depósitos de petróleo
y gas natural, pero todavía necesita importar grandes cantidades de
combustibles. Los ríos Naryn y Chu se utilizan para la producción de energía
hidroeléctrica, aunque hay un gran potencial de este tipo de energía aún por
desarrollar. La base industrial se limita a la transformación de productos
agrícolas como lana, carne y cuero.
La agricultura sigue siendo un sector
muy importante en la economía de la república. Supone el 33% del PIB total y da
empleo a casi un 43% de la población activa. La ganadería, sobre todo de
caballos, ovejas y reses, es la ocupación agraria principal. En las alturas
menores, una irrigación extensiva permite la producción de algodón, granos y
frutas. Otras producciones agrícolas incluyen tabaco, seda y flores de opio.
Kirguizistán, ha experimentado un
periodo de estancamiento económico desde su independencia, pese a que se la ha
visto como una de las repúblicas líderes en las reformas económicas dentro de
las existentes en Asia Central. En 1992 el PIB cayó en más de un 25%
aproximadamente, siendo proporcionalmente aún mayor en las producciones de
carbón y gas. Para poder combatir las caídas en la producción, el gobierno ha
vuelto a acudir a emitir metas de producción al estilo soviético en el sector
energético.
A pesar de la crisis económica se están
llevando a cabo las reformas del mercado. La privatización de la tierra se está
produciendo de una manera más lenta a causa de las desconfianzas étnicas, sin
embargo se ha conseguido llegar a un compromiso legislativo sobre la asignación
de las tierras. El gobierno kirguís también ha llevado a cabo una reforma de la
moneda y ha hecho a su Banco Central independiente del control gubernamental y
parlamentario. Kirguizistán fue la primera de las antiguas repúblicas de la
Unión soviética en Asia Central en emitir su propia moneda, el som, en 1993. La
introducción del som violó las normas establecidas por la Comunidad de Estados
Independientes (CEI) , y a ella se opusieron los líderes de varios estados
vecinos. En enero de 1994 Kirguizistán se unió a la zona de libre comercio
establecida con Kazajstán y Uzbekistán. En 2006, 40,20 som equivalían a 1 dólar
estadounidense.
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GOBIERNO
Kirguizistán es una república
democrática de carácter laico. Su Constitución fue promulgada el 5 de mayo de
1993, y enmendada en 1994, 1996, 1998, 2003.
La jefatura del Estado corresponde al
presidente, que es elegido de forma directa para mandatos de cinco años. Nombra
al primer ministro y, con la recomendación de éste, al consejo de ministros.
El poder legislativo descansa en el
Joghorku Kenesh (Consejo Supremo), Parlamento que cuenta con dos cámaras: la
Myizam Chygaruu Jyiyny (Asamblea Legislativa, cámara baja, integrada por 35
miembros) y la El Okuldor Jyiyny (Asamblea de Representantes del Pueblo, cámara
alta, formada por 70 miembros que se reúnen dos veces al año para debatir
cuestiones de interés regional). Los integrantes de ambas cámaras son elegidos
de forma directa (los de la cámara alta, atendiendo a bases regionales) para
legislaturas quinquenales.
El poder judicial es desempeñado por el
Tribunal Constitucional, el Tribunal Supremo, el Tribunal Superior de
Arbitraje, y los tribunales regionales y locales. Todos los jueces son
nombrados por el presidente de la República y confirmados por el Joghorku
Kenesh.
La administración local se fundamenta en
la existencia de seis regiones y la municipalidad de Bishkek. A su vez, las
regiones se subdividen en distritos. La máxima autoridad de cada región es el
akim (gobernador), designado por el presidente. Además, las regiones disponen
de órganos legislativos electos, aunque cuentan con poco poder efectivo.
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HISTORIA
Los kirguises fueron mencionados por
primera vez en crónicas chinas del siglo II a.C. Hacia el siglo XVI habían
emigrado hacia el oeste y se habían establecido en el área que hoy es
Kirguizistán. A finales del siglo XVII los oirotes, una tribu mongola,
conquistaron la región y posteriormente, en el siglo XIX volvieron a estar bajo
el control del janato de Kokand (actual Quqon). En 1855 tuvo lugar la primera
penetración rusa en la región, y en 1876 las tropas zaristas derrotaron al
khanate e incorporaron lo que hoy es Kirguizistán al Imperio Ruso. Hasta la
Revolución Rusa de 1917, el área fue gobernada como una parte del Kray
(“provincia” en ruso) del Turkestán. En 1916 numerosos kirguises y otros pueblos
asiáticos se rebelaron contra el mandato ruso. El régimen zarista respondió con
la fuerza, lo que obligó a muchos kirguises a buscar refugio al otro lado de la
frontera, en China.
Después de la Revolución Rusa, los
kirguises resistieron pero fueron derrotados por las fuerzas bolcheviques. En
1921 el área pasó a formar parte de la República Socialista Soviética Autónoma
(RSSA) del Turkestán que también incluía algunas partes de lo que hoy es
Kazajstán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán dentro de la República
Socialista Soviética Federada Rusa (RSSFR). En 1924 el área se convirtió en el
Oblast Autónomo (OA) de Kara-Kirgiz de la RSSA de Kirgiz dentro de la RSSFR. En
1925 su nombre cambió al de OA de Kirgiz. En 1926 fue ascendida al grado de
república autónoma y se convirtió en república constituyente de pleno derecho
de la URSS en 1936. A finales de la década de 1920 comenzó en la república una
época de extrema represión tanto política como cultural, se dejó notar en gran
manera el influjo de los rusos así como de otros pueblos y se llevó a cabo una
industrialización a gran escala.
El colapso del régimen comunista en la
URSS y la propia desintegración del Estado soviético en 1991, fueron
determinantes para que Kirguizistán proclamara su soberanía (30 de octubre de
1990) y, finalmente, su independencia (31 de agosto de 1991). Miembro fundador
de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), en 1992 ingresó en la
Organización de las Naciones Unidas (ONU) y en la Conferencia sobre Seguridad y
Cooperación en Europa (que en 1994 pasó a denominarse Organización para la
Seguridad y la Cooperación en Europa, OSCE), y en 1994 pasó a formar parte de
la Asociación por la Paz. En el orden interno, la vida política del país estuvo
dominada por la figura de Askar Akáiev, elegido presidente en 1991 y reelegido
como tal, de forma sucesiva, en 1995 y 2000. Akáiev intentó consolidar la
transformación del país en un Estado moderno, caracterizado por la regularidad
democrática y la orientación de su economía al sistema de libre mercado.
Promovió sendos referendos, celebrados en 1994 y 1996, que aprobaron ciertas
reformas a la Constitución de 1993. Asimismo, en marzo de 1996 firmó junto con
Borís Yeltsin, Nursultan A. Nazarbayev y Aleksandr Lukashenko, respectivos
presidentes de Rusia, Kazajstán y Bielorrusia, un importante tratado llamado a
intensificar la integración entre los cuatro países.
El 27 de febrero y el 13 de marzo de
2005 se celebraron unas elecciones legislativas que resultarían decisivas por
el movimiento popular y el cambio político que catalizaron. Al finalizar el
proceso electoral, la oposición denunció que durante el escrutinio se habían
producido numerosas manipulaciones desde el gobierno para facilitar el triunfo
de las candidaturas oficialistas (que habrían obtenido la mayoría absoluta).
Las acusaciones de fraude fueron elevadas al Tribunal Supremo, al tiempo que
las calles comenzaban a ser escenario de numerosas manifestaciones populares
que exigían la dimisión de Akáiev. La revuelta adquirió su clímax el 24 de
marzo, cuando la oposición tomó la sede gubernamental y el presidente tuvo que
abandonar el país. El poder pasó a un Consejo Coordinador de Unidad Nacional
presidido por Kurmanbek Bakíyev, miembro del Movimiento Popular de Kirguizistán
y ex primer ministro (lo fue entre 2000 y 2002), el cual fue elegido primer
ministro y presidente en funciones por los parlamentarios salientes. Antes de
que acabara el mes, fueron convocadas elecciones presidenciales por el antiguo
Parlamento (que, posteriormente, sería disuelto). El 4 de abril, Akáiev firmó
la carta en la que efectuaba su renuncia a la presidencia de la República, que
fue aceptada por el nuevo legislativo el 11 de ese mes. El 10 de julio de ese
año 2005, luego de tres meses caracterizados por la inestabilidad, se
desarrollaron los previstos comicios de los que habría de emanar el nuevo
presidente del país; el elegido fue el propio Kurmanbek Bakíyev, quien recibió
casi el 90% de los votos. Previamente, para facilitar esta rotunda victoria,
Bakíyev había alcanzado un pacto con el otro gran aspirante, Félix Kúlov, quien
pasaría a ejercer la jefatura de gobierno. Bakíyev señaló como objetivos
fundamentales inmediatos una reforma constitucional que redujera la cuota de
poder de la presidencia e incrementara las de gobierno y Parlamento; así como
el desarrollo de una economía estancada que obligaba a vivir en la pobreza a
muchos habitantes del país.
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